miércoles, 13 de febrero de 2013

El Gobierno sigue blindando a la Casa Real frente a la 'Ley de transparencia'

MADRID.- A veces los silencios son más llamativos que las propias declaraciones y, en ese sentido, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, volvió a dejar ayer claro que la Casa Real y el Monarca seguirán, de momento, sin someterse al escrutinio de la Ley de Transparencia, recuerda hoy 'El Confidencial'. 

La diputada de Unión Progreso y Democracia, Rosa Díez, reclamó ayer al Gobierno, durante la sesión de control al Ejecutivo, la puesta en marcha de medidas  para luchar contra la corrupción, entre las que citó, expresamente, que la Casa Real y los partidos se incluyen en la próxima ley que ya ha comenzado su tramitación parlamentaria. Rajoy, en cambio, sólo hizo una concesión hacia lo segundo y, en una nueva rectificación al dictado del escándalo Bárcenas, anunció que incluirá a las formaciones políticas en el texto final.
La inclusión de la Casa Real en el proyecto de ley nunca ha estado en el guion del Ejecutivo, tal y como quedó en evidencia desde el mismo momento en el que la vicepresidenta la presentó en un Consejo de Ministros en marzo del año pasado. Soraya Sáenz de Santamaría explicó entonces que la Corona “no forma parte del grupo de Administraciones Públicas” que deben facilitar documentos a la ciudadanía. Un criterio que, sin embargo, tampoco se aplica estrictamente a los partidos políticos, que finalmente sí se verán afectados y que no comparten algunos de los primeros expertos que ya han comparecido en el Congreso para ser escuchados por los grupos.
El presidente de Transparencia Internacional España, Jesús Lizcano, fue claro al señalar ante sus señorías, el pasado 23 de enero, que a su juicio “sería también importante que la ley se extendiera a los sindicatos, la CEOE y la Casa Real”, lo mismo que ayer vino a reclamar la portavoz de UPyD. “Una Ley de Transparencia que afecte a la Casa Real, a los partidos políticos y a todos los que reciben subvenciones públicas”, explicó. “Cuando los ciudadanos nos vean hacer estas leyes que van contra nuestra propia impunidad y que van, de verdad, a favor de una democracia de más calidad, creerán en nosotros y creerán en la democracia. Y entonces en España podremos conjugar democracia con mayúsculas”. 
De momento, el Gobierno no ha querido a entrar en ese debate y, desde el PP, defienden que, si no toda la Casa Real, sí que buena parte de ella estará bajo el control de la ley pues son varios los ministerios, entre ellos Presidencia, Interior o Exteriores, obligados  a la transparencia, los que sufragan importantes partidas de la Casa Real como el uso de vehículos, el pago de la seguridad o el mantenimiento de los palacios.
En enero, el Congreso también escuchó a Antonio Garrigues Walker, fundador del capítulo español de Transparencia Internacional, sobre el mismo proyecto de ley en el que abogó porque sea una realidad lo antes posible para que, una vez puesta en marcha, se puedan detectar sus deficiencias.
Preguntado entonces sobre la Casa Real, Garrigues Walker señaló que “es un tema abierto a debate”. “Uno tiene la idea de que lo lógico sería que todo el mundo estuviera incorporado a la Ley de Transparencia, pero hay países en los que las monarquías están incorporadas y otros en los que no lo están, y a veces no se hace por problemas de respeto, sino simplemente porque creen que podría generar más problemas que soluciones y porque el ámbito no es tan importante desde el punto de vista de la propia Ley de Transparencia”, explicó.
El jurista advirtió, eso sí, que su ausencia en la ley no debe suponer un daño para la institución o que pareciera que “se transmitiera a la opinión pública como una especie de resistencia de la propia Casa Real”. “Es un tema que puede estar perfectamente aislado de la Ley de Transparencia, porque la dimensión económica es muy pequeña y porque podría generar algún otro tipo de daño. No anticipo qué daño, digo simplemente que podría generar sensibilidades que no se buscan. Ahora bien, tampoco me parece un principio sagrado. Me imagino que poco a poco muchas de las instituciones que en estos momentos no van a ser afectadas por la Ley de Transparencia acabarán siéndolo, y me refiero a sindicatos, a partidos políticos y a otras muchas instituciones. Es inevitable, es absolutamente inevitable, y además todo el mundo lo sabe”.

