sábado, 5 de enero de 2013

¿Quo vadis, Monarquía? / Enric Sopena *

Lección de periodismo prefabricado. O, a priori, censurado. Periodismo también de botafumeiro. Honra y gloria, pues, al Rey de España. Jesús Hermida, tan empalagoso siempre, tan veleta, tan oportunista, se dirigía a él, diciéndole solemnemente Vuestra Majestad. Y Vuestra Majestad le agradecía encantado su incienso y, por supuesto, le tuteaba. El Rey es el Rey, y los demás, vasallos.

Los cortesanos, los asesores palaciegos, los periodistas tiralevitas, andan inquietos y con temores comprensibles. El ciclo de Juan Carlos I parece que llega a su fin por razones biológicas y además políticas. Le tocó la lotería cuando el dictador, que lo separó deliberadamente de su padre, Juan de Borbón, lo nombró Rey. Juró los principios del régimen franquista y se dispuso a defenderlos.

Constantino, su cuñado
Pero, muerto Franco, y desde luego un poco antes, Juan Carlos I se dio cuenta de que o giraba hacia la restauración de las libertades tras el ominoso casi medio siglo de fascismo –en versión española-, o le podía pasar lo que le pasó a su cuñado el entonces rey de Grecia, Constantino. El golpe de los coroneles griegos, abril de 1967, fue brutal y por ende sanguinario.

Alfonso XIII
Constantino no se opuso a la barbarie militar y acabó exiliado y con Grecia republicana. Al abuelo de Juan Carlos I, Alfonso XIII le aconteció algo parecido, aunque sin violencia ni excesiva crueldad, cuando impulsó el golpe de Estado de 1923. Ese episodio le costó la Corona al abuelo de Juan Carlos I y abrió la puerta a la II República.

Su verdadero padrino
Juan Carlos pudo y supo distanciarse de su verdadero padrino, que fue el Generalísimo. Acertó de pleno. Traicionó el legado de Franco, se salvó y, cierto es, contribuyó a salvarnos a los ciudadanos, hartos ya del tirano y de su vomitivo tinglado. Juan Carlos I designó como primer ministro, o jefe del Gobierno, a Adolfo Suárez, que –habiendo sido secretario general del Movimiento- consiguió darle la vuelta a la tortilla para que la democracia y la Constitución suplieran al Antiguo Régimen.

Querido por mucha gente
Los partidos fueron legalizados, incluidos el comunista, el socialista y los nacionalistas periféricos. El 23-F de 1981 el Rey volvió a no equivocarse. Empezó a ser querido por mucha gente. La izquierda, en general, lo quiso sin tapujos y hasta con un cierto orgullo.

Sospechosos, todos ellos
El Rey, por consiguiente, hizo muy bien sus deberes como jefe del Estado o como Rey que reina, pero que no gobierna. Los problemas graves, sin embargo, han venido por otras vías mucho menos épicas que las políticas. Por La Zarzuela entraban, como Pedro por su casa, conocidos multimillonario, sospechosos casi todos. De un modo u otro, acabaron esos personajes deleznables condenados por la Justicia. Aquello se fue divulgando, no sin dificultades objetivas, yendo de boca en boca o a través de algún que otro libro de José García Abad.

Descenso paulatino
De entonces acá la Monarquía ha ido descendiendo paulatinamente a ojos de los ciudadanos. Ahora, la situación del Rey y, posiblemente, incluso la de su sucesor, Felipe de Borbón, un Príncipe con hechuras solventes, está peor que nunca. El escándalo de Iñaki Urdangarin es, según y cómo, letal. Los devaneos del monarca oscilan ahora entre la caza de elefantes, los negocios de su yerno y hasta de su hija, la infanta Cristina. Y habría que añadir sus amistades femeninas, peligrosas para un Rey en sus horas bajas y máxime con su país en crisis y bancarrota.

Ni un minuto para la autocrítica
La entrevista de TVE fue infumable. No eludiendo las preguntas no ya de un periodista, sino de varios más y de ideologías distintas, esa entrevista hubiera impactado favorablemente en la opinión pública. Pero los consejeros del monarca y él mismo optaron por escurrir el bulto, acumular lugares comunes, chascarrillos de café, frases hechas y hueras y no hubo un minuto siquiera para la autocrítica.

