lunes, 6 de mayo de 2013

Felipe González afirma que la Monarquía "sirve para el país"

BADAJOZ.- El expresidente del Gobierno Felipe González afirma que la institución de la Monarquía "sirve para el país", y asevera que la "persona, personalidad o personaje" del Rey es el "más conocido, respetado y bien relacionado que sigue existiendo a nivel internacional".

   González ha evidenciado así que hay una "crisis de la institución" pero ha dicho que hay que "ayudar a superar esa crisis" y ha pedido ponerse "las pilas" y utilizar "seriamente" la institución monárquica. "Porque aquí creemos que vamos a resolver el problema del paro metiéndonos con la monarquía o algunos lo creen" y eso "es una broma", ha añadido.
   "Lo digo con cuanta más autoridad porque nunca me he sentido monárquico, qué le vamos a hacer; lo que creo es que la institución (de la Monarquía) sirve para el país", ha reafirmado al tiempo que ha señalado que "un no monárquico o un republicano" como él "no puede olvidar la historia y las dos experiencias" republicanas en España con las que "no le ha ido bien a este país".
   El expresidente de España también ha asegurado que "cuando se habla del Rey por los servicios que prestó se está cometiendo un error" puesto que "el problema es los servicios que presta".
   "Yo recorro todo el mundo y les aseguro que, incluso en esta situación en que estamos todo el mundo tan inquieto, la persona, personalidad o personaje, lo que quieran, más conocido, respetado y bien relacionado que sigue existiendo a nivel internacional, cuando hemos perdido mucha relevancia a nivel internacional, pues resulta que se llama Juan Carlos de Borbón", ha resaltado.
   González ha subrayado que "el Rey puede decir pónganse de acuerdo, no sólo puede, debe decirlo" y ha matizado que "pónganse de acuerdo no es hagan lo que yo digo que hay que hacer, es pónganse de acuerdo".
   Por último, ha advertido que hay que tener "cuidado con el arbitrismo". 
"Cuando alguien no sabe resolver un problema real se inventa otro que tampoco va a resolver pero que distrae del primero; yo me invento la independencia porque no sé como enfrentar los problemas reales, o yo me invento que la culpa la puede tener la monarquía aunque no tenga nada que ver, porque elude enfrentar los problemas reales".
   Felipe González ha hecho estas declaraciones al ser preguntado por este asunto en Badajoz.

El descrédito de la Corona / Rafael Torres

Se ha echado a rodar la especie de que el descrédito de la Monarquía es, solamente, el descrédito de la Corona, acaso con la idea de que cambiando esta, es decir, el titular que la ciñe, se pueda conservar incólume aquella. 

A tal fin, y contraviniendo aparentemente el tabú que hasta poco blindaba el trono, se relacionan los episodios que habrían enajenado la voluntad y la opinión de los ciudadanos respecto al añoso monarca, cual establece la última encuesta del CIS: las granujerías del yernísimo Urdangarin al amparo del real nombre y de la real casa, la imputación de la Infanta Cristina por sus presuntas actuaciones en dichas granujerías, los safaris a todo trapo mientras el pueblo pasa hambre, las amistades, tan entrañables como peligrosas, con una princesa tuneada de aire austro-húngaro... 

Sin embargo, esa no es la causa de la desafección, sino la gota, las gotas, que han colmado el vaso.

La mayoría de los españoles pasa de la Monarquía, y no digamos los más jóvenes, porque, además de antojárseles una marcianada y una institución de dudosa utilidad y legitimidad, representa y simboliza un sistema político que se ha revelado abrumadoramente corrupto y contrario a las aspiraciones, las necesidades y los intereses del conjunto de la sociedad española. Suena duro, pero más duro es que así sea. 

La irresponsabilidad ante la ley del monarca, que atenta contra la misma línea de flotación del principio democrático de la igualdad, es como si hubiera acabado contagiando a la tropa política e institucional que se arracima bajo su sombra y en sus aledaños, de suerte que el descomunal saqueo de los bienes y de los recursos públicos perpetrado por dicha tropa se va saldando sin uno sólo de sus rateros en prisión. No cuenta, desde luego, la basurilla marginal de los munícipes carteristas que operaron en Marbella, alguno de los cuales sí se halla a la sombra.

El descrédito de la Corona es, ni más ni menos, el descrédito de la Monarquía. No contribuye a lo contrario, ciertamente, que la reaparición del Rey haya sido en el fútbol, y no en una visita a un Banco de Alimentos.

La princesa Letizia con Leonor y Sofía, vacaciones de primavera en Mallorca

PALMA DE MALLORCA.- La primavera ha llegado a Palma de Mallorca, la ciudad favorita de la familia real española para sus vacaciones. Hasta allí se han desplazado los Príncipes de Asturias para pasar unos días con sus hijas tras acudir a la coronación en Holanda, según 'Diario Femenino'.

