viernes, 29 de marzo de 2013

Jorge Verstrynge: “El carácter neutral de la monarquía es una mentira; nada importante se hace contra la opinión del rey "

 MADRID.- El rey en este país manda cuando estima que tiene que mandar. Tiene un derecho de veto que no está en la Constitución, está en el teléfono. El pueblo aquí pinta cero y esto, multiplicado por los intereses de la clase dominante, da la monarquía. La conclusión es que la monarquía es soberanía limitada, y se basa en la desconfianza hacia el pueblo. Por eso Franco, que era caudillo por la gracia de Dios y no la voluntad soberana del pueblo, no se fiaba. 

 La cajetilla de Gitanes, ¡he ahí otro afrancesado!, es la eficaz gasolina de este Panzer dialéctico llamado Jorge Verstrynge (Tánger, 1948) que lleva amenazando el Rin celtibérico desde que comenzó como joven delfín de ese oxímoron llamado Fraga demócrata. Esta vehemencia, esta afortunada vehemencia, le valió el apelativo de “cantamañanas” por el quejoso Juan Benet, pero ¿no lo era también Danton cuando clamaba “audacia, más audacia y siempre audacia” frente a todas las tiranías europeas? En su nuevo papel de ancien enragé, otro oxímoron, Verstr

¿Es la monarquía en España estrictamente necesaria? ¿Crees factible un debate república-monarquía?
Si no lo ha habido, tiene que haberlo pronto. En un libro mio reciente reproduzco una ecuación que se me ocurrió un día: el sistema monárquico depende de la velocidad de un espermatozoide y la velocidad de un óvulo multiplicado por el porcentaje de crédulos partido por el porcentaje de cuerdos. Lo que pasa es que esto no sirve de nada: la forma del Estado no se puede someter a referendo. El pueblo aquí pinta cero y esto, multiplicado por los intereses de la clase dominante, da la monarquía. La conclusión es que la monarquía es soberanía limitada, y se basa en la desconfianza hacia el pueblo. Por eso Franco, que era caudillo por la gracia de Dios y no la voluntad soberana del pueblo, no se fiaba. En El negocio de la libertad de Jesús Cacho, este muestra que el rey cobra una comisión por cada barril de petróleo aquí. Comiendo con un antiguo jefe de gabinete del Gobierno de Felipe González, me lo confirmó. Yo pensaba que era mentira. Le pregunté “¿Cómo le permitís esto?”, y él dijo “Dice que su abuelo salió con una mano delante y otra detrás, y que de este país no se fía”.

O una larga cambiada ya o adiós Monarquía, adiós / Enric Sopena *

“Para mí (…) antes que nadie es el prestigio del Trono”, según proclamó en el Congreso de los Diputados el diputado Plá hacia principios del año 1843, siendo Reina Isabel II, llamada coloquialmente “la de los Tristes Destinos”, después de la regencia del general Baldomero Espartero.

Premio nacional de historia
La minuciosa y completísima biografía de la Reina Isabel II fue escrita recientemente por la catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad de Valencia, Isabel Burdiel, publicada en Taurus y premio nacional de historia 2011.

Ni el texto ni el contexto
La Monarquía en aquel tiempo, hace más de dos siglos, no puede ser comparable -tanto en el texto como en el contexto- con la Monarquía actual del Rey Juan Carlos I. Pero sí es cierto que el “prestigio del trono”, o el de la Corona, es el mejor termómetro de cualquier reinado.

El carnicerito de Málaga
Desde que Juan Carlos de Borbón estuvo en condiciones de destituir a Carlos Arias Navarro, presidente entonces del Gobierno -con un pasado muy sangriento y conocido como el carnicerito de Málaga- lo hizo.

La legalidad de la dictadura
De acuerdo con la legalidad impuesta por la dictadura, el Rey nombró a dedo a Adolfo Suárez -un oportunista ambicioso- que se despojó de inmediato de su colaboracionismo con el Antiguo Régimen y se dedicó, como jefe del Ejecutivo, a implantar una democracia homologable a las de otros muchos países, comunistas incluidos.

