sábado, 19 de abril de 2014

El Príncipe ha viajado seis veces este año a Cataluña y el Rey irá en mayo

MADRID.- La Corona quiere que se les vea en Cataluña. En lo que va de año, el Príncipe de Asturias y de Girona ha viajado seis veces a la comunidad, la última el pasado 7 de abril, víspera del debate en el Congreso sobre el referéndum secesionista. Y el Rey lo hará en mayo para presidir la entrega de despachos a la nueva promoción de la carrera judicial. Las frecuentes visitas responden a una estrategia de La Zarzuela para aumentar allí la presencia de la institución en pleno desafío soberanista, según 'El País'.

La Constitución reserva al Rey un poder limitado: “Símbolo de la unidad y permanencia” del Estado que “arbitra y modera”. Y la Corona ejerce esa labor moderadora en Cataluña. No solo ha aumentado su presencia pública en la comunidad, también los encuentros y charlas privadas que tanto el Monarca como el Príncipe mantienen con políticos y empresarios catalanes.
Cada vez que ha viajado a Cataluña, don Felipe se ha reunido antes con su padre para preparar la visita y llevar un único mensaje. Y previamente, la Casa del Rey consultó también al Gobierno su intención de pasar más tiempo en la comunidad para hacer más visible allí la presencia de la jefatura del Estado. El Ejecutivo aprobó la estrategia.
El año pasado, Cataluña fue la segunda comunidad con más actividades de la familia real (10%), después de Madrid (59%) y a mucha distancia de la tercera, Asturias (4,9%). Pero si continúa el ritmo de estos primeros meses, como pretende La Zarzuela, el porcentaje subirá mucho más, ya que a final de 2014, el Príncipe habría viajado a Cataluña 20 veces (en 2013 fueron 12 visitas).
Este año, don Felipe ha visto en público a Artur Mas en cuatro ocasiones. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ninguna. Este viajará el jueves a Barcelona para asistir al Foro de Marcas Renombradas Españolas, pero parece que no coincidirá con el presidente de la Generalitat, ya que el discurso de Mas es a las 12.30 y el de Rajoy, a las 14.00.
La Corona quiere rebajar tensión y abrir canales de diálogo. Lo intentó el Rey cuando, en su discurso de la pasada nochebuena (el único que no le escribe el Gobierno) dejó una salida a Mas al proponer la “actualización de los acuerdos de convivencia” siempre que “las diferencias se resuelvan con arreglo a las reglas de juego democráticas aprobadas por todos”, es decir, sin la convocatoria unilateral de consultas soberanistas. Tanto don Juan Carlos como don Felipe han repetido intencionadamente en sus discursos el concepto “lo que nos une”, como sustitutivo de “la unidad” de España, para suavizar el tono. La estrategia es en positivo, aludiendo a las ventajas —sobre todo a las económicas—, de seguir juntos en lugar de amenazar con las consecuencias de separarse.
Las dos principales preocupaciones de la Corona son, según fuentes de La Zarzuela, el paro y Cataluña. De ahí que, en sus viajes al extranjero, se dediquen a la diplomacia económica, para intentar facilitar contratos a las empresas españolas, y dentro de España, a la diplomacia a secas.

‘Salud y República’… y la Copa del Rey / Héctor Esteban

Salud y República. Así suele saludar la portavoz adjunta del PSPV Carmen Ninet (sí, aquella que dijo que la presentadora de TVE Ana Belén Roy era una rubia pepera en busca de su neurona) cada vez que se encuentra con algún conocido. El republicanismo es algo que algunos socialistas (cada vez menos) llevan muy adentro. Por eso, en un ejercicio de bipolaridad extrema, el líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, se ha descolgado con una petición para que la final de la Copa del Rey se celebre todos los años en Valencia. Una reflexión más para sumir al partido en una crisis de identidad galopante aunque ahora, en la cresta de la ola, todo da igual si en 2015 se recupera el gobierno de la Generalitat.

Puig, que es un incondicional en la intimidad del Real Madrid, se ha subido al carro para ofrendar nuevas glorias a España cuando su partido, allá en 2006, intentó recuperar vía Estatuto la letra del Himno Regional para eliminar la pleitesía nacional por “Tots baix els plecs de la nostra Senyera”.

