viernes, 23 de noviembre de 2012

El rey don Juan Carlos ha sido operado con éxito en la cadera izquierda

MADRID.- El rey don Juan Carlos fue operado este viernes noche, con éxito, de la cadera izquierda en un hospital de Madrid, según informó la Casa del Rey una vez concluida la intervención, que estaba programada.

El Rey Juan Carlos se recupera ya en el hospital Quirón San José de Madrid de la intervención quirúrgica para implantarle una prótesis en la cadera izquierda, que se ha prolongado durante 90 minutos, bajo anestesia general, y que ha resultado "plenamente satisfactoria".

Concluida con éxito la intervención, el monarca permanecerá toda la noche en observación postoperatoria, y el tiempo de hospitalización será determinado por el equipo médico, que emitirá un parte médico diario.

El monarca, de 74 años, ingresó a última hora de la tarde en el sanatorio para que le implantaran una prótesis en la cadera izquierda para hacer frente al desgaste que sufría por artrosis. La operación, bajo anestesia general, duró una hora y media y resultó "plenamente satisfactoria".

"Hoy sí que voy al taller", dijo el rey, de 74 años, al llegar a la clínica, donde lo esperaba un gran número de periodistas. Allí fue recibido por el traumatólogo Ángel Villamor, responsable de la operación. La reina Sofía y el príncipe Felipe acudieron después al hospital, mientras el rey era ya intervenido.

"Como él diría, el taller es muy bueno, los mecánicos también y el paciente es único", manifestó el Príncipe al abandonar el centro junto a la reina. "No le hemos podido ver, porque todavía está en postoperatorio, pero hemos hablado con el doctor Villamor y todo ha ido muy bien", sostuvo.


 La reina Sofía aseguró que volverá "mañana o pasado" (por el sábado o el domingo) a verlo.

Se trata de la tercera vez en siete meses que el monarca español pasa por el quirófano.

El pasado 14 de abril fue operado de la cadera derecha por el mismo traumatólogo en el mismo hospital tras la caída que sufrió en su polémico viaje de caza a Botswana. Diez días después tuvo que volver a pasar por el centro para que le recolocaran la prótesis, tras sufrir una luxación.

La operación de este viernes era menos complicada que la primera de abril, ya que entonces el Rey tenía rota la cadera. Según la Casa del Rey, la intervención se realizó con una "técnica mínimamente invasiva". Antes de ir el hospital, el Rey firmó, como todos los viernes, los decretos aprobados en el Consejo de Ministros.

Fue el propio don Juan Carlos quien anunció durante la Cumbre Iberoamericana que se celebró el viernes y el sábado de la semana pasada en Cádiz que tendría que volver a ser operado en breve. En Cádiz se lo vio cansado y desmejorado y durante la cita tuvo que ayudarse con muletas.

En los últimos cinco meses ha recorrido más de 70.000 kilómetros, en los viajes que ha realizado a Brasil, Chile, Rusia e India.

Los médicos le recomendaron que se sometiera antes a la intervención, pero él quiso posponerla para poder acudir a la cita de Cádiz con los jefes de Estado y de gobierno iberoamericanos.

Este lunes recibió a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, a quien ofreció un almuerzo en el Palacio Real de Madrid. Ese fue su último acto público oficial antes de la intervención, por la que estará ahora varias semanas para recuperarse. En previsión de esta operación, la agenda del monarca fue planificada de forma que tras el anuncio no hubiera que suspender ninguna cita importante, según fuentes de la Casa del Rey.

Esta es la sexta operación del Rey en dos años y medio. En septiembre de 2011, el monarca fue operado de una rotura del tendón de Aquiles. Tres meses antes, en junio de ese año, le implantaron una prótesis de rodilla. En mayo de 2010, a Juan Carlos le extirparon un nódulo pulmonar benigno.

El traumatólogo del Rey dará mañana sábado una rueda de prensa para informar personalmente de la operación.


El doctor responsable de la operación, Ángel Villamor, informará a las 11 de la mañana, de los detalles de la cirugía realizada y explicará la evolución médica del paciente en las doce horas siguientes a la intervención.

