jueves, 1 de marzo de 2018

Don Antonio García Trevijano / Pablo Sebastián *

Antonio García Trevijano ha muerto a los 90 años de edad, dejando tras de sí un brillante legado político como demócrata, republicano y luchador contra el franquismo y luego, ya en la Transición, como defensor de la democracia representativa y efectiva en España, como la que aún está por llegar.

Sobre todo cuando se cumplen los 40 años de la Constitución Española de 1978. La que se redactó ‘en secreto, sin un debate público y sin un periodo constituyente’ -como lo denunció Trevijano-, dando a luz el vigente modelo partitocrático español sin separación de los poderes del Estado, que nos ha conducido a las diáspora autonómica contra la unidad de España, como se ve en Cataluña y se avisa desde otras regiones (País Vasco, Islas Baleares y Valencia), y al gran pantano de la corrupción política y moral de gobernantes y dirigentes políticos.

Trevijano, a quien conocí de cerca y con quien colaboré en la oposición al franquismo en la Junta Democrática de España que él fundó y presidió, fue un gran jurista y pensador que defendió la ‘ruptura democrática’ frente al gran pacto de la Transición entre franquistas (liderados por Adolfo Suárez y Manuel Fraga) y los dirigentes de la Oposición (Santiago Carillo, Felipe González, Enrique Tierno Galván, Raúl Morodo, Alejandro Rojas Marcos, Joaquín Ruiz Jiménez, Jaime Miralles y Joaquín Satrústegui, entre otros).

Previamente, Trevijano se opuso a la monarquía de Franco en la figura del hoy rey emérito Juan Carlos I en defensa de una monarquía democrática y de los derechos dinásticos de Don Juan, hasta que el Conde de Barcelona se plegó a los designios del general, aunque no sin antes escribir a su hijo, el entonces Príncipe de Asturias, una dura carta -que Don Juan y Trevijano redactaron en Estoril- en la que se decía: ‘Hijo mío, la República está basada en la libertad y la Monarquía en el honor y tú has faltado al honor de tu padre el Rey’.

La Transición con sus muchas luces (reconciliación nacional, libertades, Europa, vida democrática, etc.) y sus sombras (el golpe de Estado del 23-F, los crímenes del GAL y la corrupción) se impuso con su realismo posibilista y bajo la atenta mirada de los poderes fácticos del franquismo e influencias internacionales (USA, Francia y Alemania) al ideal democrático y casi utópico de Trevijano.

El que él defendió con firmeza hasta el último día de su apasionante vida con la República -‘soy repúblico’ decía- como bandera y partiendo de las conquistas de la Revolución Francesa y de la Constitución de los EE.UU., que estaban permanentemente en la base de su proyecto e ideario político en el que nunca cejó y en los últimos años como Presidente del Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC).

Antonio García Trevijano era un político, filósofo y pensador que encandiló a la Comisión Europea de Bruselas en su primer contacto con la oposición a Franco, en una reunión celebrada en Estrasburgo a mediados de los años 70 que organizó Claude Cheysson, comisario europeo y ex ministro de François Mitterrand quien, tras el encuentro de Estrasburgo, se declaró impresionado por la lucidez del político español.

Trevijano es autor de varios libros como ‘El discurso de la República’, ‘Frente a la gran mentira’, ‘Pasiones de Servidumbre’, etc., y fue accionista del diario Madrid y El País, fundó la revista Reporter y escribió artículos en El País, El Independiente, ABC y El Mundo. Asimismo fue miembro de la Asociación de Escritores y Periodistas Independientes (que yo fundé) y que denunció los crímenes del GAL y la corrupción en los gobiernos de Felipe González.

Antonio, Don Antonio, sufrió la represión franquista siendo secuestrado y apaleado, y detenido y encarcelado. Y sobre todo fue un libre pensador y gran patriota español. Una persona admirable y entrañable que está en la Historia reciente de España y a la que se debe un merecido reconocimiento nacional.