Una cortina de humo
Eso no era una entrevista al Jefe de Estado del Reino de España. Eso parecía una charleta de dos respetables abuelos hablando de qué bien lo hicimos y qué guapos fuimos y seguimos siéndolo. Eso fue sencillamiente una cortina de humo tratando de silenciar como fuere asuntos en absoluto positivos para la Monarquía. Al Rey se le vió el plumero enseguida. No fue una entrevista periodística de calidad y sin censuras previas. No pasó de ser un sainete sin apenas interés alguno. ¿Quo vadis, Monarquía?

(*) Enric Sopena es director de elplural.com

La Casa Real cede a la agencia EFE varias fotos que recorren la vida del Rey

MADRID.- Con motivo del 75 cumpleaños de don Juan Carlos la Casa Real ha cedido a la Agencia EFE fotografías de la vida del Rey. Vemos instantáneas de su infancia, de su juventud. y escenas de su vida cotidiana. Fotos que muestran a un Rey deportista, familiar, cercano.

También hay fotografías con momentos importantes de la historia de España. E imágenes más recientes de don Juan Carlos desempeñando su papel institucional o instantes de su vida privada.

El annus horríbilis de la Monarquía / Andrés Cepadas

El 2012 fue para el Rey un annus horríbilis, si bien no fue el único, pues así se consideró también el 2007. Pero hubo una notable diferencia, porque el 2007 tuvo un carácter más de dolor personal y familiar, fruto de la desgracia más que de otra cosa y, en consecuencia, no tuvo los efectos negativos que tuvo el 2012 sobre el prestigio de la institución monárquica y del propio monarca. La Corona se vio contaminada tanto por la corrupción que alcanzó a la real familia, como por comportamientos digamos excesivamente frívolos o de magra honorabilidad del propio monarca. Estridencias indeseables en un clima social de dramático sufrimiento para una gran parte de la sociedad, sumida en una crisis que se prolonga sine die.

La Monarquía española, aunque dotada de plena legitimidad y legalidad por su consagración constitucional en 1978, siempre ha estado, y seguramente seguirá, en una delicada situación, debido a su evidente ilegitimidad de origen, pues no se olvida con facilidad que don Juan Carlos fue designado como heredero de la Corona y príncipe de Asturias por el dictador y hubo de jurarle fidelidad a él y a los Principios del Movimiento Nacional. En aquellos momentos D. Juan Carlos ni siquiera contaba con la legitimidad dinástica, que Franco se saltó a la torera, que residía en su padre D. Juan de Borbón y que éste no cedió hasta pasado un año y medio de la proclamación como Rey de su hijo. Esta cesión de los derechos sucesorios fue lo que permitió, en 1978, calificar a D. Juan Carlos en la Constitución como "legítimo heredero de la dinastía histórica". 

Todo este alambicado proceso para acceder a la Jefatura del Estado y establecerla como hereditaria tiene sin duda toda la pinta más de un amaño o de un arreglo que de otra cosa, pero el asunto se zanja con la Constitución que en éste, como en otros aspectos, optó por un mal arreglo frente aun buen pleito, como aconseja la sabiduría popular y, sobre todo, como propiciaba la necesidad de una reconciliación nacional con amplio consenso. 

Con todo, esta debilidad originaria de la monarquía estuvo estos años en la mente de todos y prueba de ello fue el gran pacto tácito nacional de protegerla de toda crítica política, del debate social y de la exposición normal a la curiosidad mediática. Pasaban cosas y se sabían, claro está, pero el pacto tácito y sobreentendido de los medios hizo que todo se ventilase en pequeños círculos y mentideros que, por definición, generan rumores, siempre sospechosos, y nunca noticias contrastadas. 

Pero este año 2012, los acontecimientos y comportamientos de la propia Casa del Rey, en terminología seguramente bien conocida por el monarca, abrieron la veda y opinión pública y publicada empezaron a escrutar y a analizar, con detalle y actitud crítica, las actitudes y comportamientos de la Casa Real, con las inevitables consecuencias políticas que esta imprescindible transparencia democrática trae consigo.

La Casa Real y el Gobierno son muy conscientes del deterioro público de la Monarquía sufrido este último año y se apuraron a lanzar toda una campaña de recuperación de imagen en las últimas semanas pero el problema de la Monarquía no se resuelve con mera propaganda y publicidad, sino planteándose con seriedad si la forma política del Estado, que en su día sirvió para afrontar una complicada transición, sirve realmente hoy para responder a las necesidades y demandas de una sociedad democráticamente madura, donde no haya institución alguna que sea una excepción al principio constitucional de que "la soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan (todos) los poderes del Estado".

