martes, 26 de febrero de 2013

El pacto anticorrupción quiere incluir a la Casa Real

MADRID.- El PP ha cerrado un acuerdo anticorrupción en el marco del Debate sobre el estado de la Nación que abre la puerta a que la futura Ley de Transparencia afecte a la Casa del Rey, como "institución" financiada con dinero público. Según ha anunciado el portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso, este acuerdo llevará la firma de PP, CiU, Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro y recabará el apoyo del PNV.

Por su parte, el PSOE se abstendrá e Izquierda Plural (IU-ICV-CHA)votará en contra durante la votación, que tendrá lugar este martes en el Pleno del Congreso tras el debate de las 105 propuestas de resolución registradas por los grupos parlamentarios.
En concreto, lo que se someterá a votación será la enmienda que CiU presentó a las iniciativas sobre corrupción y transparencia planteadas por PP, PSOE, UPyD y UPN. Ese texto de los nacionalistas catalanes era muy similar al que registró el PP a las mismas iniciativas, aunque tenía algunas diferencias.
Una de ellas era precisamente la relativa a la inclusión de la Corona en el ámbito de aplicación de la Ley de Transparencia. La enmienda que se someterá a votación aboga por incorporar a esa norma a aquellas "entidades e instituciones que se financian esencialmente a través de dinero público".
Aunque el texto de CiU no menciona expresamente a la Jefatura del Estado, su portavoz adjunto Pere Macias, sí ha dejado claro durante su intervención en el Pleno del Congreso que los nacionalistas catalanes interpretan claramente que esa mención a las "instituciones", que el PP no recogía en su redacción original, es aplicable a la Casa del Rey.
La iniciativa que recibirá el aval del Congreso establece que ese acuerdo entre las fuerzas políticas debe incluir cuantas medidas sean precisas para que "los ciudadanos aumenten su confianza en las instituciones".

La abdicación del rey / José Apezarena

Arrecia el debate sobre si don Juan Carlos tiene que abdicar, animado por algún artículo de prensa reciente y también por la arremetida del líder socialista catalán, Pere Navarro, entre otros argumentos últimos. Y quizá vale la pena aportar algunas reflexiones sobre el asunto.

A pesar de la teoría de que los reyes no abdican sino que dejan de serlo porque mueren, pienso que la abdicación no puede descartarse de forma absoluta. Cierto es que la ‘costumbre’ de la Casa Real española no es ésa, pero otras muchas tradiciones han saltado ya por los aires (por ejemplo, el requisito de contraer matrimonio con iguales, es decir, con personas de sangre real). Además, tampoco sería la primera vez que se produjera en la historia de la dinastía: hay al menos cinco antecedentes recientes.

El rey de España debería, sin duda, abdicar en su hijo si se produjera uno de estos tres supuestos: que cometa un delito grave, que su permanencia en el trono cause daño irreparable a la corona, o que devenga incapaz para desempeñar su misión constitucional.

 En el primer caso, el del delito, sería exigible la abdicación a pesar de que la Constitución declara inviolable la figura del rey, es decir, que en ningún caso puede ser imputado, procesado o condenado. No obstante, tal supuesto penal no se ha producido.

Respecto al segundo, si su continuidad causara, por el motivo que fuera, daño y deterioro grave a la institución, lo adecuado sería, igualmente, que abandonara el trono, pensando en el bien de la corona, del sucesor y del país.

¿Ocurre eso ahora, resulta un perjuicio para la monarquía la permanencia de don Juan Carlos? Me parece que no. Padece, sin duda, un desgaste, las encuestas reflejan una clara pérdida de aprecio, pero no hasta el extremo de que resulte dañino para la institución. Es que, a pesar de la notable rebaja, la corona sigue figurando entre las instituciones más valoradas.

El tercer supuesto de abdicación se resume en que el monarca no esté en condiciones de cumplir sus deberes constitucionales. Para tal eventualidad existe incluso la vía, prevista en la Carta Magna, de que las Cortes declaren la incapacidad del monarca.

Sin embargo, pienso que tampoco nos encontramos, hoy por hoy, en esa coyuntura. Cierto es que don Juan Carlos se ve físicamente minado por sucesivos y hasta graves episodios de salud, pero hacen referencia sobre todo a su capacidad de movilidad, no a su situación psicológica, mental o anímica. No en vano alguna personalidad de La Zarzuela ha comentado, medio en broma medio en serio, que la corona no se lleva en la cadera sino en la cabeza.

¿Por qué don Juan Carlos se encastilla en su voluntad de no abdicar? Al margen del recurso a la tradición monárquica, del ‘a rey muerto, rey puesto’, que como hemos dicho no es argumento decisivo, el monarca tiene en cuenta sobre todo tres reflexiones.

La primera. Ante la constatación de que su persona y ejecutoria están viéndose ahora discutidas como consecuencia de episodios lamentables como el viaje a Botsuana (del que pidió perdón públicamente) y al caso Urdangarín, piensa sin embargo que sus 38 años de servicio no deberían resumirse así. Considera que su papel como rey ha sido bastante más trascendental para España, y por eso desearía algún tiempo con el fin de tratar de ‘recuperar’ imagen, y con ello el aprecio de los españoles. Y afirma que está dispuesto a intentarlo.

La segunda es que un cambio en la jefatura del Estado constituye un paso difícil y aun traumático, que, en lo posible, habría que cumplir en un entorno lo más pacífico posible y en un clima de tranquilidad, algo que en estos momentos no se da, como consecuencia de la grave crisis económica y social que padece España. Don Juan Carlos desearía traspasar la corona a su hijo en las circunstancias más favorables, y eso ahora no ocurre.

Además (y en ello coinciden los dos grandes partidos, que en estos momentos no quieren ni oír hablar de abdicaciones), suficientes retos y dificultades afronta hoy este país como para añadir una nueva incertidumbre y un factor de riesgo como sería un relevo en La Zarzuela.

El tercer motivo para una abdicación se resumiría en que el propio don Juan Carlos no se viera en condiciones para desempeñar su trabajo. Y estimo que eso tampoco acaece en estos momentos.

No obstante, tengo para mí que, si el rey llegara a la conclusión de que no reúne los mínimos vitales, físicos y psicológicos, no dudaría en dejarlo. Por sentido común, por sentido de responsabilidad, y también porque es persona que ama a su país. No son pocos los que hablan de don Juan Carlos como un patriota. Creo que lo haría sin dudar.

Los servicios de La Zarzuela, por cierto, se han apresurado a proclamar que don Juan Carlos no se plantea ni tiene ninguna intención de abdicar, y que nadie en el Palacio de la Zarzuela trabaja en plan alguno. Es una reacción previsible, de manual, sólo dirigida a intentar que el debate no vaya a más.

Porque resulta increíble pensar que nadie en el entorno de la Casa Real y de la Casa del Rey se haya planteado, aunque sea solamente con carácter de hipótesis o de mero análisis teórico, la posibilidad de una abdicación de don Juan Carlos. Es seguro que se han estudiado los distintos escenarios. Entre otras cosas porque, además de una elemental medida de prudencia, es su obligación.

En resumen: abdicación ahora no, pero no es descartable que se produzca en algún momento. La cuestión es el cuándo. Y no parece muy próximo.

Zarzuela se blinda con medios oficiales y Ayuso enciende el ventilador

MADRID.- Sólo Efe y TVE cubrirán el acto de esta tarde en el que el Rey Juan Carlos recibirá al ministro de Exteriores portugués, Paulo Sacadura Cabral. La razón atribuida a la nueva recomposición han sido los problemas de espacio, por lo que tan sólo dos medios institucionales estarán presentes en la recepción, según ha señalado Público.

De esa forma, parece ser que se evitarán preguntas comprometidas tras las entrevistas publicadas por El Mundo a Corinna, la "amiga del Rey", que, lejos de haber atenuado la presión sobre La Zarzuela, parecen haberla acrecentado.

