domingo, 12 de octubre de 2014

La Fiesta Nacional en el peor momento / Pablo Sebastián

Ha sido la primera Fiesta Nacional del Rey Felipe VI y, aunque todo discurrió con normalidad, el verdadero desfile de los problemas de España va por dentro y en las altas esferas del poder lo saben, mientras disimulan y aparentan el control de la situación, lo que no es verdad. La pieza maestra sigue siendo la economía y el empleo, porque si no mejoran y los ciudadanos no lo perciben con nitidez la desesperanza abrirá de golpe las compuertas de la inestabilidad.


Pero las buenas noticias que anuncia Rajoy no coinciden con las que llegan de la UE. Por eso a las puertas del Palacio de Oriente, donde el Rey Felipe VI ofreció la tradicional recepción del 12 de Octubre, montaban la guardia las cuestiones políticas candentes que se suman a las de la economía y el paro: el hundimiento del bipartidismo y el desprestigio de la clase política, el desafío independentista catalán, la inagotable corrupción, la debilidad de La Corona, la crisis del Ébola -como símbolo y señal del agotamiento del Gobierno-, y el gran ruido sin y la cacería sin cuartel que emana de los grandes medios audiovisuales donde los poderosos han perdido el control y el Gobierno la batalla de la comunicación, ante el desastre total de esta política de La Moncloa.


Pero de todo hay en ‘la viña del Señor’. Por ejemplo, la noticia de que una enfermera de Dallas ha resultado contagiada de Ébola, tras asistir en la cura de una persona infectada por este atroz virus, ha demostrado que nadie, ni siquiera los poderosos EE.UU. están a salvo de un error o de un brote no controlado de la infección. Y ¿considera por ello el jefe del PSOE, Pedro Sánchez, que Barack Obama o su ministro de la Sanidad deben dimitir? El líder del PSOE ha perdido en este caso la prudencia que adornó su primera intervención sobre esta crisis y sin ni siquiera hacer la pregunta de rigor: ¿por qué -al menos hasta ahora- solo hay una persona contagiada de entre las más de cuarenta que atendieron a los dos misioneros infectados y fallecidos por el Ébola en Madrid? Algo se habrá hecho bien aunque se pueden haber cometido errores no queridos como en Dallas, y siempre hay cosas que mejorar.


El liderazgo político no se aprende en cien días, porque dice Pedro Sánchez que los ex presidentes no deben disfrutar de pensiones oficiales si están en empresas privadas, salvo Felipe González (sic). Añade que los imputados en escándalos de corrupción no deben asumir responsabilidades hasta que llegan a juicio, salvo ciertos casos que desde luego no son los de Chaves y Griñán aforados en el Paramento a la espera del Tribunal Supremo (sic). Concluye Sánchez que está a favor de la unidad de España pero protege al PSC que defiende el derecho a la autodeterminación de Cataluña (sic).


Nadie puede tirar, en el mapa político español, la primera piedra, a pesar de que en pos de las altas audiencias mediáticas y del protagonismo político hoy día asistimos a más de una lapidación y a carreras y codazos para alcanzar las ventanillas de los tribunales, donde ahora pasa el tiempo UPyD presentando demandas contra casi todo (¿se personó Rosa Díez en la acusación contra la Infanta Cristiana, o sigue pensando que don Juan Carlos ‘está muy guapo’? Díez pretende hacer olvidar los problemas y malos modales internos de su partido y el hecho de que ni ella ni UPyD consiguen atraer los votos que huyen del PSOE y del PP. Al final solo le queda el pacto con Ciudadanos y entregar el liderazgo a Albert Rivera, si quiere la credibilidad necesarias para recuperar el centro político, que se les ha escapa de las manos al PSOE y al PP.


Un PP de Rajoy, que se agarra desesperadamente al diario El País, de Cebrián, a quien la vicepresidenta Sáenz de Santamaría escolta como una aplicada alumna después de un mutuo intercambios de regalos y parabienes y tras la liquidación o marginación del poco periodismo independiente que va quedando en España. Y una vez que La Moncloa y sus huestes de publicistas en medios públicos y privados ha fracasado de estrepitosa manera en el campos de la comunicación. Solo les queda Cebrián y mientras tanto palos a Mato, Cañete, Gallardón, Aguirre, Cospedal y, finalmente, palos y menos votos para Rajoy. Y todavía hay algunos o algunas en el PP que piensan que todo ello les puede beneficiar.


