viernes, 12 de octubre de 2012

Un millar de invitados en la tradicional recepción del Palacio Real por la Fiesta Nacional


MADRID.- Alrededor de un millar de invitados han asistido este viernes a la tradicional recepción que los Reyes ofrecen cada año en el Palacio Real con motivo de la celebración del 12 de Octubre, Día de la Fiesta Nacional.

   Representantes institucionales y de la sociedad civil, políticos, diplomáticos, militares, empresarios y periodistas han compartido un vino español con los miembros de la Familia Real, con los que han tenido ocasión de conversar de forma informal.
   Por primera vez desde 2009, los duques de Palma no han participado en los actos de celebración del Día de la Hispanidad. Hoy se cumple exactamente un año desde su última aparición en un acto oficial de la Familia Real, de cuya agenda se mantienen apartados con motivo de la imputación de Iñaki Urdangarin en el 'caso Nóos', que investiga los contratos presuntamente irregulares que firmó con administraciones públicas.
   Otra novedad la ha protagonizado la Infanta Elena, que, si bien ha presenciado el desfile militar y participado en la posterior recepción en el Palacio Real lo ha hecho desde un papel institucional completamente nuevo.
   La primogénita de los Reyes no ha visto el desfile desde la tribuna presidencial, junto a sus padres y los Príncipes de Asturias, sino que se ha sentado en la tribuna de autoridades, justo al lado del líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.
   En la recepción, tampoco ha recibido junto a los Reyes y los Príncipes al resto de autoridades en el tradicional besamanos en el Salón del Trono. Esta línea de saludos ha sido algo más larga que la del año anterior -que se acortó para evitar que el Rey estuviese demasiado tiempo de pie, pues había pasado poco más de un mes de su operación del tendón de Aquiles pero se ha reducido a unos 150 invitados, en lugar de extenderse a la totalidad de ellos como en ediciones anteriores.
   Así, han saludado a los Reyes y los Príncipes en el besamanos, por este orden, el presidente del Gobierno y el resto del gabinete, a excepción del ministro de Economía, Luis de Guindos, que participa en la reunión del FMI en Japón.
La Casa del Rey ha introducido pues otra novedad en el protocolo de esta recepción, que previsiblemente sentará precedente para las próximas ediciones: los reyes y los príncipes han protagonizado la tradicional bienvenida en el Salón del Trono, con saludos uno a uno a los invitados, pero no a los cerca de un millar que han acudido, sino sólo a una representación institucional mucho más reducida. 
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los integrantes de su Gabinete -sólo se ha ausentado Luis de Guindos- han abierto hoy esta línea de saludos, en la que han participado los representantes del Congreso, el Senado, el Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial, así como el fiscal general del Estado, la Defensora del Pueblo y el jefe del Estado Mayor de la Defensa.
Entre otros, también han sido recibidos por los reyes y los príncipes en este saludo protocolario los presidentes de las Comunidades de Aragón, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Madrid, Murcia, Navarra, Castilla-La Mancha y el de la ciudad autónoma de Ceuta, además de la alcaldesa de la capital y el nuncio del Vaticano, como decano del cuerpo diplomático. 
   La delegación del poder judicial estaba compuesta por los principales representantes del Tribunal Constitucional, el Supremo y el Consejo General del Poder Judicial, tras la que han pasado los presidentes autonómicos de Madrid, Ignacio González; Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal; Extremadura, José Antonio Monago; Navarra, Yolanda Barcina: Aragón, Luisa Fernanda Rudi, Castilla y León, Juan Vicente, y el de Ceuta, Juan Jesús Vivas.
   Tras ellos han saludado a los Reyes y los Príncipes la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; altos representantes del Consejo de Estado; el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce; la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, y el vicepresidente del Parlamento Europeo, Alejo Vidal-Quadras.
  A continuación, han pasado el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias; el Nuncio de la Santa Sede en España, Renzo Fratini; los presidentes del Congreso y del Senado, Jesús Posada y Pío García Escudero; miembros de las Mesas de las dos Cámaras y los portavoces en el Congreso del PP, Alfonso Alonso; PSOE, Soraya Rodríguez, y UPyD, Rosa Díez.

