Hasta ahora, mejor hasta antes de ayer, estábamos
acostumbrados a unos discursos reales con alguna clave simulada que
todos interpretaban al gusto, pero que en realidad nada nuevo decían,
salvo que felicitaban las fiestas a todos los españoles. Pero ayer, el
discurso de Felipe, su primer discurso de navidad, nos encontramos con
un Rey que no hablaba en clave dando mensajes cómodos a los políticos
sino casi a un líder de Podemos regañando a toda una casta corrupta y
sin ningún disimulo.
Me
da en la nariz que Felipe y Letizia ya se han dado cuenta de que la
actual situación de España es explosiva. El hartazgo de la población es
tan evidente que los funcionarios de la Casa Real ya han debido dar el
aviso de que todo está en peligro. También la propia monarquía. Y da la
casualidad de que todas las encuestas están respondiendo en la misma
dirección. El electorado está cada vez más decidido a romper con el
bipartidismo que lleva casi cuarenta años alternándose en el poder y que
ha creado una trama de intereses, amiguismos y un nivel de corrupción
que está desgastando la credibilidad de la clase política.
Y
a eso hay que añadir la deriva nacionalista catalana, que ya está
elaborando su propia Constitución, donde se declara un estado republicano
con cámara única de representantes... Y a la avanzada catalana seguro
que se contagiará la del país vasco, cuyo líder, el lehendakari Iñigo
Urkullu, acaba de mantener una reunión con Artur Mas para seguir una
misma hoja de ruta.
Tenemos
ante nosotros un par de años bastante inciertos. Desde ya la campaña
electoral para municipales y autonómicas, que empezará a cambiar el mapa
político y se podrá comprobar si las amenazas del electorado van de
farol o están dispuestos a que el demonio, Podemos, se haga con el poder
y barra a la actual clase política corrupta e insensible. O a lo mejor,
como defienden los del bipartidismo, la llamada casta política, a la
hora de la verdad votarán a los de siempre.
Pero cuando hasta los de
Bildu se han mosqueado, es que algo va a cambiar. Y si la actual clase
política no atiende a los miles de mensajes que por todas las esquinas
les advierten de lo que viene, pues los cambios serán traumáticos. Y la Corona española también está en peligro. Por supuesto. A lo mejor el
mensaje de Felipe era para Pablo Iglesias, al que le dice que tiene su
apoyo...
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