Rajoy escribió en el diario gubernamental El País una tardía y empalagosa carta de amor a Cataluña, a ver si con semejante serenata atrae a La Moncloa a Artur Mas en el día después del fracaso del referéndum del 9 de noviembre. De hecho, en La Moncloa están asombrados porque Mas avanza como un zombi hacia el precipicio sin anunciar la retirada de la consulta. ¿Hasta donde quiere llegar se preguntan en Moncloa? Lo que Mas quiere hacer es rendirse en la compañía de todos sus cómplices independentistas para compartir la responsabilidad de haber engañado al pueblo catalán y no quedarse solo. Y, luego, querrá sustituir el referéndum por elecciones plebiscitarias si, al final, sus compañeros de viaje aceptan la lista que él propio Artur Mas pretende encabezar, para salvar a CiU de la derrota a manos de ERC.


Rajoy no leyó bien la situación, abusó de la mayoría absoluta, despreció a los suyos y a sus adversarios y se declaró ‘independiente’ de todo el mundo y ahora no tiene quien le escriba con criterio y credibilidad y avanza como un autómata hacia las citas electorales de la primavera de 2015, y donde los de Podemos esperan darse un festín si finalmente se atreven -eso está por ver- a acudir a los comicios locales y autonómicos del próximo mes de mayo.


La clave de bóveda de este laberinto español que nos conduce a nadie sabe dónde, dicho está al inicio de este artículo, reside en la mejora de la economía y el empleo. Si nuevas y buenas señales aparecen en el horizonte la situación empezará a cambiar y mejorará la estabilidad social e institucional del país, porque la paciencia se agota, crece el ruido y se ha desbordado el cáliz de la indignación y solo falta que todo ello llegue a las calles como una riada de imposible control.

Recepción en Palacio / José Oneto

La crisis política y sanitaria provocada por el ébola que comenzó el pasado lunes 6 de octubre, el esperanzador estado de salud de la auxiliar clínica Teresa Romero, que parece que ha comenzado a generar anticuerpos contra la enfermedad, la situación en Cataluña y el inicio de la recta final hacia el referéndum del 9 de noviembre, y el escándalo de las tarjetas opacas de Caja Madrid , en el que aparecen implicados consejeros de la Caja, representantes de partidos políticos de casi todo el arco parlamentario, sindicalistas, y ejecutivos de la entidad que presidía Miguel Blesa, han ocupado el interés y las conversaciones de parte de los 1.500 invitados que han asistido este domingo a la recepción del Palacio de Oriente, con motivo del 12 de Octubre, día de la Fiesta Nacional.

Por primera vez, los Reyes Felipe VI y Letizia han presidido, los actos del Día de la Hispanidad, que dieron comienzo a las once de la mañana con un desfile militar y que terminaron con una recepción m multitudinarias en el Palacio Real, a la que asistieron 1.500 personas, la mitad en asistentes, de los que estuvieron en el acto de la proclamación el pasado mes de junio. En el desfile militar han estado presentes las dos hijas de los Reyes, la infanta Leonor, princesa de Asturias , y la infanta Sofía, que han seguido atentamente el acto, vigiladas y aconsejadas por su madre, que en todo momento ha estado pendiente de ellas.

En la recepción, que duró hasta pasada las dos de la tarde, han estado presentes, además de directivos de medios de comunicación, empresarios, partidos políticos, sindicatos, judicatura, artistas, periodistas y escritores, representantes de la sociedad civil que, en otras ocasiones, no han sido invitados, así como representantes de colectivos sociales, colegios y centros académicos con los que los Reyes se han entrevistado en estos cuatro meses de reinado. Este ha sido el caso, por ejemplo, de la presidenta de la «Federación Estatal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales» Boti Rodrigo y de colectivos que trabajan en la calle con los más necesitados como el Banco de Alimentos y Cáritas.