El Príncipe, convencido de que Cataluña "no es un problema"


MADRID.- El Príncipe de Asturias se ha mostrado hoy convencido de que Cataluña "no es un problema" y ha hecho un llamamiento a los responsables políticos para que contribuyan a "rebajar la tensión" de los últimos días.

   En una conversación informal con periodistas durante la tradicional recepción en el Palacio Real con motivo del Día de la Fiesta Nacional, ha subrayado que la tensión actual deben resolverla "con responsabilidad" los políticos.
   Eso sí, la Corona, como ha hecho hasta ahora, está dispuesta a contribuir también con responsabilidad a la búsqueda de una solución, ha dicho, si bien ha reconocido que el ambiente preelectoral no favorece esta tarea de rebajar la tensión.
   Preguntado por el aparente aumento de los ciudadanos catalanes que defienden la independencia, el Príncipe ha subrayado que Cataluña es una sociedad muy plural y ha señalado que él confía más en la Cataluña "real" que en toda esta "espuma" de imágenes y declaraciones que en los últimos días están dando la imagen de un territorio distanciado del resto de España.
   En su opinión, en estos días estamos viendo manifestaciones de una parte de la sociedad catalana que no representa la totalidad de esa sociedad y ha apuntado que quizás entre los catalanes hay quienes aún no han encontrado unas siglas políticas con las que se identifiquen plenamente.
   El Heredero de la Corona ha sido prácticamente el único que se ha mostrado dispuesto a intercambiar impresiones con los periodistas sobre la deriva soberanista en Cataluña. Al Rey también se le ha preguntado pero ha desviado la pregunta. "¿Sevilla?", ha respondido con guasa a un periodista que quería conocer su opinión al respecto. "No me vais a sacar una palabra", ha dicho en otro momento.
El Rey ha aplaudido la sobriedad y austeridad que ha caracterizado este año el tradicional desfile militar por el Día de la Fiesta Nacional, ya que así ha estado "acorde con los tiempos" de crisis económica por los que atraviesa España.
   En conversación informal con los periodistas en la recepción posterior en el Palacio Real que ha seguido al desfile, Don Juan Carlos ha afirmado que, a pesar de la austeridad -- no ha habido carros de combate ni aviones-- el desfile ha estado "muy bien" y se ha organizado "justo con lo necesario".
Tan solo se ha animado a conversar un poco más cuando se le ha preguntado por el viaje que en diez días hará a la India, acompañado por una delegación de empresarios que buscan oportunidades de negocio en el país.    
Ese desplazamiento es "muy importante" y pretende abrir oportunidades para las empresas españoles en sectores como las infraestructuras y las energías renovables, ha avanzado el monarca.
El Rey también ha saludado la concesión del Nobel de la Paz a la UE. "Todo lo que sean premios está bien", ha señalado.
   Ni el presidente del Gobierno ni sus ministros, con la excepción del ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, han querido hacer declaraciones sobre Cataluña. Tampoco el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba.
   Don Felipe también ha intercambiado opiniones con la prensa en torno a la crisis y sobre la inesperada concesión a la UE del Premio Nobel de la Paz.
   Con respecto al primer tema, se ha referido a la necesidad de buscar un equilibrio para lanzar mensajes optimistas a la ciudadanía sobre la superación de la crisis, pero con mesura pues hay mucha gente que lo está pasando muy mal.
   Sobre el Nobel de la Paz a la UE, ha reconocido que este premio siempre es inesperado y ha señalado que es posible que algunos ciudadanos europeos, como los griegos, les cueste entender su justificación. Para él, el galardón supone una apuesta por el impulso y el futuro de Europa.

La Familia Real preside los actos de la Fiesta Nacional española en un clima de austeridad


MADRID.- El acto central del Día de la Fiesta Nacional, presidido por la Familia Real y el más austero de los últimos años, consistió hoy en un acto de homenaje a la Bandera Nacional, que se celebró en la madrileña Plaza de Cánovas del Castillo, junto con un desfile militar, que se desarrolló entre la Plaza del Emperador Carlos V y la Plaza de Colón.Posteriormente, tuvo lugar en el Palacio Real de Madrid la tradicional recepción a una representación de la sociedad española.

