MADRID.- Este miércoles todas las miradas estaban puestas en los
movimientos y la fluidez verbal del Rey, que se enfrentaba a su primer
acto con discurso desde su reaparición en la Pascua Militar del 6 de
enero. Y salió airoso. Ha leído de corrido, sin titubeos, su mensaje al
cuerpo diplomático acreditado en España y ha exhibido que su
recuperación sigue adelante al entrar en el salón de tronos del Palacio
Real apoyado en una sola muleta, del brazo de su ayudante.
El monarca ha aprovechado la ocasión solemne para pedir a
los jefes de misión destacados en España que ayuden a impulsar la
candidatura para formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU en el
bienio 2015-2016. "Si tenemos el honor de ser elegidos, serviremos a la
comunidad internacional con una voz independiente, promoviendo el
diálogo y tendiendo puentes", ha dicho.
Ante la mirada del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy,
el monarca ha hablado también de la situación económica. "Aunque
subsisten problemas muy graves, hay motivos para el optimismo -ha
dicho-. A esta mejoría ha contribuido de forma relevante el sector
exterior".
Don Juan Carlos ha estrenado hoy la nueva iluminación de su
atril para evitar sustos. Fue eso, la mala luz, aunque también los
"nervios", según admiten en Zarzuela, lo que le jugó una mala pasada a
principios de enero. Ahora, a una semana de que la infanta Cristina
declare como imputada por el caso Nóos, todo parecía controlado.