La extrema derecha
El Rey y Suárez, con sus más y sus menos -como en todas partes-, consiguieron sus objetivos. La presión de la ciudadanía contra la dictadura iba subiendo por doquier y había que evitar al máximo la violencia, como la de la extrema derecha, que provocó el asesinato de los abogados progresistas de Atocha, y los sucesos salvajes de Vitoria y Montejurra, entre otros.

Hartos del totalitarismo
Si el monarca -que fue entronizado por Franco- no hubiera traicionado la doctrina del fascismo made in Spain, la transición hubiera sido traumática y cainita. Hartos del totalitarismo de la Falange, del nacionalcatolicismo, de los poderes fácticos y de la derecha en general, salvo excepciones, los españoles optaron por la vía de la transición ordenada.

Época de esplendor
Quienes arremeten ahora contra la Constitución de 1978, deberían ser, sin embargo, bastante más reflexivos. Nunca ha habido tanta democracia y tantas libertades -incluidas las autonomías -en España como en esta ocasión realmente histórica. Negarlo es de ignorantes o cínicos. Hubo una época hasta de esplendor para el Rey, tras el 23-F, aunque algunos pongan en cuestión cuál fue el papel del monarca ante aquel golpe de Estado por fortuna fracasado.

El capitalismo salvaje
Pero la irrupción en 2008 de la crisis ha trastocado casi todo, como ha sucedido en la mayoría de los países atrapados por el virus del capitalismo salvaje o el neoliberalismo. De Grecia a Chipre, pasando por Italia, España, Francia, Gran Bretaña, Portugal y el tutti quanti.

Un cúmulo de noticias negativas
En medio de una catástrofe económica y social como la de esta crisis feroz, el descontento de los ciudadanos de a pie, que son mayoría, emerge de forma imparable. Las instituciones, casi todas, se tambalean y la indignación colectiva arrasa a tirios y troyanos. También a la Monarquía, máxime cuando un cúmulo de noticias muy negativas para el Rey y su entorno se han apoderado de la opinión pública.

Los dioses ya no ayudan a Juan Carlos I
La suerte le acompañó a Juan Carlos I en la transición y más tarde en el mencionado 23-F. Pero ahora los dioses ya no le ayudan como antes. Lo de su yerno Urgandarin es un inmenso regalo inesperado a cuantos son partidarios -y con toda la razón de la lógica más elemental- de la República. La Monarquía es un instrumento obsoleto que, antes o después, acabará en el trastero de la política.

La avaricia conduce al abismo
La Casa del Rey ha cometido todo género de torpezas. La avaricia de Urdangarin y la Infanta Cristina les va a llevar probablemente al abismo. Las aventuras amorosas del monarca, que es el Jefe de Estado -no lo olvidemos-, mezclando en el caso de Corinna lo privado con lo público, sus escapadas cinegéticas para matar elefantes y otras monterías no son más que gravísimos errores que erosionan al Rey. Evocar a sus amigos financieros de los años ochenta y noventa es un ejercicio tremebundo. La irresponsabilidad del Rey está yendo demasiado lejos.

Una balsa de aceite
El otro día, en la ciudad barcelonesa de Mollet, de más de cincuenta mil habitantes, el pleno del Ayuntamiento votó en favor de la República. Un dirigente del PSPV, Francesc Romeu, pidió el fin de la Monarquía y la reaparición de la República. Las voces republicanas, hasta ahora más bien silenciosas, van emergiendo como una balsa de aceite que se escampa aun sin querer. Y así se multiplica paulatinamente el fervor por la República y el desgaste de la Monarquía. O hay una larga cambiada o adiós Monarquía, adiós.