Los Reyes, los Príncipes y la Infanta Doña Elena, que llegaron a la Plaza de Cánovas del Castillo escoltados por un Escuadrón de la Guardia Real, fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Seguidamente, fueron saludados por el ministro de Defensa, Pedro Morenés; el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González; la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante general Fernando García Sánchez; la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y el presidente de la Asamblea de Madrid, José Ignacio Echevarría.
Un batallón de la Guardia Real se encargó de rendir Honores; posteriormente, Su Majestad el Rey pasó revista a las tropas y los miembros de la Familia Real asistentes fueron saludados por el resto de autoridades presentes en los actos.Tras el izado de la Bandera, a los acordes del Himno Nacional, comenzó a continuación el Homenaje a los que dieron su vida por España. La Unidad de Música de la Guardia Real interpretó "La Muerte no es el final", a cuyos compases se realizaron los movimientos de guiones y portacoronas, y se efectuó la ofrenda de una Corona de Laurel.
Tras el toque de Oración, el sobrevuelo de la Patrulla "Águila" del Ejercito de Aire por el Paseo de la Castellana, que dibujó en el cielo los colores de la Bandera Nacional, y una descarga de fusilería por una Compañía de la Guardia Real, comenzó la parada militar, en la que participaron cerca de 3.000 efectivos.
Una vez finalizados los actos, los Reyes, los Príncipes y la Infanta Doña Elena fueron despedidos por el presidente del Gobierno, el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, para trasladarse al Palacio Real, donde se celebró la tradicional recepción con motivo de la Fiesta Nacional.
El presupuesto del desfile militar de hoy ha costado 980.000 euros, un 65% menos que el del año 2011, según fuentes del Ministerio de Defensa, que ha aducido razones de necesaria austeridad presupuestaria y sensibilidad hacia el momento. 
A diferencia del año anterior, el desfile se vio claramente reducido de los 2’8 millones de euros del año pasado, debido sobre todo, a que se suprimió la participación de las aeronaves, con excepción de la Patrulla Águila y de los blindados. De hecho, desfilaron 2.600 militares (400 menos que en 2011) y 50 vehículos, recorriendo un trayecto que fue 150 metros más corto.

