sábado, 13 de octubre de 2012

Ezker Anitza (IU) propondrá decidir entre monarquía o república


BILBAO.- Ezker Anitza (IU) elaborará una proposición de Ley, que llevará al Parlamento vasco resultante de las elecciones del 21 de octubre, en la que se instará al Congreso de los Diputados a la realización de un referéndum para que la ciudadanía elija entre un modelo de Estado monárquico o republicano.

 Mikel Aranana, líder de IU en el País Vasco, ha mostrado esta semana su propósito de ubicar a su partido en el "quinto espacio" dentro de la Cámara vasca, para instituirse como la "alternativa de izquierda real" en Euskadi.
   Arana ha criticado el discurso del resto de partidos que, a su juicio, se encuentran "centrados" en un debate acerca del modelo de Estado, lo que conlleva el "problema" de "orillar" las posibles soluciones a la crisis económica, la "principal" preocupación de los ciudadanos. 
En este punto, Arana ha hecho referencia a una encuesta del CIS en la que el 80% de los vascos se mostraban preocupados, en primer lugar, por la búsqueda de empleo, pese a lo que se empecina por priorizar esa proposición de ley revisionista.

Sacaluga: "No vamos a ir a buscar la crítica pero tampoco vamos a eludirla"


MADRID.- En uno de los momentos más delicados de la historia de la monarquía española desde la Transición, envuelta en escándalos como el caso Urdangarin o el viaje del jefe del Estado a Botswana, La 1 estrenó hoy Audiencia Abierta (sábado, 13.30 horas), un espacio informativo, presentado por Ángeles Bravo, en el que se pretende ofrecer al ciudadano una “cobertura informativa contextualizada y analizada de las actividades del Jefe del Estado, el rey, y el sucesor a la la jefatura del estado”, señala a Público su director, Miguel Ángel Sacaluga, también miembro del consejo de administración de RTVE a propuesta del PSOE. 
 
El programa ya ha levantado polémicas incluso antes de ser estrenado. Hay quien ve en esta iniciativa un intento de lavar la imagen de la jefatura del Estado que coincide con otros movimientos en este sentido como la renovación de la web la Casa Real o incluso el paseo del príncipe Felipe el pasado miércoles por las calles de Madrid. Sacaluga se muestra tajante en este aspecto: “Puedo entender que la gente tengas sospechas o que pueda pensar así. Pero no puedo entender que las críticas estén escritas ya, sin ver el programa”, señala el director, quien asegura que no eludirá posibles temas polémicas que tengan relación con el rey o el príncipe.
“Si llegan a producirse acontecimientos como el viaje a Botswana, por supuesto que informaremos. (...) No vamos a ir a buscar la crítica pero tampoco vamos a eludirla”, señala.

En un momento tan complicado para la monarquía, siempre en el punto de mira, y con TVE también en el disparadero, ¿qué te lleva a iniciar un reto como este?
Creo que una de las funciones de la televisión pública tiene que ser la difusión de los valores constitucionales y en esta difusión entra la información sobre las instituciones constitucionales y la monarquía es la primera que recoge la Constitución. Además, tenemos un mandato marco que rige la función de la televisión pública y que concreta que tenemos que informar de las actividades de estas instituciones. Ya hay un programa sobre las cámaras parlamentarias o las instituciones europeas. Es una labor de servicio público con información rigurosa y objetiva. 

¿La objetividad de la que habla comprende a la crítica? ¿O esta quedará fuera?
No vamos a ir a buscar la crítica pero tampoco vamos a eludirla. El espíritu crítico es consustancial a la actividad periodística. Cuando haya elementos de crítica pues se transmitirán estos elementos, pero siempre y cuando afecten a las actividades de la jefatura del Estado, es decir del rey y de su sucesor, el príncipe.

Si sucediese un episodio similar a la caza de elefantes del rey en Botswana, ¿su programa se haría eco de la polémica?
Si llegaran a producirse acontecimientos de este calado, por supuesto. Si esa es la actualidad y afecta a la jefatura del Estado vamos a informar. Igual que un tema de estos tiene un tratamiento en el informativo, pues nosotros también lo trataremos como el resto de los actos y las actuaciones de la jefatura del Estado.

 ¿Tendrán cabida informaciones de otros miembros de la familia real como el escándalo de corrupción en el que está envuelto Urdangarin?
Pues depende. El tema Urdangarin es muy amplio. El seguimiento puntual del proceso del caos Noos no veo en qué afecta a la jefatura del Estado. Si produjera efectos en la jefatura del Estado, que también es posible, pues entonces evidentemente sí.