Con la ausencia de tres presidentes autonómicos (Artur Mas de Cataluña, Iñigo Urkullu del País Vasco y Javier Fernández de Asturias) y de los tres expresidentes del Gobierno de la democracia (Felipe González, Aznar, y Rodríguez Zapatero) y de algún que otro beneficiado por las tarjetas opacas, los comentarios de la recepción han girado, sobre todo, por los acontecimientos de las últimas semanas que han tenido al gobierno noqueado, sin pulso y sumido en una falta de iniciativa que ha desbordado al propio partido y a sus principales dirigentes.

Frente a la presencia de los dos jefes de la Casa Real, Fernando Almansa y Alberto Aza, ha sido objeto de todo tipo de comentarios la ausencia de quien durante tres años fue Jefe de la Casa y antes secretario general del Palacio de la Zarzuela Rafael Spottorno, implicado en el caso de las tarjetas negras de Caja Madrid, en dónde ocupó el cargo de director de la Fundación de Caja Madrid durante nueve años.

La recepción de este domingo puede encuadrarse dentro de los cien primeros días de reinado de los nuevos Reyes, que se cerraron con su reciente intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas. Cien días a lo largo de los cuales el CIS (Centro de Investigaciones sociológicas) ha notado una mejora de la imagen de la Corona, de esa Monarquía que, según Felipe VI , tiene que ser una “Monarquía renovada para un tiempo nuevo” cuya misión principal es “velar por la dignidad de la Institución” y ” observar una conducta integra, honesta y transparente”. En este sentido se han dado ya los primeros pasos con la preparación de un código de conducta para quienes formen parte de la Casa Real o el sometimiento de sus cuentas a auditoría externa, entre otras medidas de transparencia.

Tras el vendaval que durante el último año sacudió a la Institución y a algunos de sus miembros, una cierta normalidad parece haberse apoderado del Palacio de la Zarzuela, donde desde el punto de vista organizativo, han cambiado pocas cosas. En realidad han cambiado muy poco, y quienes trabajaban con Felipe, cuando era Príncipe, han pasado a formar parte del equipo del Rey. 

Probablemente uno de los principales cambios que ha notado la opinión pública sea ese mayor protagonismo de la reina Letizia, si se compara con su suegra, la reina Sofía y ese interés, tanto de ella, como de él, de hacer gestos de cercanía hacia la ciudadanía, conscientes de antemano que en esos gestos de cercanía, afecto y cariño, Don Juan Carlos cuando era rey era insuperable. Eso lo ha podido comprobar este cronista durante más de medio centenar de viajes en los que le ha acompañado en misión informativa, desde su acceso al trono.

Felipe VI preside su primer 12 de octubre como Rey


MADRID.- Don Felipe y doña Letizia han presidido este domingo su primer desfile de la Fiesta Nacional como Reyes, acompañados en la tribuna por sus hijas la princesa de Asturias y la infanta Sofía, que han contemplado con inquietud y curiosidad la marcha a pie de unos 3.000 militares y el vuelo de 34 aeronaves.