La monarquía española corteja a Latinoamerica para salvarse / Rafael de la Garza Talavera *

La vigéximosegunda Cumbre Iberoamericana, celebrada en Cádiz, confirma una vez más que las aspiraciones neocolonialistas de la monarquía española están hoy más fuertes que nunca. Con tintes rayanos en el dramatismo, el llamado de Juan Carlos para recibir ayuda "sonó casi como una súplica" 
 
La vigéximosegunda  Cumbre Iberoamericana, celebrada en Cádiz el 16 y 17 de noviembre, confirma una vez más que las aspiraciones neocolonialistas de la monarquía española están hoy más fuertes que nunca. Con tintes rayanos en el dramatismo, el llamado de Juan Carlos para recibir ayuda de los países latinoamericanos, según la nota de El País“…sonó casi como una súplica.” 

Por su parte Mariano Rajoy no se quedó atrás al afirmar frente a los mandatarios asistentes “Si en el pasado América Latina fue una oportunidad para Europa, hoy Europa es una oportunidad para América Latina”. Ahora resulta que la crisis en España representa una ‘ventana de oportunidad’ para Latinoamérica, región que según el malogrado Rajoy registra un “pujante crecimiento”.

El pujante crecimiento al que se refiera Rajoy es bastante discutible, tomando en cuenta que Latinoamérica, si bien ha registrado tasas de crecimiento del PNB (particularmente Brasil), sigue siendo una región con altos índices de marginación así como un crecimiento sostenido… de la pobreza. La mentira más parece una burla, que con el afán de estimular la inversión pasa por alto que en las últimas dos décadas las inversiones de capitales españoles en Latinoamérica han crecido como nunca. Según el propio Rajoy “…la inversión acumulada de España en Latinoamérica supera 115 mil millones de euros, de los cuales 7 mil millones fueron colocados en 2011”.

Lo que no dice es que las ganancias de los bancos españoles en México, como BBVA o Santander, son las más altas en todo el mundo. Pero no sólo los bancos gozan de la oportunidad de saquear a los países al sur del Rio Bravo. Las empresas en el sector energético también gozan de impunidad, bajos impuestos y enormes ganancias que no dejan más que pobreza y desastres ecológicos. Los negocios turbios de Repsol y otras compañías en la venta de energía eléctrica o en la exploración para localizar yacimientos de petróleo y gas representan otra fuente de enormes ganancias para los capitales españoles. 

Habrá que agregar la embestida reciente de capitales españoles contra comunidades en el sur de México, como San Dionisio del Mar, para obligarlos a rentarles sus tierras por una bicoca y colocar cientos de hélices gigantes que utilizan la energía eólica para generar electricidad. Con el apoyo de los gobiernos locales, estatal y federal, las compañías han demostrado su desprecio por la resistencia de las comunidades y han comprado voluntades a diestra y siniestra.

Un caso que demuestra como la casi súplica de los representantes de la burguesía española por atraer capitales latinoamericanos parece olvidar las ‘exitosas’ relaciones comerciales, por ejemplo, entre España y México es el caso del contrato que Pemex firmó este año con astilleros españoles para construir barcos-hoteles para el personal extranjero que trabaja en las plataformas petroleras en el golfo de México. La demanda de ese tipo de embarcaciones ha crecido como consecuencia de la participación de empresas españolas en la extracción del crudo. Los empleados extranjeros ni siquiera pisan el territorio mexicano sino que trabajan un tiempo en las plataformas y luego los mandan a descansar en hoteles flotantes para evitar que tengan que realizar trámites migratorios para descansar en tierra mexicana.

En lugar de realizar inversiones en las empresas nacionales para que los astilleros mexicanos cuenten con la capacidad de construir semejante tipo de embarcaciones, Felipe Calderón ha decidido ‘apoyar’ a los astilleros españoles con jugosos contratos que serán un precioso tanque de oxígeno para empresas al borde de la quiebra. Bien por los trabajadores españoles pero no hay que olvidar que los verdaderos beneficiados serán esos que hoy piden el rescate a gritos para mantener sus bolsas repletas de dinero.