El criterio de afectar o no la institución como tal es un valor muy subjetivo. El caos Noos que cita afecta a la Jefatura del Estado, como mínimo en cuanto a niveles de credibilidad.
Toda labor periodística tiene un punto de subjetividad. Cuando se analiza una información se destaca lo más importante y eso tiene un punto de subjetividad. Pero nuestro criterio es si influye o no en el funcionamiento de la institución. Creo que está bastante acotado. 

El estreno del programa llega en un momento delicado para la Casa Real y coincide en el tiempo con la renovación de la web de la Casa Real o incluso con el cambio de actitud adoptado por la Corona y que se refleja en el paseo del príncipe de ayer por Madrid ¿Entiende que haya sospechas de que este programa pueda servir para lavar la imagen de la monarquía?
Puedo entender que la gente tenga sospechas o que pueda pensar así. Pero no puedo entender que las críticas estén escritas ya, sin ver el programa. Aquí hay un segundo elemento fundamental, el proyecto del programa se presentó mucho antes de que sucediera todo esto. Había un vacío informativo sobre la actividad de la jefatura del Estado, igual que hay programa sobre el parlamento o un programa sobre las instituciones europeas. 

Será difícil satisfacer a todos los públicos.
Aceptaré con gusto todo tipo de críticas que tengan que ver con el producto teniendo en cuenta que el programa trata de hacer una cobertura informativa dentro de un mandato parlamentario. Soy consciente de que tendremos críticas por todos lados. Algunos consideren que es un acto de comunicación y otros porque dirán que no estamos abundando suficientemente a la Monarquía, pero esto es como siempre. Escucharé las críticas y trataré corregir cuando entienda que nos hemos equivocado pero también mantendré la línea si entiendo que no es una equivocación sino una opinión. Es muy difícil hacer una cosa y la contraria, y seguro que nos acusarán de ello. 

Concretando más, ¿qué recogerá vuestro primer programa?
Tratará el día de la Hispanidad y el papel constitucional del rey en Iberoamérica. Pero también hablaremos de muchas otras cosas como los actos de inauguración del curso escolar por los príncipes, lo que entiende la Constitución como las competencias generales del Jefe del Estado en una monarquía parlamentaria o las relaciones del rey con el Parlamento. Además, cada semana haremos un pequeño capítulo que recoja una pequeña parte de la historia de la monarquía constitucional, así como repasaremos otras monarquías como la de Gran Bretaña o Japón. 

Sí, vienen recogidas. Están las imágenes de los abucheos donde también explicamos los motivos de la protesta. Evidentemente, esta cuestión tampoco es el centro de la pieza porque tampoco fue el centro del acto, pero viene recogido.

Desde Ezker Batua-Berdeak se reclama la abolición de la Monarquía y se apuesta por el federalismo

SAN SEBASTIÁN.- La cabeza de lista de Ezker Batua-Berdeak por Bizkaia y candidata a lehendakari de la formación de izquierdas, Raquel Modubar, reclamó la abolición de la Monarquía y la implantación en España de un modelo federal solidario en el que «cada federación se rija por sus propias leyes, pero siendo solidaria con el resto». 

Asimismo, durante su intervención, Modubar instó a que el rey y su familia «dejen de ser unos mantenidos y expliquen al pueblo cómo han hecho su enorme fortuna», además de exigirles que «trabajen para ganarse la vida».
Por su parte, el cabeza de lista por Álava, José Navas se comprometió a presentar la próxima legislatura en el Parlamento vasco una iniciativa en defensa de una república federal solidaria.
Navas también acusó al PNV, PSOE, PP y EH Bildu de «hurtar» el debate social durante la campaña electoral con el objetivo de «esconder» los efectos de la crisis a los ciudadanos y también para evitar que la ciudadanía pueda «contraponer» los distintos proyectos políticos.
Según reprochó, esos cuatro partidos celebran este viernes «el día de las banderas» en período de crisis económica donde «se han traspasado todas las líneas rojas en recortes sociales y laborales, y en la privatización de servicios públicos fundamentales».
Ambos dirigentes de EB hicieron estas declaraciones en la conferencia pronunciada por el escritor y periodista Antonio Álvarez Solís con el título «Federalismo y República en tiempos de crisis».

La Corona pierde la cabeza / Federico Jiménez Losantos *

Siendo penosa, antidemocrática y rabiosamente anticonstitucional la bronca del Rey ayer al Presidente del Gobierno por tener a Wert como ministro y a Wert como ministro del Gobierno de España (cinco horas después, desmentida a medias por la Casa Real) aún fue peor la reedición en papel cuché del Príncipe de Asturias del tomo en rústica de su padre.

