MADRID.- El ayudante de campo del jefe del Estado ya no anuncia
la entrada del Rey en el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela,
una práctica protocolaria de la que Felipe VI ha prescindido en las
cuatro audiencias celebradas para recibir a altos representantes
institucionales.
No es el único cambio de procedimiento, ya que si
con Juan Carlos I lo habitual era que los invitados aguardaran la
entrada del Monarca en la sala, previo anuncio por parte del ayudante de
campo, ahora es el Rey quien les espera en el Salón de Audiencias.
Así
ha ocurrido con los presidentes del Consejo de Estado, José Manuel
Romay-Beccaría, y del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda, en
las audiencias consecutivas de ayer lunes, y en las dos de hoy, con el
fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, y con la Defensora del
Pueblo, Soledad Becerril.
Se trata de pequeñas modificaciones que
se han aplicado a las audiencias individuales, porque, cuando el Monarca
y los demás miembros de la Familia Real celebran audiencias con grupos,
suelen ser ellos quienes les esperan en el centro de la sala, para
saludarlos uno a uno antes de hacerse una foto de familia.
También
hay otras novedades menores en el Salón de Audiencias de Zarzuela, una
sala especialmente conocida por el gran tapiz que sirve de fondo a los
encuentros oficiales de la Familia Real y que aparece en todas las
escenas en las que posan con sus invitados.
La estancia está
decorada también con varios cuadros distribuidos por sus paredes, bajo
los cuales hay diversas consolas en las que se exponen objetos
variopintos, como medallas, bandejas, banderas, trofeos, bustos y
pequeñas figuras conmemorativas.
Durante mucho tiempo, en alguno de estos muebles se podían ver fotografías con marcos plateados, regaladas a Juan Carlos I por algunos colectivos, que ahora han desaparecido.