¿Monarquía o República? / Antonio Papell *

El dilema monarquía o república ha empezado a plantearse, aunque con escaso énfasis, a raíz de los últimos episodios en que se ha visto envuelta la institución monárquica, el caso Urdangarin, la cacería de Botswana, que han producido una caída objetiva de su popularidad. Una encuesta de un periódico estatal de esta misma semana aseguraba que el apoyo de los españoles a la Corona ha bajado seis puntos, hasta el 54%, en un año, mientras el rechazo ha subido ocho, hasta el 41%. El rey está más desgastado que la Corona, ya que sólo el 50,1% le valora positivamente, 26 puntos menos que hace un año; y el príncipe tiene el apoyo del 62,3% de los encuestados. Además, el 45% es partidario de la abdicación del rey al cumplir precisamente hoy 75 años, en tanto el 40% la rechaza.

Para gestionar intelectualmente el dilema monarquía-república hay que precisar algo más: la alternativa de la monarquía constitucional es la república parlamentaria, Italia, Alemania, Portugal, en que el presidente, designado por el Parlamento, no tiene poder ejecutivo ni legislativo alguno y se dedica tan sólo a funciones institucionales y protocolarias estrictamente tasadas. Lejos de este modelo están las repúblicas presidencialistas, Estados Unidos o Francia, en que el presidente, elegido por sufragio universal, ostenta el poder ejecutivo y comparte con el parlamento el poder legislativo.

En otras palabras, nuestra disyuntiva más cercana, a menos que quisiésemos explorar otros modelos más remotos, se plantea entre la actual monarquía, que desempeña un papel simbólico y moderador, y una república cuyo presidente, un prohombre político en retirada, ¿González?, ¿Aznar?, ejercería un rol semejante. No parece, a primera vista, que el cambio nos reportase muchas ventajas objetivas, por más que muchos ciudadanos, asidos a criterios de racionalidad política, prefiramos el sufragio democrático al derecho hereditario.

El rey, que desempeñó de forma singular e irrepetible un papel activo de impulso democrático en los comienzos de su reinado, debe ser reconocido por ello, sin olvidar una indudable contribución positiva al desarrollo político y a la imagen exterior de este país, empañado por las referidas lagunas pero con un saldo global favorable sin duda. 


El gran reto para la institución monárquica será la sucesión, ya que el heredero no contará con el vehemente apoyo social que ha acompañado a su progenitor en virtud de los servicios prestados, si bien el príncipe Felipe posee una preparación esmerada que debería proporcionarle réditos en términos de eficiencia y capacidad de liderazgo. Con todo, no es difícil de entender que el heredero estará moralmente a prueba ante el escrutinio de la opinión pública hasta que se afiance definitivamente. O no. Pero sin duda el único hijo varón de don Juan Carlos merece un margen de confianza.

En la Constitución de 1978, el rey es el "símbolo de la unidad y permanencia" del Estado (artículo 56 C.E.). Semejante definición legal es relevante en momentos como el actual en que el Estado tiene que gestionar la pulsión independentista de un sector en apariencia mayoritario de uno de los territorios españoles, Cataluña. 

Por supuesto, la Corona no es la encargada de encarrilar o resolver el pleito, pero sí puede actuar inteligentemente para aplacarlo y orientarlo en la dirección más adecuada.

(*)  Ingeniero de Caminos, profesor de Piano, y director de Publicaciones de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo.

España necesita a la Monarquía / Editorial de Abc

Don Juan Carlos ha sabido representar lo que los españoles esperan de la Corona, convirtiendo el afecto de los ciudadanos a la Monarquía en algo más que un sentimiento colectivo hacia su persona.
 
EL 75 cumpleaños de Su Majestad el Rey, Juan Carlos I, es una ocasión propicia para reiterar el inmenso valor de la participación de la Corona en la instauración de la democracia y en la consolidación de la etapa más pacífica y próspera de la historia de España. Con motivo de esta efemérides, Abc expresa de nuevo su reconocimiento a la Corona y a Don Juan Carlos. 

La actual crisis económica y social, agravada por las tensiones separatistas, es un caldo de cultivo para el escepticismo y la relativización de los grandes logros que constituyeron la Transición y el pacto constituyente de 1978. También para caer en la desmemoria y en la deslegitimación de las instituciones. Precisamente, ante este riesgo, es ahora cuando conviene recordar que son las instituciones democráticas las que explican el éxito de esta etapa histórica que comenzó a finales de 1975. 

Y al frente de todas ellas, la Corona, cuyo funcionamiento como ente arbitral, moderador y neutral ha sido para los españoles la garantía de la estabilidad democrática. Un país sometido a constantes discordias centrífugas, con una creciente fractura ideológica y una renovada dinámica separatista, debe contar con elementos vertebradores, no sometidos al péndulo partidista, ni a la coyunturalidad de las urnas.

