domingo, 3 de marzo de 2013

El Rey estará entre dos y seis meses de baja pero no será sustituido por el Príncipe

MADRID.- El Rey permanecerá en torno a una semana ingresado en la Clínica La Milagrosa, donde hoy domingo ha sido operado de la columna, y su recuperación plena podría llevar de "dos a seis meses",según ha estimado en rueda de prensa el neurocirujano que le ha operado, el doctor Manuel de la Torre.

   De la Torre ha calificado de "rotundo éxito" la intervención quirúrgica del Rey, que ha consistido en "la extirpación de hernias discales" en dos segmentos entre vértebras, "una cirugía descomprensiva muy amplia y una estabilización raquídea con una fijación transpedicural" --colocación de tornillos en la columna-- para lo que se ha empleado un neuronavegador de última generación.
   Dicho con otras palabras, al monarca se le ha operado de dos hernias discales y de un estrechamiento del canal raquídeo con presión sobre la médula espinal o las raíces nerviosas que, en palabras del Príncipe, le estaba provocando pesados "dolores". Mañana a las doce del mediodía la clínica emitirá un nuevo parte médico.
   El Rey permanecerá esta noche en observación en la Unidad de Cuidados Intensivos y mañana pasaría a planta.  Será a partir de entonces cuando pueda ir levantándose de la cama para empezar a dar paseos "cortitos", que se irán alargando según vaya recuperándose de la cirugía, ha explicado el doctor.
   Dentro de tres semanas aproximadamente, el monarca empezaría una "rehabilitación" muscular de la zona operada y posteriormente iniciaría la recuperación "motora" y de las extremidades inferiores, para que vaya ganando "fuerza, tono" y que "pueda ir caminando cada vez con mayor naturalidad".
   El doctor no ha podido concretar si el monarca necesitará ayudarse de una silla de ruedas para moverse durante el tiempo que se prolongue su recuperación. Todo dependerá del ritmo y la evolución de la rehabilitación, que una vez que el monarca abandone la clínica la hará en su domicilio. Lo que no tendrá que usar seguramente es ningún corsé, ha precisado.
   No obstante, el doctor ha confiado en que el Rey "podrá definitivamente olvidar" las muletas al término del proceso de recuperación de esta operación, siempre y cuando Don Juan Carlos no sufra alguna complicación de otra índole, que no guarde relación con las patologías de las que ha sido tratado hoy.
   La operación del monarca se ha prolongado durante tres horas. Hasta la clínica se han desplazado para seguir la evolución de la intervención la Reina, los Príncipes de Asturias, las Infantas Elena y Cristina, y el secretario personal de éstas, Carlos García Revenga, que el sábado pasado declaró como imputado ante el juez instructor del caso Nóos, José Castro. A diferencia de lo que ocurrió en noviembre pasado con motivo de la operación de cadera del monarca, Iñaki Urdangarin no ha acompañado a su esposa.
   Fuentes del Palacio de La Zarzuela han avanzado que el Príncipe no sustituirá al Rey durante el tiempo que dure su recuperación. Habrá algunos actos que se suspenderán mientras el monarca esté de baja. En cambio, algunos actos que iban a contar con la presencia de los Reyes los asumirá la Reina en solitario, mientras que en otros casos el Príncipe podrá actuar "en representación" de su padre, han explicado las mismas fuentes.
   Por lo pronto, el monarca ha aplazado un viaje a Marruecos que pensaba hacer en estos días y está en el aire un desplazamiento de los Reyes en mayo a EEUU dentro de los actos conmemorativos del V Centenario del descubrimiento de Florida por Ponce de León.

El Rey permanecerá toda la noche en observación

MADRID.- El Rey permanecerá toda la noche en observación en la Clínica La Milagrosa a la espera de que el equipo médico que lo ha operado de una hernia discal en la zona lumbar de la columna vertebral determine el tiempo que debe permanecer el monarca de hospitalización. 