Monarquía o República / Evaristo Fuentes

Final de la Copa del Rey de baloncesto, en Vitoria, Álava, País Vasco o Euskadi (un inciso: el saber dos idiomas no es impedimento; muy al contrario, es bueno, es más cultura). Leo en la prensa del día siguiente, lunes de carnaval: "El Rey, recibido con una monumental pitada, que se prolongó durante los inicios de los acordes del himno de España". 

En una auténtica utilización de la palabra Democracia, debemos hacer caso al pueblo. Es evidente que al Rey no lo quiere una parte importante del pueblo de este País. Ni a la monarquía. Habría, pues, que hacer una reforma o ruptura –llámesela como se prefiera– y proponer al pueblo soberano la forma política en que se ha de constituir para estabilizar este país. Lo mejor, a mi parecer, es una Federación de Repúblicas o una República Federal. 

Y sigo leyendo en la prensa diaria, en lo concerniente a la corrupción, lo siguiente: "Demasiados ciudadanos se han hecho partícipes de estas conductas (corruptas) votando de forma abrumadora a personas implicadas en tramas de corrupción. Las multitudes padecen el síndrome de Barrabás, prefieren a los golfos en lugar de a los justos (...) Es vital para la democracia, recuperar la fuerza política de la moral pública en estos tiempos difíciles". 

A la vista está que la corrupción es contagiosa. Por ello, junto al cambio de la estructura política y social, falta también una eterna asignatura pendiente: la enseñanza y la educación popular con La Ética y la Moral como premisas.

La zarzuela y los pitos al rey / J.M. Esquembre

Siempre he creído que la tauromaquia, incluso con su brutalidad, es una buena metáfora de la vida, sobre todo de la vida española. Los pitos y las palmas son la expresión del público ante la actuación no sólo del matador, sino de sus subalternos, y también del presidente del festejo o del ganadero. En 1932 se estrenó en Madrid «Pitos y palmas», del maestro Alonso con texto de los hermanos Quintero, uniendo así para siempre los pitos y las palmas a la zarzuela. No es de extrañar por tanto que cuando el respetable cree que con todo merecimiento se es acreedor de pitos por un determinado fracaso lo manifieste de esta forma, sea una plaza de toros o un campo de baloncesto. 

Y es que estamos hartos de tanta tontería, de tanta impunidad y de tanta vejación. La dignidad del Estado, de España, es lo que está en juego. Estamos comprobando que nuestra democracia, nuestra Justicia o nuestro Tribunal de Cuentas, no son capaces de ser cauces ni modos de expresión de nuestro malestar.

Con las constantes pitadas al rey se manifiesta, en gran parte de los casos, la demanda de muchos españoles para que sea capaz de dar un golpe de timón a nuestra democracia como lo fue un 23 de febrero, hace ya muchos años. Si el rey quiere escuchar y quiere interpretar nuestros silbidos, le estamos pidiendo el liderazgo necesario para decir «Basta ya» a tanta vileza, mediocridad y ataques a la dignidad de un pueblo. Le estamos pidiendo que arbitre y modere de hecho el funcionamiento de las instituciones tal como dice el artículo 56 de nuestra Constitución. Le estamos pidiendo que haga algo definitivo para que los padres podamos mirar a los ojos de nuestros hijos y les podamos decir que España es su país que, recordando el final del poema de Kipling, pueda ser un país en el que se pueda llenar el inexorable minuto con sesenta segundos de lucha bravía.

Todo eso que no es poco, le pedimos a Su Majestad con los pitos. Entre otras cosas, porque tampoco hemos regateado las palmas cuando se las ha merecido.

Monarquía platanera / Alicia Arés

Cada día se hace más palpable que sólo somos Europa porque lo dicen los mapas. Ante la crisis provocada por Bárcenas la palabra clave ha sido ‘transparencia’. El nuevo abracadabra que lo soluciona todo por arte de magia. 

Opaca ‘transparencia’ en la anti-rueda de prensa de Rajoy. Eso sí, con los periodistas castigados en otra sala viendo al presidente por televisión. No vaya a ser que le distraigan con sus preguntas y la gente no entienda el mensaje. Leo lo que me han escrito, pongo cara como de “Bárcenas, eso no me lo dices en la calle y se acabó. Esto de la transparencia está chupao. Sí, claro, señor presidente. Lo malo es que en pocos días tenía usted que visitar Alemania y allí lo de la democracia y el papel de los periodistas se lo toman un poco más en serio que aquí. Y allí sí que tuvo que responder. Y claro, como no lo llevaba escrito pues dejó una de sus frases lapidarias, otro ejemplo de transparencia: ‘Todo lo que se ha publicado es falso, salvo alguna cosa’”.