(*) Periodista



Antonio García-Trevijano, la muerte de un gigante / Roberto Centeno *

Anoche en el Hospital Clínico de Madrid donde estaba ingresado por una dolencia banal, una colecistitis, fallecía de un fallo cardiaco a los 90 años Antonio García-Trevijano, un luchador incansable por la libertad y el más grande pensador político en español de todo el siglo XX (1), cuyas obras de teoría política son las únicas europeas modernas que se encuentran en la Biblioteca del Congreso de los EEUU. 

En los años sesenta y setenta encabezó la única oposición democrática al franquismo (el Partido Comunista era una oposición mas totalitaria aún que el franquismo, y el PSOE estaba de vacaciones). Amigo personal de D. Juan de Borbón aunque republicano, solicitaría su consejo en numerosas ocasiones, y siempre criticaría a su hijo Juan Carlos el haber traicionado a su padre.

A la muerte de Franco quiso promover la ruptura democrática rechazando toda Constitución que no fuera elaborada a través de un proceso de libertad constituyente, donde la opción monarquía o república debería ser votada por el pueblo y no impuesta como lo fue por el franquismo. 

Encarcelado por Fraga, denunció la traición de Suárez ("un falangista ignorante sin el menor sentido del Estado") y los partidos legalizados, que robaron la democracia a los españoles y la sustituyeron por un régimen oligárquico de partidos sin separación de poderes, cuyo único interés eran el poder, la relevancia social y la riqueza, y sin la menor idea ni grande ni pequeña de España. 

Impusieron "una Constitución al pueblo y un Estado autonómico que es el mas ineficiente, despilfarrador y corrupto de Occidente y que está llevando a la ruina económica, política y social a la nación". La doctrina política de Trevijano es la que está inspirando hoy a la oposición radical venezolana, y es la base de varios regímenes democráticos de la región.

Para Trevijano, la cobardía de los presidentes de Gobierno de la Transición ha hecho creer a los gobernados la barbarie de que las leyes solo se cumplen mediante consenso o acuerdos bilaterales. Esta creencia, fruto del oportunismo y del miedo a ser tachados de franquistas, es algo tan monstruoso que lleva directamente a la destrucción absoluta de cualquier atisbo de un Estado de derecho. 

También denuncia que la Corona jamás se ha comprometido, mas allá de declaraciones grandilocuentes y banales, en defensa de la unidad de España, que es su única función constitucional y la única justificación de la monarquía. "Es obligación esencial mediar y solucionar los conflictos entre instituciones, algo en lo que el monarca no ha movido un solo dedo".

La muerte le sorprendió mientras preparaba una querella penal contra Mariano Rajoy por ser "impulsor y beneficiario político y personal de la corrupción", y por "haber hecho dejación absoluta de su obligación de hacer cumplir la Constitución y la ley y de la defensa de los derechos humanos de los catalanes no nacionalistas", así como por "haber permitido la utilización de edificios oficiales y financiado con dinero público procedente del FLA a una organización criminal para la ruptura de España, un hecho sin precedentes en la historia política de Europa".

 La desastrosa gestión de la declaración de independencia y la aplicación de un 155 irrisorio —dejando todas las estructuras de poder, el control de los medios y la capacidad de coacción en manos de los golpistas—, que improvisó unas elecciones exprés que nadie pedía, antes de haber restaurado la democracia secuestrada, le llevaba también a incluir en la querella a la vicepresidenta Santamaría.


 (*) Catedrático emérito de Economía en la Universidad Politécnica de Madrid


(1) Antonio García-Trevijano, como afirma la prestigiosa University Press of America, "is a prominent figure of Spanish politics since de late sixties, one of the most important european intelectual figures of 20th century both in politics and aesthetical Theory" ("es una figura prominente de la política española desde finales de los sesenta, una de los mas importantes figuras europeas intelectuales del siglo XX, tanto en teoría política como estética").

Antonio García-Trevijano, el hombre que sabía demasiado / Hermann Tertsch *

Eran las once en esta noche de perros cuando sonó el teléfono, vi en la pantalla quién era y me pregunté qué querría Antonio García-Trevijano a esas horas. No era él sino su fiel ayudante Elena que me anunciaba que el maestro, como le llamaban y seguirán llamando sus muchos discípulos, acababa de morir. 