   Este es el comunicado íntegro publicado en la página web de la Casa Real: 

   "Su Majestad el Rey ha sido intervenido quirúrgicamente hoy de discopatías y de estenosis de canal lumbar, en la Clínica La Milagrosa de Madrid, por el Dr. Manuel de la Torre Gutiérrez.
   La intervención, que ha durado aproximadamente tres horas, se ha realizado bajo anestesia general y ha resultado plenamente satisfactoria.
   La intervención se ha realizado mediante cirugía discal, descomprensión neurológica de canal lumbar y estabilización raquídea con uso de neuronavegador y TAC intraoperatorio.
   Su Majestad permanecerá toda la noche en observación postoperatoria.
   Don Juan Carlos ha ingresado a las 11.30 horas de hoy. El equipo médico determinará el tiempo de hospitalización, durante el cual se informará con un parte médico diario.
   Esta misma tarde a las 18.00 horas, el Dr. de la Torre informará en conferencia de prensa sobre la cirugía realizada y la evolución médica de Don Juan Carlos una vez concluida la intervención".

La Zarzuela dice que se mantiene el viaje previsto a Florida para el próximo mayo

MADRID.- El rey se reunió, el pasado 26 de febrero, en La Zarzuela, con el ministro de Asuntos Exteriores de Portugal, Paulo Portas. El monarca recibió al político luso de pie, en el interior del despacho. Se dirigió a él en portugués para disculparse por no haber salido a darle la bienvenida, en un encuentro que constituyó su última actividad oficial pública antes de la intervención quirúrgica a la que se somete en esta jornada.

La operación llevó a la Casa del Rey a modificar sustancialmente la agenda de don Juan Carlos, que precisamente hoy debería haber iniciado un viaje oficial a Marruecos, el primero que realizaría tras la intervención de cadera a la que fue sometido el 23 de noviembre. El propio don Juan Carlos explicó al monarca alauí los motivos del aplazamiento de esta visita, que iba a realizar acompañado del ministro de Exterior, José Manuel García-Margallo, y una delegación de empresarios españoles.
Zarzuela baraja inicialmente la previsión de que el rey tarde al menos un mes en poder retomar sus compromisos institucionales, aunque todo dependerá del resultado de la operación y de cómo evolucione el monarca a la dura rehabilitación a la que deberá someterse tras recibir el alta médica. La Casa Real inicialmente sí mantiene en su agenda la visita que el rey tenía previsto realizar a Florida (Estados Unidos) ya en mayo.
Don Juan Carlos no viaja al extranjero debido a sus problemas de salud desde el pasado mes octubre. La última vez que lo hizo fue a la India para apoyar a empresarios españoles que buscaban nuevas líneas de negocio en el país asiático.

La transición de la Monarquía / Antoni Gutiérrez-Rubí *

¿Pueden ser el peso de la historia, la legalidad constitucional o el agradecimiento ciudadano argumentos suficientes para garantizar la vitalidad de la institución monárquica en la sociedad española hoy? Es obvio que, en la redacción actual de la Constitución Española, la Corona tiene claramente asignadas unas funciones y un rol institucional incuestionable: nada más y nada menos que el de la Jefatura del Estado. Pero desde hace tiempo —y en medio de otras extendidas reflexiones sobre la necesidad de iniciar una segunda Transición, o reiniciar nuestro sistema institucional que pudiera incluir una reforma de la Constitución— la sociedad española se pregunta por sus instituciones, sus símbolos y sus funciones.

Al deterioro de la política y del conjunto de nuestra arquitectura institucional, hay que añadir el particular y acusado desgaste de la Corona, en términos de opinión pública y de confianza. Los casos de presunta corrupción que han afectado a un miembro de la familia real, así como los recientes errores y desaciertos del Rey, han acelerado este proceso. Incluso hay quien considera que ha llegado el momento de que esta posible nueva etapa suponga, también, cambiar nuestra configuración del modelo de Monarquía parlamentaria por otra de forma política republicana.

¿Es, pues, la legalidad actual de su estatus el único argumento de peso para justificar la permanencia y la continuidad de esta institución? ¿Es, en definitiva, su pasado —sus méritos, sus contribuciones y sus éxitos—, el argumento para minimizar sus deficiencias y obviar los debates? La respuesta es no. Rotundamente no. La única justificación política para que la Monarquía permanezca (con abdicación o sin ella) en nuestra sociedad es que sea realmente útil a esta. Lo que justifica la excepcionalidad de su figura y su función es que su utilidad, su ejemplaridad y su funcionamiento sean los nutrientes de una renovada legitimidad. Imprescindible e inaplazable.

