domingo, 12 de octubre de 2014

Felipe VI preside su primer 12 de octubre como Rey


MADRID.- Don Felipe y doña Letizia han presidido este domingo su primer desfile de la Fiesta Nacional como Reyes, acompañados en la tribuna por sus hijas la princesa de Asturias y la infanta Sofía, que han contemplado con inquietud y curiosidad la marcha a pie de unos 3.000 militares y el vuelo de 34 aeronaves.

Pasadas las 11 de la mañana y a bordo de un Rolls Royce, los Reyes llegaban entre aplausos a la plaza de Neptuno, donde esperaban el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Fernando García Sánchez, entre otras máximas autoridades del Estado asistentes.
Desde ese momento el foco de todas las miradas se ha centrado en la princesa de Asturias, doña Leonor, y la infanta Sofía, con vestidos estampados, que se situaron en la tribuna presidencial a la izquierda de sus padres, con quienes mantuvieron distintas conversaciones en varios momentos del acto.
Se trababa también del primer desfile para las hijas de los Reyes.
Para su estreno en la presidencia del desfile el Rey apareció vestido con el uniforme del Ejército del Aire en honor al 75º aniversario de su creación, y la Reina con un vestido verde olivo.
Al acto han acudido todos los ministros excepto el de Economía, Luis de Guindos, que se encuentra en Washington; los presidentes del Congreso y del Senado y de otras instituciones del Estado, como el Tribunal Constitucional, así como todos los presidentes autonómicos, salvo el de Cataluña, Artur Mas, el lehendakari, Íñigo Urkullu, y el asturiano, Javier Fernández, por problemas de agenda.
También ha acudido por primera vez el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien siguió el desfile sentado al lado del portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso.
Tras recibir los honores de ordenanza y pasar revista al batallón de honores de la Guardia Real, el Rey ha depositado una corona de laurel en homenaje a los que dieron su vida por España, bajo los acordes de "La muerte no es el final" y el vuelo de la patrulla Águila, formada por siete aviones C-101, dibujando en el aire con sus colores la enseña nacional.
A continuación se ha iniciado el desfile aéreo, que este año se retomaba después de dos años ausente por motivos de austeridad.
Ha durado unos tres minutos y ha contado con el vuelo de 34 aeronaves, entre aviones y helicópteros.
No han volado aviones de Holanda y Suiza como en un principio se había previsto.
Se han exhibido aviones de combate F-18, Eurofighter y F-5, la patrulla Frecche Tricolori de la Fuerza Aérea italiana, que ha dejado los colores de su país sobre los cielos de Madrid, y la patrulla Águila.
También se han podido ver aviones de reabastecimiento en vuelo, de vigilancia y de transporte, como el Hércules, así como un apagafuegos y un Aviocar del 721 Escuadrón.
Se han sumado un helicóptero Súper Puma y la Patrulla Aspa de helicópteros a un desfile que ha cerrado la patrulla Águila.
A partir de entonces se ha desarrollado el desfile terrestre, con unos 3.000 militares, unos 400 más que el pasado año, y una treintena de vehículos, ninguno de ellos blindados o acorazados.
Ha comenzado con la Brigada de Infantería Acorazada Guadarrama XII, la sección de motos de la Guardia Real y una unidad de Veteranos de los tres Ejércitos y de la Guardia Civil y otra de Reservistas Voluntarios.
También han desfilado las banderas de Francia, Italia, Malta, Marruecos, Mauritania, Portugal y Túnez, algunos de los países que junto con España forman la Iniciativa 5+5 Defensa, y no lo han hecho las banderas de Libia y Argelia, previstas en un principio.
En el caso de Marruecos, se trataba de la primera vez que la bandera de este país desfila en España.
Han desfilado también una compañía de la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid, una brigada de marinería de unidades de la Base Naval de Rota, la Unidad Militar de Emergencias, la Brigada paracaidista y la Jefatura de Tropas de Montaña.
La Legión, con su marcha específica de 120 pasos por minuto, y los Regulares, a un ritmo de 90 pasos por minuto, han provocado los aplausos de los asistentes al desfile, que se ha cerrado con las unidades a caballo de la Sección Hipomóvil de la Batería Real y el Escuadrón de Caballería de la Agrupación de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil.
Los Reyes han conversado durante unos minutos con el presidente del Gobierno y el ministro de Defensa antes de dirigirse al Palacio Real, donde ofrecieron una recepción a más de 1.500 invitados, a la que no han asistido sus hijas.