Al Rey, despóticamente entrometido, puede excusársele –si es que queda alguien que lo quiera- por el desgaste propio de los años, el peso de su oscura fortuna o las malas compañías, íntimas cuanto onerosas. Pero al Príncipe puede achacársele algo mucho peor: seguir la torcida senda de su padre, que se resume en halagar a la izquierda y el separatismo mientras se preocupa de silenciar a la derecha nacional. El intolerable comportamiento del Rey ayer fue la prueba de que esta corona no merece la Jefatura del Estado. La locuacidad desnortada del Príncipe augura que el futuro Jefe del Estado Español no llevará corona, si ésta es incapaz de conservar la cabeza y de guardarle el respeto debido a la nación.

En los últimos años, por razones de mera prudencia histórica –el ya lejano fracaso de las dos repúblicas- y de razonable precaución nacional –el Rey como último valladar político y militar frente al separatismo- hemos querido mantener la esperanza de que el Príncipe no seguiría el camino de baldosas doradas que su padre transita desde el 23F de 1981 y la llegada del PSOE al Poder en 1982.

Las maneras educadas que suelen mostrar los Príncipes, lejos de la falsa campechanía del Rey, no hacen difícil –aunque siempre no resulte fácil- este trato cortés. Sin embargo, ayer Felipe asumió como propias tan groseras mentiras, tan burda colección de majaderías progres, que comprometió, sin necesidad, a la propia institución cuya continuidad debe asegurar. Si lo que el heredero del Trono quiere mantener es esta Corona que su padre ha convertido en coartada vagamente medieval de una política rabiosamente antinacional, tal vez disfrute del afecto de su familia. Del cargo, le va a resultar dificilísimo.

Mediante la fórmula oscurantista del off the record, es decir, del secretismo a voces y del discreteo indiscreto, el Príncipe dijo ayer, según El País - órgano oficioso de la Zarzuela, corroborado por las agencias y demás medios- que "Cataluña no es un problema". ¿Pero en qué país vive Felipe? Debe de ser el único que no se ha enterado del abierto separatismo catalán, porque hasta su padre firmó hace pocos días en la web de la Casa Real una torpe disquisición sobre galgos y podencos en la que exhibía una cobarde cuanto inútil equidistancia entre españoles y antiespañoles.

Pero el hijo fue ayer aún más lejos que el padre: "Confío más en la Cataluña real que en la espuma que estamos viendo con lo que hacen unos y otros". O sea, que la manifestación por la independencia promovida por la propia Generalidad, el espectáculo secesionista del Nou Camp, la votación en el Parlamento catalán de un referéndum separatista, la aún más apabullante votación en el Parlamento Nacional declarando ilegal ese referéndum, la salida a la calle en el mismo momento en que el Príncipe desvariaba ante los periodistas de decenas de miles de catalanes contra el proyecto separatista de Artur Mas no son manifestaciones de la Cataluña real, ente esquivo, invisible para la mayoría de catalanes y españoles, sólo al alcance intelectual de Don Felipe.

Puesto a meterse en jardines y pisar arenas movedizas, el Príncipe aseguró que hay catalanes que "no encuentran siglas para su opción política". No sé tanto como él de la Cataluña real pero hasta donde sé esos insatisfechos pueden formar el partido que quieran y con las siglas que les dé la gana. En cuanto a opciones políticas, hoy en Cataluña hay dos: independizarse de España o continuar formando parte de ella. "La Casa Real seguirá haciendo lo que hemos hecho siempre", añadió el Príncipe. O sea, nada.

Pero lo peor es eso de "lo que hacen unos y otros". Lo que hacen unos es atacar a España y lo que hacen otros es defenderla. Si al Príncipe de Asturias le parecen actitudes política y moralmente similares, si el heredero del Trono de España piensa que su tarea es mantener la misma distancia con los que atacan y los que defienden esa nación que él debería cuidar, siquiera para reinar en ella, reconozco que me he llevado un chasco. Me equivoqué al pedir que su progenitor, cómplice de Zapatero y Mas en el Estatuto de Cataluña que ha destruido el régimen constitucional, abdicara en un Príncipe libre de ataduras y negocios.

