sábado, 25 de octubre de 2014

Felipe VI defiende "nuevos proyectos que hagan soñar"

OVIEDO.- "Para una sociedad lo peor no son los fracasos, sino que no haya iniciativas o nuevos proyectos que hagan soñar", ha manifestado hoy el Rey durante su visita junto a la Reina la localidad de Boal, el concejo asturiano de 1.700 habitantes declarado este año Pueblo Ejemplar de Asturias.

Don Felipe se ha referido con estas palabras al ejemplo que los vecinos de este pequeño pueblo han dado con su capacidad para "llevar adelante -y unidos- tantos proyectos, convencidos de que incluso los mayores sacrificios se hacen con más impulso si se comparten no solo los éxitos, sino también las dificultades".
Porque Boal, al oeste del Principado, tiene una historia marcada por la actitud "altruista", ha destacado el Rey, de sus emigrantes, que a comienzos del siglo pasado buscaron una vida mejor en Cuba y desde el otro lado del Atlántico hicieron generosas aportaciones para mejorar sus infraestructuras y su educación, germen del actual movimiento asociativo que ha merecido el reconocimiento del jurado.
La llamada Sociedad de los Naturales del Concejo de Boal en La Habana, fundada en 1912, sufragó la construcción de 21 escuelas del Principado, "un hecho único en la historia de Asturias, digno de todo elogio y reconocimiento", ha destacado el Monarca.
Se trata de la primera vez que don Felipe y doña Letizia entregan como Reyes el galardón de Pueblo Ejemplar que cada año designa la Fundación Príncipe de Asturias, y que en esta ocasión distingue al movimiento asociativo de Boal, con 22 asociaciones ciudadanas.
Para el Rey, los habitantes de este enclave pueden sentirse "muy orgullosos" de su modo de convivencia, "basado en la honradez, el trato continuo, el afecto, el hacer honor a la palabra dada y la solidaridad, a la vez que el respeto a la naturaleza y el vivir en armonía con ella".
El monarca ha pronunciado su discurso en la Plaza de los Emigrantes de Boal, cuyo alcalde, José Antonio Barrientos, le ha explicado cómo en esta tierra de hombres de campo sus gentes han sido capaces de "reciclarse y diversificarse" laboralmente sin olvidar sus raíces y "fijar su propio rumbo".
Los boaleses, entusiasmados con las palabras de don Felipe, han abarrotado la plaza y han ocupado por completo el recorrido que los Reyes han hecho por la localidad, tras unas vallas que no les han impedido saludarlos, hacerles fotos, e incluso dejarles a bebés que doña Letizia no ha tenido impedimento en coger en brazos.
Durante la visita han sido casi constantes los aplausos, los vítores y las muestras de cariño de los habitantes de la localidad, cuyas casas, muchas de ellas de indianos que hicieron fortuna en América, estaban engalanadas con banderas nacionales y asturianas.
Consciente de que se trata de una tierra de emigrantes, el Rey se ha referido a la "melancolía" de sus gentes por los que se marcharon.
"Conocéis muy bien la añoranza, la mirada desde la lejanía, el deseo del regreso y la entrega solidaria de los que emigraron para mejorar la vida de los que aquí quedaron", ha apuntado.
Desde América, los indianos apoyaron a sus paisanos para que pudieran salir adelante, una actitud altruista que, ha apostillado, "ayudó a que prendiera en vosotros el gusto por el trabajo compartido y por el asociacionismo, que tantos y tan buenos frutos están dando en el concejo".
"Habéis sabido unir vuestro deseo de mejora con la firme voluntad de superación, estáis progresando y siendo testigos del prometedor impulso económico, social y cultural de esta tierra", ha manifestado.
Así, don Felipe ha elogiado sus esfuerzos por buscar el equilibrio "entre el progreso y el bienestar", les ha reconocido como "verdaderos protagonistas y dueños" de su futuro y les ha considerado modelo "de cómo es preciso tener siempre esperanza".
En presencia del presidente autonómico, Javier Fernández, el monarca ha dicho que esta edición del Pueblo Ejemplar era "muy especial" para él y doña Letizia por ser la primera que la viven como Reyes y ha confesado que se acordaban de la Princesa de Asturias y de la Infanta Sofía.
Los Reyes han visitado uno de los lavaderos que en su día sufragaron los emigrantes para que las mujeres del pueblo no tuvieran que lavar en el río, una escuela erigida en 1912 donde se ha recreado, con alumnos de Primaria, una clase de la época, y también la Casa de la Apicultura, ya que la miel constituye la principal actividad económica de Boal.