Así se fraguó el último publirreportaje de los Príncipes en Almagro

MADRID.- La teoría cíclica de la vida sostiene que el ser humano está condenado a repetir eternamente un patrón de actuación, un ciclo tras otro. Y los príncipes de Asturias, a pesar de la sangre azul que corre por sus venas, también son humanos. Es por ello que suelen decantarse por realizar las mismas estrategias para hacer frente a los dispares rumores que pululan con cierta regularidad en los medios de comunicación. La maniobra disuasoria que utilizan los herederos al trono español cuando se habla en demasía de sus salidas en solitario o de un posible enfriamiento en su matrimonio siempre es el mismo: darse un baño de multitudes y presumir de familia unida.
 
Así hicieron el pasado sábado, cuando la familia principesca al completo decidió hacer una excursión al pueblo de Almagro, situado en Ciudad Real. Su aparición por la Plaza Mayor fue toda una sorpresa para los vecinos y las autoridades del municipio, ya que nadie esperaba, supuestamente, tan ilustre visita, como así han reconocido a Vanitatis desde el Ayuntamiento: “No estaba planificado. Fue una visita privada, no organizada”, aseguran. Un viaje que, en palabras del alcalde, Luis Maldonado, obedece “a la visita de un matrimonio que un sábado por la mañana, con sus hijas, decide disfrutar de una jornada de turismo”.
Pero si nadie tenía constancia de su intención de pasear por las calles de Almagro, ¿por qué estaba allí la prensa? No era todo tan improvisado. Letizia fue la encargada de organizar el viaje y Casa Real avisó a los fotógrafos de la Agencia Efe. Además, entre los gráficos que se desplazaron hasta allí, se encontraban varios paparazzi que suelen seguir sus pasos con asiduidad. Pese a todo, allí no se hizo distinción entre unos y otros y la premisa dictada por los protagonistas a su equipo de seguridad fue: “Dejadles trabajar”.
Su visita a Almagro, ciudad considerada conjunto histórico-artístico y uno de los principales destinos turísticos de Castilla-La Mancha, fue toda una sorpresa para los cerca de 10.000 habitantes. Llegaron por la mañana a la villa manchega, recorrieron a pie la Plaza Mayor y luego accedieron al Corral de Comedias para asistir a una función teatralizada de su historia. “Letizia habría mirado los horarios en la página web de la compañía de teatro y por eso llegaron a tiempo para asistir a la función de la una y cuarto de la tarde. Compraron la entrada de tres euros y se sentaron junto al resto de turistas”, describe para Vanitatis la responsable de turismo de la región.
Al principio, los guardaespaldas de los Príncipes no dejaban que la gente del pueblo se acercase a saludar, tal y como comenta esta misma fuente. Poco después, tras hacer un alto en el camino en el bar ‘El Gordo’ y tomarse un mosto, los miembros de seguridad permitieron a los emocionados vecinos que se hiciesen algunas fotos, aprovechando la presencia de los gráficos profesionales. De eso modo, los príncipes se aseguraban un baño de masas (aunque en realidad sólo fue momentáneo) que ilustrara las revistas de este miércoles y que fortaleciese la imagen de un futuro monárquico garantizado.
Muchas fueron las instantáneas que se desprendieron de este reportaje ‘inesperado’ del matrimonio y sus hijas. Entre ellas, una muy curiosa en la que el príncipe Felipe acude al auxilio de la infanta Sofía, que había trastabillado acabando en el suelo. La pequeña rompió a llorar mientras Letizia observaba atenta si los fotógrafos estaban inmortalizando dicho momento, que rompía, en parte, el tono idílico del resto del reportaje.
“Fue un gesto muy noble y agradable por su parte. La visita de los Príncipes al pueblo es muy significativa para nosotros y creo, personalmente, que la realeza debería tener más contacto con la ciudadanía”, confiesa Ramón Horcajada Alcázar, responsable de recepción del Parador de Almagro al que acudieron más tarde Sus Altezas Reales a almorzar.
Como ocurriese con sus habitantes, el Parador desconocía por completo que los Príncipes de Asturias tenían intención de hacerles una visita. En la misma línea, el recepcionista de este restaurante asegura que no tenían mesa reservada pero, “al tratarse de un pueblo pequeño donde las noticias vuelan”, y nada más tener constancia de su llegada avisaron al director del Parador y dejaron todo organizado por si finalmente se decantaban por sus propuestas gastronómicas, como hicieron.
No sólo los responsables del Parador de Almagro previnieron la posible visita de los Príncipes a su establecimiento. “Mucha gente no iba a comer en el pueblo, pero decidieron cambiar sus planes e ir a comer al Parador, que se llenó ese día”, cuenta el recepcionista, que entiende a sus convecinos: “No todos los días se comparte mantel con tan ilustres invitados”, concluye.