De hecho, la operación de rearme mediático de la Casa Real no ha salido muy favorecida con las entrevistas, en las que Corinna aparece con una imagen a mitad de camino entre el oficio de conseguidora y la pose de modelo. Las propias imágenes que han ilustrado las entregas dan cuenta de ello.

Peor aún han sido algunas declaraciones realizadas como la que hacía referencia a su intervención en "asuntos clasificados" por el "bien del país" que, pese al silencio oficial, merecerían una explicación sobre cómo, cuáles y por qué ha intervenido en esos temas.

El ventilador, además, ha enfilado a algunos medios de comunicación como El Confidencial, en el que el exdirector de ABC José Antonio Zarzalejos publicaba este fin de semana un largo artículo sobre la abdicación del Rey. El artículo de Zarzalejos levantaba polvareda y Javier Ayuso, director de Comunicación de la Casa Real, remitía un escrito a dicho periódico digital que era contestado el lunes por su director, Nacho Cardero, evidenciando la "descoordinación" de La Zarzuela.

Acoso y derribo a la monarquía / Luis del Palacio

Durante las últimas semanas hemos asistido al recrudecimiento de una cuestión que, sin ser vital, dadas las circunstancias críticas del país, parece ocupar la mente de muchos de los que abogan por “romper con todo”. Me refiero, claro es, al hecho de si España debe seguir siendo una monarquía o si sería conveniente iniciar cuanto antes una reforma constitucional que permitiera un referendo en el que se decidiera qué modelo de estado deseamos los ciudadanos.

Parece lógico deducir que ese prurito de hacer tabla rasa, de partir de cero (como si eso fuera posible), acomete a sociedades desgastadas en sus propios devenires históricos, con frecuencia mal gobernados e incapaces de avanzar sin que ocurra algo sustancial

Sin embargo, los ejemplos que encontramos en Europa – Francia, Portugal, Rusia, Alemania e Italia, por orden cronológico- en los que el sistema republicano sustituyó definitivamente al monárquico, demuestran que el fenómeno se produjo casi siempre después de alguna debacle armada. En Francia cayó el II Imperio tras la derrota de Sedan, en 1870. En Portugal dos años después del regicidio de Carlos I, en 1908. Rusia sustituyó el gobierno de un autócrata por un régimen republicano mucho más sanguinario. El gobierno imperial alemán dio paso a la débil República de Weimar, que sería el caldo de cultivo de la locura nazi. La Italia fascista y coronada se deshizo, tras la derrota del Eje en 1945, de una dinastía incapaz, dando paso a una república que, casi siete décadas después de su implantación, sólo ha dado muestras de debilidad e inestabilidad. (Por no hablar, ni entrar en polémicas bastante estériles, sobre las dos experiencias republicanas que hemos tenido en España).

La monarquía como forma de estado puede ser discutida, ya que parte de algo que, en sí, es profundamente injusto: su carácter hereditario. No obstante, sería simplificar demasiado quedarnos sólo en eso y no compararla con su sistema rival. No es necesario traspasar los límites del Viejo Continente para comprobar que hay muchas repúblicas que o no funcionan o lo hacen defectuosamente: la versión eslava de las repúblicas bananeras, Italia, Grecia y la propia Rusia, gobernada por un “zar ex KGB”- frente a monarquías constitucionales que garantizan la cohesión nacional al estar por encima de los vaivenes políticos. El ejemplo más claro es Gran Bretaña, país en el que existiendo comunidades (Escocia y Gales) de larga tradición nacionalista, no suele discutirse la pertenencia a una bandera ni la legitimidad de la corona como representante de la nación.

En la Europa actual las naciones que gozan de mayor libertad, bienestar social y en los que la democracia funciona de manera más plena, son monarquías: Holanda, Suecia, Noruega, Dinamarca, Bélgica, Luxemburgo… Existen, desde luego, tres destacadas excepciones republicanas: Francia, Alemania y Austria. En estos países es evidente que la fórmula ha funcionado; aunque ninguno de ellos se ha librado de aquellos escándalos que los que quieren obligarnos a tragar la medicina “por nuestro bien” consideran inherentes al sistema monárquico.

Las monarquías constitucionales europeas se rigen por el lema básico de que “el rey reina pero no gobierna” Y esa es la clave y lo que las diferencia de todas las demás. El ciudadano (que no súbdito) lo es por derecho propio y elige a sus representantes políticos. Su participación en la “cosa publica” (res publica) está garantizada por las distintas constituciones.

En España existe una larga tradición de confundir churras con merinas. Y, en este caso, de mezclar a la arrogante e incompetente “clase política” con la forma del estado.

Los que buscan a toda costa defenestrar la institución monárquica – y no me refiero a los que de manera legítima y pacífica abogan por la causa republicana- se hallan afanados en crear un estado de confusión que persigue un solo propósito: que la opinión pública llegue a la conclusión de que es preferible instaurar la república a mantener un sistema caduco, basado en privilegios, y, al menos en parte, corrupto. Y para ello emplean todo tipo de argucias. No dudan en elevar a categoría las dudosas acciones de ciertos individuos próximos a la Familia Real, en un intento de ensuciar el nombre del propio rey. Recurren a supuestos “líos de faldas” –puritanos ellos- para presentar la imagen de una vida disoluta, entregada al placer, la holganza y el lujo.

La tradicional mala memoria histórica del pueblo español hace el resto. De poco ha servido el papel fundamental del rey Juan Carlos durante la Transición. Que las dos Españas enfrentadas en la Guerra Civil hicieran un pacto de buena voluntad para afrontar un futuro común en paz. Que el rey haya contribuido decisivamente a internacionalizar eso que ahora los pedantes (que son legión) llaman “la marca España”, que no es otra cosa que nuestra buena imagen en el exterior.

Un pobre elefante (al que lloro como a todos los toros que son torturados en las plazas), una princesa que sólo lo es a medias y un duque consorte y con menos suerte de la que esperaba, son los comparsas de esta tragicomedia.

Felipe González y Aznar todavía están en buena edad para convertirse en presidentes de la III República. O Anasagasti.. O Durán Lleida.

Y, como dice un amigo mío: “lo mismo me da, que me da lo mismo” 

IU emplaza a la Casa del Rey a querellarse contra Corinna

MADRID.- El portavoz de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) y coordinador de la presidencia Federal de IU, Jose Luis Centella, ha emplazado a la Casa de Rey a querellarse contra la princesa Corinna por afirmar que hizo gestiones "delicadas" por encargo de España y ha avisado de que no basta con desmentidos de los Gobiernos del PP y del PSOE porque "es la Jefatura del Estado la que esta siendo puesta en entredicho" y "el silencio es complicidad".

En su entrevista con el diario El Mundo, Corinna zu Sayn Wittgenstein ha admitido que el Rey le pidió que colocara a Iñaki Urdangarín e incluso ha revelado que hizo gestiones secretas "delicadas" en favor de España por encargo de las autoridades.
El coordinador federal de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, ya avisó este lunes que las actuaciones de la princesa Corinna se acabarán conociendo en la investigación del caso Nóos e incluso ironizó con la posibilidad de que haya que reunir a la Comisión de Secretos Oficiales para conocer qué clase de trabajos desempeñó. Pero este martes Centella ha dado un paso más y ha resaltado que "no basta con desmentidos" y que esas afirmaciones de que se hicieron trabajos "delicados" para España exigen una respuesta contundente en forma de querellas.
A su juicio, en un caso en el que se denuncian acusaciones "muy graves", el silencio se convierte en complicidad: "Si la señora dice que ha hecho trabajos para el Estado y no obtiene una respuesta muy clara --ha advertido--, estaríamos en un caso de complicidad". Para el número dos de IU, de las declaraciones de la princesa Corinna parecen deducirse acciones "muy graves" y "la Casa Real no es inviolable"
"No es la Corona, es la Jefatura del Estado la que está siendo puesta en entredicho", ha remachado.
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha negado este martes que la Princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein realizara trabajos para el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. El dirigente socialista dijo no haber leído las declaraciones de la que se declara como "amiga" del Rey Don Juan Carlos, en las que ésta asegura que ha realizado trabajos "delicados" para el Gobierno español sin cobrar de los contribuyentes. Unos trabajos que, afirmó, eran "clasificados".
Al ser preguntado si durante el tiempo que él estuvo en el Gobierno socialista, éste le encargó algún trabajo "delicado" a la amiga del rey, Rubalcaba contestó rotundo: "Mi respuesta a su pregunta es no, rotundamente no". Y ha añadido: "Que yo sepa, no", pero volvió a precisar que "estas cosas, en general, en los gobiernos se saben". Por lo tanto, recalcó de nuevo que: "No, rotundamente no". Y tampoco quiso entrar en el terreno de la especulación alegando que "bastante especulación hay ya en este país" que "bastante mal" lo está pasando.
Del mismo modo, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha negado este martes que la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein haya colaborado con el Departamento que dirige y ha instado a los ministros del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que hayan podido aparecer fotografiados con la princesa alemana a dar explicaciones. "Yo puedo responder por el Departamento del que soy responsable desde hace 14 meses. Ni en asuntos clasificados ni no clasificados, simplemente ninguno", ha manifestado Soria.