Por complicaciones con el implante de un catéter. No se puede improvisar de madrugada la necrológica de un coloso, de un hombre completo como surgen muy pocos en una nación en un siglo. 

Hoy la mayor parte de los españoles apenas conocen la figura de este inmenso intelectual y pensador, pero también hombre de acción que tuvo inmensa relevancia en esa transición política española tan manoseada y usurpada tantas veces por personajes menores.

Antonio Garcia-Trevijano Forte, nacido en Granada el 18 de julio de 1927 en una familia de juristas, funcionarios e intelectuales, estudió Derecho, aprobó notarías en cinco meses por tranquilizar a su padre y se lanzó a una vida trepidante y fascinante, merecedora de decenas de ensayos, biografías y novelas. Lo leyó todo, lo conoció todo, lo viajó todo y como abogado ganó fortunas. Pero su pasión eran el pensamiento político y España. 

Jugó un papel tan importante en los años del tardofranquismo y transición que nadie quiere recordarlo. Ha pasado cuarenta años en el ostracismo por ser el hombre que sabía demasiado. Desde su papel como hombre de confianza de Don Juan desde Estoril, su trato con el Rey Juan Carlos desde épocas de la Academia Militar de Zaragoza, su liderazgo en los planes primero de crítica y oposición real al régimen de Franco y después en la transición elegida. 

Creó la Junta Democrática de España, protagonizó su fusión con la Plataforma de Convergencia Democrática para la Platajunta. Redactó un proyecto rupturista de Constitución y fracasó al ser arrollado por las fuerzas reformistas. Todos se conjuraron contra él tras el pacto de Adolfo Suárez con Santiago Carrillo y Felipe González y lo metieron en la cárcel de Carabanchel para que no entorpeciera los pactos. 

Estuvo en la operación del diario «Madrid». Y pudo haberse quedado con «El País», cuyos directivos lo consideraron siempre el enemigo número uno. Como los servicios de información de Carrero. Para la CIA era «Maverick», la única oposición real y seria al franquismo.

No se dio por vencido tampoco tras su derrota en la transición. Tuvo un papel clave como jefe del llamado «sindicato del crimen» en la caída de Felipe. Escribió algunas de las obras más importantes de pensamiento político publicadas en lengua española. Y muchos de nuestros males serían menores de habérsele hecho un poco de caso. 

Con una cultura enciclopédica, hacía vida de sabio patricio, marginado por la España oficial y admirado por un sinfín de estudiosos e intelectuales. Su legado además de sus libros y una vida arrolladora llena de fuerza, espíritu y tesón creador es el Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC), que pretende reformar el régimen de la partitocracia a una democracia representativa. 

Su 90 cumpleaños, celebrado por un nutrido grupo de admiradores suyos en Santo Domingo de la Calzada el pasado verano, resultó ser su gran despedida de un mundo en el que pudo serlo todo de haber querido comerciar con sus ideas. Republicano combativo como era, con serios desencuentros con Juan Carlos I, queda en la memoria su precioso llamamiento al Rey Felipe VI a ponerse enfrente de la manifestación de la Nación para salvar la Corona y a España ante la amenaza separatista. 

Descanse en paz un grandísimo español al que la patria no correspondió su inmenso amor desplegado.


(*) Periodista


Antonio García-Trevijano, el ex notario que pudo ser presidente y magnate de la prensa

MADRID.- La polémica rodeó siempre a Antonio García-Trevijano Fortes, que en el terreno mediático pasó por intentar de ser gestor para acabar finalmente como columnista. En el terreno político intentó erigirse en defensor del republicanismo anti-borbónico a pesar de sus grandes vínculos con la realeza en su juventud, para que se estableciera una democracia 'verdadera' en España, pero nunca gozó de demasiado aprecio de las fuerzas de izquierda, tal como recuerda hoy Periodista Digital.

