domingo, 21 de abril de 2013

El rey Juan Carlos cae en desgracia en una España harta de escándalos


MADRID.- El rey Juan Carlos se paró ante una multitud de periodistas y curiosos sonrientes, intercambió bromas, se rió de unos chistes e incluso se probó un par de gafas regaladas por un periodista del programa satírico "Caiga quien Caiga".

La escena de 1997 era una de las típicas apariciones públicas del monarca, cuando era uno de los más populares del mundo, los medios de comunicación le trataban con benevolencia y la idea de su abdicación hubiera parecido absurda.
Dieciséis años después, casi la mitad de los españoles piensan que debería dejar el cargo en favor de su hijo, el príncipe Felipe, de 45 años, y casi un tercio, la mayoría de ellos jóvenes, desea que el país se convierta en una república.
El Rey, de 75 años, ha caído en desgracia de forma espectacular por una serie de escándalos que han minado su aceptación pública mientras su salud se debilita.
Popular y respetado, Juan Carlos I incluso se ganó la admiración de los republicanos por su papel en la pacífica transición a la democracia y por frenar el golpe de Estado en 1981.
Ahora, la opinión pública se ha agriado por las imputaciones de su hija menor, la infanta Cristina, y su marido, Iñaki Urdangarin, en un caso de corrupción, una supuesta cuenta en un banco suizo sin aclarar y un estilo de vida ostentoso - con un viaje de caza mayor a África mientras la crisis económica engulle al país.
Este año se cruzó una línea roja con la publicación de entrevistas a una empresaria amiga del Rey que dice que ha desarrollado labores de consultoría para el Gobierno.
Tertulias de televisión y medios sociales se refirieron a Corinna zu Sayn-Wittgenstein como la amiga íntima del Rey, lo que desencadenó una gran compasión pública hacia Sofía.
Pilar Urbano, biógrafa oficial de la Reina, ha declarado que el Rey ha sido "muy mujeriego, le han gustado mucho las señoras. Todas menos la propia".
Por su parte, la Casa Real mantiene silencio ante estas especulaciones. Pero mientras los ciudadanos lidian con deudas, el paro y la corrupción generalizada en la política, las actividades del Rey ahora provocan desdén, después de años de deferencia.
"La opinión pública en este momento no sabe a qué atenerse. La gente está un pelín desquiciada, asombrada con lo que pasa en España", dijo Bieito Rubido, director del diario Abc.
Como la mayoría de los expertos en la realeza, no se cree que el futuro de la monarquía esté en juego.
Pero los interrogantes sobre el futuro de la Corona se han sumado a una pérdida de fe general en las instituciones, inmersas en numerosos casos de corrupción tras el estallido de la burbuja inmobiliaria hace cinco años, que sumió a España en la crisis.
"La gente está extremadamente frustrada con la situación económica y quiere echar la culpa a alguien, así que es una situación en la que puede pasar cualquier cosa", dijo Jonathan Hopkin, experto en política de la London School of Economics.
Fuentes cercanas a La Zarzuela dicen que la familia real está preocupada por el declive de su popularidad y está deseando evitar añadir más incertidumbre al clima de crisis. La Casa Real vigila la opinión pública muy de cerca a través de los medios sociales y con sus propias encuestas.
Abolir la monarquía completamente no es algo que contemple la clase política, y dos políticos de izquierdas que pidieron la abdicación del Rey fueron inmediatamente reprendidos por otros políticos.
Si la abdicación se contempla, nadie lo admite. Pero el peligro es que cuanto más tiempo se deje pasar, más dañada quedará la institución heredada por el Príncipe. El problema es que Juan Carlos abdicara caído en desgracia, algo que no es probable que haga, según creen expertos reales.
No obstante, el monarca tiene un ejemplo en otro lugar de Europa. La reina Beatriz de Holanda ha anunciado que abdicará este mes a los 75 años en favor de su hijo de 45 años.
El príncipe Felipe es apreciado, según las encuestas, pero la monarquía en su conjunto se ha resentido.
En una encuesta de 1997, la monarquía obtenía un 6,67 sobre 10, la mejor nota de cualquier institución en España. En 2011, había caído al 4,97.
Aunque los comentarios sobre la mala salud del Rey tras cuatro operaciones en un año continúan, no quiere ceder el mando.
"El Rey no quiere abdicar bajo ningún concepto, y no puede ser en contra de su voluntad", dijo Rubido.
El príncipe Felipe es discreto pero amable y está muy bien informado de la actualidad. Su esposa, Letizia Ortiz, también es popular.
Se ha comentado que Felipe está furioso con su padre y su cuñado por el escándalo de corrupción. Pero parece que el Rey tratará de capear el temporal con la esperanza de que eventualmente amaine y pueda recuperar parte de su popularidad.
Días después de que el juez instructor José Castro imputara a la infanta Cristina, Zarzuela anunció que la Casa del Rey sería incluida en la nueva ley de transparencia que podría arrojar luz sobre las finanzas de la realeza, para incluir las partidas que destina el Gobierno, además de los ocho millones de euros que tiene asignados anualmente.
Pero Arsenio Escolar, director del periódico digital 20 Minutos, dice que se está ofreciendo muy poca transparencia y muy tarde.
"La contestación social creo que volverá y las calles pueden estar otra vez llenas de aquí a un mes. Puede parecer que a la gente le da igual pero la indignación crece. La opinión pública no va a tragar tanta cosa (refiriéndose a la suma de corrupción política y real)", dijo.
Los españoles de más edad sienten una gratitud inmensa hacia el monarca por detener el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Sin embargo, las generaciones más jóvenes de españoles no recuerdan esos hechos históricos.
La imagen del Rey comenzó a deteriorarse con la investigación sobre el supuesto desvío de fondos públicos en la fundación sin ánimo de lucro Nóos que presidía su yerno Iñaki Urgandarin en 2011.
Cayó en picado en 2012 cuando se conoció que Juan Carlos había realizado un viaje para cazar elefantes a Botsuana, en plena crisis económica en España y con el país en el punto de mira de los mercados.
Mientras uno de cada cuatro españoles vive en la pobreza, según Cáritas, La Zarzuela quedó expuesta como una institución sin contacto con la realidad. En un hecho sin precedentes, el Rey pidió disculpas.
Desde entonces las cosas no han dejado de empeorar, culminando con la imputación de la infanta Cristina en el caso Nóos este mes.
Sin embargo, los españoles no prevén que se haga justicia, como dijo un madrileño mientras desayunaba en un bar.
"Hay más posibilidad de que nosotros, que no hemos hecho nada, vayamos a la cárcel (a que lo haga la infanta)", dijo Javier Martín, un empleado de marketing de 33 años.