 La permanencia de la Corona es, más allá de su condición de fundamento constitucional, un principio político imprescindible para España. Don Juan Carlos ha sabido representar, y sigue haciéndolo en su agenda diaria, lo que los españoles esperan de la Corona, convirtiendo el afecto de los ciudadanos a la Monarquía en algo más que un sentimiento colectivo hacia su persona: en el reconocimiento a la Corona como elemento imprescindible de cohesión nacional. 

Don Juan Carlos ha demostrado ser consciente de las exigencias que impone a la Corona el servicio a una sociedad democrática, basada en la opinión pública, en la libertad de expresión y de información, constituida actualmente por una generación que se encontró hecha la Transición, la Constitución y la democracia. Una generación que se guía por un sentido crítico distinto de aquel que acompañó tanto a Su Majestad como a la clase política en los primeros años del régimen democrático.

La entrevista a Televisión Española, difundida ayer, refleja con fidelidad esa sintonía de Don Juan Carlos con la España actual, que no es resultado de una táctica de mercadotecnia, sino del profundo patriotismo con el que el Monarca ha impregnado siempre el cumplimiento de sus funciones institucionales. El mismo patriotismo con el que el Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, garantizará la continuidad de la Corona al servicio de España.

http://www.abc.es/cordoba/20130105/sevp-espana-necesita-monarquia-20130105.html 

ERC critica al Rey por 'dar lecciones de democracia' pese a no haber sido elegido

BARCELONA.- Los mensajes que el Rey trasladó durante la entrevista emitida en TVE el viernes han soliviantado a los representantes de formaciones como ERC e ICV, coincidentes al arremeter contra el monarca después de que criticara la existencia de pulsiones soberanistas. 

El portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Alfred Bosch, considera "extraño que una persona no elegida por las urnas dé lecciones sobre el proceso democrático" abierto en Cataluña para su autodeterminación y lo tache de rupturista.

El diputado republicano ha contrapuesto el carácter democrático que a su juicio tiene la libre determinación con el hecho de que el jefe del Estado no ha sido votado ni elegido, "mantiene las cuentas de la Casa Real en una opacidad total y se ha visto envuelto en escándalos por la caza de elefantes y los negocios de su familia".

Así, también ha recriminado al Rey que "se dedique a deslegitimar un proceso que sí que es democrático, que se realiza a través de las urnas y que no rompe nada, sino que construye".

Apelando a que la Monarquía "la pagamos todos, de momento, y tenemos derecho a opinar", Bosch reclamó al Rey que mantenga respecto a la iniciativa soberanista en Cataluña la misma actitud que está mostrando la reina de Inglaterra en relación a la de Escocia, sin decir nada. A su modo de ver, el Rey no debe intervenir en el proceso, de la misma forma que no se pronuncia respecto a otras convocatorias electorales en España.

Asimismo considera que el Monarca "abona el inmovilismo y perpetúa una institución que está tocada, enferma, y que fue implantada por el régimen franquista", porque "hay que recordar de dónde vienen y cómo son las cosas".
A su modo de ver, el Rey, que reina pero no gobierna, no debe intervenir en el proceso, de la misma forma que no se pronuncia respecto a otras convocatorias electorales en España.

También ICV

En la misma línea se ha expresado la diputada de ICV en el Congreso, Laia Ortiz, quien considera la entrevista como "una tomadura de pelo, que demuestra que la Corona está tocada y en decadencia", ha informado el partido en un comunicado.

Para ella, "la superficialidad de la entrevista, sin profundizar en nada y sin entrar en temas de interés, no es propia de un medio público", y ve escandaloso que RTVE haya dedicado buena parte de su programación de la última semana a rendir culto a la Corona, ha asegurado.

Ha lamentado "la mala diagnosis que el Rey hace sobre la situación del país" y que en sus apariciones públicas sólo hable de frontismos y rupturismos sin posicionarse contra las políticas que han llevado a la dramática situación que sufren los ciudadanos que dice defender.

"El Rey siempre habla de unidad y de callar voces pero no se da cuenta de que el pacto constitucional está roto", ha defendido, y ha agregado que el monarca siempre ha sido incapaz de mostrar comprensión hacia las aspiraciones políticas de Cataluña y el País Vasco.