Los Príncipes de Asturias y sus dos hijas han pasado el puente de mayo en Palma de Mallorca, uno de sus destinos favoritos al que les vemos acudir por diferentes motivos.
Este fin de semana y los días festivos han venido acompañados de un tiempo estupendo que los Príncipes y sus hijas han aprovechado para pasarlos en familia. Ya que los Príncipes no pudieron pasar el día del sexto cumpleaños de su hija Sofía con ella, al menos días después han podido estar todos juntos en este viaje privado.
La princesa Letizia tuvo que dejar sola a su hija, la infanta Sofía, para poder atender sus obligaciones diplomáticas, por eso para compensarla han decidido aprovechar el puente de Mayo para visitar la isla y relajarse con planes familiares.
El príncipe Felipe es un gran aficionado a los barcos, como el resto de la familia Borbón, por eso decidió hacer una visita sorpresa visitando solo el el salón náutico de Mallorca para ver los nuevos modelos que están ahora en el mercado.
La princesa Letizia, sin embargo, ha elegido un plan más tranquilo y ha aprovechado para pasear y jugar con las infantas Leonor y Sofía en el Parc de la Mar, situado a escasos 100 metros del salón náutico. 
Letizia y sus hijas no se han dejado ver fuera del Palacio de Marivent.
A diferencia del viaje que hicieron a Almagro, en el que los Príncipes y sus hijas fueron el centro de atención y fotografiados en múltiples ocasiones, esta vez no hay imágenes de los cuatro durante su estancia en Palma de Mallorca.
Estas minivaciones de los Príncipes de Asturias y sus dos hijas han pasado así un poco más desapercibidas por la ausencia de esas imágenes.
Sí se ha publicado una imagen en la que podemos ver a la princesa de Asturias ocupando su asiento en la clase turista en un vuelo de regreso a Madrid.

La misteriosa visita de Corinna a Madrid aprovechando las ausencias de Reina y Príncipes

MADRID.- Después de mucho tiempo, Corinna ha regresado a Madrid. Aprovechando la ausencia de los Príncipes de Asturias y de de Doña Sofía, que han pasado el puente de mayo fuera de la capital, la "entrañable amiga" del Rey ha visitado La Zarzuela.

Según asegura Antonio Rossi, Corinna ha estado en la residencia de Su Majestad Don Juan Carlos, que ha sido el único miembro de la Casa Real que ha estado estos días en Madrid. Coincidiencia o no, lo cierto es que no han trascendido detalles de esta inesperada visita de la princesa alemana, de la que hacía varias semanas que no habían trascendido noticias.

Departir con el Rey o recoger enseres. Según ha revelado Antonio Rossi, Corinna habría estado estos días en La Zarzuela pero se desconocen los motivos de este regreso a España.

La Monarquía cuestionada / Fernando Álvarez Balbuena

España es un país de bandazos y de extremismos. Nos falta ponderación y mesura y, por ello, tan pronto somos entusiastas de una determinada forma de hacer las cosas, como enemigos del mismo asunto con una actitud radical e implacable.

Viene todo esto a cuento de la formidable campaña mediática que se ha orquestado contra la Monarquía. Hasta hace muy poco tiempo, se le reconocían a la institución monárquica, por parte de toda la sociedad española, unos méritos políticos que poco menos que sacralizaban a las personas que la encarnan y representan. Se le atribuían las virtudes que nos llevaron a pactar la transición del franquismo a la democracia, la defensa del sistema ante el fallido golpe de Estado del 23 F, así como la garantía de imparcialidad política, de estabilidad y de continuidad institucional, amén de la satisfacción general de tener a un rey como cabeza visible del Estado, lo que se manifestaba en un general respeto, incluso simpatía, hacia el Monarca y a la Familia Real.

Sin embargo, desde que la ley de Memoria Histórica hizo su aparición entre nosotros, las manifestaciones públicas en pro de dicha memoria se sustanciaban con una «marea morada» de banderas tricolores y con el mensaje, nada subliminal, de que la República era un sistema mucho más democrático que la obsoleta y elitista Monarquía, la cual debería ceder el paso al régimen igualitario republicano, más acorde con los tiempos actuales y, al parecer, más limpio de corrupción y de parafernalias extemporáneas.

Así, de pronto, bastaron una cacería de elefantes del Rey en Botsuana (nada acertada) y una irregularidad fiscal (nada pequeña, por cierto) de un miembro de la Familia Real para que estallara el escándalo mediático y pedir ya la abdicación del Rey, ya el cambio político en la Jefatura del Estado. Y por parte de ciertas élites políticas, el sometimiento a referéndum nacional de la institución monárquica para dilucidar democráticamente la antinomia política de monarquía o república.

Sin embargo, y a pesar de que la actual situación de precariedad económica y de que el inmoderado gasto del Estado nos están llevando a la ruina, no vemos ni en los medios, ni en las actitudes y discursos de los políticos ninguna voluntad de adelgazar el Estado, que es un elefante burocrático mayor que todos los elefantes de Botsuana. 

Nadie se hace eco en las esferas oficiales del clamor popular contra las autonomías; al contrario, no hay político ni de izquierdas ni de derechas que no las ensalce, porque en ellas está el clientelismo que asegura la permanencia en el poder, y si el gasto es imposible de soportar, pues se fríe a impuestos a los ciudadanos, que pueden aguantar de todo...

Se me ocurre que si se sometieran a referéndum nacional tanto la Corona como las autonomías, muchos políticos se iban a llevar un chasco fenomenal, pues creo que el sufrido pueblo español aceptaría mejor la Monarquía, que es bastante menos cara de lo que dicen algunos, que el nefasto Estado autonómico, manirroto, despilfarrador e ineficiente.