domingo, 24 de mayo de 2015

El rey emérito Juan Carlos I y la princesa Corinna vivirán en un chalé de Somosaguas

MADRID.- La relación entre la supuesta princesa Corinna Zu Sayn-Wittgentein y el rey emérito Juan Carlos I, lejos de lo que algunos portavoces de Zarzuela afirman, está bastante más consolidada de lo que pretenden los consejeros de la Corte, según http://www.mil21.es

Tras el incidente de Botswana, donde ambos se hallaban cazando elefantes y que terminó en accidentado regreso a España y hospitalización del monarca, los servicios secretos prácticamente la expulsaron del territorio nacional como si fuera una apestada. Aquello dejó una marca agria en el comportamiento de las autoridades españolas con la amada del rey y llego a manifestar que no tenía intención de regresar nunca más.

Pero parece que Juan Carlos está decidido a pasar el resto de sus días en compañía de la princesa Corinna, aunque ya haya desistido a divorciarse de Sofía de Grecia, dado que supondría un nuevo escándalo en la casa real con el reparto de gananciales, como establece la ley española, donde saldrían a relucir los miles de millones que Juan Carlos ha acumulado de sus comisiones. Dinero que se encuentra en diferentes paraísos fiscales y opacos a la Hacienda española.

El chalé donde ambos vivirán se halla en la calle Siete Cerros, de una exclusiva urbanización de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, con acceso restringido, y tras varios años de obras está siendo decorado por la propia princesa Corinna. La pareja de Juan Carlos y su novia tendrán vecinos de postín como son el ex presidente Felipe González, la pareja Aznar-Botella, el cantante Miguel Bosé así como la familia Botín.

La parcela está a nombre de una empresa interpuesta, como es natural, pero que fue adquirida con fondos del monarca y todos los gastos corren a cargo del que se dice uno de los hombres más ricos de Europa.

Los Reyes celebran su undécimo aniversario de boda

MADRID.- Si echamos la vista al presente podemos ver hoy en día a los Reyes de España llevando un matrimonio estable, compenetrado y en el que disfrutan de su vida social de una manera muy cercana al pueblo.

Este año han celebrado su undécimo aniversario presidiendo la Jura de Bandera de los nuevos Guardias Civiles en el cuartel de El Pardo.
Un acto seguramente muy especial para ellos, ya que aunque no es el primer año de casados, sí lo celebran como el primero siendo Reyes de España.

jueves, 7 de mayo de 2015

La prensa, complice de Juan Carlos / Joaquín Abad *

Tras la lectura del libro de Ana Romero, Final de Partida, sobre la última etapa de Juan Carlos, como rey y como persona, saco algunas conclusiones. La más trágica, la que más me duele porque llevo la libertad, la independencia del periodismo en mi ADN desde que empecé las prácticas al final del régimen de Franco, es la complicidad de la prensa. 
 
Leo que desde que era príncipe, nuestro Rey Juan Carlos ha sido todo un golfo. Siempre se ha comportado como un auténtico egoísta, buscando sólo diversión y acercándose a amigos adinerados a los que sablear. Y siendo la primera autoridad del Estado ha coleccionado centenares de amantes despreciando, humillando a su esposa, la Reina Sofía de Grecia, a la que le restregaba en público la querida de turno. 
 
Y en la prensa, que lo sabía, que lo fotografiaba, nada se decía. Nada se publicaba. En la mayoría de casos por esa especie de pacto no escrito entre los directores de los medios que ignoraban las golferías del Jefe del Estado español. Vamos, como si de la familia Franco se tratara, sólo que España no era ya una dictadura militar y la libertad de prensa estaba respaldada por la Constitución.

Son muchas las ocasiones que editores de revistas del corazón han comprado fotos comprometidas, reportajes escandalosos de Juan Carlos para guardarlos en el cajón del olvido y luego, quien sabe, utilizarlos para obtener favores. Otras ocasiones, miles, son los propios directores que reciben la llamada de Zarzuela solicitando que no se publicara tal o cual información que en nada favorecía la imagen social del Rey de España. 
 
El Mundo de Pedro J. Ramírez era uno de los pocos que se resistía a las presiones pero no obstante se resguardaba reproduciendo lo que revistas italianas, o inglesas, publicaban de nuestro monarca que lo fotografiaban en pelota picada, en algún yate, con la amante de turno. 

Fue a partir de Botswana, cuando nos enteramos que nuestro Rey se dedicaba a matar elefantes en plena crisis económica, con colas de miles y miles de españoles en los comedores de Cáritas, que se terminó con esa complicidad. Nuestra primera autoridad estaba por encima del bien y del mal. Para él no había crisis, ni había nada que le impidiera irse de cacería a Africa junto con su última amante, la denominada princesa Corinna. 

La prensa, los periodistas, los editores, han sido los cómplices durante cuarenta años de los excesos de un monarca que ha disfrutado de quizá un millar de amantes, y que se sabe que ha amasado una fortuna mil millonaria. Cómplices de un mal ejemplo social y económico y que se ha rodeado de una corte de empresarios que hacían negocios gracias al tráfico de influencias que se emanaba desde la propia Zarzuela. ¿O no?
 
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com