Retorno a la normalidad / Ramón Cotarelo

A partir del lunes, todo vuelve a la normalidad en Españistán. Véase:
  • Su presidente, acusado de cobrar salarios indebidos y parte de ellos en negro, todavía no ha dado una explicación ni piensa darla. Ha ordenado silencio sobre el asunto y ha destruido literalmente su partido (ninguno de cuyos cargos se atreve a salir en público hace un mes) solo para salvarse él. No comparece jamás en rueda de prensa o, si lo hace, no admite preguntas y solo habla en el extranjero, en donde no puede impedir que la prensa pregunte y en donde todos lo han calado ya como un inútil únicamente obsesionado por evitar que lo procesen por mangante.


  • Su Rey hace años que oculta un importante patrimonio en bancos suizos. Es algo tan insólito, vergonzoso y corrupto que no requiere mayor comentario. El que se define con ridícula y abusiva retórica como "primer servidor de España", es un pinta que se lleva los dineros a un paraíso fiscal mientras la crisis devora el bienestar y los ahorros de los españoles que, sin embargo, tienen que mantenerlo aunque él, los beneficios de su capital los aporte a Suiza, no a España. Como republicano de siempre, Palinuro insiste en que el Rey se vaya con toda su familia y deje paso a la República. Añade que a él, cuando menos, los Borbones no le han engañado, aunque también vivan a su costa, como a la de todos los españoles.
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  • Uno de sus presidentes autonómicos, Feijóo, que acostumbra a impartir lecciones de ética y moral en cuanto lo dejan, se paseaba en los noventa y ligaba bronce en las rías gallegas en el yate de un capo del narcotráfico. Por supuesto, dice Feijóo, pecadillos de su juventud. Tenía entonces el gallego 34 años. De juventud, nada. Plena amistad y familiaridad con un delincuente que actualmente cumple pena en el trullo y de cuyas fechorías, faltaba más, Feijóo no sabía nada. Nada salvo que tenía un yate que el propio Feijóo tripulaba. Pero, a ver, ¿quién no tiene un amigo con un yate? Y ¿quién anda preguntando tonterías sobre cómo se consigue un yate si no es robando?
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  • El partido del gobierno, del que hay serias dudas de si es un partido o una organización de malhechores, sinvergüenzas y ladrones, aplaza hasta octubre una convención política que tenía para antes del verano con el cuento de tener ocasión de explicar al pueblo las políticas del gobierno y estar más cerca de él. No para hacer algo de tiempo, no sea que al final no cuente con asistentes al evento. Bien puede ser que, según están las cosas, acabe con una generación entera de dirigentes y miembros destacados entre rejas, empezando por su presidente, Mariano el Taciturno, cuyo horizonte penal tampoco está nada claro.
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  • Un partido, por último, que, según parece, intriga, complota y maniobra con lo peor del poder judicial para conseguir que la justicia no impute a los dos mayores presuntos ladrones del reino -Camps y Barberá- en el sumario del caso Noos y, de esta forma, salvar la monarquía. Según El Confidencial, en esta maniobra estaría metido el PSOE, complice en la tarea de lavar la cara al Monarca -el pavo de los 375 millones en Suiza- y todo el aparato de esta corrupta monarquía. Es de esperar que esta noticia sea un infundio; de ser cierta, si los socialistas no echan a patadas a quien los ha convertido en un partido dinástico de cortesanos tiralevitas, se merecerán lo que les pase en las próximas elecciones. No veo grandes diferencias entre Rubalcaba al frente del PSOE y José María Fidalgo cuando estuvo al frente de Comisiones Obreras: tipos de derecha que secuestran organizaciones de izquierda para ponerlas al servicio del capital y de la corona.