Crónica de una efemérides normal

El desfile militar por la Fiesta Nacional este año ha estado marcado por la austeridad -no ha habido carros de combate ni aviones-- y por la ausencia de los tradicionales silbidos y abucheos que todos los años dirigía el público al Gobierno.
   Además, ha contado con otra novedad destacada: por primera vez la Infanta Elena no ha estado en la tribuna presidencial junto a los Reyes y los Príncipes, que a partir de ahora será quienes representarán a la Familia Real en actos de alto rango institucional.
   La llegada de los monarcas a la Plaza de Neptuno de Madrid ha dado inicio a la celebración a las 10.30 horas y ha arrancado del público los primeros aplausos, después de que se anunciara por megafonía su entrada. Fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuya entrada en la plaza para asistir a su primera Fiesta Nacional desde que está en La Moncloa también fue anunciada por los altavoces, sin despertar ninguna reacción entre los asistentes.
   Este año no se han escuchado en ningún momento los pitidos y gritos en contra del Gobierno que otros años eran habituales aunque no se avisara de la llegada de las autoridades políticas, y que incluso se producían en los momentos más solemnes, en el homenaje a la bandera y los caídos.
   En la Plaza de Neptuno, donde se ha situado por segundo año la tribuna presidencial, tampoco se han escuchado muchos aplausos. La ubicación en este lugar, que en su momento se atribuyó a la intención de 'blindar' la zona para que no llegaran a las autoridades los tradicionales abucheos, reduce considerablemente el espacio central respecto a otros años, cuando las tribunas se colocaban en la Plaza Colón o la Plaza de Lima, y aleja al público de las tribunas.
   Nada más llegar, el Rey, acompañado por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Fernando García Sánchez, y seguido de cerca por el presidente del Gobierno, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, la Reina y los Príncipes, ha pasado revista a la formación antes de dirigirse a la tribuna desde donde ha presidido la parada.
   Después, ha saludado al resto de miembros del Gobierno y se le ha podido ver especialmente simpático con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y con el ministro de Educación, José Antonio Wert, con quien ha intercambiado algunas risas.
   Don Juan Carlos --con su uniforme de capitán general del Ejército de Tierra-- ha hecho todo el recorrido a pie y ha subido a la tribuna por una rampa que facilitaba el acceso. El año pasado, el monarca pasó revista a las tropas en un vehículo ligero, ya que se encontraba recuperándose de una intervención quirúrgica. El monarca ha seguido en pie gran parte del acto, aunque se ha sentado en algunos momentos de espera entre agrupaciones en la parada militar.
   Desde la tribuna presidencial han seguido el desfile los Reyes, los Príncipes, el presidente del Gobierno y los miembros de su Gabinete ministerial al completo, a excepción del ministro de Economía, Luis de Guindos, que se encuentra en Tokio en viaje oficial.
   La Infanta Elena ha seguido la parada militar desde una tribuna adjunta en la que se han situado autoridades del Estado. La hija mayor de los Reyes ha permanecido sentada junto al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, que tenía a su otro lado también al portavoz parlamentario del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, y con quien se le ha podido ver charlando.
   El cambio responde a que a partir de ahora en actos de mayor rango institucional, como la Fiesta Nacional, la representación de la Familia Real a nivel de presidencia se reducirá al núcleo central de la familia, esto es, los Reyes y los Príncipes. De hecho, en la recepción posterior al desfile que han ofrecido los monarcas como es tradición la Infanta Elena tampoco ha estado en la línea de saludos por primera vez, según ha informado Zarzuela.
   La Casa del Rey ha escenificado así que los Reyes y los Príncipes son la parte central de la Familia Real. Zarzuela lleva años estudiando cuál sería la mejor forma de proceder a este cambio, algo que se ha acelerado tras la imputación del Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, en el caso Palma Arena. De hecho, hace hoy justo año que los Duques de Palma no participan en ningún acto de la agenda de la Familia Real, de la que se mantienen apartados. La última vez que pudo vérseles en un acto oficial fue en el desfile militar del año pasado.
   Los actos han comenzado con un homenaje a la bandera que este año no ha llegado desde el aire a manos de un especialista de la Patrulla Acrobática del Ejército del Aire, sino a manos de miembros de la Armada, una medida más para ahorrar en los gastos del desfile.
   Después ha tenido lugar el homenaje a los caídos, en el que se rinde homenaje a todos los que han dado su vida por España. Se da la circunstancia de que este año las Fuerzas Armadas no han tenido que lamentar ningún fallecido en operaciones en el exterior, ya que el último incidente mortal tuvo lugar en noviembre de 2011 en Afganistán, cuando murió el sargento primero Joaquín Moya Espejo.
   El homenaje ha terminado con una pasada de los aviones de la Patrulla Aguila, que han dibujado en el cielo los colores de la bandera nacional, las únicas aeronaves que han participado en el desfile.
   Inmediatamente después ha comenzado la parada, que este año no ha contado con carros de combate ni aviones. Los 2.600 militares que participan en la parada lo han hecho a pie, a excepción de la unidad motorizada de la Guardia Real y los reservistas y veteranos, que lo han hecho en vehículos ligeros 'Aníbal'. Entre ellos había antiguos miembros del regimiento Alcántara 10, recientemente condecorado con la Laureada colectiva de San Fernando, la máxima condecoración militar.
   La parada ha estado al mando del general jefe de la Brigada de Infantería Paracaidista Almogávares VI, general Juan Gómez de Salazar Minguez, cuyos hombres y mujeres están ahora desplegados en Afganistán. Algunos de sus compañeros han desfilado este viernes por el Paseo del Prado y el Paseo Recoletos.
   También han participado alumnos de las academias de oficiales y suboficiales de los Ejércitos de Tierra y del Aire, de la Armada y de la Guardia Civil; efectivos de la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid, de unidades de la Flota en Cádiz, de las bases aéreas de Cuatro Vientos, Getafe y Torrejón, del Regimiento Inmemorial del Rey nº1 y de la compañía de esquiadores-escaladores de la jefatura de tropas de montaña.
   Finalmente, han desfilado legionarios del Tercio de Ronda, con su carnero y su rápido avance de 160 pasos por minuto, y los Regulares de Ceuta y Melilla, que han mostrado un año más su característico uniforme y su lenta cadencia de desfile, a 90 pasos por minuto, antes de que unidades a caballo de la Batería Real y la Guardia Civil cerraran la parada.
   Una vez finalizada, los Reyes, los Príncipes, el presidente del Gobierno y los ministros han abandonado la tribuna presidencial y han charlado distendidamente durante unos minutos, junto a otras autoridades. Así, se ha podido ver charlar a la Infanta Elena con la Princesa y la Reina, mientras el Rey, el presidente del Gobierno, el Príncipe y Morenés intercambiaban comentarios.
   Este año han asistido a la celebración nueve de los 17 presidentes autonómicos. Los presidentes de Cataluña, Andalucía, La Rioja,  Cantabria, Baleares País Vasco, Comunidad Valenciana y Galicia habían excusado su presencia.
   Los Reyes han abandonado la Plaza en un Rolls Royce, seguidos por los Príncipes y la Infanta Elena, en sendos coches, rumbo al Palacio Real, donde se celebró la tradicional recepción de los monarcas.

