miércoles, 8 de enero de 2014

El Rey busca un cabeza de turco con quien pagar su monumental cabreo / Juan de Dios Colmenero

En Zarzuela daban por descontada la imputación de la Infanta Cristina. Al margen de un nuevo varapalo para su imagen internacional, todo el entorno del Rey sabía que más pronto que tarde el juez Castro iba a continuar con su intención de citar como imputada a la hija del Rey. De hecho, también dan casi como seguro que finalmente tendrá que declarar, aunque "estudiarán" la manera de evitar, siempre que sea posible, el paseíllo de entrada en la Audiencia Provincial de Mallorca.

Pero el "monumental" cabreo del Rey no es precisamente por esta nueva imputación de su hija. Esto es un "martirio" arrastrado desde hace tiempo, como reconoció en una entrevista el propio jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno. El verdadero malestar del Monarca tiene que ver con la preparación de su agenda, y el resultado de sus dos últimas apariciones públicas, el discurso de Nochebuena y su intervención en la Pascua Militar.

Desde Zarzuela siempre recuerdan que las "decisiones finales son personales". Es decir, que por mucho que se le aconseje al Rey, si él quiere hacer una cosa y tiene la firme intención de llevarla a cabo, lo hará. Eso ocurrió con su intervención el día de la Pascua militar. No fueron uno, ni dos, sino varios miembros de la Casa Real los que aconsejaron a Don Juan Carlos que debía retrasar su aparición pública en directo hasta que estuviera más recuperado de su última intervención quirúrgica. Una cosa es un discurso grabado, como el de Nochebuena, y otra bien distinta "aguantar el tipo" de pie, y leer un discurso en directo. No salió bien.

El protocolo y las gafas de puertas para adentro

Cuando al día siguiente vio el Rey que lo más destacado de su discurso en los titulares de prensa era nuevamente su evidente cansancio, el titubeo, y los problemas que había tenido para leer un discurso de apenas folio y medio, el enfado se multiplicó buscando incluso fallos y culpables entre los miembros de protocolo y de comunicación, algo que aumentó la desesperación de Zarzuela.

Efectivamente, una de las explicaciones ofrecidas por el propio Rey tras el discurso fue la falta de luz en el atril, y los nervios por ser la primera aparición pública tras su última operación de cadera. Pero el problema de la luz en la lectura era en realidad un problema de cansancio en la vista, algo por otro lado, absolutamente habitual en una persona de su edad. Pero el Rey, que dispone de gafas para la lectura, y que utiliza frecuentemente en su despacho, se resiste a utilizarlas públicamente.

Con todo, lo que más preocupa, y seguirá preocupando al Rey, al Príncipe y a toda la Casa Real es el deterioro de la Institución. Don Juan Carlos estaba nervioso porque sigue existiendo una presión tremenda que hace apenas unos años no solo no existía sino que era impensable. Los episodios del Rey, con cacerías incluidas, y sobre todo el caso Nóos ha eliminado cualquier margen de indulgencia que la sociedad tenía para con la Casa Real y el Rey.

Tal y como dijo el propio Monarca: "Falta ejemplaridad" en instituciones y cargos. Es lo que es que tiene por delante la Monarquía española. Y quizá aún tenga tiempo para enmendarlo. 

Rubalcaba se empeña en eludir el debate sobre la abdicación del Rey sembrando el malestar en el PSOE

MADRID.- Alfredo Pérez Rubalcaba quiere imponer en su partido “una exquisita prudencia” en cualquier reacción que afecte a la Corona. Así se lo ha transmitido a los miembros de la ejecutiva federal después de la imputación de la infanta Cristina, a pesar de que buena parte de sus dirigentes opinan que el PSOE debería abanderar el debate sobre la abdicación de don Juan Carlos ante el descrédito acumulado por la Casa Real.