Inda sobre Corinna: "Esta persona maneja información clasificada del Gobierno de España, ¿estamos locos?"

MADRID.- La entrevista en dos entregas del diario El Mundo a Corinna Larsen ha sido comentada de forma breve en el programa Al Rojo Vivo de laSexta este 25 de febrero de 2013. El contertulio más duro con la autodenominada 'amiga entrañable' del Rey Juan Carlos I ha sido el ajunto al director del periódico de Unidad Editorial, Eduardo Inda. Inda, que es quien había marcado hasta el momento la línea en todo lo referido a Corinna, se desmarca de esta manera del tono almibarado de la entrevista a a la alemana y del muy elogioso que le dedica El Mundo a la entrevistada, según 'Periodista Digital'.

Inda se ha centrado en dos declaraciones, que ha citado textualmente. En la primera de ellas, la alemana dice: "He ayudado gratis al Gobierno español y me han pagado algunas empresas privadas que querían expandirse globalmente". Ante esto, Inda comenta:
Esto ya empieza a sonar mal. Suena a lobby y cosas raras.
La segunda, que es ante la que más indignado se ha mostrado Inda, es: "Ese trabajo que he realizado para el Gobierno español, cuando se me ha pedido, ha sido siempre delicado, confidencial. Son asuntos clasificados, situaciones puntuales que yo he ayudado a solucionar por el bien del país". El adjunto al director de El Mundo ha dicho al respecto:
Esta persona maneja información clasificada del Gobierno de España. ¿Estamos locos?
El resto de los participantes en la tertulia han tratado de quitar gravedad al término confidencial o, incluso han puesto en duda que la declaración de Corinna responda a la verdad. Ante esto último. Inda ha respondido:
No te metes en ese berenjenal si no es verdad.

La Zarzuela niega "pacto o gestión" alguna para que Corinna rompiese su silencio

MADRID.- La Zarzuela niega "pacto o gestión" alguna para que se realizase la somera entrevista que la princesa alemana Corinna Zu Wittgenstein concedió a 'El Mundo', y donde explica sus gestiones para encontrar un trabajo a Iñaki Urdangarin en la Fundación Laureus.

Zarzuela sigue con mucho interés lo que dice Corinna, apunta este martes 'El Mundo'.
Según el diario de Pedrojota, desde la Casa Real "se sigue con mucho interés" dicha información, sin embargo, las mismas fuentes rechazan hacer comentarios sobre el contenido de la entrevista, al tiempo que niegan rotundamente haber hecho "ni pacto ni gestión" alguna, para que Zu Wittgenstein, amiga del monarca, rompiera su silencio sobre los temas que le afectan por el caso Urdangarin.

"Va por libre"
Tampoco ha querido la Casa Real precisar la participación de la princesa alemana en la supuesta colaboración prestada de ésta en asuntos "delicados y confidenciales" del Estado, tal y como ella afirmaba en la última entrevista concedida desde Londres.
Otros medios, Vanitatis, o Vozpopuli, también inciden en la postura de Zarzuela y en ambos casos recogen la negativa de "un pacto o el consentimiento" de esta entrevista.
Dice Vanitatis, según fuentes consultadas, que Corinna "va por libre con este publirreportaje":
"Esta entrevista no forma parte de ninguna estrategia para la Casa Real... Es absurdo, matizan, que se piense que la Casa esté detrás".
Servicios prestados al Gobierno

Este 25 de febrero de 2013, el ministro de Asuntos Exteriores se pronunció a este respecto declarando "no tener noticias" de las gestiones que Corinna Zu Wittegenstein para el Gobierno de España.
La gente que estuvo en el ya fenecido Gobierno Zapatero niegan haber hecho encargos a la princesa Corinna, sin embargo, no ocultan haber coincidido con ésta en algún viaje oficial como el que sucedió en abril de 2006 cuando los Reyes realizaron una visita de Estado a Arabia Saudí, junto a los titulares de Ángel Moratinos y José Montilla, acompañados de una delegación de destacados empresarios españoles.

España pasa de la monarquía a la braguetarquía

La realeza española nos está dando momentos inolvidables. Es un trabajo impagable por España que distrae mucho de otros asuntos. La gran cortina, o gran Corina, de humo que necesitamos para que hablemos de temas tan sustanciales y estratégicos para nuestro futuro como la relación que tuvo Corina zu Sayn-Wittgenstein (el que lo pueda decir dos veces que levante la mano) con Urdangarin y así nos olvidemos de que vamos a llegar pronto a un 30% de paro como nos descuidemos.

Es lógico que andemos pendientes de las relaciones bajo ventilador del sumario que han mantenido todos estos personajes de la bragueta real. No queríamos monarquía, ¡pues toma monarquía morenín!, con todas sus braguetas al aire. Al menos el Rey nos pidió perdón y nos dijo que no lo volvería hacer, aunque no sabemos que es lo que no volverá a hacer: cazar gamusinos, cazar elefantes o cazar corinas.

Corina es guapa. Al menos en la Casa Real tienen buen gusto eligiendo a sus "entrañables amistades", eso hay que reconocerlo. Si Corina fuera un cayo malayo nadie entendería nada, pero viendo a Corina uno ya lo entiende todo. Hasta que algún que otro periódico abra su edición dominical con una foto grande de la susodicha y sus declaraciones exclusivas como eje de la vida nacional de la semana. La braguetarquía lo inunda todo.

Con trabajos de "a 200.000" a Corina se le va a llenar el despacho de currículum, incluso mejores que el ridículum vitae del "empalmado", cuyo único mérito para ganar su fianza ha sido formar parte de la braguetarquía española, en la que ingresó, obviamente, por la bragueta, y pasó del balonmano al talonmano sin solución de continuidad.

El Rey no va a abdicar ni se lo plantea, según ha comunicado la Casa Real, contestando al impertinente del socialista Navarro que pretende aprovecharse de esta cortina de humo, o quizás Corina de humo, para tapar sus propias vergüenzas. Todos utilizan la braguetarquía para lo suyo. Quizás sea el Rey el que menos utilidad le saca a todo este asunto, que anda el pobre de quirófano en quirófano sin poder disfrutar de la braguetarquía que tan buenos momentos le dio y, ahora, nos está dando a todos.

¿Monarquía o República?¿Repitiendo la historia? / Florentino Rogero

"Saben muy bien que para adquirir riquezas hay varios caminos. Uno, el más largo y penoso, es el del trabajo. Por ese camino la mayor parte de las veces le sorprende a uno la muerte antes de llegar al fin. Otro camino, más breve, pero lleno de peligros, es el del manejo de la ganzúa y la palanqueta.
 Pero hay, sobre todo, un camino brillante y seguro: en él la ganzúa se sustituye con ventaja por una ley, y la palanqueta por un reglamento. Hechos la ley y el reglamento en provecho propio, ya se puede entrar con entera confianza en la morada del vecino trabajador y arrebatarle cuanto haya producido con su trabajo. Julian Besteiro.