La Zarzuela relega a la infanta Elena a la tribuna de invitados

MADRID.- La voluntad de la Zarzuela por hacer como si los duques de Palma no existieran no conoce límites. El pasado diciembre, los borró de la agenda oficial como respuesta a la emergencia del caso Nóos, por el que Iñaki Urdangarin está imputado. Desde entonces, no han participado en ni un solo acto público. Hoy, 12 de octubre, tampoco acudieron al desfile. Con eso ya se contaba desde la semana pasada, cuando la institución informó de que sólo acudirían a la parada militar los reyes, los príncipes y la infanta Elena, recuerda 'Público'. 

Pero lo que no se esperaba es que la Casa Real, para amortiguar el impacto de la foto de la familia real sin los duques de Palma, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, había decidido desplazar de la tribuna real a la hija mayor de los reyes. Elena, como han recogido las cámaras de televisión en varias ocasiones, se sentó a la izquierda al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y a un paso de los portavoces de los dos grandes partidos en el Congreso, Alfonso Alonso y Soraya Rodríguez, y otros dirigentes. 
Un lugar, por tanto, absolutamente insólito. No con el resto de su familia y los altos funcionarios de la Casa, en la tribuna real. Ni tan siquiera cerca del Gobierno. Elena tampoco había aterrizado en Neptuno junto a los reyes y los príncipes. Había llegado media hora antes. El protocolo la relegó a un papel bastante secundario
 Fuentes del ministerio de Defensa confirmaron que la distribución de la tribuna de invitados, donde se ubicó la infanta, fue realizada por Presidencia del Gobierno. 
En la recepción en el Palacio Real que sigue al desfile tampoco participarán los duques de Palma. Allí, tras el besamanos oficial, se mezclarán los miembros de la familia, autoridades y periodistas en distintos corrillos.

Zarzuela lo explica 

La Infanta Elena no ha acompañado a los Reyes y los Príncipes en la tribuna real del desfile de la Fiesta Nacional porque a partir de ahora ésta será la representación de la Familia Real en los actos de mayor rango institucional, según han explicado hoy fuentes de Zarzuela.

   El cambio se ha escenificado en las celebraciones con motivo del 12 de octubre, ya que la Infanta Elena no ha estado en la tribuna presidencial de la parada militar ni ha acompañado a los Reyes y los Príncipes en el besamanos durante la recepción ofrecida a las máximas autoridades nacionales en el Palacio Real.
   Fuentes de Zarzuela han explicado que a partir de ahora en actos de mayor rango institucional, como el de hoy, la representación de la Familia Real a nivel de presidencia se reducirá al núcleo central de la familia, esto es, los Reyes y los Príncipes.
   La Casa del Rey lleva años estudiando cuál sería la mejor forma de proceder a este cambio, algo que se ha acelerado tras la imputación del Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, en el caso Palma Arena. De hecho, hace hoy justo año que la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín no participan en ningún acto de la agenda de la Familia Real, de la que se mantienen apartados. La última vez que pudo vérseles en un acto oficial fue en el desfile militar del año pasado.
   Este viernes, la Infanta Elena ha seguido la parada militar desde una tribuna adjunta a la presidencial en la que se han situado autoridades del Estado. La hija mayor de los Reyes ha permanecido sentada junto al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, con quien se la ha podido ver charlando.
   Una vez finalizado el desfile, ha compartido charla con la Reina y la Princesa durante unos minutos, antes de que abandonaran la Plaza de Neptuno rumbo al Palacio Real para la recepción oficial que sigue al desfile todos los años y en la que la Infanta Elena se ha ausentado por primera vez de la línea de saludos.