¿Y qué va a hacer el reino de España para compensar el esfuerzo solicitado? ¿Va a evitar la discriminación a los visitantes mexicanos que lleguen a España? ¿Va a pedirles a los bancos que bajen sus comisiones leoninas por servicios a los usuarios mexicanos? ¿Obligará a las empresas del ramo energético que eviten depredar el ambiente y paguen precios justos por el gas, la electricidad y el petróleo? Claro que no. Incluso, disfrazados de corderos, el rey y su lacayo Rajoy no olvidan mencionar lo pernicioso que resulta para sus patrones la política de expropiaciones de Bolivia o Argentina. Al mismo tiempo que solicita a los países latinoamericanos que aumenten su inversión en España demanda seguridad jurídica para los capitales españoles en la región.

Los gritos de auxilio no lograron conmover a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien no tuvo empacho en recordarle a Rajoy que la experiencia latinoamericana para afrontar la crisis, hace veinte años, demostró que las políticas de austeridad –que aplica a rajatabla el primer ministro- empobrecieron aun más a la mayoría de los habitantes de Latinoamérica, como lo están haciendo con el pueblo español. Dichas políticas sólo sirvieron para aumentar la desigualdad y le abrieron paso a la situación de violencia social que hoy se vive en México y en buena parte de la región.

Así  las cosas, la Cumbre de Cádiz más parece un desencuentro anunciado –que confronta dos realidades cada vez más enfrentadas- que además recuerda otro, también en Cádiz pero a principios del silgo XIX, cuando diputados españoles y americanos se reunieron para formular la primera Constitución liberal en España. En ese entonces, la demanda de igualdad entre americanos y peninsulares se quedó en una promesa que hasta la fecha parece mantenerse en el limbo. Las acciones y discursos de los empleados de la burguesía española siguen viendo a los países de Latinoamérica como sus colonias y a sus habitantes como sus vasallos. 

A pesar de que el primer ministro español haya declarado sin rubor “… que América Latina es un ‘pilar fundamental’ del mundo occidental, y que para España ‘nunca ha sido periférica sino central’”, los latinoamericanos sabemos que tales declaraciones aparecen en un contexto caracterizado por el enorme temor que tienen los que apoyan la monarquía constitucional. Temen, y con razón, que está crisis mundial la entierre definitivamente abriéndole paso a una nueva república. No encuentro otra razón para que Juan Carlos y Mariano Rajoy, se rasguen las vestiduras casi con lágrimas en los ojos.

(*)  Politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México

Los riesgos penales de injuriar o calumniar en España a la Corona

MADRID.- El delito de injurias a la Corona, tipificado en los artículos 490 y 491 del Código penal español prevé penas de prisión de cuatro a 24 meses.

El delito de injurias a la Corona se encuentra recogido en la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código penal en su Título XXI, llamado Delitos contra la Constitución. En el Capítulo II se recogen los Delitos contra la Corona, en los que se incluyen:
-- Al Rey, o a cualquiera de sus ascendientes o descendientes, a la Reina consorte o al consorte de la Reina, al Regente o a algún miembro de la Regencia, o al Príncipe heredero de la Corona [...] art. 485.
En el punto 3º del arriba mencionado artículo 490 se establece que:
-- El que calumniare o injuriare al Rey o a cualquiera de sus ascendientes o descendientes, a la Reina consorte o al consorte de la Reina, al Regente o a algún miembro de la Regencia, o al Príncipe heredero de la Corona, en el ejercicio de sus funciones o con motivo u ocasión de éstas, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves, y con la de multa de seis a doce meses si no lo son.
Y en el 491:
1. Las calumnias e injurias contra cualquiera de las personas mencionadas en el artículo anterior, y fuera de los supuestos previstos en el mismo, serán castigadas con la pena de multa de cuatro a veinte meses.
2. Se impondrá la pena de multa de seis a veinticuatro meses al que utilizare la imagen del Rey o de cualquiera de sus ascendientes o descendientes, o de la Reina consorte o del consorte de la Reina, o del Regente o de algún miembro de la Regencia, o del Príncipe heredero, de cualquier forma que pueda dañar el prestigio de la Corona.