sábado, 16 de agosto de 2014

El nuevo director de ETB defiende no emitir el mensaje navideño de Felipe VI

BILBAO.- El nuevo director de la televisión vasca ETB, Eduardo Barinaga, se ha mostrado partidario de que la cadena pública siga sin emitir el tradicional discurso de Nochebuena del rey, pese a la novedad de este año de que será el primero de Felipe VI tras la abdicación de don Juan Carlos.

Barinaga ha asegurado que la decisión oficial sobre la emisión o no del discurso la adoptará la dirección en noviembre, pero ha dejado clara su postura contraria.
"El rey tiene la tradición de dar un discurso y ETB de no retransmitirlo, seguiremos fieles a eso", ha zanjado.
ETB decidió el pasado año no emitir el mensaje de don Juan Carlos, después de que sí lo hiciera en los cuatro años anteriores, bajo la dirección que nombró el Gobierno socialista de Patxi López.
Hasta 2009, la televisión pública vasca, en sus 30 años de historia, nunca había ofrecido por ninguno de sus canales el mensaje institucional del jefe del Estado.

No nos lo merecemos / Alfredo Ramírez Nárdiz *

Me acabo de mamar un documental sobre el nuevo y flamante Felipe VI. La cosa iba del futuro que le espera al nuevo monarca, su legitimidad, sus fortalezas, sus flaquezas. En fin, de todo un poco. Como es habitual en estos casos, estaban los que apoyaban al rey a la voz de prietas las filas, demos gracias todos juntos por lo bien que nos ha ido, y los que le consideraban poco más o menos que un insulto a la democracia, a los trabajadores y a los votantes que queremos arramblar en las próximas elecciones. Suele pasar. 

En este país de chiflados no suele ser costumbre que haya gente más o menos normal que examine los datos y desde ahí tome una postura. Al contrario, en España lo habitual (desde hace ya un cierto porrón de años) es asumir del modo más dogmático posible una posición y, a partir de ese momento, arrearle al contrario con un alegre, desenfadado y completo desprecio por los hechos. 

Pues, ¿quiénes son los hechos para decirle a un español a quién debe odiar? No es el nuestro país de razones, sino de pasiones. No es país de moderación, sino de odios africanos. No es país de mesura, sino de locura constante. Así pues, si bien en el documental se hacían un poco cargantes los que loaban al nuevo monarca, he de reconocer que los que más me cargaron fueron los que le ponían a caer de un burro. Si la cara es el espejo del alma, bastaba con ver a más de uno para darse cuenta de que si bien es cierto que hay estómagos agradecidos, también lo es que los hay resentidos.

Mi teoría a este respecto es un tanto rompedora. Yo no considero que el nuevo rey se tenga que ganar el puesto. Más bien considero que deberíamos ser los españoles los que nos ganáramos al rey. Pues afirmo decididamente que no nos lo merecemos. Porque, seamos sinceros, compatriotas, ¿de verdad nos merecemos un buen rey? ¿Siquiera nos merecemos unos gobernantes decentes? Porque desde que empezó la crisis no paramos de abjurar de los políticos, de los banqueros, de los funcionarios, de la Corona y, en general, de todo el que se menee, pero, ¿es que acaso nos merecemos más? Toda esa gente que ponemos de chupa dómine no son todos andorranos, precisamente. Son de aquí. Somos nosotros. Antes de decirle al nuevo rey que debe merecerse el puesto, ¿no deberíamos plantearnos nosotros si de verdad nos lo merecemos a él?

Examinemos los hechos. Felipe VI tiene estudios universitarios de grado y de postgrado. Sabe idiomas. Tiene una experiencia profesional espectacular. Buena presencia. Contactos por todo el mundo. Y encima su mujer es (por supuesto, las opiniones son como los colores) guapa. Y sus hijas rubias y de ojos azules. Ahora, querido español que me lees, mírate en el espejo. ¿Tienes estudios universitarios de postgrado? ¿Hablas varios idiomas? ¿Tienes experiencia profesional internacional? ¿Mides casi dos metros y eres un guaperas? ¿Descuelgas el teléfono y se te pone al aparato gente de postín? ¿Tu mujer está de buen ver? ¿Son guapos tus hijos? Se sincero, españolito. No me mientas. Lo más probable es que o no tengas carrera o tengas una en la que te metieron teoría por un tubo y no aprendiste una mierda. 

Me apuesto lo que sea a que no hablas ni inglés (en lo del acento mejor no entramos). Dudo que tengas experiencia profesional internacional. Seguro que eres como de metro setenta y con cierta tripita. No creo que muchos millonarios te cojan el teléfono y te respondan cómo te va, colega. Lo más probable es que tu mujer sea de raza hispana, como lo eres tú, es decir, menudita, de pelo negro y con cartucheras. Y, aunque tú les quieras, por favor, no te lo tomes a mal pero acepta la realidad: tus hijos no son ni muy listos, ni muy guapos. 

Me dirás que tú no has tenido las oportunidades de él. Y yo te diré que es cierto, pero que hay muchos que sí las tienen y las desaprovechan. O te diré que tú mismo desaprovechaste muchas. O te diré que, sea por el motivo que sea, pero el caso es que tienes de rey un tipo que mide dos metros, que habla varios idiomas, que tiene estudios, que sabe pilotar aviones y que basta con mirarle a los ojos para darse cuenta que le da no mil, sino un millón de vueltas a cualquiera de los políticos de este país. 

Y ahora tú, españolito cutre, vulgarzote, mediocruelo, normalillo, que te encanta pedir pero que dar, dar, lo que se dice dar, reconóceme que no das tanto y que tienes al mejor de los Jefes de Estado que podrías pedir, dime ahora que preferirías que tu Presidente de la República fuera Felipe, o Aznar, o Pablo Iglesias. En el nombre de la democracia, me dirías. En el nombre de la democracia y de los tontos del ciruelo, te respondería yo.

Españoles, atajo de bárbaros a los que Dios o quien demonios fuera os otorgó uno de los mejores lugares del mundo, una de las Historias más sensacionales, las riquezas de la Tierra y la gloria de las letras, y que lo malgastásteis, lo despilfarrásteis y os lo dejásteis robar por vosotros mismos, lo que os merecéis es un Carlos IV cobarde y cebón, un Fernando VII traidor y felón, una Isabel II ninfómana y analfabeta, o un Alfonso XIII putero y vividor. ¿Pero un Felipe VI? Panda de impresentables, corruptos, vagos y mezquinos españoles a los que tanto amo, ni en el mejor de vuestros sueños podríais esperar tener el rey que os ha tocado en suerte tener.

(*) Doctor en Derecho Constitucional por la Universidad de Alicante