No hay atadura más fuerte que la intelectual ni peor negocio que la obcecación dinástica. Si la abdicación supone la continuidad política y no sólo institucional, puede seguir el Rey atropellando la nación española y protegiendo el naciente Estat Catalá. No será por mucho tiempo ni le queda demasiado al Príncipe para rectificar. Si no lo hace, acaso dentro de poco le sobren horas para pensarlo. Hoy, mi obligación es avisar lealmente, como español, de que una corona sin cabeza acaba siendo, fatalmente, una cabeza sin corona.

(*) Profesor de Enseñanza Secundaria

http://blogs.libertaddigital.com/blog-de-federico/la-corona-pierde-la-cabeza-11668/

La reina doña Sofía también activa su agenda

MADRID.- La Reina Doña Sofía viajará la semana próxima a Bolivia con el objetivo de poner de relieve el compromiso de la cooperación española desde hace más de 20 años con uno de los países más pobres de América Latina.

A pesar de que España ha reducido casi a la mitad la ayuda oficial al desarrollo que destina a Bolivia desde el año 2010, al menos hasta este año --las previsiones para 2013 se desconocen-- seguía siendo su principal proveedor en esta materia, con 32,7 millones de euros desembolsados.
Los recortes en la política de cooperación motivados por la crisis y que comenzaron en la última etapa del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero han empujado al actual Ejecutivo a reducir el número de países a los que se dirigen los fondos españoles.
Bolivia se salva de la criba y seguirá siendo un país prioritario para España --a pesar de que se reduzca el volumen de ayudas-- y ése es precisamente el mensaje que nuestro país pretende trasladar con este viaje de cooperación de la Reina.
Este será el quinto desplazamiento de Doña Sofía a Bolivia, pero el primero que haga centrado exclusivamente en la cooperación.
Doña Sofía llegará a La Paz en la tarde del lunes acompañada por el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia.
El martes 16 de octubre será recibida por el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien esa noche ofrecerá una cena en honor de la Reina. Doña Sofía explicará a Morales el contenido y objetivos de su visita, pero no entrará a abordar con él otros asuntos de carácter político, pues ése no es su papel, explican fuentes diplomáticas.
La Reina tendrá el miércoles un día especialmente cargado de actividades. Comenzará reuniéndose con una treintena de cooperantes españoles que trabajan en La Paz, visitará una escuela financiada por nuestro país, se desplazará a los Templos Sagrados de Tiwanaku en señal de respeto a la historia y cultura bolivianas e inaugurará el Centro Cultural de España en La Paz.
Un día después se entrevistará con el gobernador del departamento de Santa Cruz y visitará el proyecto de rehabilitación que la cooperación española apoya en el Conjunto Misional de San José de Chiquitos, donde se han descubierto importantes pinturas murales.
La Reina también visitará en la misma localidad de San José de Chiquitos una escuela taller financiada por España que ofrece formación en oficios tradicionales relacionados con la conservación del patrimonio cultural y natural.
Doña Sofía pondrá punto y final a su viaje visitando un centro de formación ocupacional de jóvenes discapacitados e inaugurando un proyecto de mejora y ampliación del sistema de agua potable y alcantarillado en Santa Cruz de la Sierra financiado por el Fondo Español para Agua y Saneamiento que pretende extender el acceso al agua potable en las zonas más pobres de América Latina.
Desde su lanzamiento en 2008, España ha invertido en Bolivia, con cargo a este fondo, en torno a unos 90 millones de euros.

Infanta Elena: «Este momento tenía que llegar»

MADRID.- En su posición como heredero a la Corona, el papel institucional de Don Felipe va adquiriendo cada vez mayor notoriedad. Dentro de sus límites constitucionales,  sí se han podido ver algunos signos, como el pasado julio cuando  estuvo con Su Majestad el Rey presidiendo la Comision de Defensa Nacional, y en los últimos años ha adquirido una mayor responsabilidad al acudir a la toma de posesión de los líderes iberoamericanos, recuerda hoy 'La Razón'. 