Ortiz se ha preguntado "de qué España habla" el Rey cuando define el Estado como un país moderno y de bienestar, y se ha mostrado sorprendida por la falta de visión del monarca cuando habla de las muertes por terrorismo sin subrayar el fin de la violencia.
También el senador del Partido Nacionalista Vasco Iñaki Anasagasti se refirió en su blog al formato de la entrevista, indicando que el veterano periodista Jesús Hermida "hizo bien su trabajo de mayordomo", y acusando al monarca de falta de transparencia.

IU y ERC se indignan con la entrevista/homenaje de TVE al rey

MADRID.- "Hay que saber de dónde surge la iniciativa de entrevistar al rey y a qué interés responde". La reflexión es del diputado de IU Gaspar Llamazares que, en declaraciones a eldiario.es, se pregunta si la televisión pública ha decidido "entrevistar" al rey en cumplimiento de su labor de servicio público o, por el contrario, para prestar un servicio a la institución monárquica en sus peores momentos de valoración popular. 

El republicanismo parlamentario se ha indignado con el programa ofrecido por el canal público. El diputado de ERC Joan Tardá considera que lo ocurrido este viernes en la antena pública "forma parte de la lógica de lo que hay". Según Tardá, "TVE se convierte en un agente catalizador de este gran fraude que es la monarquía".
En los despachos parlamentarios de IU se van a plantear qué respuesta política ofrecen ante el programa homenaje en el que nadie se ha hecho una sola pregunta sobre los últimos escándalos que salpican a la Casa Real. 
Llamazares ha asegurado que la entrevista del rey en TVE ha sido "una oportunidad perdida" porque "los principales problemas de la monarquía española no se han tratado" y ha denunciado que el moderador de la entrevista (Jesús Hermida) fue "partidista".
Según Llamazares "estamos ante una operación de lifting de la monarquía y no sé si la Casa Real ha calculado el coste que le puede suponer unirse al deterioro de los servicios informativos de TVE". Para el diputado de IU "se equivoca el rey si cree que mediante políticas de imagen podrá recuperar la hegemonía que pudo tener en su momento".
En la misma línea que Llamazares, Joan Tardá (ERC) señala que "la BBC podría haber hecho un programa crítico con la monarquía pero no lo espero de TVE, ni bajo gobierno del PP ni bajo gobierno del PSOE". 
Dice Tardá que el programa de este viernes "debería ser un programa que abordase las luces y sombras de la monarquía y explicase por qué razón el rey nunca ha pedido perdón por sus complicidades con la dictadura franquista".
Pronostica el dirigente de ERC que la operación de imagen no dará muchos réditos a la Casa Real porque "las nuevas generaciones no van a aceptar una democracia low cost y exigirán legitimidad democrática. Un examen que la monarquía no va a aprobar".

El Rey celebrará hoy su 75 aniversario en el entorno familiar de Zarzuela

MADRID.- El Rey pasará hoy el día de su 75 aniversario en el Palacio de la Zarzuela, donde celebrará su cumpleaños con su entorno familiar, según ha informado un portavoz de la Casa del Rey.

