sábado, 19 de enero de 2013

UPyD no puede posponer el debate sobre la Monarquía / M.A. Malavia

Me asombra comprobar cómo en UPyD, el partido más vinculado a la regeneración democrática en este país, no se haya planteado aún el debate interno sobre si apoya a la vigente Monarquía o, por el contrario, desea el advenimiento de la III República. En sus pocos años de vida, con un método renovador basado en posicionarse de un modo claro sobre los temas que interesan a los ciudadanos y cuestionando la base de nuestras instituciones para salvar lo aún sano en estos tiempos convulsos, UPyD ha conseguido que todos sepamos cuál es su oferta concreta a los españoles para salir de esta y adentrarnos en un camino ilusionante. 

Todos sabemos cuál es la posición en este tema del conjunto de fuerzas políticas presentes en las Cortes. De todas salvo UPyD. Algo que me ha movido a contactar con el partido, trasladando directamente esta duda en mi condición de ciudadano. Y la respuesta que he obtenido es esta: “Somos un partido transversal, lo que indica que aglutinamos muy diversas, y en casos, opuestas sensibilidades en lo tocante a diversos problemas (entre ellas el de monarquía vs república), pero que hemos admitido que existen algunos otros, en los que básicamente coincidimos, muy importantes y, además, muy urgentes de solucionar por el bien de España y todos los españoles. Esta coincidencia, finalmente, nos han unido para solucionarlos, teniendo cada uno que postergar legítimas aspiraciones hasta que solucionemos lo prioritario y urgente”.

Lo comprendo perfectamente, pero no estoy de acuerdo. Esta sería la respuesta perfecta de un Gobierno de concentración, de unidad nacional, erigido sobre el consenso para salvar una situación concreta y dramática. Pero no es la que ha de ofrecer un partido nuevo, sin responsabilidades gubernamentales hasta el punto de haberse negado a entrar en ningún ejecutivo autonómico o municipal. 

Como ciudadano preocupado por este país, tengo el derecho de saber si con UPyD, que puede estar llamado a ejercer un papel imprescindible en la gobernanza de España en un futuro no muy lejano, se daría algún paso favorable a acabar con la Monarquía de Juan Carlos I. Eso no es hablar del sexo de los ángeles. No es un debate etéreo o poco relevante. En un momento de fuerte presión contra el modelo que nos ha traído más democracia y paz que jamás en ningún otro período de nuestra historia nacional, pido que se aborde desde ya un debate esencial hoy. 

Porque eso es hablar del modo más seguro de que permanezca nuestra democracia, ni más ni menos. Aunque solo sea por pragmatismo, no son estos tiempos de experimentos.