Durante muchos años la monarquía ha sido una de las tres instituciones mejor valoradas por los españoles en los sucesivos barómetros del CIS, sin embargo esta buena opinión de la ciudadanía sobre la corona se ha visto truncada a partir del barómetro de octubre de 2011. En este escenario, una parte de la derecha, que se define a si misma como liberal, parece dispuesta a sacrificar la monarquía como uno de sus referentes ideológicos caso de considerarlo necesario para controlar el poder político.

 Asistimos así nuevamente a las maniobras de destacados representantes de la derecha más populista, a los que con el fin de mantenerse en la mamandurria lo mismo les da practicar la deslealtad interesada a su propio partido, que exacerbar desde el nacionalismo más castizo, el más rancio anticatalanismo, o jalear desde la provocación y la manipulación de la historia, el debate república-monarquía, con la clara pretensión de dividir a la izquierda social en su propio beneficio, conocedores del vértigo histórico que la dictadura grabó a sangre y fuego en el subconsciente colectivo del pueblo español.

 En cualquier caso nada nuevo, son los que Josep Pla denominó acertadamente monárquicos sin rey “tuvo lugar entonces un hecho singular en este país; a saber la formación de un movimiento integrado por ex-ministros de la monarquía, a los que llamaron monárquicos sin rey. Sus nombres todo el mundo los recuerda: en todo caso, resultan indiferentes. El obstáculo –dijeron los conservadores republicanos- es la monarquía. En el preciso instante en que la parte más difícil de la opinión digirió este pronóstico, la monarquía estuvo herida de muerte.

 ¿Y la izquierda?, ¿qué hace la izquierda?. La izquierda asiste atónita ante la virulencia del ataque desencadenado por la derecha contra nuestro insuficiente Estado de Bienestar. Mientras la política española transita por un lodazal de corrupción, la izquierda social se manifiesta más preocupada por la defensa de los derechos constitucionales que por la forma de estado. Y así los estudiantes, los trabajadores, los asalariados, los médicos, los maestros, los funcionarios, los jubilados, los ciudadanos, clamamos indignados en las calles en defensa de la sanidad pública, universal, gratuita, una sanidad que fue realidad tras la Ley General de Sanidad de 1986, contra la que ya votó la derecha bajo las siglas de Alianza Popular, por la defensa de una educación pública de calidad, por nuestros derechos laborales, a favor del derecho a la vivienda y la dación en pago, en defensa del derecho a la tutela judicial efectiva dinamitado por la ley de tasas, contra la amnistía fiscal y la corrupción, por un sistema fiscal justo, progresivo, suficiente y en favor de las libertades civiles conquistadas a duras penas por nuestros padres y abuelos.

 A pesar de los intentos de este gobierno por criminalizar la protesta pacífica y legítima de los ciudadanos, estos continúan reclamando en las calles una verdadera democracia que haga de sus derechos algo más que papel mojado en manos de unos mercados financieros y unas élites codiciosas y corruptas. Sólo el tiempo dirá si a pesar de la tradicional resistencia de la derecha española al progreso democrático, es posible profundizar nuestra insuficiente democracia en el actual marco constitucional o si por el contrario continúan vigentes las razones que llevaron a Manuel Azaña a la ruptura con el Partido Reformista de Melquiades Álvarez en septiembre de 1923 "dando por liquidada la posibilidad de avanzar hacia la democracia dentro de la monarquía".

¿Está el Rey Juan Carlos I y la monarquía en jaque? / Aitor Iriberri

El fallecimiento del dictador Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975 trajo consigo la proclamación de Juan Carlos I como rey de España dos días más tarde. A Juan Carlos I se le atribuyó entonces, el mérito de mantener el orden y la unión entre los españoles. Fue un buen momento para el y la realeza.

Allí comenzó el proceso de construcción de la Democracia en España y la redacción de una nueva constitución.

Pero la monarquía española, de imagen impoluta hasta hace poco tiempo, se encuentra ahora en medio de una tormenta sin precedentes. Además del descontento social debido a la crisis económica y los recortes, el yerno del rey Juan Carlos, Iñaki Urdangarin está bajo investigación por un juez de instrucción en Baleares por malversación de millones de euros públicos. Y para colmo de males ahora la presunta relación del rey Juan Carlos de Borbón con la princesa alemana Corinna Sayn-Wittgenstein tras la proliferación de publicaciones y comentarios periodísticos sobre las reiteradas y públicas infidelidades del monarca amenaza también la corona.

Este nuevo capítulo llega en el peor momento para el Rey que, a sus 75 años, volverá a pasar por el quirófano por séptima vez en menos de tres años el próximo 3 de marzo por una agudización de una hernia discal.

Este escándalo en el seno de la familia real coincidió con la celebración de los 50 años de casados de los monarcas, que decidieron ‘no celebrar’ por razones de agenda.

Apoyado en unas muletas desde que fue intervenido de la cadera en noviembre, el Rey cada vez cede más su puesto en las ceremonias oficiales al heredero de la Corona, el príncipe Felipe, que acaba de cumplir 45 años y parece el único capaz de asegurar la pervivencia de la monarquía.

El viernes pasado, tras varios llamamientos hechos por políticos para que el Rey abandone su puesto y rumores sobre una eventual abdicación, la Casa Real salió al paso de los mismos.

El Rey ‘no tiene ninguna intención de abdicar’, afirmó la Casa Real.

Pero en una España minada por la austeridad y el desempleo, la opinión pública ya no perdona los escándalos de corrupción que salpican a los más altos símbolos del Estado y menos de la monarquía, intocable durante mucho tiempo.

En Madrid una ‘marea ciudadana’ protestó masivamente contra la austeridad y la corrupción en un momento de crispación de un país en recesión y con un alto desempleo indignado por la corrupción en sus instituciones, incluyendo ahora la Casa Real.

¿Hasta donde puede llegar la inmunidad del Rey frente al descontento de la gente?

‘No falta dinero, sobran ladrones’ cantaban los manifestantes.

EL CASO DEL YERNO

El dispositivo de seguridad en torno a los juzgados en Palma de Mallorca donde el yerno del rey prestó declaración obligó a cerrar varios comercios aledaños cuyas fachadas aparecen empapeladas con carteles en los que puedía leerse ‘Desahuciemos a la monarquía’.

La comparecencia de Urdangarin llegó una semana después de la de su socio en Nóos, Diego Torres, que en sus siete horas de declaración presentó correos electrónicos en los que se menciona al monarca en relación con una competición de vela en Valencia y una supuesta intermediación del monarca para que Urdangarin obtuviera un trabajo en la Fundación Laureus.

Estos correos parecen apuntar a que Urdangarin hacía referencia a su suegro en sus comunicaciones.

Además del duque, declaró también el secretario de las infantas Elena y Cristina, Carlos García Revenga, para responder por sus funciones como ex tesorero de Nóos, fundación que está acusada de malversar casi seis millones de euros de los gobiernos balear y mallorquín.

Por estos indicios de delito, el magistrado José Castro - al que el viernes podía apreciarse muy atareado en el juzgado número 3 de Palma -, impuso a Urdangarin y Torres una fianza de casi 8,2 millones de euros, dinero que no han abonado al emerger desavenencias entre ellos durante el proceso y que llevó al juez a declarar el embargo de sus bienes.

La cuestión ahora es si, como piden varios grupos republicanos, será llamada a declarar la infanta Cristina, dado que es la única de las cinco personas que formaban la dirección de Nóos que permanece ajena a la investigación. 