El consenso constitucional sobre la Corona resultó de la síntesis y del pacto constituyente. Síntesis que se expresa en la forma de la Monarquía parlamentaria, en la que su poder efectivo, potestas, es mínimo a cambio de realzar su auctoritas. En este contexto, es indiscutible que las funciones de representación simbólica y de moderación arbitral, que le asigna la Constitución, exigen prácticas y comportamientos de excelencia democrática y ética para poder, precisamente, seguir cumpliendo con su alta misión, como un factor de estabilidad y continuidad del sistema constitucional y de imparcialidad y neutralidad políticas.

Este es precisamente el punto clave del debate para reconstruir el futuro: qué cambios (qué transición) debe llevar a cabo la Corona para poder ejercer útilmente su papel en la sociedad española actual. Su relegitimación pasa por reforzar la estrecha vinculación entre Monarquía y democracia, en un momento en que la regeneración democrática de nuestro sistema político se ha convertido en una exigencia clamorosa.

Tres deberían ser los pilares de este reajuste institucional: una Monarquía cívica (republicana, podríamos decir), útil (reformada) e integradora (plural). Se trataría de un proceso urgente de adecuación de la excepcionalidad de aquel momento histórico a la normalidad democrática y a la secularización cívica del momento actual. El marco jurídico y el impulso político de este reajuste podrían encajarse con diversas iniciativas legales. Pero, sobre todo, con una decidida voluntad de la Corona y de la familia real de renunciar, voluntariamente, a cualquier privilegio e impulsar un campo de reformas que les relegitimen desde la perspectiva de un nuevo contrato de servicio público con la sociedad española.

1.Una Monarquía transparente. No hay razón alguna para que la Corona y la Casa Real no estén sometidas, como institución que recibe recursos públicos, a toda la legislación que favorezca la transparencia y combata las zonas grises, como pretende la futura Ley de Transparencia. Necesitamos una Monarquía que haga de la ejemplaridad cívica su norma de conducta. Esto incluye que los miembros de la familia real hagan públicas sus rentas y patrimonios, así como someterse al control por parte del Tribunal de Cuentas (“supremo órgano fiscalizador de las cuentas y la gestión económica del Estado”). Saber dónde invierten sus patrimonios, qué donaciones personales hacen o qué rendimientos obtienen es necesario y conveniente, más que nunca. Se trata, además, de que sus miembros tengan dedicación exclusiva a su misión institucional. La Monarquía y los negocios privados son incompatibles.

2.Una Monarquía simple y eficaz. Una readecuación de sus estructuras y servicios. Hay que hacer más con menos. La descripción de competencias y servicios de todos los funcionarios y profesionales que trabajan para la institución debe ser pública. Necesitamos una reingeniería de su organigrama, con una mejor orientación a las funciones de servicio público. Todo más sencillo, simple y próximo. Junto con una delimitación exacta y clara de la configuración y atribuciones de los miembros de la familia real.

3.Una Monarquía modesta. Los salarios públicos que se asignen al Rey y al Príncipe no pueden ser superiores a los del presidente de Gobierno. No hay razón alguna para que el jefe del Estado, con todos los gastos pagados, cobre casi cuatro veces más que nuestro presidente. No se comprende lo que no se entiende. Y lo que no parece razonable nunca llega a ser justo, ni a estar justificado. Además, la Casa Real solo paga, de la asignación pública que recibe, a 18 de los 500 funcionarios y empleados que son soportados por las cuentas públicas del Estado.

4.Una Monarquía ‘civil’. El jefe de la Casa del Rey debe ser elegido por el Parlamento español y el proceso de selección, evaluación y nombramiento debe ser público y transparente. Se debe reforzar su función ejecutiva y directiva. La Casa del Rey no está al servicio de la familia real, sino del Estado, a quien debe corresponder a través de las Cortes supervisar su funcionamiento, no solo financiar su existencia. Un cambio de óptica radical se impone si queremos erradicar la percepción y la realidad de excepcionalidad, más propia de antiguas pleitesías sometidas que de una moderna cultura democrática.

5.Una Monarquía útil y funcional. La Corona debe tener un estatuto que defina su misión pública de manera ordenada, transparente y valorable. Hay que establecer una fuerte vinculación entre el Parlamento y la Casa Real para el desempeño institucional de la Corona, con planes de actuación claros y precisos que puedan ser debatidos e incluso aprobados en las Cortes. Una rendición de cuentas por objetivos, así como una agenda pública, claramente asociada a los mismos, debería configurar esta dinámica de renovado servicio público.