El abogado de Iñaki Urdangarín "compara" el Instituto Nóos con el Fútbol Club Barcelona

MADRID.- El abogado de Iñaki Urdangarín ha afirmado que el secretario de las Infantas, Carlos García Revenga, no tenía un papel meramente testimonial en el Instituo Nóos, sino que era una persona que tomaba decisiones.

Mario Pascual Vives hace referencia así a los mails entre Torres y Carlos Revenga que demuestran una gestión intensa de este en la entidad dirigida por Torres y Urdangarín.

Por otra parte, el abogado catalán equipara al Instituto Nóos con el Barça. Ha asegurado que Nóos es "una asociación privada sin animo de lucro no declarada de utilidad pública" y ha añadido: "¿Sabe cuál es la asociación privada sin ánimo de lucro más conocida del territorio español? El Fútbol Club Barcelona".

En cuanto a la adopción de medidas cautelares por parte de una jueza de Barcelona hacia varios medios de comunicación para que no revelen el contenido de unos mails que afectan a la vida privada del Duque de Palma, su abogado ha afirmado que "son medidas de carácter de protección sobre todo a los menores". Además "el derecho a la intimidad es un derecho que hay que proteger en cualquier persona".

Al preguntarle si va a denunciar a los medios, ha respondido: "Tengo que meditar. Tengo algunos días para pensarlo".

Bono: La renuncia de la infanta Cristina a la sucesión "daría prestigio" a la Corona

MADRID.- El expresidente del Congreso José Bono ha asegurado que la renuncia de la infanta Cristina a la sucesión sería un "gesto que supondría renunciar prácticamente a nada" pero que, sin embargo, sería "un gesto muy importante que daría prestigio" a la Corona.

   Así lo ha asegurado Bono en una entrevista a 'El Mundo', en la que ha admitido que el 'caso Nóos' puede ser "una china no pequeña en el zapato" del Rey, si bien entiende que al monarca "no debería calzarlo ni descalzarlo el marido de su hija".
   "El Rey ha puesto distancia y quizá ellos deberían distanciarse de la Corona para no complicar más a su padre y suegro ni a su hermano y cuñado. Hasta hace poco tiempo, en las familias reales los herederos que se casaban con gente normal perdían los derechos sucesorios", ha señalado.
    En cualquier caso, ha descartado una abdicación del Rey a pesar de que se haya "levantado la veda contra el Monarca" porque hay otras reformas "necesarias y urgentes", citando como ejemplo la renuncia al actual sistema electoral.
   "Es penoso que el debate sucesorio se haya abierto por culpa de un yerno del Rey. Yo deseo que el desgaste no alcance al Príncipe, porque ni él lo merece ni nosotros estamos sobrados de referencias públicas con su capacidad", ha señalado.
   Por otra parte, Bono ha apuntado en referencia a los 'escraches' que "marcar las puertas con cruces y asustar a los niños por la conducta o militancia de sus padres no es algo democrático ni justo". En cualquier caso, ha exculpado a aquellos que "no tienen para dar de comer a sus hijos".
   "Eso es una cosa y otra, aprovechar el mal ajeno para predicar el odio social o político hasta en las puertas de las casas particulares. No aplaudo que se haga política instrumentalizando el dolor ajeno. Los desahucios hay que atenderlos caso a caso", ha afirmado.