Pasadas las 11 de la mañana y a bordo de un Rolls Royce, los Reyes llegaban entre aplausos a la plaza de Neptuno, donde esperaban el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Fernando García Sánchez, entre otras máximas autoridades del Estado asistentes.
Desde ese momento el foco de todas las miradas se ha centrado en la princesa de Asturias, doña Leonor, y la infanta Sofía, con vestidos estampados, que se situaron en la tribuna presidencial a la izquierda de sus padres, con quienes mantuvieron distintas conversaciones en varios momentos del acto.
Se trababa también del primer desfile para las hijas de los Reyes.
Para su estreno en la presidencia del desfile el Rey apareció vestido con el uniforme del Ejército del Aire en honor al 75º aniversario de su creación, y la Reina con un vestido verde olivo.
Al acto han acudido todos los ministros excepto el de Economía, Luis de Guindos, que se encuentra en Washington; los presidentes del Congreso y del Senado y de otras instituciones del Estado, como el Tribunal Constitucional, así como todos los presidentes autonómicos, salvo el de Cataluña, Artur Mas, el lehendakari, Íñigo Urkullu, y el asturiano, Javier Fernández, por problemas de agenda.
También ha acudido por primera vez el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien siguió el desfile sentado al lado del portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso.
Tras recibir los honores de ordenanza y pasar revista al batallón de honores de la Guardia Real, el Rey ha depositado una corona de laurel en homenaje a los que dieron su vida por España, bajo los acordes de "La muerte no es el final" y el vuelo de la patrulla Águila, formada por siete aviones C-101, dibujando en el aire con sus colores la enseña nacional.
A continuación se ha iniciado el desfile aéreo, que este año se retomaba después de dos años ausente por motivos de austeridad.
Ha durado unos tres minutos y ha contado con el vuelo de 34 aeronaves, entre aviones y helicópteros.
No han volado aviones de Holanda y Suiza como en un principio se había previsto.
Se han exhibido aviones de combate F-18, Eurofighter y F-5, la patrulla Frecche Tricolori de la Fuerza Aérea italiana, que ha dejado los colores de su país sobre los cielos de Madrid, y la patrulla Águila.
También se han podido ver aviones de reabastecimiento en vuelo, de vigilancia y de transporte, como el Hércules, así como un apagafuegos y un Aviocar del 721 Escuadrón.
Se han sumado un helicóptero Súper Puma y la Patrulla Aspa de helicópteros a un desfile que ha cerrado la patrulla Águila.
A partir de entonces se ha desarrollado el desfile terrestre, con unos 3.000 militares, unos 400 más que el pasado año, y una treintena de vehículos, ninguno de ellos blindados o acorazados.
Ha comenzado con la Brigada de Infantería Acorazada Guadarrama XII, la sección de motos de la Guardia Real y una unidad de Veteranos de los tres Ejércitos y de la Guardia Civil y otra de Reservistas Voluntarios.
También han desfilado las banderas de Francia, Italia, Malta, Marruecos, Mauritania, Portugal y Túnez, algunos de los países que junto con España forman la Iniciativa 5+5 Defensa, y no lo han hecho las banderas de Libia y Argelia, previstas en un principio.
En el caso de Marruecos, se trataba de la primera vez que la bandera de este país desfila en España.
Han desfilado también una compañía de la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid, una brigada de marinería de unidades de la Base Naval de Rota, la Unidad Militar de Emergencias, la Brigada paracaidista y la Jefatura de Tropas de Montaña.
La Legión, con su marcha específica de 120 pasos por minuto, y los Regulares, a un ritmo de 90 pasos por minuto, han provocado los aplausos de los asistentes al desfile, que se ha cerrado con las unidades a caballo de la Sección Hipomóvil de la Batería Real y el Escuadrón de Caballería de la Agrupación de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil.
Los Reyes han conversado durante unos minutos con el presidente del Gobierno y el ministro de Defensa antes de dirigirse al Palacio Real, donde ofrecieron una recepción a más de 1.500 invitados, a la que no han asistido sus hijas.