El líder de los socialistas valencianos justificó su posición copero-monárquica como una muestra de descentralización frente a la tiranía de la capital de España. Quizá todavía no sepa que las finales han pasado, además de por Madrid, por Valencia, Barcelona, Valladolid, Zaragoza y Elche desde que Don Juan Carlos es Rey. La Copa del Generalísimo visitó Madrid y Barcelona; la de la República, las dos grandes capitales y Valencia, y la del Rey, entre 1903 y 1931, al margen de en Madrid, se jugó en San Sebastián, Irún, Getxo, Hondarribia, Gijón, Vigo, Barcelona, Sevilla, Zaragoza y Santander.

Además, Puig aseguró que la Copa del Rey serviría para centrifugar la imagen de corruptelas que ha dibujado el PP sobre la Comunitat. Como siempre, el fútbol, el maldito fútbol se presenta para tratar de tapar las vergüenzas. Como el sedante necesario para una sociedad a la que le rebosa el hartazgo.

A mí lo que me pone es el poso político que hay en todo esto. Puig fue elegido líder de los socialistas valencianos en el congreso de Alicante. En la comisión de calidad democrática de aquel cónclave se aprobó por aplastante mayoría una enmienda en la que se instó al partido a la revisión constitucional de instituciones anacrónicas como es el caso de la Corona y se recordó que el PSPV era un partido de tradición republicana. Muchos entendieron la revisión de la Corona como el paso previo a la III República y que algún día vuelva a sonar el Himno de Riego como en aquella final de la Davis en Australia.

En marzo del año pasado, el portavoz del PSPV, Francesc Romeu, (sí, el de las papas y la cocacola) publicó en su blog un post incendiario contra la monarquía española: “Lo cierto es que el cansancio no es sólo del Rey: la sociedad española también lo está de una monarquía que, aparte de no ser transparente, está ensombrecida por la corrupción y el descrédito”. Romeu defendió la República como el mejor sistema de gobierno. Incluso le pidió a Rubalcaba que pusiera en marcha un referéndum para que la población se posicionara entre monarquía y república.

Esquerra Unida, viendo las vías de agua abiertas, llevó a Les Corts una iniciativa para que el hemiciclo se posicionara a favor o en contra de la república. Cinco diputados socialistas rompieron la disciplina de voto. Algunos con excusas tan originales como estar miccionando en el momento de la votación. Otros, como Juan Soto, se mostraron orgullosos a pesar de que su decisión sembró los 300 euros de multa que su partido le impuso por ser congruente con sus ideas en este caso y alguno más.

Tengo curiosidad por saber qué hará el grupo socialista en el Ayuntamiento de Valencia y en Les Corts una vez la propuesta se debata en el pleno. Me juego una comida a que más de uno saldrá rana. Pero siento impaciencia por saber si Puig, muñidor de esta torpe iniciativa, es capaz de llevarla al Congreso. Es diputado. Lo tiene fácil. ¡Venga Ximo, échale un par! Por cierto, corre el riesgo de que ni siquiera se lo acepten.

Ni la política ni el deporte me han dejado nunca de sorprender. Si además se juntan en una proposición no de ley, la deriva llega a ser absoluta. El surrealismo pesa más que los ideales que parieron a un partido. El PSOE dejó de ser obrero hace mucho tiempo. Lo que nunca me imaginé es que en Valencia el federalismo de Puig consistiera en ofrendar nuevas glorias a España desde una monarquía futbolera.

La ráfaga: Por cierto, mala suerte la del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en el palco de honor de Mestalla durante la final de la Copa del Rey. El portero del Real Madrid, Íker Casillas, lo tapó en la foto más importante del día. Junto al Rey, con la Copa en el aire y con medio mundo mirando la pantalla del televisor. Si es que al final voy a tener que pensar que en la Comunitat estamos gafados.

La infanta Elena visita la Alhambra como una turista más

GRANADA.- La infanta Elena ha visitado esta mañana, en un recorrido privado desarrollado como una turista más, los Palacios Nazaríes de la Alhambra y se ha interesado en los puntos táctiles instalados para hacer más accesible el monumento a las personas con discapacidad visual.

El Patronato de la Alhambra ha detallado que la infanta ha paseado junto al resto de los visitantes por algunos de los espacios más emblemáticos de los Palacios Nazaríes del recinto alhambreño.
Con su propia cámara, la infanta Elena ha fotografiado las vistas del Albaicín que se contemplan desde el monumento y ha confesado su intención de volver "muy pronto" para contemplar con más tiempo los rincones del monumento.
Doña Elena ha estado acompañada en su visita de algo más de una hora por el jefe del Servicio de Control de Centro, Pedro Marín Torices, y se ha mostrado impresionada por el estado de conservación del recinto monumental.
Se ha interesado en especial por las transformaciones que se han producido en el Mexuar y en cómo en este espacio han convivido dos culturas muy diferentes.
La infanta Elena se ha llevado de recuerdo una guía oficial y el catálogo de la exposición "Arte y Culturas de Al-Ándalus. El poder de la Alhambra".
También ha mostrado su satisfacción por el trabajo que realiza el Patronato de la Alhambra para hacer el monumento más accesible, como ha ocurrido con los puntos táctiles ubicados a lo largo del itinerario de visita pública, para que personas con discapacidad visual perciban con sus propias manos cómo son los materiales que decoran la Alhambra.

