jueves, 8 de marzo de 2018

La figura de Felipe VI: respaldo masivo en el centro-derecha y grietas en la izquierda

 ¿Cómo valora la actuación del Rey Felipe VI desde que accedió a la Corona?
Muy buena
19,3%
Buena
40,3%
Ni buena ni mala
10%
Mala
11,3%
Muy mala
15,2%

MADRID.- La proclamación de Felipe VI en junio de 2014 supuso una nueva etapa para la Jefatura del Estado en un momento de grandes desafíos para el país — con la irrupción de los nuevos partidos políticos y la crisis de Cataluña— y en pleno desgaste de la institución a raíz del caso Nòos y otros escándalos como el de Botsuana. 

La abdicación llegó en un momento acertado y el nuevo Rey se comprometió con una "monarquía renovada para un tiempo nuevo", introduciendo giros en el funcionamiento diario e institucional de la Corona desde el primer momento. 

Calcular la percepción de los ciudadanos sobre estas novedades no es tarea sencilla debido a la falta de estudios sociológicos. La última vez que el CIS preguntó al respecto fue en abril de 2015, poco tiempo después de la proclamación de don Felipe. 

Sin embargo, esta primera oleada del PanelConfidencial también ha tenido en cuenta esta posible inquietud. Y la primera conclusión es que casi el 60% de los encuestados considera que la actuación del Rey ha sido buena desde que accedió al trono, frente al 26,5% que opina todo lo contrario.

La encuesta, elaborada por el Instituto IMOP entre el 22 y el 27 de febrero sobre una muestra de 1.402 entrevistas, se publica en este diario y ha indagado en cuestiones de agenda pública más allá de la intención de voto y la percepción de los ciudadanos sobre los partidos políticos

Otra de las conclusiones más evidentes es que existe una opinión muy discriminada según la opción política con la que se identifican los entrevistados. Los más críticos con la labor desempeñada por Felipe VI son los votantes de Unidos Podemos: un 34,4% afirma tener una opinión "muy mala" del monarca y un 25,3% asegura que es "mala". 

Es decir, casi el 60% de los afines a Pablo Iglesias tienen en mala consideración al jefe del Estado, frente a un 23% que asegura tener un concepto "bueno o muy bueno" del Rey desde que llegó al trono.

Una realidad muy distinta a la de los votantes de PP y Ciudadanos. De los primeros, un 90% valora bien o muy bien al monarca y, de los segundos, lo hace el 80%. También los socialistas se muestran en esta linea, aunque en menor medida: el 66,4% de los que afirman haber votado a Pedro Sánchez el 26-J hace una buena valoración de Felipe VI y, el 19%, la hace negativa.

Más allá de la evaluación concreta sobre el Rey desde 2014, el panel político también plantea la cuestión de si la monarquía se ha fortalecido o debilitado desde la sucesión del rey Juan Carlos I. En concreto, el 49,5% de los encuestados asegura que la institución goza de mejor salud tras la llegada de Felipe VI, mientras que el 31,9% considera que es más débil. 

Los datos muestran cómo en prácticamente todas las franjas de edad son más los encuestados que ven la institución fortalecida: entre los más jóvenes (de 18 a 24 años) el 48% así lo piensa frente el 36% que la ve debilitada y, entre los mayores de 64 años, el 59,4% también nota mejorías en la jefatura del Estado. 

El único intervalo crítico con la evolución es el que oscila entre los 25 y 34 años, que registra casi un empate: el 41,1% ve la monarquía fortalecida de la mano de don Felipe, frente al 42,5% que la ve más desgastada.

Con respecto a las opciones políticas, el respaldo de los votantes de PP y Ciudadanos vuelve a ser el más importante: casi el 68% en el primer caso y el 69% en el segundo; mientras que de los socialistas preguntados un 47% también considera que la institución se ha robustecido con el nuevo monarca (frente al casi 30%, que se muestra pesimista al respecto). Los que apoyaron a Unidos Podemos en las últimas elecciones, sin embargo, afirman ver un deterioro en la monarquía de la mano de Felipe VI: el 42,7% así lo afirma, mientras que el 36,4% sí manifiesta ver mejoras con el hijo de don Juan Carlos.

La encuesta publicada por El Confidencial de la mano de IMOP devuelve al debate público la opinión de los ciudadanos sobre el funcionamiento de la monarquía, tras muchos meses en los que los principales institutos de investigación no han abordado el asunto. 

La principal conclusión señala, efectivamente, que el 60% de los encuestados respalda la actuación del Rey desde su proclamación, frente al 26,5% que no valora positivamente su actuación. La última vez que el CIS preguntó por una cuestión similar fue en abril de 2015, cuando incluyó la monarquía en la cuestión sobre el grado de confianza que los ciudadanos tienen en las instituciones.

Aunque el 21,7% de los ciudadanos manifestó no tener ninguna confianza en la jefatura del Estado, la mayor parte de las instituciones (a excepción, entre otras, de las Fuerzas Armadas, Policía, Guardia Civil, CGPJ y Defensor del Pueblo) tenían de un grado de fe todavía menor entre los encuestados. Fue el caso del propio Gobierno, el Parlamento, los ejecutivos autonómicos, los partidos políticos, los sindicatos, las organizaciones empresariales o la Iglesia católica. 