Un estatuto que permita abordar, con normalizada previsión también, el relevo institucional del jefe del Estado, y que evite la traumática sucesión por razones biológicas. Cuando una institución solo puede cambiar por defunción es una institución extraña, cuando menos. La limitación de edad que tienen otros servidores públicos en nuestro ordenamiento legal bien podría ser una referencia a tener muy en cuenta.

6.Una Monarquía integradora. Finalmente, además de estos cambios instrumentales, la Monarquía debe simbolizar, especialmente, la pluralidad. También de los ciudadanos que preferirían otra forma de Estado, así como otra España. Que la Monarquía parlamentaria esté recogida por la Constitución no significa que solo pueda representar a los ciudadanos que hoy la ratificarían sin reformas ni cambios, por ejemplo. La institución como tal debe reconocer y acoger todas las sensibilidades, incluso a las más refractarias, si quiere encajar su utilidad y su aceptación con la pluralidad y la diversidad de España. Es esta vía, precisamente, la que mejor garantiza la continuidad de nuestro proyecto común: que sea diverso, no uniforme. La defensa de los valores y la cultura democrática es su principal servicio.

En definitiva, estas reformas, y esta renovada misión, pueden contribuir e inspirar otros cambios institucionales que España necesita. El reajuste político debería empezar con una Monarquía de valores, prácticas y funciones más republicanas y cívicas. No es un contrasentido, todo lo contrario: es, quizá, el único sentido posible para esta institución en la sociedad española de hoy.

(*) Antoni Gutiérrez-Rubí es asesor de comunicación

Señor Rubalcaba, ¿monarquía o república? / Oscar Ruíz González

La situación actual de una monarquía desgastada y acorralada por numerosos y graves escándalos, debe obligar al PSOE a abandonar su cómoda y habitual ambigüedad en torno a un debate que, cada día, crece con más fuerza entre la sociedad española.

Raro es el día en el que nuestra sana y ejemplar monarquía (nótese la ironía), no es protagonista de telediarios, periódicos, programas de radio e incluso programas de la más ácida y morbosa prensa rosa de nuestro país, pero no menos raro es el día en el que Alfredo Pérez Rubalcaba se muestra claro y contundente a la hora de condenar o criticar cualquier acto reprobable que provenga de la descarriada e injustamente bien mantenida familia Borbón.

Da igual que el Jefe del Estado se vaya a cazar elefantes o visite a su “amiga” Corinna, da igual que la reina viaje a Londres para realizar sus compras navideñas a razón de 380 euros la noche de hotel (antes 2000 euros) en lugar de incentivar el comercio nacional, da igual que doña Leticia se gaste el dinero en operaciones de estética, y por supuesto, da igual que Iñaki y Cristina estén inmersos, presuntamente, en turbios negocios. 

Todo esto nunca será suficiente para conseguir hacer pronunciar a Rubalcaba unas palabras en contra de la monarquía, pero sí que lo oiremos decir, por ejemplo, que “en España queda monarquía para rato”, y muchas otras frases pro monárquicas que siembran la “vergüenza ajena” y la indignación constante entre gran parte de la militancia socialista orgullosa de su historia y por supuesto, de sus raíces republicanas.

El dirigentes del PSOE se sienten cómodos en su ambigüedad, lo mismo celebran el 14 de abril con banderas tricolor que hincan la rodilla ante Su Majestad, y es que los grandes líderes del partido llevan años jugando al despiste, a pesar del descontento creciente de su militancia.

Más paradójico es, sin duda, que mientras que el partido “no se moja”, las Juventudes Socialistas de España, organización de los jóvenes del PSOE, sí que se declaren en sus estatutos como republicanos, lo que hace pensar que, probablemente, los dirigentes socialistas olvidan el partido en el que militan, o en el peor de los casos, olvidan sus inicios en las JSE, y no sé yo que es peor.

Los tiempos han cambiado, la sociedad ya no aguanta “medias tintas” y está cansada, el modelo territorial del país ha caducado, la monarquía se ha corrompido, y mientras que la república se torna cada día más necesaria, Rubalcaba, desde su sillón de Ferraz, juega al despiste y nos deleita con su incapacidad para dar una respuesta satisfactoria a todas estas demandas.

Si Pablo Iglesias levantara la cabeza…

El rey sufrió una luxación de cadera en vísperas de otra intervención quirúrgica

MADRID.- El rey fue atendido el miércoles pasado en el hospital madrileño USP San José por el traumatólogo Ángel Villamor para solventar una luxación en la cadera izquierda, donde le había implantado una prótesis hace tres meses, que se resolvió en menos de una hora sin necesidad de cirugía.