Spottorno y los entornos / Nacho Cardero

Muy a su pesar, el ministro de Exteriores tuvo que desechar la terna de nombres que manejaba como jefes de gabinete. “Me ha llamado Jesús Polanco. Quiere que meta a Rafael Spottorno”, reconoció resignado Francisco Fernández Ordóñez. La anécdota data de 1990, cuando ser presidente de Prisa equivalía a serlo también de España. Tres años más tarde, Polanco volvió a levantar el teléfono y repetir operación. Apuntaba alto. En este caso, para que su valido ocupara el cargo de secretario general de S.M. el Rey. En 2011, ya sin la intermediación del desaparecido magnate de la prensa, fue nombrado jefe de la Casa. Ostenta rango de ministro.

Rafael Spottorno (Madrid, 67 años) exhibe esa pátina intelectual que aparentemente sólo pueden lucir aquellos que frecuentan el Círculo de Bellas Artes. Sobrino de José Ortega y Gasset y con carrera de diplomático, fue destinado a los consulados de La Habana y Río de Janeiro, así como a la Embajada de Bruselas. A pesar de sus escarceos con los Gobiernos de Felipe González, recaló pronto en el Palacio de la Zarzuela, donde ha transcurrido el grueso de su trayectoria. Allí, lejos de oropeles pasados, se ha topado con una de las etapas más convulsas para la Corona por motivos de sobra conocidos. 

Este sábado por la tarde, Spottorno asistió al estreno en el Real de Così fan tutte, de Haneke (escena) y Cambreling (orquesta). Para llegar al teatro tuvo que atravesar las riadas ciudadanas que en esos momentos colapsaban Madrid en protesta por los recortes sociales y los casos de corrupción. De aguzar el oído, habría podido escuchar las proclamas lanzadas contra Iñaki Urdangarín, yerno del Rey. 

El ambiente en la Casa anda enrarecido. Es un “sálvese quien pueda” donde la descoordinación campa a sus anchas, e igual se publicitan intencionadamente unos mensajes que a las pocas horas se comunica lo contrario con voz ceremoniosa. Nadie sabe nada y todos, demasiado. 

Hace ya un año, con fecha 28 de marzo de 2012, El Confidencial recibió una carta presuntamente rubricada por Spottorno –el tono cáustico nos hizo dudar de su procedencia- en la que se nos criticaba por una información publicada en el diario. 

“Desconozco a qué fuente cercana se refieren, si a la de Neptuno, la de Cibeles o la del Berro, pero puedo asegurarle que la mejor fuente para saber lo que hace o dice Rafael Spottorno es Rafael Spottorno y éste puede afirmarle a usted categóricamente que la gestión que se le atribuye es radicalmente falsa”, decía la misiva. Al poco, se pudo constatar que la noticia bebía de fuentes fiables. El titular de la información cuestionada desde Zarzuela rezaba lo siguiente: "La Casa del Rey da luz verde a Alierta para despedir a Urdangarín de Telefónica".
Como no podía ser de otra forma, la carta del Sr. Rafael Spottorno tuvo su consiguiente réplica: “No sé si hago bien en ufanarme de ser un medio libre, independiente e irreverente, pero lo cierto es que lo somos. Conectamos con la realidad y empatizamos con la calle, con los lectores que transitan por los rededores de Neptuno o Cibeles, pero también por el Dos de Mayo, plaza más modesta pero igual de populosa”, replicamos en un breve intercambio epistolar.  

El viernes pasado, este diario volvió a publicar una información (El Rey baraja ya la abdicación) que generó un desmentido por la Casa, lo cual no sólo provocó sorpresa en la redacción de El Confidencial, sino también cierto estupor, en tanto en cuanto Spottorno y su jefe de prensa, Javier Ayuso, sabían de su existencia y consentían. “El Rey no se ha planteado en ningún momento la posibilidad de abdicar ni tiene previsto hacerlo”, aseveraban tajantes.

La redacción de este comunicado, que entraba abiertamente en contradicción con lo expresado horas antes, probablemente estuviera relacionada con los gritos que se pudieron escuchar aquel viernes en Somontes. “El enfado del Rey era indescriptible”, dicen quienes trataron con él. Ni sus problemas de hernia discal pudieron acallar las iras del Monarca, que protestaba por la información –que hilvana una sucesión de ítems irrefutables-, pero sobre todo por el hecho de que ésta le hubiera pillado por sorpresa. Nuevamente, la descoordinación.

La Casa de S.M. el Rey ha contado con cinco jefaturas desde el fallecimiento de Francisco Franco: Nicolás Cotoner y Cotoner (1975-1990), Sabino Fernández Campo (1990-1993), José Fernando Almansa (1993-2002), Alberto Aza (2002-2011) y Rafael Spottorno (2011), de los que Fernández Campo (por su inquebrantable fielato) y Aza (por su profesionalidad) son los que más huella han dejado. Junto a estos nombres, y en torno también a la figura del Monarca, emerge una camarilla de personajes (los Prado y Colón de Carvajal, Albertos, Condes…) cuyas recomendaciones no se han guiado tanto por los intereses de la institución como por su propia megalomanía.  

En este mismo sentido, hay fotografías que no se entienden. Basta recordar la del Monarca con el Consejo de la Competitividad (Alierta, Botín, Francisco González y resto de grandes empresarios españoles) de marzo de 2012, que más que para ensalzar la figura del Rey parecía hecha para mayor gloria de El País. Otra es la de ayer, en El Mundo, de “Su Alteza Serenísima la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein”, la amiga del Rey, con su camisa blanca con iniciales bordadas y su traje de ejecutiva. Al tiempo que declara Urdangarín, justo cuando desde la Casa se pide discreción con los asuntos privados del Rey, Corinna irrumpía en las portadas de la prensa como si tratara de emular a una modelo de Mango. 

Los entornos no le han hecho bien al Monarca. Esos entornos maquiavélicos y un tanto “agresivos” de los que hablaba la semana pasada el New York Times y que orquestan sus estrategias de comunicación al margen de don Juan Carlos, apenas han servido para manchar la trayectoria de una Monarquía que no merece tales máculas. Su Majestad necesita de mejores asesores en estos tiempos convulsos. No sólo está en juego la salud de la Corona, sino la supervivencia de la misma. 

Las bombas fétidas de Palma y el futuro de la Monarquía / Antonio Casado

Después de la traca palmesana del fin de semana, las cosas deberían volver a su cauce. O sea, al proceso indagatorio sobre las trapacerías de dos indeseables y la colaboración necesaria de los cargos políticos que les hicieron el juego. De las deposiciones judiciales de Urdangarín y García Revenga, por un lado, y el blanqueo mediático de Corinna, por otro, uno saca la conclusión de que las bombas atómicas de Diego Torres, en forma de correos electrónicos expresamente seleccionados con la intención de salpicar al Rey, e incluso al Príncipe de Asturias, son en realidad bombas fétidas. No matan, pero huelen fatal. Carecen de relevancia judicial, pero avivan el desprestigio de la institución y a las personas que la representan.

Queda formalizada en sede judicial la desvinculación de la Corona en los negocios de Urdangarín: “Declaro que la Casa de Su Majestad el Rey no opinó, asesoró, autorizó o avaló las actividades que yo desarrollaba en el Instituto Noós”. Es perfectamente congruente con el hecho acreditado de que, en la primavera de 2005, el asesor jurídico del Rey descubre lo que siete años después el juez Castro pondrá negro sobre blanco en un auto: que el marido de la infanta Cristina, junto a su antiguo profesor en el ESADE, están aprovechando el parentesco del primero con la Casa Real para “acudir a altas instancias políticas puenteando escalones y trámites que para cualquier ciudadano serían insoslayables”.

Todo eso no detiene el alarmante proceso de vulgarización de la Monarquía. Su creciente pérdida de carisma corre en paralelo con el deterioro físico de don Juan Carlos, que ya ha pasado seis veces por el quirófano en estos tres últimos años y lo hará por séptima vez dentro de unos días. No hay mal que por bien no venga. Tres meses más para la forja del príncipe de Asturias en el oficio de Rey que está llamado a desempeñar a la muerte de su padre. O a la abdicación. O a la renuncia. O a la inhabilitación. Tres figuras que la propia Constitución Española no descarta. No las descarta porque las contempla (artículos 57 y 59), aunque no hayan sido desarrolladas por ley orgánica. Sobre ese vacío legal trabajan los servicios jurídicos de Zarzuela, como es su deber, a fin de armarse argumentalmente frente a la formulación de diferentes escenarios sucesorios. Asunto de viva polémica en la actualidad nacional más reciente, que viene descargado de su dramático peso histórico por el enfrentamiento de españoles polarizados entre república y monarquía.