Como ya ocurriera en vísperas de Nochebuena, la Casa del Rey no concretará con qué familiares o allegados celebrará el monarca su cumpleaños al considerar que se trata de una actividad estrictamente privada.
A diferencia de su 70º aniversario, cuando el Rey ofreció una cena de gala en El Pardo a 450 representantes en activo y retirados de las instituciones, este año no habrá ninguna celebración oficial por motivos de austeridad, explican en Zarzuela.
No obstante, con motivo de este 75 cumpleaños, Don Juan Carlos concedió su primera entrevista a un medio de comunicación desde el año 2000, que emitió anoche TVE.
El jefe del Estado, que se recupera de su última operación de cadera y presidirá el domingo la tradicional Pascua Militar, se prepara para un 2013 que se presenta "igual de intenso" que el año anterior, avanzó un alto cargo de la Casa del Rey.
No pasa por su mente, por tanto, idea alguna sobre la abdicación, añade la misma fuente después de que una reciente encuesta de Sigma-Dos para 'El Mundo' haya revelado que ya son más los españoles partidarios de que abdique en el Príncipe (45%) que los que prefieren que el Rey se mantenga en su cargo (40%).
Este y otros sondeos de opinión publicados en los últimos meses ponen de relieve un deterioro de la imagen del Rey -al que superan en valoración la Reina y el Príncipe-, que se ha visto afectada por la imputación de su yerno Iñaki Urdangarin en un caso de corrupción y el polémico viaje de caza del monarca a Botsuana en abril pasado.
Zarzuela maneja encuestas internas que reflejan una recuperación de la imagen de la Corona, que suspendió por vez primera en la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de octubre de 2011, con una nota del 4,8.
Desde ese momento, el CIS no ha vuelto a preguntar explícitamente por la imagen de la institución, si bien esa consulta concreta no se realizaba con una periodicidad fija.
La Casa del Rey asegura hoy que la imagen de la Corona ha regresado a niveles previos al episodio del viaje de caza del Rey a Botsuana y confirma que la imagen del Príncipe se ha resentido menos que la de su padre en estos años de desapego ciudadano hacia sus instituciones.
El Rey (Juanito para sus familiares y amigos) nació en Roma de forma prematura, ochomesino, el 5 de enero de 1938, con España sumida en plena Guerra Civil, por lo que la noticia pasó casi desapercibida.
A los tres años se convirtió en Príncipe de Asturias y con ocho le internaron en el colegio de los marianistas en Friburgo (Suiza), el Ville Saint Jean, unos días antes de que sus padres, Don Juan y Doña María de las Mercedes, se instalaran en Estoril (Portugal) para estar más cerca de España en caso de que los aliados forzaran la salida de Franco quien, terminada la Guerra Civil, se resistía a restaurar la Monarquía.
El enfrentamiento entre Franco y Don Juan no impidió en cambio que ambos pactaran el traslado del Príncipe Juan Carlos a España en 1948 para iniciar los estudios de Bachillerato.
En el verano de 1954, se produciría el primer encuentro entre Juan Carlos y su actual mujer, Sofía, a bordo de un crucero por el Mediterráneo, aunque esa primera presentación no tuvo consecuencia alguna.
En 1955 ingresó en la Academia Militar de Zaragoza, iniciando así su formación militar y donde cumplió los 18 años. Fue en las vacaciones de Semana Santa del 56 cuando se produjo el episodio fatídico de la muerte accidental de su hermano pequeño Alfonso.
En la residencia familiar de Villa Giralda en Estoril, los dos hermanos juegan con una pistola, que se dispara y alcanza a Alfonso en la cabeza. Tras el entierro, el Príncipe regresa a España.
En 1960 acude por primera vez a la universidad, a la Facultad de Derecho, y en el verano de ese año vuelve a coincidir con Sofía de Grecia ('Sofi', para el Rey) durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Roma. Ambos empiezan a verse desde entonces con frecuencia.
En septiembre de 1961, un comunicado de la Casa Real de Grecia anuncia el compromiso matrimonial entre ambos. Recién casados, la pareja alternaba estancias en Estoril y Atenas hasta que en 1963 se instalan en La Zarzuela. A finales de ese año nace la Infanta Elena; dos años después, la Infanta Cristina, y en el 68 el Príncipe Felipe.
Franco comunicó a Juan Carlos en julio de 1969 que le iba a nombrar sucesor a título de rey, oferta que el príncipe aceptó, saltándose a su padre, que aún confiaba en reinar en España y quien se sintió traicionado por su propio hijo.
Padre e hijo tardarían meses en recuperar la relación. El 31 de octubre de 1975, con la salud de Franco en un estado ya irreversible, el Rey asume las funciones de jefe de Estado y preside el Consejo de Ministros, que se reúne por vez primera en Zarzuela. El momento coincidió con la crisis con Marruecos, que había iniciado la Marcha Verde para anexionarse el Sáhara.
El 22 de octubre de 1975, dos días después de la muerte de Franco, es proclamado Rey. A su coronación en la Iglesia de los Jerónimos acudió una nutrida representación internacional, entre ellos el vicepresidente de EEUU, el presidente francés, el duque de Edimburgo y el príncipe heredero de Marruecos.
Después de que el Rey pidiera la dimisión en julio del 76 al presidente del Gobierno Arias Navarro y designara a Adolfo Suárez como nuevo jefe del Ejecutivo se aceleran los cambios que transformaron a España en una monarquía democrática.
La forma en la que el Rey pilotó la Transición, convencido de que a él no le correspondía gobernar, sino ser el monarca de todos los españoles, y el papel que jugó frente a la intentona golpista del 23-F consolidaron su figura, que siempre ha gozado de gran popularidad y aceptación.
Su imagen no se ha resentido hasta tiempos recientes, como reflejó la encuesta del CIS de octubre de 2011, un deterioro al que contribuyeron posteriormente la imputación de su yerno Iñaki Urdangarin en un caso de corrupción y su polémico viaje de caza a Botsuana.