Sus principales polémicas y aspiraciones político-mediáticas dieron mucho de qué hablar.
Asesor del dictador Macías de Guinea Ecuatorial
Ser asesor de un dictador no parece la mejor carta de presentación para un defensor de una democracia plena y a Trevijano le recordaron toda la vida su condición de asesor de Macías.
Que lideraba la delegación rebelde a las propuestas de Constitución de la delegación española. 
Fue José María Carrascal en el diario Pueblo el que destapó a aquel ex notario que asesoraba - y pagaba - contra la posición del Gobierno español, porque así se lo chivaron dos miembros más de esa delegación, Atanasio Ndongo y Saturnino Ibongo.
Trevijano demandó a Carrascal, a Ndongo y a Ibongo. El proceso contra estos dos últimos no duraría mucho porque una vez Macías tomara el poder, serían dos de las personas a las que liquidaría, una práctica que Macías ejerció con frecuencia, Trevijano dedicaría toda su trayectoria a tratar de desvincularse de los crímenes de Macías asegurando que su proyecto de Constitución no fue el que se aplicó en aquel país.

Apoderado del Diario Madrid
Antonio García-Trevijano también fue asesor de Rafael Calvo Serer, el propietario del Diario Madrid, periódico del que acabó siendo apoderado y al que el relato oficial de la historia del periodismo presenta como un medio mítico "que fue cerrado por criticar el franquismo".
Trevijano, en cambio, sostiene que el cierre se debió a que el medio iba a morir por estar en quiebra y que trató de disimular esa quiebra provocando al régimen para darle un final más romántico. De hecho la celebre 'voladura' del edificio del periódico fue también obra de Trevijano, aunque se atribuya al franquismo y un ‘pelotazo' vía Sagar.
"Los redactores de aquel periódico, Miguel Ángel Aguilar, José Oneto, Miguel Ángel Gozalo...etc, siempre han rechazado la versión de Trevijano y prefieran una más romántica sobre el fin de aquel diario".
Trevijano estaba orgulloso de haber conseguido el cierre del periódico frustrando una operación de salvar el medio a cambio de que pasara a estar controlado por la Organización Sindical (es decir, Emilio Romero), operación que, de haber triunfado, hubiera salvado los puestos de trabajo pero impedido el símbolo de la 'voladura' del Madrid.

Portavoz de la Junta Democrática
El cargo más elevado que tuvo Trevijano en política fue cuando consiguió que le hicieran 'portavoz' de la Junta Democrática, una curiosa plataforma de partidos de oposición al franquismo en la que había partidos que demostrarían tener peso electoral (como el PSOE, el PCE y el PSP) con grupos que demostrarían ser irrelevantes a efectos electorales (Izquierda Democrática, democristianos, carlistas... o hasta José Luis de Vilallonga).
Calvo Serer y Trevijano aspiraban a liderar aquella plataforma en consideración a su gran nivel intelectual, capacidad económica y poder de comunicación que se atribuían.
Llegaron a intentar que Don Juan de Borbón aceptara ser el presidente de aquella plataforma y el Conde de Barcelona, según Trevijano llegó a estar a punto de aceptar (lo cuál hubiera sido un mazazo para el modelo de Transición que tramaban Don Juan Carlos, Suárez y Fernández Miranda).
Al final el conde se lo pensó mejor... o se lo hicieron pensar mejor los Sainz Rodríguez de turno y dejó tirado a Trevijano que, a pesar de haber sido asesor del Borbón padre y del Borbón hijo, a partir de ese momento fue firme opositor de la monarquía.

"El Dossier Trevijano"
Tampoco su carrera en la Junta Democrática duró mucho más, porque entonces se filtró a todos los medios el 'Dossier Trevijano' que redactó Donato Ndongo.
Un dossier que recordaba la asesoría de Trevijano al ahora sanguinario Macías y especulaba sobre negocios del hombre en aquel país. Aquel dossier fue aireado por los grandes periodistas de la época (Pedrojota Ramírez, José Oneto, Javier Nart, Jesús de las Heras, Carlos Semprún...).
Trevijano les demandó a todos, pero no pudo impedir que el PSOE, PCE y PSP rompieran con él por declararse ‘moralmente incompatibles' con él. En realidad el modelo de ‘las platajuntas' había muerto conforme iba evidenciándose que sólo socialistas y comunistas tenían peso electoral real de los que allí estaban.
A partir de quedar excluido de la Transición, Trevijano denunciaría que aquello no era una democracia real, sino una oligarquía de partidos encabezados por el PSOE.