Todo lo relacionado con la imputación de la infanta Cristina debe abordarse con “exquisita prudencia”. Este es el criterio que Rubalcaba ha trasladado a los miembros de su ejecutiva, a los que ha informado de parte del contenido de algunas conversaciones que ha mantenido con el monarca sobre el desprestigio que sacude desde hace años a la Corona y la forma de hacerlo frente. El líder socialista ve al monarca muy permeable a todas las sugerencias que apuntan a la necesidad de introducir la máxima transparencia en el funcionamiento de la Casa Real y, según fuentes socialistas, “nada atrincherado” a la hora de hacer todos los gestos que se le sugieran para  arrojar luz sobre el manejo de los dineros que, por importe de ocho millones de euros, se le destinan anualmente vía Presupuestos.
Es esta actitud de don Juan Carlos abierta a los cambios en el comportamiento de la Familia Real la que ha llevado a Rubalcaba a defender ante miembros de la ejecutiva socialista que no tiene sentido abanderar en estos momentos el debate sobre la abdicación, al menos hasta que la iniciativa no proceda de la propia Casa Real y esté previamente pactada con el Gobierno de Mariano Rajoy. Solo algunas voces discordantes, las del catalán Pere Navarro, el madrileño Tomás Gómez y el vasco Odón Elorza, se han atrevido a apostar en público por una sucesión en el Trono, si bien son muchas las que en la propia ejecutiva federal, en los órganos de gobierno de las distintas federaciones y en las Juventudes Socialistas consideran un grave error eludir esta discusión, máxime después de la debilidad con la que ha empezado a desenvolverse el Rey tras su operación de cadera, como quedó demostrado en la reciente Pascua Militar.
Rubalcaba ha hablado también con Mariano Rajoy del grave descrédito que castiga a la Corona y ambos están de acuerdo en dejar, de momento, que la iniciativa de una posible abdicación proceda del propio monarca, informan fuentes socialistas. Lo que no puede garantizar el secretario general del PSOE es que este pacto para no acelerar la llegada al Trono del Príncipe perdure mucho en el tiempo. “La presión de la militancia para que el partido conteste a algunos desmanes de la Monarquía es cada vez mayor, nuestras juventudes ven claro que ha llegado el tiempo para una nueva generación y ya que no somos tan valientes como para defender nuestros principios republicanos, por lo menos deberíamos atrevernos a sugerir una abdicación a la holandesa”, apunta un miembro de la ejecutiva.
Rubalcaba se sigue moviendo para que esto no ocurra y también para que nadie levante la voz a favor de la abdicación del Rey en el Comité Federal, máximo órgano del PSOE entre Congresos, previsto para el próximo sábado, 18. Cada vez le va a ser más difícil mantener el relativo éxito que obtuvo en la pasada conferencia política, donde el debate sobre la Monarquía fue orillado y, lejos de jalearse los principios republicanos, recogidos en unos tibios abucheos contra la Corona, los socialistas solo asomaron una tímida apuesta a favor de regular el orden de la sucesión, la abdicación y la renuncia del Rey mediante la elaboración de la ley Orgánica prevista en el artículo 57.5 de la propia Constitución. Al final, el atrevimiento solo alcanzó a reclamar que la Monarquía responda “con eficacia, austeridad, transparencia y ejemplaridad a sus funciones constitucionales”, algo que no llegó a tener reflejo en ninguna de las propuestas presentadas por el PSOE en el anterior periodo parlamentario de sesiones.
Pese a los discursos oficiales, con el ‘caso Urdangarin’ en plena efervescencia y la imputación de la infanta Cristina encabezando su último capítulo, crecen las voces en el PSOE de quienes apuestan por contribuir a una sucesión ordenada en la Corona, aprovechando el margen que puede dejar la incipiente recuperación económica. Pero aun estas opiniones moderadas creen que Rubalcaba no cederá hasta no ver también encauzado el conflicto catalán, el mismo al que se aferra para justificar en privado su permanencia en el cartel electoral bajo el velo de la responsabilidad institucional.

Salud frágil e imputación de la infanta: se reaviva el debate sobre la abdicación

MADRID.- La imputación de su hija menor asestó un nuevo golpe al rey Juan Carlos de España, que el lunes apareció ante todo el país visiblemente debilitado y balbuceante, reavivando el debate sobre su abdicación si no se repone pronto.