Ayer, Zarzuela dio un paso más en la significación de Don Felipe como futuro Rey.  La Infanta Elena podrá acudir a los actos oficiales de mayor solemnidad, pero no se colocará junto a la Familia Real, como se pudo observar. Rey y Príncipe, y por tanto, Reina y Princesa, serán los únicos representantes en la tribuna principal. 
Siguiendo la misma línea, la Infanta tampoco participará en el tradicional besamanos, aunque sí mantendrá la misma agenda de actividades que ha desarrollado hasta ahora. 
De hecho, Doña Elena llegó a la plaza de Neptuno de Madrid, poco antes de que lo hicieran los Reyes y los Príncipes de Asturias. Y no estuvo en la línea de saludo en la recepción posterior al acto que se ofreció en el Palacio Real.  
A partir de ahora, según anunciaron ayer desde la Casa Real, en un gesto de priorizar la presencia del Príncipe como heredero de la Corona, Doña Elena no participará en los actos oficiales de mayor solemnidad junto a la Familia Real. Lo que no cuestiona en ningún momento su pertenencia a la misma, y seguirá teniendo su agenda de actividades oficiales. Tampoco formará parte de la protocolaria sucesión de saludos, que tradicionalmente se conoce como besamanos. 
Doña Elena se mostró muy sonriente y cercana con los periodistas en la recepción posterior al desfile, y aseguró que «este momento tenía que llegar».  

Iñaki Urdangarín sigue apartado por la Casa Real aunque mantiene sus privilegios como Duque de Palma

MADRID.- Iñaki Urdangarín fue apartado de los actos oficiales el pasado diciembre por decisión del Rey y del propio Duque de Palma. Así, aunque seguiría siendo parte de la Familia Real, pues solo saldría de ella por medio de la Infanta Cristina, no participaría en los actos oficiales, recuerda www.bekia.es

10 meses después de que Casa Real calificara el comportamiento del Duque de Palma como "no ejemplar" y de que fuera imputado por su responsabilidad al frente del Instituto Nóos y sus negocios privados, Iñaki Urdangarín mantiene sus privilegios.
Iñaki Urdangarín tomó el puente aéreo entre Madrid y Barcelona; para tomar el vuelo entró por la puerta de autoridades y fue escoltado. Una vez en el avión se sentó en la sexta fila.

Al llegar a Barcelona le esperaba un coche a pie de pista con el que desapareció para no mezclarse entre los viajeros que volaron en su mismo avión, dejando patente que Iñaki Urdangarín sigue manteniendo privilegios pese a su ostracismo en la Familia Real Española.

Este ostracismo sí se materializa en público, pues este 12 de octubre no asistió a los actos del Día de la Hispanidad 2012, como tampoco lo hizo la Infanta Cristina, que unió su suerte a la de su esposo al apoyarle incondicionalmente.

La Monarquía española trata ahora de no perder pié y recuperar imagen pública

MADRID.- En un país desgarrado por la crisis y por una ola de independentismo sin precedentes, el rey de España Juan Carlos I intenta mejorar la imagen de la familia real, empañada por los escándalos, y participa en el debate político erigiéndose como garante de la unidad nacional.

En una carta abierta publicada el 18 de septiembre en la web de la Casa Real, una forma de comunicación inédita hasta ahora, Juan Carlos advierte contra el peligro de las "divisiones" y las "quimeras" que podrían "arruinar" los esfuerzos del pasado.
Un mensaje claramente político y directamente interpretado como una advertencia a Cataluña, teatro de una importante ola independentista apoyada por el presidente de la región, Artur Mas.
Según la periodista y escritora Pilar Urbano, el rey "ha querido arrimar el hombro".
"Es precisamente porque ha pasado unas horas muy bajas que tiene que remontar. Y una manera de remontar es ejerciendo el liderazgo moral, la autoridad ética", asegura la periodista.
"Yo pienso que se está ganando el sueldo con estos avisos", añade, más aún en un contexto de crisis y austeridad impuesta por el gobierno que ha desencadenado un aluvión de críticas contra una costosa monarquía.
En los últimos meses, Juan Carlos, respetado por haber conducido la transición democrática tras la dictadura del general Franco en 1975, vio su imagen degradarse por varios escándalos.
El más importante es un caso de corrupción en las islas Baleares en el que está involucrado su yerno, Iñaki Undargarín, casado con su hija menor Cristina.
La pareja ya ha desaparecido de las fotos y encuentros oficiales, como el de este viernes, durante el desfile militar con motivo de la fiesta nacional.
En abril Juan Carlos también tuvo que presentar disculpas públicas, algo sin precedentes hasta entonces, tras sufrir un accidente en Botsuana que reveló que estaba en ese país cazando elefantes, un viaje muy caro pagado con dinero público en plena crisis económica y de drásticas medidas de austeridad.
También fue muy simbólica la foto de Juan Carlos tropezando y cayendo al suelo, una imagen que circuló por internet y provocó sarcasmos entre los internautas.
Para tratar de remediar la situación, la Casa Real lanzó un nuevo portal en internet, poniendo el acento en el linaje real, su proximidad con los ciudadanos y en "la transparencia".
A finales de septiembre, la Casa Real, que por primera vez en 2011, poco después de que comenzara el "caso Undargarín", hizo públicas sus cuentas, anunció una reducción del 4% de su presupuesto en 2013, a 7,93 millones de euros, siguiendo la tendencia del presupuesto del estado.
En julio, ya había anunciado una reducción de 7,1 % (20.910 euros) del salario del rey, hasta entonces de 292.752 euros anuales incluyendo gastos.
Aunque la familia real no consigue conservar la imagen de un clan unido, intenta mantenerse cercana al pueblo, como cuando el príncipe heredero Felipe, de 44 años, recorrió el miércoles a pie las calles de Madrid.
En una iniciativa inédita, a partir de hoy sábado, la televisión pública dedicará un programa semanal a la familia real "con carácter claramente informativo" de media a hora.
Refiriéndose a lo que podría declarar el Rey en el programa, un lector escéptico comentaba en la web del diario El Mundo: "¿Lo hará con el corazón en la mano? ¿Reconocerá a cuanto asciende su fortuna y aconsejará como incrementar los ahorros? ¿Hablará claramente de la situación de su yerno? ¿Reconocerá a sus supuestos hijos, entregando su ADN? De lo contrario, sólo será algo que no interesará a nadie, de falsedades y engaños ya estamos hartos".