Acto central

El acto central del Día de la Fiesta Nacional consistió en un acto de homenaje a la Bandera Nacional, que se celebró en la madrileña Plaza de Cánovas del  Castillo, junto con una parada militar, que se desarrolló entre la Plaza del Emperador Carlos V y la Plaza de Colón.
Los Reyes, y sus hijas, la Princesa de Asturias Doña Leonor y la Infanta Doña Sofía, llegaron a la Plaza de Cánovas del Castillo escoltados por el escuadrón de Escolta Real, fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. A continuación, fueron saludados por el ministro de Defensa, Pedro Morenés; el presidente de la Comunidad de Madrid,  Jaime Ignacio González; la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; el jefe de Estado Mayor de la Defensa, Fernando García Sánchez; la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y el presidente de la Asamblea de Madrid, José Ignacio Echeverría.
Un batallón de la Guardia Real se encargó de rendir honores. Seguidamente, Don Felipe, vestido con el uniforme del Ejército del Aire en honor al 75º aniversario de su creación, pasó revista a las tropas. Una vez finalizada, Sus Majestades los Reyes fueron saludados a pie de la Tribuna Real por las altas autoridades del Estado, miembros del Gobierno, presidentes de Comunidades Autónomas presentes en el acto y autoridades de Defensa.
Tras el traslado de la Enseña Nacional por tres guardias reales, representantes de cada uno de los Ejércitos y un guardia civil, se procedió al izado de la  misma a los acordes del Himno Nacional, que dio paso al acto de homenaje a los que dieron su vida por España. La Unidad de Música de la Guardia Real fue la encargada de interpretar "La muerte no es el final", a cuyos compases se realizaron los movimientos de guiones y portacoronas, seguidamente, y tras finalizar los acordes de “La muerte no es el final”, Su Majestad el Rey se dirigió a la plataforma para realizar la ofrenda de la corona de laurel.
Concluido el toque de Oración, el sobrevuelo de la Patrulla Acrobática "Águila" y una descarga de fusilería por la Escuadrilla "Plus Ultra" de la Guardia  Real, dio comienzo el desfile militar, compuesto de unidades aéreas y terrestres.
Finalizados los actos, y tras ser despedidos por el presidente del Gobierno, el ministro de Defensa y el jefe de Estado Mayor de la Defensa, Sus Majestades los Reyes se trasladaron en caravana, escoltados por el Escuadrón de Escolta Real, al Palacio Real de Madrid, donde tuvo lugar la tradicional recepción con motivo del Día de la Fiesta Nacional.
En el Salón del Trono recibieron el saludo del presidente del Gobierno, representantes del Cuerpo Diplomático, el presidente del Congreso, el presidente del Senado, el Presidente del Tribunal Constitucional, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, los miembros del Ejecutivo, los presidentes de Comunidades Autónomas, el jefe de la Oposición, los miembros de la Mesa y Portavoces del Congreso de los Diputados y del Senado, la alcaldesa de Madrid, el presidente del Consejo de Estado, el presidente del Tribunal de Cuentas, la Defensora del Pueblo, y el resto de invitados, pertenecientes a todas las esferas sociales de la vida pública nacional.
Tras los saludos a los representantes de las Instituciones del Estado, Don Felipe y Doña Letizia se dirigieron al Comedor de Gala, donde tuvo lugar la recepción, a la que asistieron alrededor de 1.500 invitados pertenecientes a todas las esferas sociales de la vida pública nacional.
La conmemoración de la Fiesta Nacional tiene como finalidad recordar solemnemente momentos de la historia colectiva que forman parte del patrimonio histórico, cultural y social común, asumido como tal por la gran mayoría de los ciudadanos. Según recoge la Ley 18/1987, de 7 de octubre, que establece el día de la Fiesta Nacional de España en el 12 de octubre, simboliza la efeméride histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los Reinos de España en una misma Monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos.

La Princesa Leonor disfruta de su primer desfile

MADRID.- La Princesa de Asturias, Doña Leonor, ha asistido este domingo al que ha sido su primer desfile militar con motivo de la Fiesta Nacional y durante toda la celebración, que ha tenido lugar en el centro de Madrid, se la ha podido ver comentando muy interesada con sus padres y su hermana, la Infanta Sofía, el desarrollo de la parada.

Las hijas de los Reyes han permanecido junto a sus padres en todos los actos militares, siempre recibiendo instrucciones, sobre todo de Doña Letizia, acerca de dónde situarse y cómo comportarse. La Princesa y la Infanta vestían sendos vestidos estampados, la primera en tonos blancos y burdeos y la segunda en colores azules y blancos.
Ya en la tribuna presidencial, se ha podido ver a Doña Leonor y Doña Sofía, de 8 y 7 años de edad, respectivamente, intercambiando comentarios al tiempo en que se iban sucediendo los actos militares: primero los homenajes a la bandera nacional y a los que dieron su vida por España y después los desfiles aéreo y terrestre.
Ha sido la exhibición aérea de hasta 34 aeronaves españolas e italianas lo que más ha impresionado a las hijas de los Reyes, que han señalado al cielo con el dedo en alguna ocasión. En estos momentos también se ha visto a sus padres haciéndoles alguna observación acerca de lo que ocurría.
En el desfile terrestre, que ha durado una media hora, tanto la Reina como la Princesa y la Infanta han estado sentadas, mientras que Don Felipe ha permanecido de pie al paso de las agrupaciones. Ha sido entonces cuando se ha visto a Doña Leonor, que a finales de este mes cumplirá 9 años, moviendo la cabeza al ritmo de las marchas militares que se iban sucediendo y después haciendo consultas a sus padres acerca del desarrollo de la parada.
Doña Letizia ha sido la que ha contestado a muchas de las dudas de su hija, aunque el Rey, entre agrupación y agrupación, también ha hecho algún comentario para explicar a la Princesa lo que iba sucediendo. A la conversación se unía de vez en cuando la Infanta Sofía, pero ha sido sobre todo Leonor la que más interés ha mostrado por el desfile.
Una vez finalizados los actos militares, las hijas de los Reyes no han acompañado a éstos en el Rolls Royce, ya que ellas han regresado al Palacio de la Zarzuela en otro coche mientras sus padres se han dirigido al Palacio de Oriente para ofrecer la tradicional recepción a las más altas autoridades del Estado y representantes de la sociedad civil; en total más de 1.500 invitados.