‘Transparencia’ es también que la cúpula del PP se reúna durante días para decidir si muestran públicamente o no las últimas declaraciones de la renta del presidente. En otros países, sí, de esos aburridos en los que hace siempre mucho frío y donde no se puede tomar cañas en las terrazas al sol con su correspondiente tapita, como diría Ana Rosa Quintana, las declaraciones de la renta de los gobernantes son públicas por ley. Aquí que Rajoy enseñe las suyas desde el año 2003 al 2011 se ha denominado ‘striptease financiero’. Y este destape, lejos de aclarar nada, siembra más dudas. Sobre todo cuando se comprueba que de 2006 a 2011 Rajoy se aumentó el sueldo un 27 por ciento. Eso es transparencia, y no la de los picardías.

España, este solar recalificado, es de los pocos países en los que un ciudadano acude a las instituciones públicas solicitando información sobre cómo se gastan sus impuestos y recibe un NO por respuesta ya que no hay ninguna ley que obligue a las administraciones a informar a los ciudadanos sobre lo que hacen con el dinero de todos; sí, ese que se llevan los Urdangarines, Bárcenas, Gürteles y EREs andaluces. Escándalos que salen a la luz gracias a los periodistas. Sí, esos a los que no dejamos hacer preguntas.

Pero nuestros políticos se han dado cuenta de esta abisal laguna democrática. Sólo han tardado 35 años en percatarse de que es necesaria una ley de transparencia. Aunque yo no se me haría muchas ilusiones. Las primeras dudas del proyecto giran en torno a si la Casa del Rey debe estar incluida o no.

Ante este panorama, no se le ocurra protestar. Porque, sin usted saberlo, puede que sea un anti-sistema. Si se sientan en la Puerta del Sol, es una conducta antidemocrática. Si se concentran ante el Congreso es un ataque a la democracia. “Si me atacan a mí, atacan a la sacrosanta democracia, a ver si lo entienden de una vez. Ustedes votan cada cuatro años y se acabó. Y de manifestarse nada, a casita que para eso le hemos programado unos cuantos Madrid-Barça”.

Que los políticos se intercambian los jueces como si fueran cromos, que el Senado sirva para que un montón de desconocidos estén calentitos y que la función de la prensa sea mantenernos domesticadamente entretenidos, no significa que la nuestra no sea una democracia avanzada. Faltaría más. Evidentemente no somos una república bananera. Somos una monarquía platanera.

La Casa Real se desentiende de la seguridad de Urdangarin durante su declaración del 23-F

MADRID.- Casa Real confirma que no ha participado ni participará en el dispositivo de seguridad que se ha preparado en el Juzgado de Vía Alemania de Palma para la declaración de Iñaki Urdangarin el próximo 23 de febrero. Con esta decisión, la Casa Real se desentiende del dispositivo de seguridad diseñado para la declaración del Duque de Palma, a diferencia del año pasado, cuando un miembro de seguridad formó parte de las reuniones preparatorias, según la Cadena SER.

Fuentes judiciales confirman a la SER que ya se han celebrado dos reuniones para ultimar los destalles del dispositivo, que está prácticamente cerrado. En ellas han participado el jefe superior de la Policía Nacional de Baleares, el juez decano de Palma y miembros de la empresa de seguridad privada del Juzgado. A diferencia de las reuniones que tuvieron lugar hace un año, en esta ocasión no ha asistido representante alguno de la Casa Real.
En estas dos reuniones preparatorias se ha analizado la seguridad del recinto y las cuestiones relacionadas con la operatividad, para garantizar el acceso de los funcionarios de guardia al recinto. Este año, la Casa Real ha decidido delegar todas las cuestiones de seguridad en miembros del cuerpo de Policía Nacional en las islas.
Precisamente el año pasado después de estas reuniones, la policía recomendó que Urdangarin bajara la rampa de acceso a las dependencias judiciales en coche. Algo que finalmente no ocurrió, ya que el yerno del rey optó bajar la cuesta a pie. Este año, esta cuestión ni tan sólo se ha debatido.
El yerno del Rey está citado para declarar el próximo 23 de febrero, sábado, a partir de las 9:30 de la mañana. El secretario de las infantas, Carlos García Revenga, lo hará ese mismo día a partir de las 13:00 horas. Antes pasarán por dependencias judiciales Diego Torres, exsocio del Duque en el Instituto Noos, que está citado para este sábado día 16 a las once de la mañana y su mujer, Ana María Tejeiro, que tendrá que dar explicaciones ese mismo día a partir de las nueve y media.