Aguilar Rancel: 'Si la Familia Real no ocupa su espacio, lo ocuparán los políticos'


MADRID.- Es historiador de la Música -tiene publicados varios trabajos- y desde niño tiene un interés por todo lo que rodea a la Monarquía aunque no pensaba que terminaría escribiendo un tratado sobre ella. Sin embargo, una peculiar concatenación de circunstancias -narrada con todos los detalles en el libro que ha escrito junto a Óscar Hernández- hizo que acabara en sus manos uno de los ensayos del recientemente fallecido Eric Hobsbawm, La invención de la tradición. Tradición, un concepto del que ha prescindido la Monarquía de don Juan Carlos en la práctica totalidad de sus facetas: Un inmenso error, según el canario Miguel Ángel Aguilar Rancel, para quien una recuperación razonable y dimensionada de cierta representatividad simbólica y una vuelta a las esencias serviría para que la Institución recupere una popularidad y respeto entre los españoles. Lo entrevista 'La Gaceta'.

-¿Por qué se sitúa la Monarquía actual española en las antípodas de lo que tiene que ser una Monarquía?
-De entrada, está el gusto personal del rey y la reina por la simplicidad. Eso influye. Luego, por parte de ellos y de sus primeros asesores, tal vez había un elemento de cálculo político en el sentido de pensar que un perfil bajo, tanto cualitativo como cuantitativo, haría más popular a la Monarquía. Se han equivocado.
 