De la misma manera, la nota media que los participantes en el CIS otorgaron a la monarquía fue un 4,34. Un suspenso que, sin embargo, solo estuvo por debajo de los cuerpos policiales y los medios de comunicación.

Ficha técnica

Universo: personas de 18 años y más residentes en el territorio nacional peninsular, Baleares y Canarias.
Tamaño muestral: 1.402 entrevistas. 

Diseño muestral

-Teléfono fijo
Selección aleatoria estratificada a partir de las variables tamaño de hábitat y comunidad autónoma con distribución proporcional.
Selección aleatoria del hogar dentro de cada estrato.
Selección del individuo con control de cuotas de sexo y edad retroalimentadas por el sistema, con rellamada.
-Teléfono móvil
Selección aleatoria simple de la base de datos de teléfonos móviles generada automáticamente por IMOP a partir de los inicios asignados a cada operador móvil. Esta base de datos se testó antes del inicio del trabajo de campo con el sistema Dali (detección automática de líneas inactivas).
Técnica de entrevista: telefónica asistida por ordenador mediante el sistema CATI. Un 35 % de las entrevistas se realizaron a individuos localizados a través de teléfono móvil.
Equilibraje: con el fin de minimizar posibles errores de campo y ajustar los datos al universo, el fichero se ha sometido a un equilibraje a partir de las siguientes matrices: sexo x edad; tamaño de municipio x CCAA; sexo x edad x CCAA y equipamiento telefónico en el hogar.
Margen de error de muestreo: ±3,1 puntos porcentuales para p=q=50 % y nivel de significación del 95%, siempre en el supuesto de un muestreo aleatorio simple.
Fechas de campo: del 22 al 27 de febrero de 2018. 
Instituto responsable de la investigación: IMOP Insights, SA
IMOP se acoge al código internacional CCI-ESOMAR para la práctica de la investigación social y de mercados. IMOP cumple con los requisitos establecidos en la norma UNE-ISO 20252.

¿Borbonea Felipe VI? / Javier Valenzuela *

Si alguno de los consejeros de Felipe VI tuviera dos dedos de frente y le quisiera de verdad, le rogaría de rodillas una rectificación de su proceder. Le recordaría lo que les ocurrió a su tío Constantino y su bisabuelo Alfonso por meterse en política, y le recomendaría que siguiera, en cambio, el ejemplo de exquisita neutralidad de su también pariente Isabel II. A ella nada ni nadie le saca de su papel ornamental. Ni tan siquiera el referéndum de Escocia.

Pero los consejeros de Felipe VI participan del tremendismo de derechas que infecta España. El que, por ejemplo, auguraba el fin de la continuidad en Barcelona del Mobile World Congress por el hecho de que Ada Colau no asistiera al besamanos al monarca. Pues bien, el Mobile World Congress valoró su edición 2018 como “una de las más exitosas” y tan solo lamentó que hubiera hecho “mal tiempo”.

Al negocio internacional de la telefonía móvil le importa un carajo si tal o cual rinde o no pleitesía (ahora se emplea el eufemismo de “respeto institucional”) al Borbón. Eso solo obsesiona a nuestros políticos y periodistas cortesanos. Los del Mobile se mueven por las compraventas, los buenos hoteles y restaurantes, el clima agradable y, en no pocos casos, el sexo fácil. El asunto es así, no lo he inventado yo.

Las gentes de ese y otros negocios, al igual que los turistas, no desean, por supuesto, disturbios, atentados y catástrofes. Eso les ahuyenta, pero no la politiquería local. Que no les engañen: si el conflicto de Cataluña inquietó durante un momento a las opiniones públicas del extranjero fue por las imágenes de violencia policial del pasado 1 de octubre que pudieron ver en sus telediarios.

Los cortesanos se han extrañado por ese reciente editorial del Times de Londres que recomienda a Felipe VI y Mariano Rajoy que dejen de perseguir a los independentistas catalanes y dialoguen con ellos. No tienen ni idea de que Reino Unido es una democracia vieja, inteligente y liberal, regida, incluso en un medio conservador como el Times, por ese common sense que permitió la celebración del referéndum escocés. Por cierto, tiene bemoles que el diario londinense dijera lo que no es capaz de decir ningún diario impreso español. Dice mucho sobre la mediocridad y el servilismo aquí imperantes.

Lo que aquí tenemos es una intensa propaganda, que, indudablemente, formatea muchas opiniones. Es la que aplaudió a rabiar la intervención agresiva y partidista sobre el conflicto catalán de Felipe VI del pasado 3 de octubre. ¿No hubo nadie en Zarzuela, Moncloa o Ferraz que tuviera el valor de decirle al monarca que lo mejor era callarse como Isabel II en el caso escocés, o, en todo caso, adoptar un tono moderado y arbitral, hacer un llamamiento genérico al diálogo, la negociación y el acuerdo en el marco de la legislación vigente?