Ofensiva de la Casa Real para recuperar la imagen del monarca / Enrique Clemente

La entrevista de anoche es el último episodio, por ahora, de la ofensiva de la Casa Real para recuperar la deteriorada imagen del monarca, tras dejar atrás un año horrible. Los barómetros del CIS mostraban ya una progresiva caída de la valoración de la monarquía en los últimos ejercicios. 

De una nota de 7,48 en 1995 se pasó a un 6,22 en el 2002, un 5,19 en el 2006, hasta caer a un 4,89 en octubre del 2011, primer suspenso que cosechó. La imputación de Urdangarin y, sobre todo, el viaje a Botsuana profundizaron en esa pérdida de respaldo ciudadano, como han puesto de manifiesto las encuestas publicadas en los últimos meses. 

También reabrió el debate sobre una posible abdicación de don Juan Carlos, dada su avanzada edad, los achaques que padece y sus últimas actuaciones.

Ante este panorama de desafección creciente, la Casa Real pasó a la acción desde finales del 2011, con iniciativas como la publicación de sus cuentas, la relegación no solo de Urdangarin, sino también de las infantas, la renovación de la página web, la creación de un canal en Youtube, y la potenciación de la figura del príncipe como heredero.

El rey también ha retomado un papel político que tenía olvidado desde el inicio de la democracia. La mejor demostración fue su irrupción, en septiembre, en el debate sobre la independencia de Cataluña con una carta en la que lanzó una contundente advertencia a quienes alientan «disensiones» y persiguen «quimeras». Un mensaje dirigido a contrarrestar la deriva soberanista de Artur Mas. Sus exhortaciones a la clase política, en el mensaje de Nochebuena, a cerrar heridas y evitar divisiones en una de las «más difíciles etapas de la reciente historia de España» recordaba también su rol durante la transición.

En plena operación de esfuerzo de transparencia, especialmente a través de la nueva página web de la Casa Real, y de apuesta por la austeridad, y a diferencia de lo que sucedió en el septuagésimo aniversario de don Juan Carlos -entonces ofreció una cena de gala en El Pardo a 450 representantes institucionales-, este año no habrá celebración oficial alguna. De hecho, el monarca retomará mañana su actividad pública en el Palacio Real con motivo de los actos programados por la Pascua Militar.

El Rey retoma este domingo su agenda de actos con la tradicional Pascua Militar

MADRID.- El Rey retoma mañana domingo su agenda de actos oficiales tras su reciente operación de cadera presidiendo en el Palacio Real la tradicional Pascua Militar, a la que asistirán el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los ministros de Defensa, Pedro Morenés, e Interior, Jorge Fernández Díaz.