El conde de Godó, presidente de La Vanguardia, se reúne con el Rey

MADRID.- La Casa Real admite que el Rey está manteniendo encuentros con empresarios catalanes preocupados por cómo los últimos acontecimientos pueden afectar a sus actividades empresariales. 

Entre ellos estaría Javier Godó, presidente y editor del diario de referencia en Cataluña, 'La Vanguardia'.
Conscientes del rumbo que está tomando la Generalitat, tras la multitudinaria manifestación de la Diada y la posible celebración de un referéndum sobre la independencia, le han transmitido a Don Juan Carlos, a puerta cerrada, su opinión sobre el asunto.
La noticia se ha conocido al mismo tiempo que el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat ha hecho pública una encuesta que revela que el 74% de los catalanes está a favor de que se celebre el referéndum.
Paradójicamente, a lo largo del último mes, 'La Vanguardia' se habría caracterizado por seguir una línea editoral más proxima a las tesis indepentistas catalanas, pese a que tradicionalmente se le ha asociado a una lína más afín y proxima a la monarquía.

Lavado de imagen para la monarquía / Luis Alcázar *

Este sábado 13 de octubre, tras celebrar el día de la Hispanidad, La 1 estrenará un espacio centrado en la familia real española. Naturalmente no existirá la más remota posibilidad de encontrar en él noticias sobre el caso Nóos.

Televisión Española contará con un nuevo programa semanal: 'Audiencia Abierta', dedicado a informar durante media hora sobre las actividades oficiales del Rey D. Juan Carlos y del Príncipe de Asturias, como heredero de la Corona, primera institución del país.

El programa se enmarca dentro de los objetivos programáticos de la función de servicio público atribuida a la Corporación y responde a una exigencia incluida en el Mandato marco, concretamente en su artículo 25 que dice "La Corporación RTVE realizará un seguimiento y cobertura de las actividades oficiales del Jefe del Estado, Su Majestad el Rey, el Príncipe de Asturias….".

El gabinete de prensa de la Casa Real y la nueva dirección de la Corporación RTVE han encontrado así un motivo inexcusable para seguir con todo lujo de detalles el trabajo de Su Majestad el Rey y su heredero. Esta programa temático viene a sumarse al aumento de piezas informativas sobre la familia real que desde hace unas semanas se incluyen en todas las ediciones de los Telediarios de TVE, en una indudable campaña de saneamiento de imagen de la monarquía.

Según la nota de prensa de RTVE 'Audiencia Abierta' “nace como un programa de vocación claramente informativa, pero también divulgativa, para dar a conocer en profundidad las competencias, el funcionamiento y la acción cotidiana del Jefe del Estado en una Monarquía Parlamentaria como la española”. El presidente de la Corporación RTVE, Leopoldo González-Echenique, ya había adelantado la creación de este espacio en su comparecencia ante la comisión mixta de control parlamentario del 25 de septiembre. González-Echenique tuvo que responder a quien puso en duda esa “vocación claramente informativa”. Irene Lozano, diputada de UPyD, preguntó si se iban a limitar a comunicar la agenda de la jefatura del Estado y si se incluirían las novedades sobre Iñaki Urdangarin. El presidente de la Corporación respondió que las noticias del caso Nóos estarían presentes en los informativos, no en el programa.

En septiembre se apuntaba que ‘Audiencia Abierta’ se programaría en La 2. Finalmente se emitirá por La 1 de Televisión Española, de 13.30 a 14.00 horas. Lo presentará Ángeles Bravo, que actualmente aparece en el Canal 24 Horas, y lo dirigirá Miguel Ángel Sacaluga, consejero de RTVE nombrado a propuesta del PSOE.  


