domingo, 5 de noviembre de 2017

Tan solo es una niña / Jaime Peñafiel *

Leonor de Borbón y Ortiz cumple… 12 años. Se trata, como nuestros lectores saben muy bien, de la primogénita de Felipe y Letizia. Su nacimiento no supuso ningún problema constitucional. El artículo 57 no le afectaba ya que “la sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura…”. Ella lo era. Y lo seguiría siendo  siempre que el segundo embarazo de Letizia fuera… otra niña. Como así fue con el nacimiento de Sofía. 

Otra cosa,  si este segundo fruto de su matrimonio hubiera sido… un niño. Leonor habría perdido, en beneficio de su hermano. Porque, según ese artículo 57, “en el mismo grado… el varón a la mujer”.

Con motivo del aniversario de aquel día, periódicos y revistas están dedicando artículos y reportajes. Algunos de ellos muy cortesanos, hasta el extremo de escribir, como hace la compañera Mabel Galaz de El País, a quien admiro, que “Leonor es una princesa bien informada”. Más correcto sería escribir “bien educada”. Y eso de que se aproveche el desayuno y la cena para contarle a la niña lo que pasa en España, ¿quién te lo ha contado?

Se olvida, como el resto de periodistas, que se trata, tan sólo,  de una niña que, según sus padres, ” lo más parecida a una niña de su edad”. Como su hermana Sofía. Difícil con una prensa tan cortesana como la española.

Nunca olvidaré lo que  don Juan Carlos dijo en su día: “Tan sólo es uno de mis ocho nietos”. Con la única diferencia, por el momento: de llevar el título de Princesa de Asturias, como heredera de su padre.

Pero hablar y escribir de esta niña como la “futura reina de España” es ignorar las palabras del ex rey Faruk de Egipto: “Dentro de unos años en el mundo sólo quedarán cinco reyes, los cuatro de la baraja y la reina de Inglaterra”.

Estas palabras no dejan de ser consecuencia del sentimiento de un soberano que acababa de perder el trono. Pero, si tenemos en cuenta la evolución de este mundo cada vez  más globalizado y democrático, hablar y escribir de esta niña de … 12 años como reina de España es, cuando menos, ridículo.

Y eso, querida, de que está estudiando… chino no te lo creas.  De ser cierto sería una tortura china para la niña que, eso sí, domina ya, al igual que su hermana, el inglés, una lengua que se estudia en todos los colegios, públicos y privados.

En el artículo que comentamos,  se escribe que “es lógico pensar que cuando Leonor sea mayor, (largo me lo fiáis) recibirá formación  militar ya que, constitucionalmente, estará un día al mando supremo de las Fuerzas Armadas y tendrá  la graduación de general de ¿cinco estrellas?”.  Más bien va a ser que no, querida.

Según Yolanda Gómez, catedrática de Derecho Constitucional de la UNED y autora  de “La Monarquía parlamentaria. Familia real y sucesora a La Corona” (Hidalguía 2008), “Leonor nunca tendrá la impronta de un jefe militar varón”.

Por ello,  pienso que la reforma de la Carta Magna  no sólo afectará al artículo 57 de la Corona, tan discriminatorio y machista, sino también al artículo 62 apartado “h” sobre “corresponde al Rey el mando supremo de las Fuerzas Armadas”. En algunas monarquías europeas, las futuras reinas ya no ostentarán este mando militar.

Y sobre el futuro de esta niña, no he querido especular más. Pero basta pensar que su padre, a punto de cumplir cincuenta años, todavía puede vivir treinta o cuarenta (¡larga vida a Su Majestad!). Para entonces, a lo peor, ni existen ya las monarquías y España no se sabe ya lo que será.


(*) Periodista


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