Felipe VI y Juan Carlos I coinciden por primera vez en un acto público

MADRID.- Los reyes Felipe VI y Juan Carlos I han coincidido este sábado por primera vez en un acto público desde la proclamación real al asistir al Festival Aéreo Internacional que, con motivo del 75º Aniversario del Ejército del Aire, se celebró en la base de Torrejón de Ardoz. 

En el festival, presenciado por más de 100.000 asistentes, han participado un centenar de aeronaves.

Los reyes llegaron a la base aérea a las 11.00 de la mañana a bordo de un helicóptero Superpuma pilotado por Felipe VI procedentes del Palacio de la Zarzuela y permanecieron en el festival hasta las 15.00 horas cuando se exhibió la Patrulla Águila.
Junto a los reyes asistieron al festival el jefe del Estado Mayor del Aire, general Francisco García Arnaiz; el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles; y los presidentes de compañías relacionadas con la aviación como Iberia, Sener o Indra.

Esta es la primera vez desde la proclamación como Rey de don Felipe en que el monarca y su padre han aparecen juntos en un acto público. Aunque se esperaba la presencia de algún miembro de la Casa Real, hasta el último momento no se ha conocido que asistiría el monarca, acompañado de su padre, don Juan Carlos.
Ataviados los dos con sus uniformes del Ejército del Aire --don Felipe como capitán general de las Fuerzas Armadas y don Juan Carlos con su bastón y como capitán general en la reserva--, habrían llegado por sorpresa a la Base Aérea de Torrejón.
Durante su visita a la Base, el Rey y su padre presenciaron ejercicios acrobáticos y exhibiciones aéreas, entre otros, del helicóptero Harrier de la Armada, la Patrulla Aspa, el Airbus A330 de Iberia y otras aeronaves del Ejército del Aire como los cazas, Eurofighter, IF-18, así como ejercicios de otras patrullas aéreas extranjeras. Ambos se quedarán en Torrejón hasta que termine la exhibición de la Patrulla Águila a las 15.00 horas.
 En todo momento, el Rey y su padre habrían estado sonrientes, relajados y comentado las exhibiciones aéreas que están presenciando.
Fuentes de el Casa Real han informado de que esta visita no es oficial, sino que se debe al interés personal tanto del Rey como de su padre por presenciar las exhibiciones aéreas celebradas con motivo del 75º aniversario del Ejército del Aire.
Felipe VI volvió a ponerse hoy el uniforme con motivo de la celebración, el 12 de octubre, de la Fiesta Nacional. En esta ocasión, el Rey no estuvo acompañado por su padre, pero sí por la Reina Letizia, por la Princesa de Asturias, Leonor, y por la Infanta Sofía.
Para la organización de este festival, que tuvo lugar un día antes del desfile militar con motivo de la Fiesta Nacional en el que también participaba la Patrulla Águila, trabajaron más de 2.000 personas, entre personal español y extranjero, y en su financiación habrían colaborado distintos patrocinadores, en su mayoría empresas privadas, por lo que el Ejército del Aire asegura que el coste para el Estado ha sido "casi cero".
El Ejército del Aire esperaba una asistencia de más de 100.000 personas, que podrían disfrutar de una exposición estática con aeronaves tan representativos como el cazabombardero Eurofighter, los aviones Harrier de la Armada o los helicópteros Chinook del Ejército de Tierra. También hubo un Airbus A400M, el avión de transporte militar del que el Gobierno ha encargado 27 unidades, aunque la primera no será entregada hasta enero de 2016.