MADRID.- La Casa del Rey tendrá listo antes de fin de año su código de conducta
con principios de buen gobierno y su regulación de los regalos que
recibe la Familia Real, iniciativas que Felipe VI, tras su proclamación,
empezó a impulsar entre otras medidas para mejorar y renovar la Casa Real.
El
código de conducta que determinará aspectos concretos de las
actividades del Rey y sus familiares y la regulación de los regalos que
reciben los miembros de la Familia son dos de las nuevas iniciativas
promovidas con este fin que fueron anunciadas el pasado julio, junto al
sometimiento de las cuentas de la Casa a auditoría externa a partir del
ejercicio 2015.
Esta última medida ya ha quedado concretada en el
convenio suscrito por la Intervención General del Estado el pasado 18 de
septiembre con la Casa del Rey, que firmó además ese mismo día otros
dos acuerdos de colaboración, con la Abogacía del Estado y con la
Secretaría de Estado de Comercio.
La Casa del Rey presentó todas
estas iniciativas en julio a los medios informativos y explicó que
respondían a una serie de decisiones adoptadas por don Felipe en coherencia con la voluntad de transparencia anunciada en su discurso ante las Cortes, así como con la nueva composición de la Familia Real.
En
la actual Familia Real -conformada por don Felipe y doña Letizia, la
Princesa Leonor y la infanta Sofía y los reyes Juan Carlos y Sofía-
ninguno de sus integrantes podrá ejercer otra actividad que no sea la
institucional, algo que sí ocurría antes con las infantas Elena y
Cristina como hijas del Rey Juan Carlos, ambas con trabajos remunerados
fuera de la Casa.
Al pasar de ser hijas a hermanas del Rey, doña
Elena y doña Cristina dejan de ser parte de la Familia Real para
pertenecer únicamente a la "familia del Rey", sin actividad
institucional ni remuneración de la Casa, ni siquiera cuando
excepcionalmente puedan acudir a actos de este tipo.
En cuanto a la Reina Letizia, don
Juan Carlos y doña Sofía, presidirán los actos públicos por encargo de
don Felipe o por decisión del Gobierno y cobrarán por ello.
Las
medidas de renovación promovidas por el jefe del Estado no vienen
exigidas por la Ley de Transparencia y se aplicarán por decisión del
Rey, aunque en algún aspecto pueden coincidir con esta norma, como es el
caso del nuevo código de conducta para quienes formen parte de la Casa
Real, cuyos principios serán semejantes a los que existen en normas
similares para entidades públicas.
Hasta que se haya cerrado
definitivamente la redacción de este código, la Casa del Rey no tiene
previsto confirmar ningún punto concreto de su contenido o de la
regulación prevista para los regalos que reciben los miembros de la Familia Real,
una cuestión que suscitó el interés de los medios informativos ante las
noticias sobre los dos automóviles Ferrari obsequiados por Emiratos
Árabes.
En julio de 2013, dos meses después de la decisión de don
Juan Carlos de renunciar al yate "Fortuna", el Monarca fijó destino para
ambos vehículos, que había recibido de Emiratos Árabes Unidos en 2011,
de modo que uno de ellos fue entregado al Gobierno y el otro al Museo de
la Guardia Real.
Este museo, ubicado en El Pardo, dispone de un
espacio de casi 1.400 metros cuadrados, en el que se exhibe una
colección de vehículos históricos, entre ellos Cadillac y Mercedes Benz
antiguos, así como varios Rolls Royce, la mayoría en uso y que se
utilizan para comitivas oficiales o para trasladar a jefes de Estado
extranjeros cuando visitan España.
Los Ferrari de lujo regalados a don Juan Carlos no formaban parte del parque móvil
de la Casa del Rey, que, además, ya entonces se había reducido de 72
vehículos a 45 dentro de un plan de ahorro coherente con la política
llevada a cabo en todas las Administraciones Públicas.
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