RABAT.- El Rey Felipe VI ha concluido su primer viaje
oficial a Marruecos satisfecho de cómo se ha desarrollado su estancia de
dos días en el reino alauí y así se lo ha hecho notar a su anfitrión,
Mohamed VI, cuando se han despedido en el aeropuerto de Rabat Sale.
"De verdad, muy muy bueno", le ha dicho Don Felipe a Mohamed VI,
que junto a su mujer Lalla Salma han acompañado a los Reyes hasta la
escalerilla de su avión. Los dos monarcas se han despedido dándose dos
besos en la mejilla. Antes los Reyes se despidieron con un apretón de
manos de todas las autoridades que acudieron a darles el último adiós al
aeródromo.
Entre ellos se encontraban el primer ministro marroquí, el
islamista moderado Abdelilá Benkirane, que le ha dicho algo gracioso al
Rey, pues los dos se han echado a reír, pero también otros miembros del
Ejecutivo, como los ministros de Exteriores, Salaheddine Mezouar, o la
titular para Solidaridad y la Mujer, Bassima Hakkaoui, así como los
presidentes de la Cámara de Representantes, Rachid Talbi Alami, y de la
Cámara de Consejeros, Mohamed Cheikh Biadillah, representantes de la
cúpula militar, y el embajador de España en Marruecos, José de Carvajal.
Después de que los Reyes entraran en el avión de la Fuerza Aérea
Española, Mohamed VI, vestido con una chilaba tradicional, ha
abandonando el aeródromo junto a su esposa conduciendo su propio coche.
Esta visita de dos días a Rabat, que se enmarca en la gira de
presentación que iniciaron los Reyes por los países vecinos la semana
pasada en Portugal, estaba pensada para mostrar la voluntad que existe
por ambas partes de continuar las excelentes relaciones que las dos
monarquías cultivaron bajo el reinado de Juan Carlos I.
Mohamed VI, que ofreció a los Reyes alojarse en el Palacio Real de
Huéspedes, donde durmieron anoche, agasajó a sus invitados con la
celebración de un 'iftar' --única comida del día con la que los
musulmanes rompen el ayuno en Ramadán-- y tuvo el gesto de hacer
coincidir la presencia de Felipe VI en Marruecos con su firma del
acuerdo de pesca con la UE, trámite que quedaba pendiente para que pueda
aplicarse este convenio que beneficiará a un centenar de barcos
españoles, fundamentalmente canarios y andaluces.
Los contactos que el monarca ha mantenido este martes con el jefe
del Ejecutivo marroquí y los máximos representantes del poder
legislativo han servido para que los dos países pongan en valor el buen
momento por el que atraviesa la relación bilateral.
España ha agradecido a Marruecos su colaboración en la lucha
contra la inmigración, incluido los trabajos que desarrollan para
construir una segunda valla en su lado de la frontera con Melilla, y que
en Rabat se manejan con una opacidad total. Sin embargo, el ministro de
Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha
revelado en declaraciones a la prensa que esas obras "están avanzando
muy bien y de acuerdo con los plazos previstos".
La construcción de esta nueva valla en paralelo a los nueve
kilómetros de perímetro fronterizo para frenar a los migrantes ha
suscitado las críticas de las ONG y colectivos en defensa de los
Derechos Humanos, pues, según denuncian, estará completamente equipada
con concertinas, los mismos alambres de cuchillas que coronan el vallado
melillense y que han sido rechazados por entidades internacionales y
nacionales como el Defensor del Pueblo.
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