MADRID.- La batalla por la presidencia de Prisa
y el control del primer grupo de comunicación de España ha escalado a
un estadio ajeno a la propiedad de las acciones y al análisis puramente
financiero. Según han confirmado fuentes de los accionistas de la
compañía editora de 'El País', Juan Carlos I ha pedido a los principales ejecutivos de Telefónica, CaixaBank y Banco Santander que cesen "el hostigamiento" a Juan Luis Cebrián, cuyo liderazgo al frente del 'holding' de medios impresos y radiofónicos ha sido puesto en tela de juicio, según avanza hoy www.elconfidencial.com
Según han indicado las mismas fuentes, don Juan Carlos ha solicitado expresamente a César Alierta,
consejero de Telefónica, que frene los movimientos para destituir al
presidente de Prisa. Alierta encabeza las negociaciones para facilitar
una salida pactada a Cebrián, que hasta la fecha se ha negado a ceder a
las presiones de accionistas y acreedores descontentos con la gestión
del grupo de medios.
La batalla por la presidencia de
Prisa
y el control del primer grupo de comunicación de España ha escalado a
un estadio ajeno a la propiedad de las acciones y al análisis puramente
financiero. Según han confirmado fuentes de los accionistas de la
compañía editora de 'El País',
Juan Carlos I ha pedido a los principales ejecutivos de Telefónica, CaixaBank y Banco Santander que cesen "el hostigamiento" a
Juan Luis Cebrián, cuyo liderazgo al frente del 'holding' de medios impresos y radiofónicos ha sido puesto en tela de juicio.
Según han indicado las mismas fuentes, don Juan Carlos ha solicitado expresamente a César Alierta,
consejero de Telefónica, que frene los movimientos para destituir al
presidente de Prisa. Alierta encabeza las negociaciones para facilitar
una salida pactada a Cebrián, que hasta la fecha se ha negado a ceder a
las presiones de accionistas y acreedores descontentos con la gestión
del grupo de medios.
Alierta ha mantenido
varias reuniones con Cebrián para convencerle de las ventajas de echarse
a un lado para facilitar el futuro de Prisa, cuya grave situación
financiera ha provocado
un hundimiento de la cotizacion y pérdidas millonarias para sus principales accionistas y acreedores. A uno de estos encuentros asistió Isidre Fainé,
en representación de CaixaBank, al que también ha llamado don Juan
Carlos para que detenga el cerco al reconocido periodista. Lo mismo ha
sucedido con el entorno de Ana Botín, presidenta del
Banco Santander. Los tres han tomado nota de la petición del Rey
emérito, que sigue teniendo una gran influencia entre el viejo
'establishment' bancario.
No es la primera vez que Juan Carlos I
interviene en un conflicto accionarial para intentar proteger a algunos
de sus empresarios próximos. Actuó de igual forma en octubre de 2015,
cuando hizo una ronda de llamadas a los principales bancos españoles
para que
salvaran a Abengoa y, de paso, a la familia Benjumea,
con la que tiene una relación muy cercana. Prueba de ello es que los
empresarios andaluces colocaron en varios de sus consejos a Carlos de Borbón-Dos Sicilias, primo del monarca, y a Alberto Aza, exjefe de la Casa Real. No obstante, su afán cayó en saco roto.
Telefónica es dueña del 13% de Prisa, de la que CaixaBank tiene el 3,6% y
Santander, un 4%. Alierta está liderando un pacto tácito para sumar
esta participación del 22% y agregarla al 19% que posee Amber Capital,
el fondo de capital riesgo que se ha mostrado más hostil contra
Cebrián. De hecho, este año ha votado en contra de la política de
retribuciones del consejo de la compañía, cuyo principal beneficiario es
su presidente. Un informe de remuneraciones que tampoco fue aprobado
por los consejeros independientes después de que el editor de la Cadena
SER cerrase 2016 con unas pérdidas de 67,9 millones de euros.
La mayoría del capital, en juego
Todos estos paquetes sumarían un 40% del capital de
Prisa, oposición más que suficiente, en opinión de Alierta, para forzar
la destitución de Cebrián, ya sea de forma pactada, como ha intentado
hasta ahora, o por petición expresa en la próxima junta general de
accionistas. A diferencia de los últimos tres años, cuando el acto en el
que el presidente rinde cuentas ante los dueños del capital se celebró
en abril, distintas fuentes aseguran que el primer directivo de la
compañía va a intentar postergar la celebración de la junta a junio.
Esa maniobra permitiría ganar tiempo para llegar a esa cita con
la venta de Santillana
apalabrada, operación que de cerrarse permitiría a Prisa pagar los 958
millones de euros que vencen en 2018. Este factor es el que más está
presionando a la baja la cotización de editora de medios y el que más
preocupa al propio Cebrián, que sabe que su futuro pasa por traspasar el
75% de la compañía de libros educativos a un precio que satisfaga los
intereses de los acreedores. De no conseguirlo, su posición será muy
difícil de sostener, pese a los esfuerzos de don Juan Carlos y de
Alfredo Pérez Rubalcaba, miembro del consejo editorial de 'El País', quien también se ha movido con los empresarios.
De momento, Cebrián considera que algunos accionistas están generando
"mucho ruido" en relación a su continuidad como presidente. En una
reciente y poco habitual entrevista a la agencia estatal EFE, el primer
ejecutivo de Prisa ha indicado que estos accionistas están "aplicando
las tácticas habituales de esos inversores que buscan soluciones a corto
plazo para sus intereses, y no parecen preocupados por soluciones a
medio y largo plazo en interés del resto de los accionistas y la
compañía". En ningún momento, identificó a los propietarios del capital
del grupo al que se refería con estas acusaciones, pero fuentes próximas
al conflicto aseguran que sus palabras iban dirigidas a Amber Capital y
a Telefónica, y de forma indirecta a CaixaBank y Banco Santander.
"Hasta donde yo sé, y tengo buenas razones para saberlo, la mayoría del capital apoya a la actual dirección,
independientemente de que es previsible que haya cambios en el futuro,
que yo mismo anuncié hace más de un año", dijo la semana pasada. Una
aseveración de la que el grupo opositor discrepa, puesto que da por
hecho que el 9,5% del capital en manos de HSBC, a su vez uno de los principales acreedores, está de su parte.
Públicamente,
el banco británico se ha mantenido hasta la fecha totalmente neutral en
esta batalla. Su principal objetivo, como la de
los 'hedge funds' que controlan la deuda,
es recuperar algo del dinero prestado a Prisa, dando por perdidos
varios cientos de millones. La entidad no quiere entrar en ninguna
guerra accionarial. No obstante, en el entorno de los accionistas es
sabido que HSBC le tiene poco apego a Cebrián. De hecho, las diferencias
entre la entidad y el reconocido periodista han sido puestas de
manifiesto en las distintas reuniones para la refinanciación de la deuda
y las decisiones para vender activos y repagar el pasivo a las que se
oponía la compañía.