Un republicano de los de ahora como Pere Navarro, líder de los socialistas catalanes, acaba de abrir la controversia don Juan Carlos vs. don Felipe y no monarquía vs. república. Y aun así, ha sido expresamente desautorizado por la dirección del PSOE que, como todo el mundo sabe, fue un firme baluarte de la causa republicana hasta su apuesta monárquica de 1978. Esta, en nombre del consenso de la transición, a la que también se sumó el Partido Comunista de España, ha contribuido decisivamente al más largo periodo de paz, estabilidad y progreso que ha conocido España desde su aparición como Estado moderno a finales del siglo XV. Conviene no perder la perspectiva.

La monarquía y sus escándalos / Ricardo Trotti *

Finalmente el diario New York Times publicó en su portada el escándalo de Iñaki Urdangarin, el yerno del Rey Juan Carlos, que también ahora salpica al monarca y a su familia.

Se sostiene que Urdangarin fue apartado informalmente de la familia real debido a estar involucrado en un escándalo de malversación de fondos estatales.

El Rey, que hasta hace poco se vio involucrado en otro escándalo personal que involucró "polleras" en su viaje de caza de elefantes por África, habría estado presionando a los medios españoles para que le bajen los decibeles a la investigación judicial contra su yerno.

Los medios de comunicación españoles siempre han tratado de no hacer de su monarquía, lo que los medios ingleses hacen de la suya, habiéndole dado al Rey y a su familia un período de muchas décadas de gracia en la que inexplicablemente se respetó la privacidad. Pero para todos es sabido que el Rey no sólo ama los deportes, la velocidad, navegar y otras prácticas vinculadas con una vida al aire libre y con placeres, sino a otras mujeres más allá de la reina Sofía.

Hay que tener en cuenta que este escándalo de Urdangarin se presenta en momentos que los españoles han descubierto que España también es una "'republiqueta bananera'', algo que hasta hace poco resultaba inimaginable y que los propios habitantes de la Península Ibérica jamás consideraron que podía ocurrir.

Los mismos españoles sostienen que su país está lleno de corrupción por doquier, lo que aumenta aún más la presión sobre el monarca y por lo que muchos pensarán si el Rey y la monarquía -que han construido y vivido por su reputación de haber resguardado la democracia- es todavía viable. (...)

Es de esperar que estas situaciones no queden caratulados solamente como escándalos morales y haya solo penitencias para los involucrados, sino que los responsables terminen en manos de la justicia ordinaria para que sea ella la que determine la culpabilidad correspondiente.
El escándalo suscitado entorno a la figura del yerno del Rey de España afecta el prestigio de la familia real en momentos en que el país atraviesa por una de sus más duras etapas vinculadas a sospechas de corrupción en varios ámbitos. 

(*) Especialista en libertad de prensa y ética periodística

Roca recomienda "ignorar" la polémica sobre la Monarquía

MADRID.- El que fuera representante de CiU en la Ponencia que redactó la Constitución de 1978, Miquel Roca, desaconseja atender las voces que abogan por replantearse la Monarquía porque entiende que es un debate que, en la actual situación, no tiene demasiado sentido abordar. 

En declaraciones en el Congreso, donde ha participado en una jornada sobre "Los valores de la Transición en tiempos de crisis, ha recomendado "ignorar" esas demandas para replantearse la Jefatura del Estado o la abdicación del Rey. "A veces las cosas hay que pasarlas por encima, ignorarlas, que es mucho mejor que entrar en un debate que en este momento quizá no tenga demasiado sentido", ha comentado.
"Cuando hay un problema, hay que hablar, hay que dialogar, y no me moveré de aquí", ha dicho, remarcando que la Constitución "todavía tiene un juego por delante".
Roca ha expresado su "disgusto" por la desafección ciudadana hacia los políticos y ha abogado por recuperar la función política "buscando proximidad, el aliento de la gente, estar cerca de ellos y a través de eso intentar acercarse a la solución de los problemas".
Retirado de la política, Roca ha querido dejar claro que su papel no es dar consejos sino ofrecer "un testimonio histórico, de arqueología pura".

Una monarquía protegida por la censura / Iñaki Anasagasti *

Así se titulaba el libro que publiqué en 2007. Eran tiempos de opacidad y oscurantismo sobre todo lo que hacía referencia a la Casa Real. La mayoría veía inconveniente que se tratara de romper el muro de silencio que rodeaba una institución como la monarquía, nacida ilegítimamente como herencia de una dictadura corrupta. Sin embargo, siguiendo aquella canción de Raimon que decía que si no rompemos el silencio, moriremos en silencio; acepté el encargo de una editorial que me pidió contara mis vivencias con esta institución. Escrito y entregado el libro, la editorial tuvo la debilidad de enviarlo a la Casa Real para su aprobación. 

Y, como era de esperar, les negaron el plácet. A mí me agradecieron el esfuerzo y si te he visto no me acuerdo. Gracias a Javier Ortiz, que cogió el original y lo editó, pude empezar a romper aquel infranqueable muro de silencio. Hoy, aquellos que me tildaban de pirao callan. Y es que no fue nada fácil ser picapedrero de una institución protegida por la derecha, pero sobre todo por un PSOE que se define republicano, pero actúa como un mayordomo de Corte y por unos poderosos medios que veían peligroso que un nacionalista vasco tuviera la osadía de pedir explicaciones parlamentarias a una institución que "arbitra y modera" pero por sobre todo que es garantía "de la unidad y permanencia de España".

Casi cuarenta años después de que se definiera al rey, como "el motor del cambio", comienza a comprobarse lo que ha sido esta cueva de Ali Babá. Un rey que es hoy uno de los hombres más ricos de Europa, una familia desestructurada y nada ejemplar, cacerías, amantes, comisiones, y el nulo control político en democracia. Si empecé desde la tribuna con mis preguntas parlamentarias en la más absoluta soledad, hoy ya IU, ERC y muchos medios de comunicación han abierto la veda ante la oceánica corrupción de una institución que, dicen, solo se puede sostener en el siglo XXI en base a ser útil y ejemplar. Pues se han lucido.

Siempre que me preguntan por el caso Urdangarin les cuento mi teoría. Un joven deportista, sano, de familia conocida, que deja a su novia para casarse con la hija del rey. Recibe unos cursos y conoce a un tal Diego Torres, un tipo espabilado del que se hace amigo. El duque ve lo que ocurre alrededor de su suegro. Cortina de humo, impunidad e inmunidad, regalo de Bribones y Fortunas, motos y Ferraris, comisiones por gestiones que nadie puede controlar, amantes, apariencia y encima reverencias y ensalzamiento continuo. En ese clima metes a Iñaki Urdangarin, que tenía la ambición a flor de piel, buena planta y el título de duque real, con un profesional avispado como Diego Torres y es como meter hidrógeno con oxígeno. Siempre sale agua.

Urdangarin y Torres hicieron lo que hicieron porque desde la casa del rey solo se les decía que "guardaran las apariencias". Ningún mensaje ético o de reprobación. ¿Cómo iban a tenerlo si el suegro hacía lo mismo pero multiplicado por cien?

Desgraciadamente para ellos no contaron con un juez a punto de jubilarse que, cogiendo un hilito de una pieza separada del caso Gürtel, comenzara a tirar de él. Y ya la cosa no se pudo parar. Sobre todo cuando a todo esto se le juntó una crisis económica de caballo que azuza el malestar ciudadano y cuando además el suegro, en pleno hundimiento, se va de cacería con su amante aceptando una invitación tras haberse conseguido la adjudicación del tren de Alta Velocidad entre La Meca y Medina. Corrupción, infidelidades matrimoniales, insensibilidad ante la situación del país. Una mezcla explosiva.

