domingo, 5 de abril de 2015

Los Reyes reaparecen con sus hijas en la misa de Pascua de la catedral de Palma

PALMA DE MALLORCA.- Los Reyes, sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, y la reina Sofía asisten a la misa del Domingo de Resurrección en la catedral de Mallorca, como es tradición durante la estancia de la familia real en la isla por las vacaciones de Pascua. 

Quien no les ha acompañado en esta ocasión es don Juan Carlos, que el año pasado sí que acudía a la Catedral de Mallorca como Rey, pero esta vez ha cedido el testigo a su hijo, Felipe VI.
Unas seiscientas personas, entre turistas y curiosos, se han congregado a las puertas de la catedral para ver a la Familia Real y les han recibido con vítores a su llegada, unos minutos antes de las 12 del mediodía.
El Monarca ha llegado conduciendo su propio vehículo, acompañado de la reina Letizia, sus hijas y la reina Sofía. 
El obispo de Mallorca, Javier Salinas, acompañado de los miembros del cabildo catedralicio y acólitos, les han recibido a las puertas de la catedral. Junto a ellos, se encontraban también el presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, y la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Salom.

Lo más probable es que la petición de audiencia de Pablo Iglesias sea rechazada por Zarzuela

MADRID.- Pablo Iglesias quiere una foto con el rey pero no la tendrá antes de las elecciones generales. La decisión no está tomada, según fuentes de Zarzuela consultadas por el eldiario.es, pero todo apunta a que la Casa del Rey rechazará amablemente el ofrecimiento de Podemos

Según un portavoz oficial, "se ha tomado nota de la petición, como de muchas otras que hemos recibido".
La intención de Iglesias de verse con el rey fue anunciada por el líder de Podemos en una entrevista que la agencia Reuters publicó el día 9. El anuncio se enmarcó en un contexto de alabanzas al monarca, de quien llegó a decir que "tendría muchas posibilidades de ganar unas elecciones". 
Halagos al margen, y según todas las fuentes consultadas, parece improbable que ese encuentro tenga lugar antes de las elecciones generales.
Cuando el rey todavía era príncipe tenía la posibilidad de conceder audiencias privadas, señala una fuente conocedora del funcionamiento interno de la Casa Real. En ese contexto "habría cabido" un encuentro con Iglesias. Pero las reuniones del rey son audiencias públicas, y deben tener un motivo objetivo para ser convocadas.
"El contexto de campaña electoral constante desaconseja que el rey reciba a un candidato", señala el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense, Javier García. De haber conseguido su objetivo de fotografiarse con el monarca, los de Iglesias habrían logrado un objetivo evidente: mejorar su imagen ante quienes señalan a Podemos como un partido radical y fuera del sistema. 

El rey es quien propone al candidato a la presidencia 

Al margen de los beneficios que la figura del rey pueda ofrecer a un político, su papel en este contexto político es más relevante que nunca. De confirmarse el empate a cuatro que auguran algunas encuestas, Felipe VI tendrá un papel decisivo en la elección del nuevo presidente.  
Según la Constitución, es al jefe del Estado a quien corresponde trasladar la propuesta de un candidato a las Cortes Generales a través del presidente del Congreso. Antes de proponer un nombre, Felipe VI tendrá que entrevistarse con todos los portavoces de los grupos elegidos en las urnas.
Si el mapa político resultante de las elecciones generales obliga a pactos para formar Gobierno, el jefe del Estado deberá proponer a aquel que considere con mejor posición para conseguir ese pacto y no necesariamente al que haya obtenido mayor número de votos. 
En caso de que pasados dos meses después de la propuesta el Congreso no se ponga de acuerdo para investir presidente, la Cámara baja y el Senado quedarían disueltos automáticamente y se procedería a convocar nuevas elecciones.
La idea de Podemos de pedir audiencia con el rey tiene un precedente en 1979. En aquel año, el dirigente del Partido Comunista Ramón Tamames decidió llamar directamente a Sabino Fernández Campo (secretario del rey) para solicitar audiencia. Tamames argumentó que, como la candidatura del PCE al Ayuntamiento de Madrid era ya un hecho, eso les habilitaba para citarse con el monarca. Zarzuela nunca atendió aquella petición.  

Felipe y Juan Carlos: dos gallos en un corral / Joaquín Abad *

Igual que en un corral sólo un gallo ejerce de jefe, creo que en las monarquías no pueden coexistir dos reyes al mismo tiempo. Y viene esto a cuenta de la pantomima que Rajoy y Rubalcaba pactaron cuando a Juan Carlos se le obligó a abdicar a favor de su hijo Felipe. La monarquía juancarlista estaba tan deteriorada, después de décadas de golferías amorosas y económicas, que fue preciso apartar al anciano monarca de la institución. Pero se le concedió, absurdamente, que siguiera ostentando lo de Rey...

Y claro, el Rey ha seguido por donde acostumbraba. Viajando en calidad de Rey a Uruguay, por ejemplo, donde mis colegas periodistas no entendía que a la vez hubiera otro rey en España... Es como si hay un jefe de república que es sustituido pero sigue llamándose jefe de la república y como tal viaja por todo el mundo, a cuenta del Patrimonio, claro, que su dinero, su inmensa fortuna la guarda a buen recaudo en vete a saber qué paraísos fiscales. Todavía está por aclarar los pormenores de la famosa "herencia" que su querido padre don Alfonso de Borbón le dejó en una cuenta de Suiza. Imaginamos que como gozaba de inmunidad jurídica, y sigue gozando, claro, aquello que publicaron los medios informativos nunca se aclarará.

Porque uno de los pactos para que abdicara en favor de su hijo Felipe era que se le garantizara inmunidad de todas las golferías varias cuyos casos pudieran terminar en algún juzgado. Y claro, la primera en la frente. Las dos demandas de paternidad que le reclamaron una supuesta hija belga y un supuesto hijo catalán, Ingrid Sartiau y Albert Sola Jiménez, duermen en el baúl del olvido del Supremo, que ha tenido a bien archivar las causas sin obligar al Rey Juan Carlos a que se someta a la famosa prueba de ADN que a otros mortales, de sangre roja, que no azul, les obliga. 

El Rey Juan Carlos no para de hacer bussines. No para de viajar, más a encuentros en Mónaco, en Londres, que en países sudamericanos. Siempre dando sablazos, claro. Y quizá recuperando comisiones de sus gestiones en favor de ciertos empresarios. Pero ante la opinión pública española, ante la prensa internacional chirría lo de que se pasee por medio mundo como Rey Juan Carlos. Los de Uruguay se preguntaban que era entonces Felipe, si Juan Carlos era el Rey... Menudo quilombo, como dirían los argentinos.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com