   Además, según han informado fuentes de Zarzuela, a la celebración acudirán unos 250 invitados, entre distintas autoridades y miembros de las Fuerzas Armadas. Entre ellos, estará la cúpula militar, con el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante Fernando García Sánchez, y los jefes de los Ejércitos de Tierra y del Aire y de la Armada, los generales Jaime Domínguez Buj y Francisco Javier García Arnaiz y el almirante Jaime Muñoz Delgado, que acuden por primera vez como tales a este acto, ya que fueron nombrados el pasado julio.
   Como es habitual, la ceremonia castrense que instituyó Carlos III como muestra de reconocimiento a los Ejércitos, servirá al Rey y al titular de Defensa para fijar retos para el futuro y hacer balance del año anterior, en este caso el primer año de Morenés al frente de este Departamento. La celebración del año pasado tuvo lugar dos semanas después de su toma de posesión, junto al resto de ministros del Gobierno de Mariano Rajoy.
   Como ya había ocurrido en 2011, hace un año las referencias a la crisis económica fueron las protagonistas de las alocuciones del Rey y el ministro de Defensa, los encargados de tomar la palabra en el Salón del Trono del Palacio Real ante los invitados.
   Ese día, el Rey pidió a los militares que afronten la crisis con "total dedicación y buen ánimo" y Morenés les instó a hacerlo "con el mismo espíritu de entrega, servicio y sacrificio con el que asumen todas sus tareas".
   Además, Don Juan Carlos les emplazó a ser "sumamente cuidadosos en el empleo y mantenimiento de los medios" y se mostró convencido de que saben "obtener el máximo rendimiento de los recursos asignados". Ante la cúpula militar, se mostró convencido de que la "competencia profesional y el entusiasmo" de los miembros de las Fuerzas Armadas son "la mejor garantía para afrontar unidos esta situación".
   Durante 2012, el Ministerio de Defensa sufrió una reducción de su presupuesto por tercer año consecutivo, al que se añade el cuarto recorte aprobado para 2013. Las restricciones presupuestarias han puesto a este Departamento en una situación que ha llevado al JEMAD a avisar del riesgo de que las Fuerzas Armadas acaben "huecas y frágiles" si continúan.
   Es más, aunque ha insistido en que se necesita "sacrificio y austeridad" en estos momentos, el almirante García Sánchez ha avisado en varias ocasiones de que si la situación "se agudiza", España puede perder "capacidades esenciales" de su Defensa mientras se incrementan "los riesgos asumidos".
   En su primera Pascua Militar, Morenés ya se mostró consciente de este peligro, cuando se comprometió a tratar de "fortalecer las capacidades críticas con los recursos disponibles" para no "descender más allá de los mínimos por debajo de los cuales la defensa resulta insuficiente y el daño a la seguridad, inaceptable".
   Ese día Morenés se fijó siete tareas para poder "alcanzar estos objetivos", en las que sigue trabajando. De hecho, algunas de ellas no se han concretado todavía.
   Es el caso de la revisión de la estructura orgánica de las Fuerzas Armadas, que Morenés se comprometió a hacer junto a la del Ministerio. Este objetivo se contempló en la Directiva de Defensa Nacional, aprobada por Rajoy este verano, y en la posterior Directiva de Política de Defensa, que anunció un proyecto de ley que recoja las bases de la nueva organización militar.
   A esta tarea va ligada la definición de las capacidades militares "a conservar, a redefinir y a suprimir" que comprometió Morenés y para lo que encargó un informe al JEMAD, denominado 'Visión 2025', que ya ha sido entregado, pero cuyo contenido no se ha hecho público.
   En ese documento, el almirante Fernando García Sánchez proponía una reducción en las Fuerzas Armadas de 15.000 militares. Morenés ha avanzado que planteará una "reducción coyuntural" del personal, a la que aún no ha puesto cifras.
   Además, en su primer discurso oficial, Morenés también abordó el que se le presentaba como el mayor problema del Ministerio: el pago de los cerca de 30.000 millones de euros hasta 2025 por los programas especiales de armamento. Ese día, apuntó que debería "buscar solución a la financiación" de estas grandes compras.
   Sus primeros presupuestos, los de 2012, ya abordaron la ampliación hasta 2030 del plazo para pagar los programas, mientras se anunciaban negociaciones con las empresas. Para poder poner "el contador a cero" y dar signos de "credibilidad" en esta misión, según explicó Morenés, el Gobierno aprobó el pasado mes de septiembre un crédito extraordinario de casi 1.783 millones de euros para pagar deudas pendientes de 2010 y 2011, así como los compromisos para 2012.
   Poco después el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, anunció el primer resultado de estas conversaciones: el aplazamiento de las entregas de 15 aviones de Eurofighter hasta 2015. Los mayores pagos en estos programas llegan con las entregas de los productos, que entonces en el caso de impagos pasan a computarse como deuda pública.
   Se espera que en el primer trimestre de este año se conozca la nueva reprogramación del resto de contratos, que, según ha apuntado el propio Argüelles, afectará "principalmente" a los aviones de transporte militar A400M, los submarinos S80, el vehículo blindado 'Pizarro' y los helicópteros NH90 y 'Tigre'. Habrá reducciones de pedidos y retrasos de entregas para reducir el déficit.
   Al margen de esto, Morenés deberá continuar con la tarea legislativa pendiente desde la aprobación de la Ley de Derechos y Deberes de los militares de la anterior legislatura y que comenzará con la tramitación del proyecto del nuevo Régimen Disciplinario. Para las asociaciones profesionales de militares el tema más urgente es el de la reforma de la Ley de la Carrera.
    Los actos de mañana arrancarán a las 12.00 horas en la Plaza de la Armaría del Palacio Real, con los honores que rendirán al jefe del Estado varias compañías en representación de los Ejércitos de Tierra y de Aire y de la Armada.
   Tras los honores, don Juan Carlos, acompañado por la Reina y los Príncipes, se dirigirá al Salón Gasparini del Palacio Real, donde saludará a las diferentes autoridades políticas y militares invitadas.
   Posteriormente, el Rey, en su condición de jefe del Estado y capitán general de los Ejércitos y de la Armada, impondrá condecoraciones a varios militares. Tras la imposición, llegará el turno de los discursos en el Salón del Trono con la intervención del ministro de Defensa y del Rey.
   Por último, la Familia Real celebrará la tradición recepción a las autoridades asistentes, a la que, como viene ocurriendo desde 2009, no podrá acceder la prensa acreditada al acto institucional.