Operación El País
Antonio García-Trevijano reapareció en titulares cuando se conoció su intento de comprar el periódico El País, cuyo accionariado estaba en aquellos momentos en pie de guerra entre Jesús Polanco por un lado y los areilcistas y fraguistas por el otro.
Aunque Trevijano llegó a tener un importante capital (con ayuda de Dario Valcárcel y Pérez Escolar, con los que luego acabó fatal) Polanco tenía el apoyo de la redacción (Juan Luis Cebrián) lo que fue decisivo para frustrar la operación. Trevijano no logró quedarse con PRISA, pero al menos sí hizo negocio con las plusvalías por la venta de sus acciones a afines a Polaco, concretamente Ramón Mendoza.

Operación Informaciones
Los intentos de Sebastián Auger por formar un grupo mediático en los años setenta encabezado con el diario Informaciones acabaron con un hundimiento total a principios de los ochenta.
El papel de Trevijano, abogado de Auger, en aquella historia no está claro. En sus memorias uno de los directores de Informaciones, Romero Gómez, lo cita como co-responsable del tema. En una entrevista en PD reconoce que Auger le ofreció dejarse asesorar intelectualmente por él, pero rechaza que tuviera un papel relevante en aquel proyecto.

AEPI: La conspiración republicana contra Juan Carlos I
Antonio García-Trevijano pasó entonces a ser columnista y tertuliano. José Luis Balbín le llevó varias veces a 'La Clave', alguna en TVE; pero en especial a la de Antena 3 TV. Como columnista, estuvo primero en el diario El Independiente, que cerró en 1991 por discutidos motivos. De ahí pasó a El Mundo de Pedrojota Ramírez donde adquirió cierta notoriedad.
Fue entonces cuando aceptó ser co-fundador de la AEPI, que venía a ser la plataforma de figuras de la prensa que tenían dos enemigos en común: el PSOE y el Grupo PRISA. Su presencia sirvió a que un viejo conocido de Trevijano, José Luis de Vilallonga, le presentara como un conspirador que con ayuda de Pedrojota quería tumbar al Rey Juan Carlos para ponerse en su lugar.
Aquella peculiar teoría - reproducida por PRISA y La Vanguardia - sirvió para que Trevijano sacara por aquellas un libro que tendría notorio éxito en ventas, 'El Discurso de la República' - gracias a la publicidad que le hicieron aquellos. Al final la AEPI se fue a hacer puñetas por las peleas internas de sus miembros, peleas en las que Trevijano rehusó participar.

Sogecable: La conspiración mediática contra Polanco y Cebrián
García-Trevijano fue señalado como ‘el cerebro' de una peculiar operación que pretendía presentar el uso de los depósitos de los descodificadores de los directivos de PRISA como una ‘apropiación indebida' y ‘falsedad documental' en un proceso llevado a cabo por el juez Javier Gómez de Liaño, que acabaría expulsado de la carrera judicial por intentar aquello. El ex amigo de Liaño, Baltasar Garzón, aseguró que este actuaba asesorado en todo momento por Trevijano que hasta supervisaba sus resoluciones. Trevijano, preguntado por PD, sólo reconoció haber sido consultado.
¿Y por qué lo hacía Trevijano? Según Garzón porque era asesor de Televisa España / Vía Digital, que competía con la plataforma de PRISA y, si se quería algo más romántico: porque liquidando a PRISA se impulsaba según aquella versión, el ‘cambio de régimen de España'.

El caso Villapalos
El nombre de Antonio García-Trevijano volvería a salir cuando el rector de la Complutense Gustavo Villapalos tuvo que sentarse en el banquillo por determinados pagos realizados a abogados para solucionar problemas de querellas, en los que aparecían nombres vinculados a Banesto, Manuel Garrido o el citado Trevijano (al que Villapalos habría pagado 15 millones de pesetas por servicios). El PSOE y el fiscal Bermejo llevaron a Villapalos a los tribunales, pero fue absuelto.