Acto central

El acto central del Día de la Fiesta Nacional consistió en un acto de homenaje a la Bandera Nacional, que se celebró en la madrileña Plaza de Cánovas del  Castillo, junto con una parada militar, que se desarrolló entre la Plaza del Emperador Carlos V y la Plaza de Colón.
Los Reyes, y sus hijas, la Princesa de Asturias Doña Leonor y la Infanta Doña Sofía, llegaron a la Plaza de Cánovas del Castillo escoltados por el escuadrón de Escolta Real, fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. A continuación, fueron saludados por el ministro de Defensa, Pedro Morenés; el presidente de la Comunidad de Madrid,  Jaime Ignacio González; la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; el jefe de Estado Mayor de la Defensa, Fernando García Sánchez; la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y el presidente de la Asamblea de Madrid, José Ignacio Echeverría.
Un batallón de la Guardia Real se encargó de rendir honores. Seguidamente, Don Felipe, vestido con el uniforme del Ejército del Aire en honor al 75º aniversario de su creación, pasó revista a las tropas. Una vez finalizada, Sus Majestades los Reyes fueron saludados a pie de la Tribuna Real por las altas autoridades del Estado, miembros del Gobierno, presidentes de Comunidades Autónomas presentes en el acto y autoridades de Defensa.
Tras el traslado de la Enseña Nacional por tres guardias reales, representantes de cada uno de los Ejércitos y un guardia civil, se procedió al izado de la  misma a los acordes del Himno Nacional, que dio paso al acto de homenaje a los que dieron su vida por España. La Unidad de Música de la Guardia Real fue la encargada de interpretar "La muerte no es el final", a cuyos compases se realizaron los movimientos de guiones y portacoronas, seguidamente, y tras finalizar los acordes de “La muerte no es el final”, Su Majestad el Rey se dirigió a la plataforma para realizar la ofrenda de la corona de laurel.
Concluido el toque de Oración, el sobrevuelo de la Patrulla Acrobática "Águila" y una descarga de fusilería por la Escuadrilla "Plus Ultra" de la Guardia  Real, dio comienzo el desfile militar, compuesto de unidades aéreas y terrestres.
Finalizados los actos, y tras ser despedidos por el presidente del Gobierno, el ministro de Defensa y el jefe de Estado Mayor de la Defensa, Sus Majestades los Reyes se trasladaron en caravana, escoltados por el Escuadrón de Escolta Real, al Palacio Real de Madrid, donde tuvo lugar la tradicional recepción con motivo del Día de la Fiesta Nacional.
En el Salón del Trono recibieron el saludo del presidente del Gobierno, representantes del Cuerpo Diplomático, el presidente del Congreso, el presidente del Senado, el Presidente del Tribunal Constitucional, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, los miembros del Ejecutivo, los presidentes de Comunidades Autónomas, el jefe de la Oposición, los miembros de la Mesa y Portavoces del Congreso de los Diputados y del Senado, la alcaldesa de Madrid, el presidente del Consejo de Estado, el presidente del Tribunal de Cuentas, la Defensora del Pueblo, y el resto de invitados, pertenecientes a todas las esferas sociales de la vida pública nacional.
Tras los saludos a los representantes de las Instituciones del Estado, Don Felipe y Doña Letizia se dirigieron al Comedor de Gala, donde tuvo lugar la recepción, a la que asistieron alrededor de 1.500 invitados pertenecientes a todas las esferas sociales de la vida pública nacional.
La conmemoración de la Fiesta Nacional tiene como finalidad recordar solemnemente momentos de la historia colectiva que forman parte del patrimonio histórico, cultural y social común, asumido como tal por la gran mayoría de los ciudadanos. Según recoge la Ley 18/1987, de 7 de octubre, que establece el día de la Fiesta Nacional de España en el 12 de octubre, simboliza la efeméride histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los Reinos de España en una misma Monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos.

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