BRUSELAS.- Bélgica llora a Fabiola de Mora y Aragón, viuda de Balduino I y reina de los belgas durante más de treinta años,
mientras comienzan los preparativos para que los ciudadanos puedan
darle un último adiós antes del funeral nacional que se celebrará el
próximo viernes en la catedral de Bruselas.
A lo largo de la
jornada y desde que se conoció en la tarde del viernes la muerte de
Fabiola a los 86 años, muchos ciudadanos han depositado flores, velas y
cartas en el palacio de Stuyvenberg, en la capital belga, donde la reina
vivió con discreción los últimos años de su vida y donde falleció ayer.
El Gobierno belga, reunido en un Consejo de Ministros extraordinario, decidió, a propuesta del rey Felipe de los belgas, celebrar un funeral nacional el próximo viernes,
12 de diciembre, y decretar una semana de duelo nacional que comenzó
hoy sábado y concluirá el viernes, día de las exequias, según informó el
primer ministro, Charles Michel, en un comunicado.
Durante este
tiempo, las banderas de los edificios públicos nacionales ondearán a
media asta y los actuales monarcas, Felipe y Matilde, mantendrán
suspendida su agenda oficial de actividades, lo que ha incluido aplazar
la visita al Vaticano que tenían prevista para la próxima semana.
Los funerales tendrán lugar a las 09.00 horas GMT del próximo viernes en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula de la capital belga, según detalló el Palacio Real en un comunicado.
Los
restos mortales de la reina serán trasladados en la mañana del lunes
del palacio de Stuyvenberg a la capilla del palacio de Laeken -ambos muy
próximos-, residencia oficial de los monarcas.
En la tarde del
martes el cuerpo será trasladado al Palacio Real de Bruselas, en el
centro de la ciudad, donde el público podrá rendir un último homenaje a
Fabiola el miércoles y el jueves.
El primer ministro ha puesto en marcha un "grupo de coordinación" entre el Palacio Real, la oficina del primer ministro y los ministerios de Interior, Defensa y Exteriores para preparar estos eventos.
"La
reina Fabiola era una personalidad fuerte que ha contribuido a marcar
la historia de nuestro país. Ella fue, junto al rey Balduino, una reina
al servicio de su país", declaró Michel, quien agregó: "Guardamos su
sentido de la proximidad con todos nuestros conciudadanos, especialmente
los más débiles", así como su "compromiso con el arte y la cultura".
Por su parte, el gran duque Enrique de Luxemburgo
-primo del monarca belga-, expresó hoy sus condolencias en nombre de su
familia en un telegrama, en el que aseguró que guardarán un "recuerdo
emocionado y de agradecimiento a una reina que puso todas sus cualidades
de espíritu y corazón al servicio del reino, de su esposo y el bienestar
de sus conciudadanos".
Precisamente fue en la catedral de
Bruselas, que la despedirá el próximo viernes, donde la reina Fabiola
hizo su última aparición pública, el 31 de julio de 2013, con ocasión de
un homenaje a su esposo, Balduino, en el vigésimo aniversario de su
muerte.
En esa ocasión Fabiola quiso estar presente a pesar de su delicado estado de salud y de que se desplazaba en silla de ruedas.
La
cadena RTBF subrayó que el "contexto es diferente" a cuando falleció
Balduino I en 1993 cuando se encontraban de vacaciones en su casa de
Motril (en Granada, sur de España).
Por el momento, un "goteo" de
ciudadanos ha querido recordar a Fabiola dejando mensajes o flores en la
valla de su palacio, en un ambiente de sobriedad.
La cadena francófona también destacó las "reacciones divididas" que el fallecimiento de la reina ha provocado en la comunidad flamenca del país.
"Ya
no formaba parte de la vida pública, no es una figura que tenga un
significado emocional para mí", decía una joven flamenca entrevistada en
la RTBF, y añadía que su recuerdo de la reina se limitaba a cuando
había estudiado en la escuela primaria. Otro joven flamenco señalaba que
Fabiola "hizo bien su trabajo" como reina, y que eso era lo importante.
El
nombre de Fabiola volvió a ocupar las primeras páginas de la prensa en
2012, cuando salió a la luz que, con su fundación privada "Fons Pereos"
en Bélgica, podía evitar que sus herederos pagaran impuestos de
sucesión, una institución que finalmente quedó disuelta.
El portavoz de los obispos de Bélgica, Tommy Scholtès, declaró a la RTL que, en su opinión, los funerales serán "alegres, verdaderamente a la imagen de la reina Fabiola,
con una apertura muy grande y, al mismo tiempo, una fuerte convicción",
en alusión al fervor católico que siempre mostró Fabiola.
Por su
parte, el director de comunicación del Palacio Real, Pierre-Emmanuel De
Bauw, indicó a ese medio que, aunque la reina tenía problemas de salud
en los últimos años -osteoporosis y problemas respiratorios-, "no había
dado en los últimos días muestras de que fuera a fallecer".