"Seguramente el día en que el rey abdique está cercano", afirma Antonio Torres del Moral, catedrático de Derecho Constitucional de la universidad española a distancia UNED. "La monarquía ahora está atravesando sus peores momentos", agrega este analista que hace un año, cuando la corona ya perdía popularidad, consideraba que no era tiempo para una abdicación.
Desde entonces, pese a los esfuerzos de comunicación de la Casa Real por dar una imagen de mayor transparencia, los problemas del rey no hicieron más que crecer. Juan Carlos, que durante décadas gozó de gran popularidad por su papel clave en la transición democrática tras su llegada al trono tras la muerte del dictador Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975, no gana para disgustos desde hace dos años.
A sus reiterados problemas de salud se suman dos escándalos: un viaje secreto a Botsuana en abril de 2012 para cazar elefantes -descubierto tras una caída que le causó una rotura de cadera y le llevó a presentar unas disculpas públicas sin precedentes- y los problemas con la justicia de su hija Cristina y, sobre todo, del marido de ésta, Iñaki Urdangarin.
El juez español José Castro imputó el martes a la infanta, de 48 años, por presuntos delitos fiscales y blanqueo de capitales en el marco de una investigación por corrupción en torno a Urdangarin, excampeón olímpico de balonmano sospechoso de malversación. La víspera, el rey, que acaba de cumplir 76 años, había aparecido vacilante, apoyado en dos muletas, en su primer acto público desde su nueva operación de cadera, el 21 de noviembre. Aunque Juan Carlos culpó a la mala iluminación del lugar, su dicción titubeante durante el discurso con ocasión de la Pascua Militar fue muy comentada en un país donde no cesa de perder popularidad.
"El último golpe de imagen que ha sufrido en el discurso de la Pascua Militar ha sido tremendo", considera César de la Lama, autor de la primera biografía autorizada del rey. "Se ha visto la incapacidad de una persona que está delicada, que le faltan las energías, que ha perdido mucha fuerza en su persona", agrega. "Es posible que esté todavía en un periodo postoperatorio y se vaya recuperando de aquí al verano", afirma, subrayando que los próximos seis meses serán "fundamentales".
 "Es un momento crítico", dice, "o se olvidan estos problemas o se va a la abdicación", añade.
Torres del Moral coincide en la importancia de la convalecencia del rey. "Un rey achacoso no tiene por qué estar tomando las riendas de la jefatura del Estado. Cosa distinta es que el achaque que tenga el rey sea pasajero, como resultado de intervenciones quirúrgicas y pueda recuperarse", señala. "Si es así, el rey podría aún rendir buenos servicios a la Corona porque es una persona muy acreditada internacionalmente (...) en Latinoamerica tiene gran prestigio", afirma, subrayando que allí "es llamado 'el rey', no el 'rey de España'".
Antes del verano, la infanta Cristina está citada a declarar ante el juez el 8 de marzo. "Las acciones poco ejemplares que se desprenden de las informaciones que vamos recibiendo de todo esto, de la Infanta, de Iñaki Urdangarain, no sólo hacen daño a la Corona si no que hacen mucho daño a España", analiza Fermin J. Urbiola, autor de varios libros sobre el monarca.
También Torres del Moral subraya que la monarquía "es una forma política que se caracteriza no por su respaldo en las urnas sino por el prestigio de una familia a la que se identifica con el Estado y que monopoliza la jefatura del Estado a cambio de un comportamento ejemplar". 
Por su parte, el príncipe Felipe, de 45 años, cuya imagen se realza desde hace meses, está "listo", según los analistas, para relevar a su padre.

El juez que imputó a la infanta confía en que prospere su auto

MADRID.- El juez que ha imputado a la infanta Cristina por delito fiscal y blanqueo de capital, que podría llevar a la primera declaración judicial de un miembro de la familia real española, dijo el miércoles que confía en que su decisión se vea avalada en otras instancias judiciales en el caso de que se recurra.

"Uno lo hace para que se valide, pero luego si se valida o no ya no lo sé", dijo José Castro a periodistas al ser preguntado sobre si cree que la Audiencia Provincial validará la imputación y si cree que la infanta declarará finalmente.
La Audiencia Provincial de Palma revocó el año pasado la anterior imputación de la infanta -aquella vez por posible connivencia con los presuntos negocios ilícitos de su marido, Iñaki Urdangarin-, considerando que no existían suficientes indicios incriminatorios.
Por el momento sólo la defensa de la segunda hija del Rey ha manifestado su intención de apelar la decisión del juez, que se emitió el martes en un extenso y contundente auto.
Las partes tienen ahora hasta el próximo miércoles para recurrir la decisión del magistrado, que pretende que la infanta declare ante él el próximo 8 de marzo.
La nueva imputación, que pedía la acusación popular del grupo Manos Limpias y a la que se opusieron la Fiscalía y la Abogacía del Estado en noviembre, se produjo después de conocerse que la infanta y su esposo pagaron gastos personales con cargo a Aizoon, una empresa mercantil sin actividad que compartían al 50 por ciento.
Aizoon es una de las vías que usó Iñaki Urdangarin para desviar presuntamente parte de los 5,8 millones de euros de fondos públicos recabados en Baleares y la Comunidad Valenciana a través del instituto Nóos, una entidad sin ánimo de lucro que organizaba eventos deportivos y que estuvo presidida por Urdangarin.
En otro auto divulgado el miércoles, el juez Castro ha vuelto a citar a declarar como testigo al expresidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps para el 1 de febrero.
Camps ya fue llamado a declarar como testigo en noviembre, pero no pudo ser localizado por el juzgado y se tuvo que aplazar su declaración.
El juez había pedido al Tribunal Superior de Justicia valenciano que investigara a Camps y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, dos pesos pesados del Partido Popular en esta comunidad, aunque el tribunal rechazó imputarlos en el caso Nóos.

La Monarquía parece que trabaja para la República / José María Calleja

No se trata tanto de que la justicia sea igual para todos, cosa que sabemos, de forma empírica, que no es lo habitual en España; se trata de que al menos sepamos que la justicia funciona.