(*) Luis Alcázar (Madrid, 1974), es Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Experto Universitario en Animación Audiovisual por la Universidad Carlos III y graduado con Mención de Honor en el MBA de Empresas de Televisión de la Universidad de Salamanca. Se ha dedicado profesionalmente al sector audiovisual desde 1996, fundamentalmente como realizador o creador de formatos. Desde TVE hasta Real Madrid Televisión, pasando por CNN+ y Neox, entre otras, son las televisiones que han contado con su trabajo.

TVE lava la cara a la Casa Real

MADRID.- La Casa Real Española tiene un nuevo aliado. TVE estrena este sábado un programa semanal en el que se hablará de las actividades oficiales de la Familia Real. Se llamará Audiencia abierta y estará presentado por Ángeles Bravo, periodista del Canal 24 Horas.

Durante media hora, la información llegará directamente desde el despacho de Casa Real. No habrá una segunda opinión. De 13:30 a 14:00 horas, La 1 contará con un programa “informativo” y “divulgativo”, así describe la cadena su nuevo programa. “Su objetivo es acercar, con rigor y objetividad, la Jefatura del Estado”, declara la pública en una nota de prensa.
Audiencia abierta es el primer programa que TVE estrena desde que se renovase la cúpula directiva del grupo. A la cadena han llegado ficciones grabadas en su etapa anterior, pero de momento no había aterrizado en la pública ningún programa de producción propia.
TVE enmarca este programa dentro de su “servicio público” y da sentido a la creación de este programa hablando de la “exigencia incluida en el Mandato marco aprobado por el Parlamento en 2007”. En dicho artículo se explicaba que Corporación RTVE debía hacer un seguimiento de las actividades de Casa Real y TVE seguirá órdenes estrictas.
Este programa llega justo cuando la Familia Real no pasa por su mejor momento. La desunión entre sus miembros, los frentes abiertos con la justicia de los duques de Palma o la demanda de paternidad contra el rey han dañado la perfecta imagen que estos últimos años tenían los Borbón
 El Desfile Miliar con motivo del Día de la Hispanidad dará suficientes imágenes y será el pistoletazo de salida para un programa que pretende ser altavoz de Casa Real.

Este blog nace para analizar el día a día de la Casa Real española


No vamos a ser complacientes. Pero sí respetuosos. En España se echa de menos un seguimiento periodístico análitico sobre su Monarquía, milenaria y natural, como forma de organización política de su sociedad desde los tiempos de los diversos reinos y principados ibéricos. Nosotros pretendemos hacerlo y conseguir un análisis reflexivo permanente sobre el funcionamiento y comportamiento de esta institución y sus obligados miembros dinásticos.

En fase ya de un primer relevo en el horizonte, por imperativo natural, el trance apunta a ser una catarsis necesaria del sistema y, la salida, una renovación de la Monarquía española si aspira a sobrevivir a la reinstauración franquista y encarar el siglo XXI con una reválida de legitimidad para la que no basta el aplauso callejero organizado manipulando espontaneidades.

El constitucional papel moderador y la garantía de la unidad nacional de España son las dos razones de mayor peso para explorar fórmulas de una legitimación genuina de la dinastía reinante ante el vendaval de la crisis económica que amenaza con derribarlo todo ante la más mínima dudosa utilidad o la imputación peregrina de responsabilidades en el actual desastre que asola el país.

En vísperas de la Fiesta Nacional abrimos esta ventana profesional como periodistas preocupados por la deriva de los acontecimientos en los próximos meses en España y los que han puesto ya en el centro de la diana a la Monarquía juancarlista, más rancia de lo que puede parecer pese al trabajo callado en La Zarzuela del tercer responsable de Comunicación tras la década prodigiosa de la discreta Asunción Valdés y que, como fórmula que cree mágica, vuelve a las estrategias de antaño en busca luego del eslabón perdido entre el rey y su pueblo por culpa del 'becerro de oro' que nos encandiló a todos durante quince años sin dejarnos ver a tiempo el riesgo bíblico de las vacas flacas.