Monarquía-república, no. Padre-hijo, todavía no / Alberto Castillo *

Las entrevistas a la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de la que por fin hemos conocido algo más de su actividad que ser la amiga íntima -"entrañable" se autodefine ella- del Rey, han coincidido con la declaración de Iñaki Urdangarín ante el juzgado de Palma por sus tejemanejes en el caso Noos. Tendrá sus razones la interesada para desnudarse de motu propio, por venganza tras la manera en que fue conminada a salir de España tras el affaire de Botsuana o por otras razones, porque sería de extremada torpeza que sus apariciones en El Mundo y Hola hubiesen sido sugeridas desde Zarzuela. 

Sea como fuere, lo cierto es que esta repentina presencia mediática ha debido sentar a cuerno quemado a la Reina, que se merece más respeto que este nuevo desaire, y se añaden al cúmulo de despropósitos que tienen desde hace tiempo a la Monarquía en el punto de mira. El anuncio de la operación de hernia discal a la que Don Juan Carlos se someterá este domingo, hecho público un día después de que el primer secretario del PSC, Pere Navarro, pidiera su abdicación en favor del Príncipe Felipe, ha desatado las especulaciones acerca de la hipotética posibilidad de que el Rey estuviera barajando la posibilidad de abdicar, extremo negado por Zarzuela en un comunicado.  

Nunca antes la Corona ha estado sometida a un desgaste tan fuerte, pero de ahí a esperar la renuncia del Rey media un mundo. Ni Don Juan Carlos se ha planteado en ningún momento la posibilidad de abdicar, ni tiene previsto hacerlo, menos aún forzado por la presión externa. La salud del monarca no es pletórica, pero no le impide desarrollar satisfactoriamente sus funciones constitucionales, lo único que de verdad podría hacer tambalear la Institución. Tener un yerno trincón o una amante despechada afecta más a la imagen que a la estabilidad, aunque la imagen de la monarquía ha sufrido un notable deterioro. 

El Rey está sometido a un desgaste fruto de 37 años de reinado y el carisma que le ha acompañado estos años se resiente, también unido a un cambio generacional que no ha vivido de primera mano la imprescindible contribución del Rey a la estabilidad de la nación. El proceso judicial de Iñaki Urdangarín ha contribuido a deteriorar la reputación de la Corona y los agitadores de turno aprovechan para pescar en aguas revueltas. La abdicación en estas circunstancias no aliviaría la imagen de la Casa Real y trasladaría un problema de difícil digestión al heredero en un contexto de crisis institucional y dificultades económicas. No son, desde luego, las mejores condiciones para heredar la responsabilidad de la Jefatura del Estado. 

(*) Periodista madrileño, de 46 años, cuenta con una dilatada experiencia en medios. Ha sido subdirector general de la Agencia de Noticias Servimedia. Gran parte de su carrera profesional ha estado vinculado a la radio en distintas cadenas. Comenzó en la Cadena Rato en los años 80 y de ahí pasó a la COPE, cadena en la que fue redactor de informativos locales, redactor jefe del informativo matinal "La Mañana" (con el desaparecido Antonio Herrero), redactor jefe de informativos de fin de semana y jefe de prensa. Su última etapa en la radio fue en la extinta Radio España-Cadena Ibérica.