El juez Castro ha necesitado un guión, no menor al propio de "Lo que el viento se llevó", para pertrecharse de argumentos, achicar los espacios al fiscal -sobrevenido, por mor de Gallardón, en abogado defensor de delincuentes-, y enfrentarse a la caverna política y mediática con un catálogo de argumentos minuciosamente documentados, exhaustivamente informados y pacientemente acumulados para sostener lo obvio: la infanta Cristina no es que estuviera al loro de lo que hacía Urdangarin, es que formaba parte de ese entramado delincuente que receptaba dinero público para comprarse una casa, pagar al servicio, gustarse una cena o remodelar, por tres millones de euros, el recién comprado palacete por seis millones de euros.

Esto de que Cristina viva ahora de alquiler en la que fue casa de Saussure no debe restarnos argumentos lingüísticos para decir que ella y su marido han robado. En gananciales, si se quiere, pero han robado. Robar es no pagar a Hacienda, robar es tomar un dinero público, ganado por la cara de herederos de trono, para comprarse un casoplón y luego remodelarlo y, entre medias, alquilárselo a ellos mismos. Método onanista de ganar dinero y pasarlo chupi con derecho a yate.

Quizás la metáfora del rey, que me duele hasta a mí, trastabillado en un discurso voluntarista que porfía por la aparente normalidad después del posado retocado de jersey cuello cisne y cinturón con hebilla gorda, anuncie el tiempo por venir: la sucesión en la Zarzuela puede traer la República o, al menos, la inquietud que provoca el tam-tam de la eventual República. Si abdico, igual llega Letizia y con ella la República, parece que se dicen en la Zarzuela golpeada.

No deja de tener su guasa que el abogado de la infanta Cristina esté por el derecho a decidir en Cataluña, mientras cobra minutas de padre de la Constitución -el abogado de Urdangarin ya sabemos que lo paga Cayo Lara- .
De aquí al 8 de marzo, día Internacional de la Mujer -no pongan trabajadora, que todas lo son, cobren o no por su trabajo-, tendremos epistemología de la infanta Cristina. Grandes tesis y tesinas que no podrán esconder lo cierto: nunca antes la monarquía española se había visto en semejante tesitura.

Igual al juez le atropella un gato, o la caverna le hace el traje que no ha podido hacerle, pero parece evidente que después de más de doscientos folios, Cristina tiene delito, y no es por culpa de la III República, esa que con su comportamiento están animando desde la Zarzuela a que llegue.

No fue la Constitución la que hizo el Rey sino el Rey quien hizo la Constitución / Eulogio López

No sé si es la influencia de su dos colaboradores más próximos y más progres, Rafael Spottorno y Javier Ayuso, pero lo cierto es que SM el Rey de España está cometiendo una serie de errores -he dicho errores, no horrores- que ayudan poco, no a su imagen pública, más bien alicaída, sino a la concepción de la propia institución, que es más importante.

Por ejemplo, durante su discurso navideño no hizo otra cosa que mencionar la Constitución. Lo cual está muy bien, pero supone empequeñecer la institución que encarna. No es la Constitución de 1978 la que creó al Rey, ni tan siquiera la que le legítima; es el Rey, y una generación generosa, quien forjó la Constitución democrática -su principal activo. Quien avala al monarca es la historia, porque su ascendencia se remonta, con permiso de los desvíos genéticos, hasta los Reyes Católicos y si me presionan, hasta el rey Pelayo.

Porque claro, si resulta que el Rey depende de la Constitución cuando se reforme la Constitución también debería reformarse la Monarquía... que es lo que pretenden quienes desean bien tumbar la Monarquía, o comenzar el derrumbamiento de la institución forzando la abdicación del Rey en su hijo Felipe. Son los mismos que 24 horas después iniciarían la tarea de obligar a abdicar a Felipe VI. Hoy mismo, el lehendakari, Íñigo Urkullu, no se ha decidido por la abdicación del monarca en su hijo, sino directamente por la República. Do you understand?

Su discurso en la Pascua Militar respresenta más de lo mismo. Agradeció a los militares haber aceptado los recortes impuestos. ¿No tenía nada más que decir, nada más que proponer a las Fuerzas Armadas?

A día de hoy, lo que legitimará a la Monarquía, a cualquier monarquía, es ser un referente moral para el pueblo. En eso también debe mejorar el Monarca. Lo hizo, por ejemplo, cuando pidió perdón por su visita a los elefantes africanos. Eso sí, hay muchos españoles que no aprovecharon la transición para reconciliarse, sólo para medrar. Pero, aún así, un Rey del siglo XXI es una referencia moral para el pueblo o no será nada.