MADRID.- La Casa del Rey ha expresado su "sorpresa" por el "cambio de posición" del juez José Castro, instructor del 'caso Nóos', al haber decidido imputar a la Infanta Cristina, al tiempo que ha mostrado su "absoluta conformidad" con la decisión de la Fiscalía de recurrir esta medida.
Un portavoz de Zarzuela ha dejado claro "el máximo respeto" por las
decisiones judiciales, pero a continuación "quiere manifestar" la
"sorpresa" de la Casa Real por "el cambio de posición expresado por el
juez en su resolución, frente a la mantenida en el auto del 5 de marzo
de 2012, confirmado posteriormente por la Audiencia Provincial de Palma
de Mallorca".
La Casa del Rey ha manifestado su "absoluta conformidad" con la decisión anunciada por la Fiscalía Anticorrupción de recurrir este auto,
"en su posición procesal de imparcialidad y defensa de la legalidad".
Asimismo, ha reconocido que se ha enterado de la noticia a través de los
medios de comunicación.
Rafael Spottorno, jefe de la Casa del Rey, estaba este mediodía en
Bilbao junto al Príncipe de Asturias, inaugurando las nuevas
instalaciones de Petronor, cuando se conoció la noticia. En un primer
momento, fuentes oficiales habían declarado que no iban a hacer "comentario alguno" respecto a una decisión judicial. Pero ante el impacto de la noticia, han hecho estas valoraciones. Queda por ver la reacción a largo plazo de una institución noqueada por la larga lista de golpes sufridos en los últimos tiempos. Sobre todo, si ahora se verbalizará lo que en diciembre de 2011 se dejó en el aire.
La imputación de la Infanta Cristina marca un antes y un después en la historia de la monarquía española desde 1976
porque acaba con al aura de inviolabilidad de la Familia Real. Pero, en
el día a día a día de la Casa Real, influirá poco: la segunda hija de
los Reyes de España ya estaba apartada de facto de la agenda oficial
desde el 12 de diciembre de 2011, cuando un grupo de
periodistas asistió sorprendido en el complejo de La Zarzuela a la
separación oficial de Iñaki Urdangarin por parte del jefe de la Casa del
Rey.
Preguntado expresamente por el futuro de la Infanta, Spottorno respondió entonces con un lacónico: "Ya veremos". En estos 27 meses transcurridos desde ese traumático anuncio, se ha visto, y muy claramente, que la Infanta ya no formaba parte del llamado núcleo central de la Familia (una expresión con la que se quiso suavizar la desaparición de los Urdangarín-Borbón).
El último acto institucional al que acudió, junto a su marido, fue a la Fiesta Nacional el 12 de octubre de 2011.
En este año y medio, su figura ha quedado reducida al ámbito familiar,
ya que la Infanta no puede dejar de ser hija de los Reyes, como repiten
al unísono en la Casa del Rey.
Sí podía haber renunciado a sus derechos sucesorios
e incluso al uso del título de duquesa de Palma que su padre le otorgó
cuando contrajo matrimonio con Urdangarin en 1997 (a ella, no a él).
Pero no lo hizo.
Así, su incómoda presencia no dejó de provocar polémica ni siquiera en el ámbito familiar. Por ejemplo, cuando el pasado 27 de noviembre acudió junto a Urdangarin a visitar al Rey al hospital de Madrid
donde se operó de la segunda cadera. Los españoles reaccionaron tan
virulentamente que dos meses más tarde Zarzuela reforzó el cordón
sanitario anti-Urdangarin borrando al duque de Palma de su página web.
A la Infanta Cristina se la vio por última vez
hace un mes en el hospital donde el Rey fue nuevamente operado, esta
vez de una doble hernia. Por lo demás, y desde que volvió de Washington
en el verano de 2012, la Casa del Rey se ha cuidado mucho de que apareciera en público. La pasada Nochebuena el matrimonio Urdangarin-Borbón cenó en La Zarzuela pero se evitó incluso que se confirmara su presencia de manera oficial.
Según expertos constitucionales, la imputación de la Infanta Cristina marca un antes y un después porque destruye esa línea psicológica de inviolabilidad
que se había establecido entre los miembros de la Familia Real y los
ciudadanos españoles. El pasado 4 de enero, EL MUNDO publicó una
encuesta en la que el 84% de los ciudadanos se declaró a favor de la
imputación de la Infanta Cristina.
Constitucionalmente, sólo el Rey es inviolable
(artículo 56) aunque sí se puede inhabilitar (artículo 59.2). Al igual
que sus hermanas, el Príncipe de Asturias también está sujeto al derecho
común. Con su decisión de hoy, el juez Castro ha dejado claro el punto
que ya estableció el Rey en su discurso de Nochebuena de 2011: "La Justicia es igual para todos".
Entonces, Don Juan Carlos aludió al primer caso de corrupción que
afectaba directamente a la Corona y que por entonces sólo tenía como
implicado a Urdangarin. "Afortunadamente vivimos en un Estado de
Derecho, y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y
sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos", manifestó el Rey ante los españoles.
"Necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos.
Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos
el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento
ejemplar", subrayó el Rey, quien hacía menos de dos semanas había
apartado públicamente a su yerno de las actividades oficiales de la
Familia Real, según recuerda 'El Mundo'.