-También había una voluntad nunca ocultada de ruptura con el pasado.
-Pensaron que empezaban ex novo porque había un disgusto con el conde de Barcelona, desde el momento en que don Juan Carlos acepta ser sucesor de Franco a título de rey. Tampoco se puede obviar la ruptura con lo anterior.
-En la Constitución: “Don Juan Carlos de Borbón, heredero legítimo de la dinastía histórica...”
-Y lo es: heredero legítimo del heredero legítimo de Alfonso XIII. También tengo la impresión de que en esos momentos -los inicios de la Transición- los políticos y los asesores de la Casa Real tenían un background franquista; no eran personas vinculadas emocionalmente con la Monarquía. Ni Adolfo Suárez, ni Torcuato Fernández-Miranda, ni Sabino Fernández-Campo.
-¿Cómo actuaban?
-Por realismo y por lealtad política. No sabían lo que era una Monarquía occidental y no creo que les interesase particularmente. Y algunos que han seguido en la Casa del Rey funcionan más como asesores políticos que como oficiales de una Monarquía. Eso ha tenido relevancia en el diseño de un modelo como el que tenemos en este momento.
-¿Qué tiene de franquista el ritual de la Monarquía actual española?
-Se han perpetuado varios rituales.
-¿Como cuáles?
-El día de las Fuerzas Armadas, el día de San Fernando o la Pascua Militar.
-Esta última la creó Carlos III.
-Sí, pero Franco instauró rituales nuevos y desempolvó algunos de la Restauración. Y los monarcas actuales fueron a beber a los que había justo antes, es decir, los rituales de Franco, recuperados o no de la Restauración. Una vez recuperados, se han adaptando al nuevo desarrollo institucional del país. Unos se quedan y otros desaparecen como la celebración oficial de la onomástica real.
-La recepción que se ofrecía en el palacio de Oriente el día de san Juan acabó teniendo un tufillo cortesano (la misma gente, todos los años, y en el mismo sitio), justo lo que don Juan Carlos y doña Sofía querían evitar.
-Esas son los motivos que entonces invocó la Zarzuela y no acertaron. Me parece una bobería.
-¿Por qué?
-Vamos a ver, la Monarquía es una institución pública y tiene que estar en contacto con las élites en el sentido más amplio del término. En todas las monarquías occidentales, y también en la japonesa, varias veces al año el Soberano y su familia se reúnen con representantes sociales: recepciones de Año Nuevo o al Cuerpo Diplomático, por ejemplo. Hay muchas formas para que la Institución que representa al Estado y a la Nación esté en contacto con las élites políticas, económicas y culturales.
-¿Tan importante es seducir a las élites?
-Hay historiadores que afirman que la pérdida de contactos con las élites ha sido decisiva en las caídas de monarquías como la francesa en 1789, la rusa en 1917 o la italiana en 1946. Pasaron a un ámbito de excesiva privacidad. Es una lectura como otra cualquiera pero la Monarquía es una institución pública.
-Usted critica la renuncia a la tradición y la asepsia simbólica, pero está bien en las monarquías en las que no ha habido interrupción. ¿No se imponía en España una ruptura con el pasado en las formas monárquicas?
-No se puede construir una Institución renunciando a lo que es su esencia. En el caso de la Monarquía, se trata de una institución representativa, de carácter moral pero también simbólico. Renunciar a las formas que le dan sentido no lleva a ninguna parte. Es la consecuencia de un cálculo político errado. En el momento en que empezaron a reinar, la gente estaba en situación de esperar un modelo monárquico occidental clásico, como en los Países Bajos o Dinamarca.
-¿Está diciendo que se tenían que haber ido a vivir al palacio de Oriente?
-Sin duda.
-¿Hubiera entendido la sociedad española un hipotético traslado a ese palacio?
-Perfectamente. La gente que no esperaba nada, no lo sé. En cambio, los que esperaban algo, hubiesen apreciado que se instalasen allí: al fin y al cabo, el Palacio Real es la residencia metropolitana de la Monarquía española. Además, hay suficientemente espacio como para hacer unos apartamentos modernos.
-Entonces no solo se alegó la necesidad de un cambio radical de estilo sino también medidas de seguridad.
-Fue una excusa: muchas residencias reales y gubernamentales en Europa están ubicadas en el centro urbano. ¿Problemas de seguridad? Siempre los hay pero se pueden contrarrestar con nuevas medidas.
-El debate resurgió cuando se construyó la actual residencia del príncipe de Asturias: unos dicen que tenía que haberse ido a vivir a un edificio histórico de la Monarquía española; otros, sin embargo, argumentaron que los príncipes de Asturias siempre han innovado en materia arquitectónica.
-Puede. Pero la residencia actual es de un gusto arquitectónico pésimo. Además, supuso un enorme gasto cuando se pudo haber adaptado otros edificios de Patrimonio Nacional. La innovación estaría bien si se tratase de una arquitectura de calidad. Pero es que esa arquitectura no innova nada. Fue otra de las malas opciones que tomó la Zarzuela.
-¿Qué consecuencias ha tenido?
-Supone, entre otras cosas, una suerte de lastre: ¿qué va a hacer el príncipe cuando suba al Trono? ¿Seguir viviendo en ese edificio vulgar o cambiarse a la Zarzuela que también es vulgar?