Fuentes de la Casa del Rey han explicado que Don Juan Carlos acudió al centro sanitario porque se sintió incómodo y, tras las correspondientes radiografías, los médicos comprobaron que sufría una «ligera luxación» en la cadera donde había sido intervenido el pasado 23 de noviembre.
La luxación, que se había producido al desajustarse la prótesis por un mal movimiento, se resolvió en torno a mediodía sin necesidad de cirugía, con un simple movimiento de encaje bajo anestesia local, y el monarca abandonó el centro médico para regresar a La Zarzuela una hora después de haber llegado.
Un portavoz de la Casa del Rey ha subrayado que se trató de «una cura sin relevancia» y ha afirmado que Don Juan Carlos siguió desde entonces «haciendo vida normal», a la espera de la operación a la que será sometido el próximo domingo por una hernia discal en la clínica madrileña La Milagrosa.
El pasado martes por la tarde, la víspera de su paso por el hospital para resolver la luxación, el Rey recibió en audiencia en su despacho del Palacio de la Zarzuela al ministro portugués de Asuntos Exteriores, Paulo Portas, la única actividad oficial pública de su agenda de trabajo organizada para esta semana.

Corresponsal de Le Monde: “El Principe Felipe podría conseguir mantener el relevo, pero si se espera demasiado quizá no haya nada que salvar”

MADRID.- Sandrine Morel, de Le Monde explica en radiocable.com que ve a la monarquía española en una situación “muy complicada”. Señala que está perdiendo el respeto de la ciudadanía que es lo que la sustenta. No considera que haya aún un movimiento republicano fuerte o que el cambio institucional esté en el debate, pero si “una degradación lenta y progresiva” de la imagen de la Casa Real. Y cree que si se espera demasiado para hacer el relevo del Rey Juan Carlos “quizá no quede nada que salvar y esta monarquía desaparezca”.

Sandrine Morel asegura: “Están en una situación muy complicada y está claro que por varios frentes, la monarquía está tocada. Primero por el caso Urdangarín. Que ya pesa, pero que además si se confirman los correos de Diego Torres va a hacer pesar cada vez más las sospechas sobre el comportamiento de la Casa Real y está asedidada por que la amiga del Rey sale cada vez más en la prensa internacional y esto afecta a la imagen de la monarquía.” Y añade asuntos como la salud del Rey o la pérdida de apoyo por el escándalo por la cacería de Botswana.
Y destaca que todo esto es especialmente dañino porque afecta al respeto que es básico para una monarquía como la española: “No se apoya en conceptos democráticos entonces, ¿qué la sustenta si no es el respeto de la ciudadanía por su papel, por su integridad, por lo que representa…? Cuando se le falta al respeto se pone en peligro esta institución. Ahora incluso hay gente en los partidos políticos que habla de la abdicación de Juan Carlos. Creo que la situación es preocupante.”
La corresponsal explica que siempre le ha sorprendido la falta de debate sobre la república en España: “me parecía una contradicción porque estaba presente en la calle la idea de república, pero ni en los partidos, ni en los medios, ni en el debate público se planteaba”. Pero destaca que las declaraciones de Carme Chacon sobre la transparencia de la Monarquía como “sintomático del momento muy particular que se está viviendo. Hay una degradación, lenta y progresiva. Y con la crisis está cogiendo un peso enorme, porque mucha gente ya no acepta los privilegios de la monarquía. Si además no hay un respeto que haga que se agradezca a la monarquía lo van a tener complicado.”

En cualquier caso cree que es pronto para hablar de un movimiento republicano fuerte: “Yo diría que es el principio e imagino que va a crecer, pero no diría que ya hay un movimiento por la república. Además ahora España está viviendo tantas crisis, que no creo que nadie quiera abrir la caja de Pandora de un cambio institucional.” Y también considera que sería necesario un cambio generacional en el Partido Socialista para que el movimiento pudiera realmente desarrollarse.