A la radio y con seguidores
Trevijano rompió con la AEPI de Pablo Sebastián y rompió con El Mundo de Pedrojota Ramírez, con el que no quedó demasiado contento.
Pero en cambio siempre mantuvo una estima hacia Luis María Anson (fue colaborador de La Razón), que probablemente le dedique una de sus canelas en breve.
No obstante se aparató de toda colaboración mediática que no fuera controlada por él, estableció una radio para poder dar su opinión sobre la actualidad y sobre la prensa y demostró que tenía a su alrededor un grupo de incondicionales dispuestos a defenderle a muerte en las redes.
Elogiado siempre por una prodigiosa memoria aceptaba con gusto resolver dudas y dar su versión de sucesos y hechos de los que fue protagonista. En su currículum queda haber sido abogado de relevantes causas y haberse codeado con poderosos, pero no haber sido ni presidente de la República, ni propietario de El País.

Muere Antonio García-Trevijano, el jurista que soñaba con una Tercera República


MADRID.- El jurista, abogado, político y pensador republicano Antonio García-Trevijano ha fallecía anoche los 90 años, según ha informado hoy jueves el Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC), del que era fundador y presidente. Nacido en Alhama de Granada (Granada) el 18 de julio de 1927, destacó por su lucha en defensa de la libertad y por su activismo contra la dictadura franquista.

Nacido en Alhama de Granada (Granada) el 18 de julio de 1927, destacó por su lucha en defensa de la libertad y por su activismo contra la dictadura franquista. Rechazaba definirse como republicano y aseguraba ser 'repúblico', "un estadista de la República" que forma parte del pueblo "que contribuye activamente a cambiar la naturaleza de la política", según ha defendido públicamente en varias ocasiones.
Casado y con dos hijos, Antonio García-Trevijano fue uno de los organizadores de la reunión clandestina de CCOO en la fábrica de Medias Vilma (Plaza de Castilla) que preparó la huelga de octubre de 1967.
Profesor de Derecho Mercantil en la Universidad de Granada, en 1974 fue el coordinador y redactor del manifiesto de la Junta Democrática de España. Posteriormente, tuvo un papel relevante en la fusión de ésta con la Plataforma de Convergencia, dando lugar a la 'Platajunta', un organismo unitario de oposición al régimen dictatorial que buscaba la amnistía, la libertad política y la convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes.
Fundador en 1977 de la revista Reporter, denunció en ella lo que consideraba una traición por parte los partidos clandestinos legalizados por Adolfo Suárez contra el compromiso de no aceptar Constitución alguna que no saliera de un período de libertad constituyente que diera a la República la oportunidad de ser elegida.
Miembro fundador de la Asociación de Escritores y Periodistas Independientes (AEPI) en 1998, junto con directores de prensa y radio, con el objetivo, según él mismo reconoció, de echar a Felipe González por su corrupción y por sus crímenes.
Antonio García-Trevijano ha publicado numerosos artículos en los principales periódicos de España como Informaciones, El País, El Independiente, El Mundo, ABC y La Razón
En 1974 fue el coordinador y redactor del manifiesto de la Junta Democrática de España. Posteriormente, tuvo un papel relevante en la fusión de ésta con la Plataforma de Convergencia, dando lugar a la famosa 'Platajunta'.
Fundador en 1977 de la revista 'Reporter', ha publicado numerosos artículos en los principales periódicos de España y es autor de varios libros sobre pensamiento político, entre los que se encuentran, 'El discurso de la República', 'Frente a la gran mentira' o 'Pasiones de servidumbre'.
También destacan sus obras 'Teoría Pura de la República', 'Ateísmo estético, arte del siglo XX: de la modernidad al modernismo' o 'Del Hecho Nacional a la Conciencia de España o el 'Discurso de la República'.
Era el fundador y presidente Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional, que nace en 2006, centrado en defender que en España no hay democracia con el régimen actual, en el que impera un Estado de partidos, oligarquía de partidos o partidocracia.