-Habla de vulgaridad y de asepsia simbólica. Sin embargo, esa sencillez proyectada por los reyes les ha granjeado mucha popularidad; al menos, hasta los últimos escándalos.
-Sí, se ha aducido con frecuencia. Es verdad que les ha funcionado porque lo han vendido como tal. Lo cual no quiere decir que habiendo elegido otro modelo este hubiera sido igual de cordial: un poco de esplendor y de respeto de las formas, cuando las circunstancias lo requieren, no están en absoluto reñidos con la cordialidad. Si eso se presenta de forma normal desde el comienzo, la gente lo hubiera podido aceptar.
-¿No ha servido el modelo de comunicación que se ha venido siguiendo desde 1975?
-Me temo que el modelo -fruto de un cálculo político y de la forma de ser de los reyes- era cortoplacista: ahora se ha visto que España es un país sin monárquicos. Pero no habrá monárquicos sin los signos externos de una Monarquía.
-Hace pocos días, en el acto de entrega de la Laureada de San Fernando, ceremonia tradicional donde las haya, la princesa de Asturias parecía aburrirse.
-Pues tendrá que aprender a no aburrirse. Alguna de sus funciones serán así No debería quedarle otra que ese tipo de funciones tradicionales, por reducidas que sean; algunas tendrá que desempeñar. También las desempeñan el presidente francés o el italiano. Forman parte de las tareas de un jefe de Estado.
-¿Dedica demasiado tiempo el príncipe de Asturias a los foros tecnológicos y poco a actos más propios de la Monarquía?
-No lo sé. En todo caso, la imagen le ha venido dada por la Casa de su padre y el no ha hecho sino insertarse dentro de esa dinámica. Creo que desempeña sus funciones con dignidad, aplomo y cordialidad pero es lógico que no haya adoptado lo que no ha visto.
-¿Qué aportaría esa vuelta a la tradición por la que usted aboga?
-Mucho. Lo que pasa es que con esta crisis no es el momento. Ahora, una recuperación dimensionada -insisto en lo de dimensionada- de tradiciones la gente lo interpretaría en clave de coste. Sin olvidar que es una labor que han dejado pasar durante mucho tiempo. Suponiendo que se lo plantearan -no lo tengo nada claro- no puede ser ahora.
-¿Se podrá?
-En un panorama económico más saneado, se podría, si los nuevos reyes lo consideran oportuno y sí se cuestionan por qué España es un país de juancarlistas y no de monárquicos.
-¿No habría que echar un poco de culpa una sociedad española, pasota y reacia a todo lo que huela a ceremonia a tradición?
-Por eso digo que habría que hacerlo muy poco a poco. España parece algo pasota, sí, pero las poblaciones se convierten un poco a lo que se les acostumbra. Y no cabe esperar de las Monarquías lo mismo que de los políticos.
-¿Y ninguna de las novedades ha aportado algo positivo?
-El príncipe de Asturias, por lo menos, tiene un punto de reserva que evita la excesiva campechanía del rey.
-¿Ha sido contraproductiva la campechanía?
-A largo plazo, sí. Recordemos los graves incidentes -los de las quemas de banderas- de finales de 2009, en los que se dieron unos insultos a la Institución impensables en cualquier otro país europeo. En una de las algaradas, unos manifestantes pusieron boca abajo un retrato del rey en el que se podía leer El Campechano.
-La campechanía puede generar una simpatía o un cariño...
-... a corto o medio plazo, un cariño personal al rey, sí, pero, a largo plazo, le hace perder respeto a la Institución.
-Siguiendo con el respeto, la princesa se queja de que se habla mucho de sus trajes y tacones y poco de su actividad. ¿A qué se debe?
-Puede tener razón pero siempre habrá una prensa a la que le interesará su aspecto y su imagen porque la imagen es parte de la Monarquía. Por otra parte, ¿en manos de qué periodismo está la Monarquía en este momento? De la prensa del corazón.
-O sea, que sobran cronistas sociales y faltan analistas políticos de la Corona como un Nicholas Witchell en la BBC o un Christian Laporte en Bélgica.
-Absolutamente. En las tertulias políticas, los comentaristas hablan de todo pero, como la Monarquía no les interesa, cuando hablan de ella, no saben nada.
-¿No es la Monarquía política al fin y al cabo?
-Sí, por eso tendrían que saber algo. Por otro lado la prensa del corazón es un foro tóxico que se caracteriza por la ignorancia, la desinformación brutal y por la banalización de la Institución. Y eso que los especialistas existen pero no se les llama.
-¿Se debe a la campechanía que la clase política se tome ciertas libertades para con el rey? Hacerle esperar dos horas para comer, como hicieron los presidentes autonómicos en 2005...
-....y además el rey los recibió con carcajadas. Todo un síntoma.
-Esa campechanía también sirvió para meterse a muchos políticos en el bolsillo durante la Transición.
-Es cierto pero me parece que esa variable se ha magnificado esa variable cuando lo importante en el rey es su compromiso con la democracia y su amor a España. Solo con eso, se ha ganado a mucha gente.
-¿Se podrá seguir ganando a tanta gente con tan pocos miembros de la Familia Real en activo?
-Será más complicado por la sencilla razón de que la Monarquía es una institución familiar y si bien cada soberano impone su impronta, tampoco podemos convertirla en algo que no es. Con una Familia Real tan reducida la Corona dispone de menos posibilidades para mostrarse en público. Si la Monarquía no ocupa un espacio, lo ocuparán los políticos.