En cuanto a si la Monarquía puede recuperarse, Sandrine Morel apunta: “la monarquía se va a sumar a la Ley de Trasnparencia. No puedo imaginar que no lo haga. Creo que sería muy dañino, casi un suicidio. Cuando hay un caso de corrupción que afecta al yerno del Rey, que no lo haga y no quiera dar un mensaje claro de que lo rechazan y son limpios… no se entendería, tendrían un movimiento fuerte que se levantaría contra ella.”
Y añade: “De surgir el debate sobre la república, lo haría en el momento del relevo. El Principe Felipe y Letizia han conseguido mantenerse bastante bien al margen. Y quizá esa imagen pura del Príncipe permita que no haya debate cuando se produzca el relevo. El Rey está en un momento muy delicado, que no entiende porque ya no está en su papel, ya no ejerce de rey. Tenemos a una monarquía que está en decadencia y decreciendo. Y en contra de los que piensan que si el rey se va, se acaba todo, yo creo que el Principe Felipe podría conseguir mantener el relevo si hay algo que salvar… pero si se espera demasiado quizá no haya nada que salvar y esta monarquía se acabe”.

La monarquía televisada / Antonio Sempere

En su día nos llamó la atención que buena parte del núcleo duro del anterior equipo de Informe semanal se pasase en bloque a formar parte de la redacción de Audiencia abierta, la ventana que TVE abrió el pasado otoño para informar sobre las actividades de la jefatura del Estado. Periodistas de la talla de Cándida Godoy, Zulema Larripa o Ana Medina ponen imágenes y voz, desde entonces, a las piezas que integran este programa informativo del fin de semana que apoya incondicionalmente a la monarquía. Si partimos de que el periodismo es justo lo contrario de la publicidad, es cierto que puede chocar, pero, claro, el aserto es más que discutible. Ahí están todos los gabinetes de comunicación de cualquiera de las instituciones públicas, haciendo las veces de publicistas y altavoces de sus causas, y nadie dice nada.

Lo cierto es que la primera vez que vi los nombres y escuché las voces, tan familiares para mí, de Godoy o Medina narrando los reportajes de Audiencia abierta me vinieron a la cabeza algunas reflexiones. Medité si, a fin de cuentas, Cándida y Ana no habían abandonado un informativo poco menos que oficial, por un espacio que oficializa la promoción informativa de la Casa Real, con minutado y escaleta propias. También pensé en la ex directora de Informe Semanal, la premiada y reconocida Alicia Gómez Montano, que prefirió encontrar acomodo en el programa En portada. Y en la excelente presentadora Ángeles Bravo, esa amable cara visible del magacín de Audiencia abierta.

En los tiempos que corren, con la monarquía tan cuestionada y puesta en entredicho, me chocaba que periodistas tan prestigiosas se encargasen de realizar un programa tan aséptico, y por ende, tan 'antiperiodístico'. Aunque bien pronto me pareció que mi postura era un tanto ingenua, que no había de qué extrañarse. Audiencia abierta, un programa tan amable e institucional, es un destino tranquilo, y trabajar allí, a fin de cuentas, no deja de ser un privilegio para periodistas con cierto status. 

Zarzalejos echa una mano a la Monarquía / Iñaki Anasagasti *

Jose Antonio Zarzalejos, un periodista español nacido en Bilbao y monárquico hasta el caso de Botswuana tiene la teoría de que el rey ha de abdicar, pero con cuidado y salvando la primogenitura de Felipe de Borbón. Y ha escrito en El Confidencial que el rey, si no queda impedido por la operación de su hernia discal y ha de andar en silla de ruedas, no abdicará. 

Zarzalejos, al que Jiménez Losantos le llamaba Carcalejos, desde la dirección del ABC fue el clásico mayordomo baboso y pelota que le rió todas las gracias al rey. Cuando en Vocento le dieron afortunadamente la real patada se convirtió en un tipo bilioso que por meterse con todo quisqui se metió hasta con quien hasta la víspera había protegido y hecho mil reverencias. Éstos son ahora los cortesanos de la Villa y Corte de Madrid, los que se dicen influyentes en esa falsísima Corte de los… Una desgracia para un país tener semejantes cortesanos. 

Sus ideas son estas:
• No está dispuesto a marcharse por imposición… nacionalista o mesetaria.
• Pero la nueva operación es aún más delicada que la anterior.
• En resumen, si recupera la movilidad hay rey para muchos años.
• Y para recuperar el papel perdido de ser una referencia moral de los españoles.
• Encima, su abdicación se une al finiquito del régimen constitucional del 78, algo que resulta especialmente peligroso a día de hoy. 