Pedro Morenés: «Defensa no puede comprar aviones solo para autoridades»

MADRID.- La quinta avería en seis meses de un avión oficial –que retrasó ligeramente el regreso del Rey desde Kuwait el pasado miércoles– ha vuelto a reavivar el debate sobre si hay que adelantar la renovación de estos aparatos que superan los treinta años de antigüedad, recoge 'Abc'

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, afirma que estos aviones «están a la mitad de su vida útil y están prfectamente mantenidos», pero reconoce que la repetición de las averías ocasiona un problema de imagen –«más de imagen que de fondo»–, por lo que el Gobierno va a tratar de adelantar la fecha de su renovación. Aun así, esta «operación renove» «no es fácil» porque dependerá de las disponibilidades presupuestarias.

Morenés afirma que «si el Gobierno considera que hay que renovar los aviones destinados al traslado de las autoridades, tendrá que atender esa necesidad», pero Defensa «no puede comprar aviones que solo utilicen las autoridades, porque el dinero de Defensa debe ser para Defensa». Lo cierto es que, desde que estalló la crisis, las Fuerzas Armadas han hecho un gran sacrificio solidario y no tienen margen para asumir un gasto tan elevado. De hecho, el presupuesto de este ministerio se ha visto reducido en un 32 por ciento, al pasar de 8.491 millones de euros en 2008 a 5.745 millones previstos para 2014.
El «plan renove»

Hace más de un año, mucho antes de que los aviones oficiales empezaran a averiarse (el primer fallo ocurrió el pasado noviembre, cuando se tuvo que suspender el viaje del Príncipe de Asturias a Brasil), Defensa ya se había planteado la necesidad de ir renovando su flota aérea. De hecho, en el Ejército del Aire hay aviones más antiguos que los destinados a autoridades.

Para ello, el jefe de Estado Mayor del Aire elaboró un Plan de Renovación de la Flota teniendo en cuenta «las necesidades operativas del Ejército del Aire, primero en cuanto a reabastecimiento en vuelo, transporte de personal militar y de material, y en segundo término, la utilización de estos mismos medios para el transporte de autoridades».

El plan incluye la compra de un Airbus 330 MRTT, cuya misión principal sería el reabastecimiento en vuelo a otros aviones. Sin embargo, estos aviones también llevan pasaje, por lo que se podría configurar la cabina para el traslado de autoridades. El nuevo Airbus, que cuesta unos 200 millones de euros, sustituiría al viejo Boeing 707 cisterna del Ejército del Aire y reforzaría a los dos Airbus destinados actualmente a las autoridades.
Desgaste de la imagen

Para su adquisición habría que esperar a que mejoraran las disponibilidades presupuestarias, en 2016, salvo que el Gobierno decidiera finalmente adelantar la compra para evitar el desgaste de la imagen de España tras las últimas averías de los aviones oficiales. Y es que resulta contradictorio que se organicen viajes al exterior para vender, entre otros productos, tecnología española y se averíen los aviones que trasladan a las delegaciones.

A pesar de las cinco averías que han obligado a retrasar o suspender viajes del Rey, de la Reina, del Príncipe de Asturias y del presidente del Gobierno, el ministro de Defensa asegura que los actuales Airbus están perfectamente mantenidos y se someten «a muchas más revisiones que los aviones comerciales de líneas regulares». Igual que ocurre con los coches, las revisiones de los aviones se pueden hacer por horas de vuelo o cada cierto tiempo, y estos Airbus siempre se revisan por tiempo, ya que nunca llegan a reunir las horas de vuelo suficientes.

Lo importante, según explicó, es tener «capacidad de reacción» y contar con un plan alternativo en caso de que ocurra una avería para no alterar la agenda de las autoridades. Por ello, nada más registrarse el último fallo, se hizo una gestión ante Kuwait, que puso un avión a disposición del Rey, aunque al final no se necesitó. Otros mandatarios extranjeros se permiten el lujo de viajar con dos aviones, por si se estropea uno.