No lo hubo, bien lo sabemos. Rajoy, Sánchez, Rivera y compañía ensalzaron a Felipe VI como supremo defensor del orden constitucional. Vinieron a decir que su intervención televisiva del 3 de octubre igualó a la de su padre en la noche del 23-F. Tal comparación era un colosal disparate: el 23-F hubo un Congreso secuestrado por hombres armados, hubo disparos en ese Congreso y hubo tanques en las calles de Valencia.

Felipe VI se lo ha creído, le ha soltado a Colau que su papel es defender la Constitución y se ha metido en otro charco. Lo ha dejado muy fácil a los que estos días recuerdan que solo ha irrumpido de modo extraordinario en el prime time televisivo de los españoles cuando los independentistas catalanes han puesto en cuestión su mamandurria.

Las redes sociales se han llenado de comentarios al respecto. ¿Acaso se le ha visto pedir pista para defender el artículo 50 de la Constitución que establece el derecho de los mayores a cobrar pensiones dignas y actualizadas? ¿O el derecho al trabajo de los parados? ¿O el derecho a la vivienda de los desahuciados? ¿O el derecho a la libertad de expresión de las víctimas de la Ley Mordaza?

No se sabe cuántos españoles son republicanos, jamás se les ha permitido elegir explícitamente en referéndum entre una y otra forma de Estado. Como le confesó Suárez a Victoria Prego, no se hizo durante en la Transición porque cabía la posibilidad de que perdieran los monárquicos. Así que el tema se metió en un paquete. ¿Quieres democracia? Pues vota sí a este texto. Es todo o nada.

En todo caso, la mayoría de los republicanos hemos demostrado que estamos dispuestos a soportar un monarca si nos sale barato, es discreto y no mete a España en más líos. Felipe VI no nos sale demasiado barato: es posible que un presidente de la República a la alemana nos costara menos. Felipe VI no es discreto: ¿a qué vino el vídeo del almuerzo familiar y el paseíto en coche con la que está cayendo? Felipe VI tampoco parece servir para eso que decían tanto los socialistas sobre “el papel de la corona como elemento integrador de los pueblos de España”: miren la que se ha liado en Cataluña durante su reinado.

Empieza a decirse que Felipe VI no es tan simpático como su padre, que parece más soberbio y más de derechas que Juan Carlos, que menuda mirada le dirigió a Roger Torrent en la cena del Mobile…  Esto es lo malo que tiene meterse en política, pensarán en algunas casas reales europeas. A ti no te ha votado nadie, querido Felipe. Respeta a todos los contribuyentes que pagan tu sueldo, tus gastos y los de tu familia. Sonríe y calla. No borbonees.
 
 
 
(*) Periodista
 
 

ERC pide que se despenalicen las injurias a la Corona y la quema de banderas

MADRID.- Esquerra Republicana (ERC) defenderá la próxima semana en el Pleno del Congreso una proposición de ley para derogar los artículos del Código Penal en los que se castiga con penas de prisión el delito de calumnias o injurias a los miembros de la Casa Real y el que establece multa por ofensas o ultrajes a España, sus comunidades autónomas o a sus símbolos o emblemas.

Los independentistas catalanes han decidido incluir el debate de toma en consideración de esta iniciativa en la sesión plenaria del próximo martes, según el orden del día acordado este martes por la Junta de Portavoces.
La portavoz de Justicia de ERC, Ester Capella, autora de esta propuesta presentada el pasado 10 de noviembre, alega que "la libertad de expresión es el derecho fundamental de toda persona a expresar ideas libremente, y por tanto, sin censura", y que así queda recogido en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Estados Unidos como ejemplo

Los independentistas catalanes defienden que una democracia avanzada y moderna debe asegurar a la ciudadanía su pleno derecho de la libertad de expresión y sugiere tomar como ejemplo otros países de larga tradición democrática, como Estados Unidos, donde su derecho constitucional considera que la quema y otros actos de sacralización de la bandera norteamericana están protegidos, "en tanto que se consideran muestras de libertad de expresión".
ERC pone también como ejemplo la portada secuestrada de la revista El Jueves, en julio de 2007, con el entonces heredero de la Corona como protagonista, o la persecución al rapero mallorquín Valtònyc por sus referencias a la monarquía.

IU también lo defiende

El Código Penal contempla que las injurias a la Corona serán castigadas con la pena de prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves, y con la de multa de seis a doce meses si no lo son. De su lado el ultraje a la bandera de España o sus comunidades conlleva una pena de multa de siete a doce meses.
Pero ERC no es el único partido que ha planteado despenalizar las injurias a la Corona o el ultraje a España. Recientemente, el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, presentó en el Congreso una propuesta de reforma legal para eliminar estos dos artículos, así como los que hacen referencia al enaltecimiento del terrorismo o la vejación de representantes religiosos, por considerar que son "obsoletos" y "ambiguos" y que, además, se están utilizando para restringir la libertad de expresión.