El artículo de José Antonio Zarzalejos ha echado leña al fuego. Que los nacionalistas catalanes y vascos, más o menos republicanos, pidan la abdicación del Rey de España es lógico. Ellos tratan de romper la unidad del país y Juan Carlos I es la imagen de esa unidad y tiene el mandato legal de velar por la misma. Pero que lo pida un, por otra, parte gran periodista, mesetario, como José Antonio Zarzalejos, resulta mucho más impactante.

Es cierto que Juan Carlos I no salió bien de sus operaciones anteriores. Ni sus piernas ni sus caderas soportan su peso y en la siguiente intervención del 3 de marzo se la juega. Si todo sale bien puede estar fuera de circulación durante más de un mes. Si sale mal puede perder la movilidad de forma permanente. Entonces sí, si se plantearía la abdicación en su hijo, SAR Felipe de Borbón. 

Pero será por razones médicas. El Rey no está dispuesto a marcharse por imposición de los políticos nacionalistas o mesetarios. 

Y lo peor es que la abdicación real se liga a un cambio de régimen. El eslogan actual en España es éste: el régimen Constitucional de 1978 se ha terminado. Por tanto, debe darse por terminada, o bien la Monarquía borbónica, o, al menos, el reinado de Juan Carlos I. Ojo, porque algunos defensores del eslogan pretenden una constitución más centralista, mientras otros prefieren la independencia. 

Además, el asunto tiene sabor a contradicción. Si se pretende cambiar la Constitución y abrir una nueva etapa, no parece buena idea pedir la abdicación del forjador de ese régimen, que debería utilizar toda su autoridad moderadora para empujar el cambio, que ningún partido, ni probablemente la unión PP-POE, podría lograr. El futuro Felipe VI no posee -ni puede poseer- la autoridad que da los casi 40 años el Reinado de Juan Carlos I. Y menos en tiempos de crisis, donde no conviene distraer la atención. Además, cuando la unidad del país está amenazada, no parece una buena idea prescindir del principal factor de unidad que sostiene el entramado. 

Pero lo que sí es cierto es que los escándalos que salpican a la Monarquía han mermado esa autoridad arbitral y, aún más, la autoridad moral -el principal arma de un monarca en el siglo XXI- de Juan Carlos I. El Rey ha dejado de ser esa referencia moral, basado en unos principios de antropología cristiana que constituyen la esencia de España. 

Pero la abdicación, aquí y ahora, depende, sobre todo, de la movilidad del Rey. Sin movilidad, no puede reinar.

(*) Senador

La Casa Real elimina a Urdangarín hasta de Google

MADRID.- Hasta de Google ha eliminado la Casa Real a Urdangarín. Si hace unos días se eliminaba su perfil de la web, ahora los administradores de la página han decidido bloquear el que se pueda vincular al duque de Palma con la misma. Incluso en algunos acontecimientos pasados. Así, se ha eliminado todo rastro de las actividades del marido de la infanta Cristina reseñadas en su dirección desde que fue incluido como miembro de la Familia Real.

De esta forma, las búsquedas en Internet relacionadas con el Duque de Palma dejan de incluir entre sus resultados páginas con origen en la web de la Corona. Desde la administración web de la Casa Real se ha marcado como 'disallow' todas las direcciones de Urdangarin. Eso sirve, precisamente, para quitar esas páginas de los buscadores. De esta forma, han desaparecido para las búsquedas en la Red todas las 'url' de las informaciones relativas a Urdangarin que se han venido publicando en la web de la Casa Real.
A pesar de eso, todavía hay algunas actividades e informaciones que no han sido borradas. La mayoría, en las que aparece junto a la infanta Cristina en algunas actividades o archivos fotográficos del duque, como los de su boda o el álbum biográfico de imágenes.
La Casa Real decide así eliminar un fichero público que se utiliza para evitar que los robots de motores de búsqueda de buscadores como Google tengan acceso a las informaciones. Es la vía habitual para bloquear precisamente el acceso a alguna parte de la web. Para asegurarse, además, de que el duque de Palma es borrado por completo, los administradores han especificado el bloqueo en todos los idiomas en los que se puede ver la página. Desde el español, -el primero que aparece en la imagen-, hasta el inglés, así como el catalán o el gallego.

La Casa Real Española crea un revuelo en redes sociales por un simple robots.txt

MADRID.- La Casa Real Española está en el punto de mira informativo en España por grandes escándalos económicos que están salpicando hasta al mismo Rey Juan Carlos I. Aunque el único imputado por el llamado Caso Nóos es el yerno del Rey, actual Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, cualquier movimiento que genere la Casa Real se mide al milímetro, como hoy.