Ante una situación como esta y tras el anuncio de la abdicación de la reina Beatriz de Holanda, de la misma edad que Juan Carlos, y ante la renuncia del Papa; cada vez más en la Villa y Corte, al calor del caso del yerno, piensan que lo mejor que puede ocurrir hoy es que el rey abdique y venga su hijo Felipe. Veremos cómo va a ir subiendo esta marea tras las presiones para que no se impute a Cristina de Borbón y el escándalo internacional que va a poner este juicio en cuarentena si al juez Castro le dejan terminar su trabajo.

Sería, sin embargo, la ocasión para someter a consulta lo que no se pudo hacer en 1978 cuando se aprobó la Constitución y nos metieron de matute la "monarquía del movimiento" algo que no ocurrió en Italia tras la Segunda Guerra Mundial. Y ahí veríamos si los socialistas que se definen como juancarlistas lo son o más bien son unos señores que se dicen republicanos pero que en el fondo son unos monárquicos de la peor especie. Si aceptan que después de Juan Carlos tiene que venir su hijo y no la república, es que lo que siempre hemos sospechado se va a hacer realidad. Cuando tu sistema político no se basa en el voto popular sino en que un hijo herede la jefatura del Estado de su padre, a eso se le llama monarquía. Y quien lo aprueba y sostiene es monárquico. Un sistema medieval incomprensible para los jóvenes de hoy y para algunos no tan jóvenes.

A raíz del juicio, editorialistas, biempensantes, prebostes, marqueses y duques, socialistas monárquicos como Felipe González... nos van a preguntar si queremos cargarnos el sistema como ocurrió en Italia con los jueces de Manos Limpias. De hecho, están presionando al juez Castro de manera harto antidemocrática. El mismo Consejo General del Poder Judicial le ha pedido explicaciones al titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma de Mallorca para que les explique detalladamente por qué solicitó comisiones de servicio para la práctica de varias diligencias en Madrid y Barcelona hace dos semanas. Unos señores que no se enteraron de los suntuosos gastos de su presidente, Carlos Dívar, se han puesto puntillosos por ver si descarrilan la instrucción.

Veremos qué ocurre. Me temo lo peor. La señora Cristina de Borbón, hija del rey, debería estar imputada y procesada. De cajón, si es verdad lo que dijo su padre en su mensaje navideño de hace año y medio de que la justicia es igual para todos. Se le olvidó decir que menos para él, que es irresponsable, como en la Edad Media. Habrá que estar al loro. Corrido el telón, estamos todos viendo en qué consistió el éxito de la modélica transición española de la dictadura a la democracia: impunidad, opacidad, corrupción y falta absoluta de valores éticos y democráticos. Y el mundo observando. Ya era hora.

Todo ello, quizás, fue implícito en la denuncia que ha hecho famosa la joven socialista Beatriz Talegón, quien en la reunión de la internacional de jóvenes socialistas celebrada en Portugal se plantó frente a líderes mundiales de la Internacional Socialista y les criticó que pretendieran promover la revolución desde hoteles de lujo. Su discurso ha corrido como la pólvora por las redes sociales. Talegón sabe que la calle ha dejado de sentir que el socialismo está de su lado.(...)

(*) Senador del PNV

Guillerme Vázquez (BNG), en desacuerdo con "sustituir una monarquía" por otra

SANTIAGO.- El portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez, ha mostrado su desacuerdo con "sustituir una monarquía" por otra, pero sí ha reclamado un "nuevo sistema democrático", que pasaría, desde el inicio, por abrir el debate constitucional.

Preguntado en un desayuno informativo acerca de si se suma a la propuesta del líder del PSC de que abdique El Rey, Guillerme Vázquez ha ironizado con que un republicano sugiera otra monarquía. A su juicio, el sistema monárquico "no tiene ningún sentido" y "menos en el siglo XXI".
"Nosotros (por el BNG) no somos monárquicos, y por lo tanto, por qué uno va a sustituir una monarquía por una monarquía", ha planteado Guillerme Vázquez, quien ha ironizado: "Si me apura usted, ¿por qué no la República de Galicia?".
Así las cosas, el dirigente nacionalista ha considerado que "no se trata de pedir la abdicación de un monarca para otro monarca", sino que su apuesta es por un cambio del "sistema democrático" actual.
En este sentido, ha manifestado que él, por ejemplo, no votó la Constitución española, y ha advertido de que muchos de los que ahora cuestionan algunos aspectos "sí la votaron y la defendieron" en su día.
Así las cosas, Guillerme Vázquez reclama una "regeneración democrática", también por los casos de corrupción actuales que hacen que los ciudadanos cuestionen a los políticos.
"Un nuevo sistema democrático", ha reclamado el portavoz nacional del Bloque, quien apuesta por que el Estado español también reconozca "el derecho a la autodeterminación".

La prensa extranjera cree que la monarquía española está “tocando fondo”

MADRID.- La comparecencia ante el juez de Iñaki Urdangarín y las declaraciones de la princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein a El Mundo son ampliamente recogidas por los principales medios internacionales. Hay unanimidad en considerar el escándalo como una de las peores crisis en los 37 años de reinado de Don Juan Carlos. Y algunos mencionan que la Infanta Cristina podría ser procesada.

