Según un portavoz oficial, "se ha tomado nota de la petición,
como de muchas otras que hemos recibido".
La
intención de Iglesias de verse con el rey fue anunciada por el líder de
Podemos en una entrevista que la agencia Reuters publicó el día 9. El
anuncio se enmarcó en un contexto de alabanzas al monarca, de quien
llegó a decir que "tendría muchas posibilidades de ganar unas
elecciones".
Halagos al margen, y según todas las fuentes consultadas,
parece improbable que ese encuentro tenga lugar antes de las elecciones
generales.
Cuando el rey todavía era príncipe tenía la posibilidad
de conceder audiencias privadas, señala una fuente conocedora del
funcionamiento interno de la Casa Real. En ese contexto "habría cabido"
un encuentro con Iglesias. Pero las reuniones del rey son audiencias
públicas, y deben tener un motivo objetivo para ser convocadas.
"El contexto de campaña electoral constante desaconseja que el rey
reciba a un candidato", señala el catedrático de Derecho Constitucional
de la Universidad Complutense, Javier García. De haber conseguido su
objetivo de fotografiarse con el monarca, los de Iglesias habrían
logrado un objetivo evidente: mejorar su imagen ante quienes señalan a
Podemos como un partido radical y fuera del sistema.
El rey es quien propone al candidato a la presidencia
Al margen de los beneficios que la figura del rey pueda ofrecer a un
político, su papel en este contexto político es más relevante que nunca.
De confirmarse el empate a cuatro que auguran algunas encuestas, Felipe
VI tendrá un papel decisivo en la elección del nuevo presidente.
Según la Constitución, es al jefe del Estado a quien corresponde
trasladar la propuesta de un candidato a las Cortes Generales a través
del presidente del Congreso. Antes de proponer un nombre, Felipe VI
tendrá que entrevistarse con todos los portavoces de los grupos elegidos
en las urnas.
Si el mapa político resultante de las
elecciones generales obliga a pactos para formar Gobierno, el jefe del
Estado deberá proponer a aquel que considere con mejor posición para
conseguir ese pacto y no necesariamente al que haya obtenido mayor
número de votos.
En caso de que pasados dos meses después de la
propuesta el Congreso no se ponga de acuerdo para investir presidente,
la Cámara baja y el Senado quedarían disueltos automáticamente y se
procedería a convocar nuevas elecciones.
La idea de
Podemos de pedir audiencia con el rey tiene un precedente en 1979. En
aquel año, el dirigente del Partido Comunista Ramón Tamames decidió
llamar directamente a Sabino Fernández Campo (secretario del rey) para
solicitar audiencia. Tamames argumentó que, como la candidatura del PCE
al Ayuntamiento de Madrid era ya un hecho, eso les habilitaba para
citarse con el monarca. Zarzuela nunca atendió aquella petición.