Felipe VI: “Queremos una España alejada de la división y la discordia”

OVIEDO.- El Rey Felipe VI ha puesto en valor en Oviedo el Estado de Derecho vigente en España, que "no es fruto de la improvisación", sino resultado de la "voluntad decidida del pueblo español", que optó por constituir una democracia en la que "todos, ciudadanos e instituciones" estuvieran "sometidos por igual al mandato de la ley". 

Frente a las ansias independentistas por parte de algunos sectores en Cataluña, el monarca ha asegurado que los españoles ya no son "rivales los unos de los otros". "No solo compartimos historia. Compartimos intereses y valores comunes; tenemos una misma voluntad de pertenecer a Europa, de ser Europa. Y sobre todo, compartimos sentimientos", ha dicho. 
El Rey se ha mostrado convencido de que “la comprensión, la consideración, el afecto y el respeto mutuos son sentimientos arraigados en el corazón de los españoles y compartidos de norte a sur y de este a oeste” del territorio. “Y todos esos sentimientos, ni los debemos olvidar nunca, ni mucho menos perder. Al contrario, los tenemos que preservar y alimentar”, ha insistido.
“Queremos una España alejada de la división y de la discordia”, ha asegurado, recordando que en su discurso de proclamación el pasado 19 de junio ya señaló “el deber y la necesidad de garantizar, y al mismo tiempo de revitalizar nuestra convivencia”.
Pero para “garantizar” esta vida en común, ha precisado, es necesario “respetar y observar” el marco constitucional y democrático, pues es lo que permite “que todos los españoles puedan ejercer sus derechos, que las instituciones y los ciudadanos cumplan con sus deberes y asuman sus responsabilidades, y para que funcione ordenadamente nuestra vida colectiva”.
El Rey ha hecho un llamamiento a todos los españoles para que sean conscientes de que debemos afrontar el futuro “con la fortaleza” que exige un mundo distinto que “camina hacia una mayor integración y no al contrario”. Por ello, ha animado a trabajar “en un proyecto integrador, sentido y compartido por todos, y que mire siempre hacia adelante”.
Pero también ha hecho un alegato mirar “con serenidad” nuestra historia en común, reconociendo sus “luces y sombras”, aprendiendo de los “errores del pasado”, pero también sintiéndonos “orgullosos” del progreso “conseguido con el empuje de todos, especialmente en las últimas décadas”.
Sin querer caer en la autocomplacencia, Felipe VI ha reconocido que en la actualidad, la sociedad española “necesita referencias morales a las que admirar y respetar; principios éticos que reconocer y observar; valores cívicos que preservar y fomentar”.
Porque es con ese “impulso moral colectivo con el que se puede y se debe hacer de España una nación ilusionada, llena de vida y pensamiento; llena de ideas que merezcan la confianza de los ciudadanos; de proyectos que atraigan la mente y la voluntad de todos y conquisten sus corazones”. Es así, ha añadido, como se podría alejar “el pesimismo, la desconfianza y el desencanto de muchos ciudadanos que demuestran, admirablemente, una capacidad de esfuerzo y de sacrificio digna de todo respeto”.
En su discurso, uno de los más importantes que pronuncia Don Felipe a lo largo del año, el Rey ha elogiado uno a uno a los premiados con los Príncipe de Asturias de esta edición, la periodista congoleña Caddy Adzuba, premio de la Concordia.
En su discurso, y como ya hiciera el día de su proclamación, el Rey ha tenido palabras de reconocimiento para su madre, la Reina Sofía, presente en el Teatro Campoamor, y cuyo apoyo “nunca” le ha faltado, ni a él ni a su esposa, Doña Letizia, en estos 34 años de vida de la Fundación Príncipe de Asturias.