El New York Times destaca que la investigación y los email han dejado “sitiada” a la Casa Real. Su crónica apunta: “Con una multitud de casos de corrupción que socavan la fe de los españoles en practicamente todas las instituciones de gobierno, la intensificación de una investigación sobre el señor Urdangarín ha colocado al Palacio Real también bajo sitio y dejado al envejecido monarca de la nación y sus ayudantes luchando por calmar la crisis”. El diario asegura que ha tenido acceso a más emails de Urdangarín con su socio: “Estos no indican  que el rey hiciera nada incorrecto. Sin embargo, han traído el escándalo a las puertas del palacio, además de empañar una monarquía que ha sido objeto de escrutinio”.
Sobre los correos que involucran a la Princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein en la busqueda de un trabajo para el Duque de Palma aseguran: “Más allá de si el Sr. Urdangarin ha violado alguna ley, el escándalo ha puesto de manifiesto la forma en que la familia real utiliza sus conexiones para buscar empleos bien remunerados y acuerdos de negocios para permitirse un estilo de vida que supera las subvenciones provistas por los contribuyentes españoles para su representación personal, como los 260.000 euros, que la reina y otras mujeres de la realeza compartieron este año.”
El Washington Post recoge la segunda comparecencia de Urdangarín ante el juez en un caso que es el peor percance de PR de la Casa Real. Explican: “La investigación ha avergonzado profundamente a la monarquía en un país muy afectado por la crisis financiera y un desempleo por las nubes. El escándalo figura entre los peores percances de relaciones públicas que la casa real ha experimentado en los 37 años de reinado del rey Juan Carlos. El gobierno conservador del primer ministro, Mariano Rajoy está tratando de proteger al rey de posibles daños colaterales causados por el caso Urdangarin, haciendo hincapié en el valor de Juan Carlos para la nación.”
The Guardian sostiene que es probable que la Infanta Cristina sea formalmente nombrada sospechosa antes de una posible imputación. El texto de Giles Tremlett asegura: “Mientras el escándalo financiero envuelve a la familia real y los políticos empiezan a pedir su abdicación, el rey Juan Carlos de España se enfrenta a una de las peores semanas en sus 37 años de reinado, con  fiscales preaprados para pedirle a un juez que nombre formalmente su hija, la infanta Cristina, sospecha de un fraude multimillonario y un caso del blanqueo de dinero. La solicitud sería un paso previo a una posible acusación.”
Le Figaro destaca que El Mundo ha roto la benevolente discreción de la prensa española con la corona. La crónica de su corresponsal Mathieu de Taillac explica: “La `tierna amiga´ del Rey copa las portadas. Entre Corinna Zu Sayn- Wittgenstein y su propio yerno, el annus horribilis del rey de España no acaba”.
Y añade: “Al ir a buscar a su “querida amiga” en su residencia en Mónaco, El Mundo ha roto la discreción benevolente que reinaba en la prensa española. Y la primicia frustra además la estrategia mediatico-judicial. Porque el sábado, Urdangarín había protegido a su familia política al indicar ante la corte en Palma de Mallorca: “La familia real no ha aconsejado, autorizado o facilitado mis actividades en l Instituto Noos”. Ampliamente recogidas en la prensa, esas  declaraciones son ahora eclipsadas por la aparición de Corinna.”
Liberation asegura que la familia real española toca fondo. La crónica de su corresponsal François Musseau asegura: “La malversación de dinero público de la que se benefició el yerno del rey están socavando una institución que hasta ahora se había salvado. Y eso cuando el gobierno está sumido también en un caso de corrupción.”
El Daily Telegraph resalta que Urdangarín niega que el Rey supiera de sus negocios.  El artículo de su corresponsal Fiona Govan asegura: “El caído en desgracia yerno del rey Juan Carlos de España ha negado que el monarca tuviera ningún conocimiento de sus negocios en un intento de distanciar a la Casa Real de un escándalo de malversación que se va haciéndose más profundo.
Durante una audiencia a puerta cerrada de cuatro horas, Urdangarin, insistió en que la familia real nunca había `aconsejado, autorizado o incluso dado una opinión´ sobre las actividades llevadas a cabo cuando era jefe de la fundación. Aunque el rey es inmune a ser procesado bajo la Constitución española, no faltan voces que piden que su hija, la Infanta  Cristina, sea acusada junto a su marido si hay evidencias que sugerieren que estaba al tanto de sus negocios indebidos.”
La BBC se hace eco del interrogatorio del juez al yerno del Rey por un escándalo de corrupción que ha avergonzado a la familia real. Señalan: “Iñaki Urdangarín, es sospechoso de malversar millones de euros de fondos públicos dados a una fundación que dirigía. El duque ha negado haber actuado mal y no ha sido acusado de ningún delito. Es la segunda vez que es interrogado. Una multitud de manifestantes le abuchearon a su llegada a la corte en Palma. La sesión se celebró a puerta cerrada, pero los medios de comunicación españoles recogen que el duque leyó un comunicado distanciándo al Rey Juan Carlos del escándalo de corrupción.”
Le Monde habla de revelaciones en el caso Urdangarín. Aseguran: “En una entrevista con el diario El Mundo, Corinna Sayn-Wittgenstein, una aristócrata alemana descrita por la prensa española como “amiga” del Rey Juan Carlos dijo que ofreció un trabajo a petición del rey, a su yerno Iñaki Urdangarin, procesado por corrupción. La Casa Real intenta desde finales de 2011, al establecer un límite claro entre las actividades profesionales de Iñaki Urdangarin y el resto del palacio, de mantener hermeticamente a distancia a la familia, y sobre todo a la Infanta Cristina,de la  investigación por corrupción contra su marido.


Monarquía: privilegios arcaicos, disparates modernos / Gerardo Pérez *

No todas las personas e instituciones evolucionan al mismo ritmo. Por ello, resulta inevitable que, con el paso del tiempo, convivan normas modernas y acordes con los principios de la Justicia actual con otras ya desfasadas y que desentonan de forma evidente. Uno de los ejemplos más ilustrativos es la proclamada irresponsabilidad de los Jefes de Estado en general y de los Monarcas en particular. El artículo 56.3 de la Constitución Española establece que la figura del Rey "no está sujeta a responsabilidad". A cuenta del contenido de este precepto se ha extendido una interpretación acorde con la tradición (pero que, en modo alguno, es la única posible) tendente a concluir que el titular de la Corona está exento de responsabilidad alguna por sus actos, sean los referidos a sus funciones públicas o sean los relativos a su condición de persona física. Es un debate de plena actualidad, toda vez que se suceden informaciones en las que el sometimiento del Monarca a la ley y la posibilidad de que éste se vea afectado por un proceso judicial distan de continuar siendo meros planteamientos teóricos de imposible concreción práctica. Sin ir más lejos, hace apenas unos meses se inadmitió en un juzgado de Madrid una demanda de paternidad contra Juan Carlos I, fundamentándose el rechazo en esa irresponsabilidad plasmada constitucionalmente. Asimismo, las repercusiones del caso Nóos convertirían en razonables unas hipotéticas acciones legales, aunque finalmente chocaran contra la muralla que rodea a la figura real. 

La polémica no es exclusiva de España ni tan siquiera de las Monarquías. Hasta hace muy poco, en Italia se hablaba de las leyes que pretendía aprobar Silvio Berlusconi para dotarse de inmunidad como mandatario. Esta realidad sólo tiene una explicación histórica. El Estado surge en los siglos XV y XVI adoptando la forma de monarquía absoluta, cuyo primer principio era que el poder del Rey emanaba de Dios y le otorgaba cualidades sagradas, casi divinas. Derivada de ese "razonamiento" se construyó la teoría de la inviolabilidad de la persona del monarca, su irresponsabilidad e inmunidad. Bien es cierto que aquellos antiguos discursos se han disfrazado posteriormente con pintorescas argumentaciones a fin de ocultar lo que realmente son. Así, se nos pretende hacer ver que semejantes privilegios están al servicio de la institución (más que al de la persona como tal) y que, por derivación, suponen una protección al Estado y a los intereses públicos (en vez de una dispensa de su representante a la hora de cumplir las normas). 

Pero actualmente la irresponsabilidad del Jefe del Estado solo tiene sentido en el ámbito político. Posee cierta lógica ya que se ha decidido situar la institución al margen de los partidos en aras de su función moderadora y porque la existencia en la práctica de la figura del "refrendo" implica que la responsabilidad derivada de los actos del Rey deba ser asumida por otro cargo público. El Rey es irresponsable de sus actos porque nunca puede actuar solo (The King cannotactalone, decían los británicos). Sin embargo, fuera de dicho ámbito, tal irresponsabilidad no puede seguir existiendo en unos Estados modernos que presumen de ser modelos constitucionales y donde los principios de igualdad y de legalidad son básicos e inspiran su funcionamiento. Del mismo modo que repugnaba que Berlusconi pretendiera dictar leyes para garantizarse la impunidad de sus actos en virtud de su cargo, debe repugnar que cualquier otra persona, amparándose en privilegios arcaicos, reproduzca idéntico comportamiento. El hecho de que un ciudadano en un Estado de Derecho pueda incumplir cuantas normas quiera sin asumir culpa jurídica alguna es absolutamente indefendible. Tal vez fuera la costumbre en la época del absolutismo pero en el siglo XXI es preciso adecuar de una vez por todas ciertas normas totalmente desfasadas a los principios más elementales del movimiento constitucional.

(*) Doctor en Derecho y profesor de Derecho Constitucional de la ULL

El juez pedirá a la Zarzuela el libro de visitas para comprobar si Urdangarin se reunió con Camps y Barberá

PALMA DE MALLORCA.- El juez que instruye el caso Nóos, José Castro, pedirá a la Zarzuela el libro de visitas para comprobar si el duque de Palma, Iñaki Urdangarin, se reunió en 2004 en este lugar con el expresidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberà, para hablar del foro deportivo Valencia Summit.

Así lo han informado fuentes jurídicas, que han explicado que Castro solicitará el libro de registro, después de que el pasado sábado, el exsocio de Urdangarin, Diego Torres, revelara ante el magistrado la celebración del citado encuentro, tras el cual, según señaló, el yerno del Rey presentó una lista de sociedades que podrían patrocinar los conocidos como Valencia Summit.
Mientras, Urdangarin ha negado durante su declaración, que mantuviera la citada reunión con Camps y Barberá para preparar el Valencia Summit 2004.
Cabe recordar que Camps aseguró el pasado sábado que lo afirmado por Torres ante el juez en relación a las negociaciones del Valencia Summit es “falso”.