El último movimiento del que las redes sociales se han percatado ha resultado ser que la web de La Casa Real Española, actualizada hace poco tiempo y en el que por primera vez se publicaron las secretas cuentas del organismo, eliminó las menciones al Duque de Palma vía su robots.txt.
Te puedes imaginar que en las redes sociales esto saltó rápido, incluso se han escrito artículos como en el diario El Mundo.
Las líneas 4 a la 9 son menciones para que los buscadores no busquen en esas direcciones que eran el perfil del Duque de Palma en diferentes idiomas. Pero en las redes sociales y en algunos artículos se ha dado la idea contraria, que la Casa Real simplemente quiere desvincularse hasta en los buscadores. No lo dudo, la Casa Real está en plena campaña de publicidad para centrarse en lo que haga el Rey y El Príncipe, pero la idea que la gente se ha hecho es errónea.
El archivo robots.txt es lo primero que un buscador intenta leer cuando accede a una página. Sea cual sea, exista o no el archivo, es lo primero que tiene que leer porque aquí se encuentran directrices para optimizar las búsquedas. En este caso concreto los responsables de la web eliminaron las menciones a Urdangarín, por lo tanto vía robots.txt están diciendo que no se busque nada en estas páginas porque simplemente no existen.
Si las páginas existiesen y este código se mantuviese estaríamos hablando de otra cosa bien diferente, estaríamos hablando de un intento de ocultar alguna página de buscadores.

Los Príncipes de Asturias, con los herederos europeos


LA HAYA.- Los próximos Reyes de Holanda han reunido este fin de semana a los herederos de las Coronas de Europa. Y los Príncipes de Asturias, después de mucho tiempo, por fin han acudido a uno de estos encuentros. Se han dejado ver con la nutrida aristocracia europea y especialmente ahora que están asumiendo más que nunca la agenda de la Casa Real.

   Pocas o nulas han sido las apariciones de Felipe y Letizia con los jóvenes herederos adyacentes. Ni reuniones ni cenas previas a las bodas. Solo se les recuerda en el que fuera el debut de Letizia ante la aristocracia internacional en la gran gala previa a la boda de Mary Donaldson y el Príncipe Federico de Dinamarca, en el Teatro Real de Copenhague. Día previo al famoso vestido rojo de Caprile que luciría en la boda.
   Desde entonces, nuestros Príncipes solo han asistido a las bodas directas, a excepción de la recepción previa a su matrimonio.
   La buena relación entre Príncipes de Dinamarca, Noruega, Holanda, Luxemburgo y Suecia, se ha conocido desde siempre, ya que están en cualquier reunión que se precie. Muchos se aventuraron a decir, de todas las veces que se ha criticado a Doña Letizia, que ella no encajaba, pero lo cierto es que todas las princesas consortes no vienen de un rancio abolengo, al igual que ella. Además, el Príncipe ha estado y está muy considerado dentro del nutrido grupo de jóvenes.
   En este caso los que han faltado son Carlos de Inglaterra y la Condesa de Cornualles, ni Mette Marit, aunque si que ha acudido Haakon, ni Federico de Dinamarca.
   Los anfitriones y futuros Reyes de Holanda, Guillermo de Orange y la Princesa Máxima, han escogido un antiguo pabellón de caza en el Palacio de Het Oude Loo, en la localidad de Apeldoorn, a cien kilómetros de Ámsterdam, para esta amistosa reunión.
   Según La Zarzuela, esta cita que califica de "desenfadada",  se planificó antes de que la Reina Beatriz de Holanda anunciara su abdicación en favor de su hijo. Sin embargo, a solo un mes de que los Príncipes de Orange hereden la región de los Países Bajos, adquiere diferentes connotaciones.
   Pero eso parece no ser un problema para las Princesas, que lejos de acudir como si de un acto relevante se tratase, lo hacen de manera más informal. Todas eligen la sencillez de unos pantalones y chaqueta y calzado sencillo. Excepto la Duquesa de Luxemburgo, Stéphanie Lennoy, que escogió un vestido rosa pastel pero a juego con sus compañeras, discreto y sin estampados.
   El próximo 30 de abril Guillermo y Máxima de Holanda se convertirán en Reyes, siendo los primeros en abrir las puertas a la nueva y joven corte de herederos.