Se conoce ahora que el ex rey Juan Carlos I honró a la dictadura argentina, otorgando el Collar de la Orden de Isabel la Católica a Videla

MADRID.- El gobierno español de la época y la dictadura del general argentino Jorge Videla (1976-1983) tejieron lazos que apuntalaron económica y diplomáticamente al régimen de terror del país suramericano, según documentos revelados aquí. 

La tenebrosa vinculación fue difundida por el diario digital Público que, entre sus conclusiones, considera que la actuación del gobierno presidido por Adolfo Suárez contó con la aprobación del rey Juan Carlos.

Los descubrimientos salpican igualmente al actual monarca Felipe VI, quien -de acuerdo con documentos exhibidos por Público- recibió la distinción de guardiamarina honoris causa entregada por la Armada argentina, participante de los crímenes.

Los reportes dejan de manifiesto que las autoridades españolas conocieron y silenciaron denuncias de desaparecidos, una práctica de la dictadura argentina que afectó a unos 700 españoles.

De acuerdo con la investigación realizada por el periodista Danilo Albín las denuncias recibidas por la representación española en Argentina fueron tramitadas de forma secreta y se realizaron gestiones diplomáticas discretas para intentar salvar a algunos nacionales.

Albín muestra pruebas de que el gobierno de Suárez conocía la existencia del centro de exterminio del regimiento militar de Campo de Mayo, lo cual fue reportado por el cónsul José Luis Pérez en junio de 1976 en un documento confidencial.

Pérez aclara que dio carácter confidencial a su reporte por referirse a la detención de uno de los desaparecidos en Campo de Mayo, cuya utilización para dichos fines negaban las autoridades argentinas, secreto mantenido por el gobierno español.

De acuerdo con los documentos, la embajada de España en Buenos Aires acudió también a la práctica de pagar a agentes policiales argentinos para obtener información sobre ciudadanos suyos desaparecidos, cuyo paradero -no obstante- sigue sin conocerse.

Paralelamente el gobierno de Suárez autorizó a utilizar armas a funcionarios argentinos en España, quienes montaron un servicio de espionaje con sede en la embajada de Madrid y sucursales en consulados de Barcelona, Bilbao y Cádiz.

En esa red participaron funcionarios y militares enviados con la excusa de realizar cursos de formación en instalaciones del Ejército y la Marina española.

De acuerdo con los listados suministrados, 33 militares argentinos se entrenaron aquí de 1976 a 1983, mientras se enviaron 14 militares españoles a Buenos Aires para realizar distintos estudios en dependencias del Ejército y la Marina.

La colaboración, que permaneció mayormente oculta a la opinión pública, incluyó acuerdos económicos y comerciales que apuntalaron financieramente a la Junta Militar.

Una de las minutas divulgadas describe un encuentro de diplomáticos argentinos con el rey Juan Carlos en julio de 1976, en el cual el monarca garantizó el respaldo de banqueros, inversores y empresarios.

El primer resultado fue un acuerdo de exportación de carne por millones de dólares, para terminar con una paralización de seis años, a lo cual siguió un programa mediante el cual el Banco Exterior de España otorgó una línea especial para compras argentinas.

A cambio, la Junta Militar restituyó dos sucursales expropiadas al Banco Santander por el gobierno peronista.

Los documentos muestran la existencia de un sistema de cooperación internacional, iniciado en julio de 1976, cuando España invitó a Argentina a ocupar una vicepresidencia en el congreso del Consejo Internacional de Economías Regionales.

Suárez también apoyó al régimen argentino para entrar en el consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), a cambio del respaldo a la reelección de España en ese organismo.

La condecoración del actual monarca Felipe VI por la Armada argentina fue correspondida con la entrega al general Videla en 1978 de la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar y el Collar de la Orden de Isabel la Católica por el rey Juan Carlos.

Albín, el periodista que realizó la investigación, también participó en la realización de un documental sobre el caso de Noemí Gianotti, una argentina secuestrada en Perú y asesinada por agentes de la dictadura argentina en Madrid.

Esta madre argentina había denunciado ante Naciones Unidas la desaparición de su hija, pero las huellas obtenidas por la Policía española en el lugar del crimen fueron archivadas y permanecen sin procesar en un juzgado de Madrid.